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miércoles, 12 de diciembre de 2007

DOS FORMAS DE CELEBRAR LA NAVIDAD

¡Felices Fiestas Decembrinas! Es el mensaje que me envió un colega, lo leí y pude disfrutar cada parte del mensaje. Me pareció interesante. Además de ese sabor espiritual, me di cuenta que también podríamos vivir la navidad de dos manera, desde arriba, de los que solo piensan en su individualismo y las ganas de hacer dinero a costa de los más pobres. o cuando lo teñimos de demasiada "espiritualidad", y nos eso nos hace olvidar del otro.

Allí pude comprender que la Navidad debe ser vivida desde abajo, de los excluidos de nuestra sociedad: los pobres, los desempleados, los que no tienen un techo, etc. Jesús vivió esa experiencia como niño; en el momento de nacer su madre no encontró un lugar, tuvo que dar a luz a las afueras de la ciudad de Belén.

Esta experiencia debe llevarnos a reflexionar hoy en estas fiestas decembrinas; estamos celebrando una navidad desde arriba, de aquellos que no se acuerdan de los que sufren y andan por ahí buscando un lugar para descansar o somos aquellos que estamos al lado de los que sufren y luchan, aquellos que piden libertad para miles de secuestrados en Colombia, para los que no tienen voz. ¿Enfrentamos las estructuras de opresión, declaramos y peleamos? Porque eso es celebrar la Navidad desde abajo. Si es así que Dios te bendiga y te ayude. Entonces podemos decir:

Feliz Navidad, porque los niños de la calle tienen algo que comer,
Feliz Navidad, porque los que viven con VIH y Sida no son marginados en la iglesia
Feliz Navidad, porque los políticos dejan de robarle al pueblo
Feliz Navidad, porque las diferencias teológicas dejan de existir
Feliz Navidad, porque los privados de la libertad son liberados
Feliz Navidad, porque los grupos armados al margen de la ley dejan sus armas por la paz
Feliz Navidad, porque el estado provee alternativas a los excluidos del sistema
Feliz Navidad, porque el mundo se solidariza con los pobres
Feliz Navidad, porque los países contaminante aceptan las exigencias de los ecologistas de cuidar el planeta Tierra.
Feliz Navidad, por los que soñamos por un mundo donde todos y todas quepan, como imágenes de Dios.

El autor es colombiano; pastor bautista, docente universitario y miembro de la Iglesia Evangélica Bautista de Flores, Buenos Aires. Actualmente es candidato al doctorado en Historia de la iglesia, Instituto Universitario ISEDET, Bs. As. Argentina.

lunes, 3 de diciembre de 2007

LA MISIÓN EVANGELIZADORA DE LA FAMILIA EN NUESTRA SOCIEDAD

El Significado Y Las Implicaciones De Este Ministerio Familiar

Todas las mañanas me levanto con un optimismo que surge de un noticiero, que dice ¡arriba argentinos! A pesar de las crisis económicas, los problemas sociales de una u otra manera afecta a muchas familias de nuestra sociedad latinoamericana, por lo tanto se ven amenazada por la desintegración, si se destruye una célula de la sociedad, se destruye una sociedad entera, pero si recupera una célula familiar estaremos recuperando una sociedad entera. La familia cristiana debe redescubrir la responsabilidad que Dios asignó a este grupo humano para su feliz funcionamiento. Esta responsabilidad, que consiste en formar en cada miembro de la familia un cristiano genuino, no es otra cosa que la misión evangelizadora de la familia.

El propósito de este tema es precisamente reflexionar sobre el significado y las implicaciones de este ministerio familiar. Desde el Antiguo Testamento, vemos que el propósito de Dios era que la familia fuera el principal campo evangelizador para sus integrantes. El mandamiento expresado es: Estas palabras que yo te doy estarán sobre tu corazón y las repetirás a tus hijos... Todavía recuerdo estas palabras que eran un lema en la Iglesia Bautista colombina; era un tremendo desafío creo que casi en todas las iglesias bautistas latinoamericanas, eso con el tiempo se ha perdido; hoy en día muchos colegas están más preocupado por los nuevos modelos de ser en Dios, de acercarse a Dios; otros, en cambios, se han dedicado a construir un legado de normas jurídicas, con el objetivo de invalidar ciertas formas de alabar, orar en Dios, porque según estos abogadillos no hacen parte de la doctrina bautista, pero a ellos se les olvidó un principio bautista, cada miembro bautista o comunidad es libre de pensar.

Todo esto me hace pensar, que detrás de estos problemas denominacionales, hay influencias satánicas con el objetivo de perder el horizonte de lo que es la pastoral en general y en especial la pastoral familiar; pienso que no es el momento de entrar en discusiones acaloradas sobre las formas de alabar, de orar y de administrar la iglesia de Dios. Es el tiempo de repetir el lema ¡Arriba bautistas argentinos! No se, si ustedes igual que yo vivimos un fuerte énfasis en la evangelización personal, cada miembro debía ganarse a una persona, ese modelo le sirvió a muchas iglesias y por lo tanto crecieron, hoy ese modelo lo tienen nuestros hermanos pentecostales.

