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lunes, 12 de septiembre de 2016

Teología de la liberación, CLADEs y conclusión



Por. Juan Stam, Costa Rica.
“Lo que en verdad soy corresponde a la gracia de Dios" (José Míguez Bonino)
Dos movimientos más recientes han enriquecido nuestro debate teológico. La teología de la liberación, en cuanto teología autóctona latinoamericana, ha sido en gran medida compatible con la teología evangélica radical.
Muchos de ellos han hecho valiosos aportes bíblicos, pero otros han incorporado elementos de la teología liberal europea y norteamericana.
Por otra parte, en recientes décadas la Fraternidad Teológica Latinoamericana ha logrado, y está logrando, renovar el protestantismo latinoamericano con una dinámica nunca antes vista.
Los cinco "Clade" (Congreso latinoamericano de evangelización) y las publicaciones y diversos ministerios del Centro Kairós (como por ejemplo el CETI) desde Buenos Aires, nos han vigorizado y nos han hecho madurar.
Es un ejemplo inspirador de lo que se puede lograr, desde la Palabra de Dios, dentro de la gran comunidad evangélico-pentecostal.
José Miguez Bonino, con palabras profundamente conmovedoras, se describió como evangélico y fue miembro de la Fraternidad Teológica Latinoamericana. "Pero si se trata de definirme en mi fuero interior, lo que me sale de adentro es que soy evangélico. En ese suelo parecen haberse ido hundiendo a lo largo de más de setenta años las raíces de mi vida religiosa y de mi militancia eclesiástica. De esa fuente parecen haber brotado las alegrías y los conflictos, las satisfacciones y las frustraciones que se han ido tejiendo a lo largo del tiempo. Allí brotaron las amistades más profundas y allí se gestaron distanciamientos dolorosos... Si en verdad soy evangélico o no, tampoco me corresponde a mí decirlo. Ni me preocupa que otros lo afirmen o nieguen. Lo que en verdad soy corresponde a la gracia de Dios" (Rostros del protestantismo latinoamericano, BsAs/Grand Rapids 1995, pp. 5-6).
CONCLUSIÓN
Los apelativos "fundamentalista". "evangélico" y "liberal" deben entenderse estrictamente desde su origen histórico.
Cada tendencia tiene sus raíces en los siglos XVI-XIX.
El fundamentalismo es una reencarnación de la ortodoxia protestante escolástica del siglo XVII, mientras la teología evangélica tiene sus orígenes e inspiración en la Reforma evangélica del siglo XVI, a la cual busca ser fiel en nuestro moderno contexto tan distinto.
La teología liberal, por su parte, surge del intento de Schleiermacher de responder al moderno escepticismo racionalista en sus propios términos.

Fuente: Protestantedigital, 2016.

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