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jueves, 6 de mayo de 2010

Prólogo del libro EL PAPIRO DE LOS RICOS

Por. Prof. Dr. René Krüger, Argentina*

Con cierta regularidad, los manipuladores de los medios de información aprovechan comercialmente la sensibilidad del mundo religioso por un lado y una cierta veta antirreligiosa o por lo menos crítica de las instituciones religiosas por el otro, y anuncian con frases rimbombantes algún nuevo descubrimiento, supuestamente único y sensacional, relacionado con el campo religioso. Es importante recordar que hasta el momento, en la mayoría de los casos tales anuncios se evidenciaron como totalmente exagerados, cuando no falsos. Ninguna de esas supuestas informaciones sobresalientes y “totalmente novedosas” logró derribar el valor del mensaje cristiano, erradicar la fe de los corazones y las mentes de las personas creyentes o agregar información histórica valiosa y fidedigna. En un primer momento, el nuevo “producto” suele ser presentado como “un tema que nunca fue dado a conocer”, “la verdad jamás dicha sobre los orígenes del cristianismo”, “algo que siempre se ocultó pero que ahora salió a luz”, y otras fanfarroneadas mediáticas con las que un grupo selecto pretende manejar la opinión mundial, siempre con el objetivo de meter su mano en el bolsillo de la gente y sacarle su dinero. Luego de algún tiempo, en el que esas “noticias” siembran dudas, levantan preguntas cautelosas, provocan turbación y producen buenos ingresos a quienes las venden, suele imponerse una cierta desilusión. Pasado un lapso prudencial, las “novedades” dejan de interesar, ya sea porque se evidenciaron como pompas de jabón, espuma barata o vapor sin solidez; o simplemente porque la gente pierde el interés en ellas. A los manipuladores que distribuyen esos sensacionalismos no les interesa en absoluto el contenido ni si es verdad lo que anuncian. Sólo les interesa vender.
Así pasó con algunas afirmaciones altisonantes sobre los textos del Mar Muerto; con el “Código”, que fue el producto que más arrasó y que a la vez contenía la mayor cantidad de inexactitudes y falsedades; con una tumba en cuyos osarios supuestamente se encontraban los restos de toda la familia de Jesús; con el Evangelio de Judas, un texto de mediados del siglo II pero que fue anunciado como “la verdad sobre el discípulo que entregó a Jesús”; con una inscripción hecha con tinta en una piedra que sugería que la concepción de un Mesías muerto y resucitado era anterior a Jesús…
Cabe preguntar por qué esos anuncios “prenden” con tanta facilidad. Puede haber múltiples respuestas, vinculadas acaso con el malestar en la cultura, tendencias contrarias a las instituciones religiosas, la avidez de novedades, el gusto por lo oculto y esotérico, y también una búsqueda sincera del misterio y de la dimensión trascendental. Las reacciones masivas a tales “productos” hábilmente colocados por los megamanipuladores de la opinión pública deben dar de pensar a las Iglesias cristianas y llevarlas por un lado a una revisión de su manera de anunciar el Evangelio de Jesucristo y de ser comunidad; y por otra, a no dejarse ilusionar por aquello que “vende bien”, logra éxito impactante, entusiasma y encanta fácilmente a las grandes masas. La línea divisoria que separa la recepción del misterio divino real de la fantasía patológica es muy débil y difusa. Es fácil confundir “verdad oculta” con trascendencia, “novedad absoluta” con las buenas nuevas del Evangelio, “sentido profundo jamás sacado a luz” con el verdadero sentido de la vida revelado por la Biblia y del que hemos de apropiarnos en un constante esfuerzo personal y comunitario con nuestra práctica de fe y amor.
Le invito, estimada lectora, estimado lector, a prolongar ahora la serie de los sensacionalismos al “papiro de los ricos”. Observe cómo este producto se suma a la larga lista de objetos pomposos anunciados con colores chillones y gritos estridentes. Vea cómo la cosa parece tener solidez científica basada en datos de la papirología, la arqueología, la historia antigua y la geografía histórica. Precisamente por contar con tanto respaldo académico, ese papiro podría tener efectos fatales para la fe cristiana, pues su contenido cuestiona y desautoriza absolutamente todo lo que dicen los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento. Pero verifique usted por su cuenta si realmente se trata de algo fidedigno o apenas de otro producto fraudulento más de ese sensacionalismo comercializado que gana mucho dinero vendiéndole baratijas a personas que tienen preguntas sinceras y profundas y que buscan un sentido para su vida. Déjese acompañar en esta verificación por Jorge del Cántaro, un joven pastor que vive y trabaja en Urdinarrain, Provincia de Entre Ríos, Argentina. A Jorge no le cierran ciertos datos del papiro y de la historia de su recorrido a lo largo de dos mil años. Por ello emprende un largo viaje para verificar punto por punto todas las afirmaciones del papirólogo que publicó ese texto, que –según el canal de televisión que lo promocionó– “por fin revela la verdad sobre los orígenes del cristianismo”. Acompañe a Jorge en su vertiginosa búsqueda y su valiente publicación de la verdad, no exenta de gravísimos riesgos para su vida, misión ésta que hará eclosión de una manera totalmente inesperada.
*El Dr. René Krüger, es Pastor de la Iglesia Evangélica del Rio de la Plata, Doctor en Teología y profesor titular de Nuevo Testamento y Griego en el Instituto Universitario ISEDET (del que también fue Rector) y Ph.D por la Universidad Libre de Ámsterdam. Es profesor visitante en diversas Universidades y Seminarios Teológicos de América latina y Europa. Es autor de varios libros sobre temas de su especialidad, traductor, editor de varios libros en alemán, inglés y español y autor de numerosos articulos, ensayos y conferencista Internacional. Luterano por decisión, ecuménico por naturaleza, políglota por don y, felizmente, progresista, en un área donde, que haya progresistas, se agradece. (Esta nota ha sido preparada con la ayuda del blog de Juan Sánchez y libros del autor)

1 comentario:

Anónimo dijo...

Excelente libro, altamente recomendable.