Frente al fuerte desafío que se ha puesto en una evangelización personalista es necesario reforzar el concepto de evangelización en familia. Esto no significa despersonalizar el encuentro con Cristo. Por el contrario, valoro que el compromiso personal con Cristo es esencial para cada creyente. Sin embargo, también reconozco que si Dios me creó y me colocó en un ambiente familiar para vivir, también quiere redimir juntamente con toda nuestra familia. La carta de Hechos de los apóstoles corrobora este desafío familiar de la evangelización al decir: Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo, tú y tu casa [tu familia] (16: 31). Creo que el campo más propicio para fomentar el compromiso personal es precisamente la evangelización de la familia en plenitud. Entre los elementos que dispone un hogar cristiano para cumplir su ministerio evangelizador considero los siguientes puntos claves:

a. Un ambiente afectivo. El carácter, los sentimientos, los principios y los valores religiosos y morales, el tipo de relaciones constituyen esta atmósfera que abarca a toda la familia y le da un carácter particular. Esta realidad es una vía por la cual la familia es evangelizada de un modo no menos fuerte que por la enseñanza consciente. No se trata de una actividad formal, sino de un impacto natural de la vida familiar sobre la vida de cada persona. Cuando se trata de una familia cristiana, ésta debería tener una atmósfera distinta. Y es la calidad de esta atmósfera la que va a influir positiva o negativamente en su misión evangelizadora. Todas las situaciones del hogar enseñan el evangelio de un modo más contundente que cualquier curso sobre la vida cristiana. La manera en que los padres afrontan y resuelven los conflictos de pareja, etc., son vivencias que se fijarán en cada hijo de un modo espontáneo pero definitivo.

b. Una pedagogía bíblica. La familia es la principal responsable por la educación cristiana de los hijos, no es el pastor o la iglesia. He aquí el error de muchos creyentes que culpan a los demás por desconocer sus deberes como familia de Dios u otros se van al extremo cuando quieren ejercer este ministerio, sin tener una formación bíblico teológica, y psicopedagógica se olvidan que al enseñar cualquier verdad bíblica puede y debe ser enseñada a personas de todas las edades.

El problema aparece cuando se practica la enseñanza con torpeza por desconocer los principios básicos como la evolución mental y efectiva de las personas que atraviesan por diferentes edades. Una teología mal entendida consideraría a los niños como adultos en miniatura, esperando de su conducta una perfección que al mismo adulto le es imposible alcanzar. Esta insensibilidad lleva a conocer la conducta de un niño que miente aun cuando esté en la etapa en que en realidad y la imaginación se superpone. La misma falla se comete cuando se juzga mal a un adolescente que vive altibajos emocionales, típicos de su edad. “Una sana teología reconoce que Dios no demanda el mismo comportamiento a personas de diferentes edades. Dios no espera que los niños actúen como adultos, simplemente los acepta como niños que son y con la fidelidad que se puede esperar de un niño.”(Miller, 1956: 69)

Es indispensable que la educación evangelizadora en familia provea oportunidades para respuesta de cada uno de sus integrantes. La enseñanza de la Biblia siempre requiere una respuesta del género humano. “El que enseñe a su familia la Palabra de Dios y no busca intencionalmente respuestas personales, actúa como el labrador que echa la semilla y nunca vuelve a buscar el fruto”. “Tan importante como es el dar lugar a respuestas o reacciones es también dejar claro en qué consiste cualquier tipo de decisión con la que se confronta a las personas. Sólo es válido aquel evangelismo que explica con claridad las implicaciones de cualquier respuesta de compromiso que asumirá la persona.

El tipo de respuesta dependerá de las diferentes edades, de las necesidades de cada persona y del mensaje de Dios que se haya presentado. No debemos esperar respuestas estereotipadas, pues Dios es el que hace la obra en las personas y Él puede actuar de modo no previsto por nosotros”. (Ibíd). En 2 Timoteo 3: 15: ...desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Es bueno reconocer que la enseñanza de la Biblia conduce a la salvación, se trate o no de una apelación al arrepentimiento y la fe. Por tanto puedo decir que: “estamos evangelizando al enseñar la Biblia y estimulando cualquier tipo de compromiso que requiera el pasaje enseñado”.

Quiero concluir con un desafío que yo mismo me impuesto como padre, tratar de cumplir con estos puntos señalados en este articulo y como dije al principio ¡arriba hermanos bautista argentino y latinoamericanos! que cada familia cristiana pueda llegar a ser una pequeña iglesia en la que se refleje y reviva el plan divino para el hogar y la sociedad; que Cristo es el Señor, Rey del universo, Rey de las familias, “Que en Navidad y Ano Nuevo esté presente en cada hogar cristiano para dar luz, alegría, paz sinceridad, paciencia, fe, seguridad y fortaleza en los momentos más difíciles de la vida conyugal y familiar”. Desde ya les deseo una feliz navidad y un prospero año nuevo, a cada familia cristiana latinoamericana, comprometida en extender el Reino de Dios aquí en la tierra. Por Luis Edo Cantero