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domingo, 23 de marzo de 2008

LA PASION SEGÚN MEL GIBSON. El sufrimiento como mercancía

El Lic. Carlos A. Valle pastor y comunicador profesional especialista en temas de radio y televisión, fue invitado al Seminario interdisciplinario de doctorando del Instituto Universitario ISEDET el año pasado para que nos mostrara la relación entre el cine, la iglesia y la teología. Durante las clases comprendimos la maquinaria que mueven los grupos de poder con el objetivo de someter a los pueblos con ciertas ideologias. Pensando en esta pascua he querido compartir el siguiente artículo del pastor Carlos A. Valle, espero que él mismo sea una ayuda para nuestro quehacer teológico y pastoral:
LA PASION SEGÚN MEL GIBSON: El sufrimiento como mercancía
El filme llega –gracias a una bien planeada estrategia de promoción- precedida de una controversia teológica sobre posibles acentos de antisemitismo, interpretación de los Evangelios, inclusión de relatos extra bíblicos y mucho más. En la historia de la Iglesia Cristiana, algunas de estas controversias han alimentado las divisiones, el odio, la persecución y sembrado la muerte. Por eso es importante comenzar mirando este filme a partir de la mirada de los espectadores. Si bien es importante conocer de cada obra la intención de su autor, no es menos importante conocer qué es lo que en realidad ha leído el espectador. Porque una vez que un filme se proyecta su recepción siempre estará mediada por el espectador no importa las buenas intenciones de realizador o su interés manipulador.

Reacciones emocionales
La mayoría de los comentarios más elogiosos y más críticos de “La Pasión de Cristo” provienen de círculos religiosos que han hecho –y no podía ser de otra manera- su propia lectura a partir de sus convicciones y sentimientos religiosos. Gibson hizo todo lo posible para que, especialmente los grupos cristianos y judíos más conservadores, tuvieran acceso previo al filme y lo apoyaran.
Llama la atención que el tema de discusión se haya centrado mayormente en lo que se considera un marcado antisemitismo. Las referencias a las ideas ultra conservadoras de Gibson y las intencionadas referencias al antisemitismo pregonado por su padre, parecen dar un marco para confirmar cualquier sospecha discriminatoria. La versión final del filme es, en cierta medida, el fruto de las variadas reacciones de los grupos que tuvieron oportunidad de verlo antes de su estreno. Eso le permitió a Gibson ir conociendo la reacción del público (especialmente religioso) y hacer los ajustes necesarios suavizando algunas escenas o cortando texto a fin de que la versión final fuese atractiva pero no excluyente.

La audiencia manda
Gibson no estaba haciendo nada nuevo. Las exhibiciones pre-estreno son el filtro establecido en Hollywood a fin de evitar que la audiencia no se retraiga y que merme la recaudación. Si la reacción es negativa se procederá a cortar o cambiar. En “La Pasión de Cristo” como resultado de este test, por ejemplo, se ha quitado una frase con la que el pueblo se hace responsable de la condena de Jesús cuando le dice a Pilatos: “Su sangre sea sobre nosotros, y sobre nuestros hijos”. Dicha frase erizó la sensibilidad de algunos grupos judíos porque trae el eco de viejas posturas antisemitas que sostuvieron los cristianos, que acarrearon tanto dolor e injusticia, y que quisiéramos ver para siempre erradicadas. Lo llamativo aquí es que la frase proviene del Evangelio de Mateo. Se podrá argüir sobre la conveniencia o no de llamar la atención a ciertos textos, pero en una película donde la mayor violencia es ejercida por los romanos, aunque los religiosos judíos azuzan el fuego convirtiéndose en los “autores intelectuales” de la condena de Jesús, sólo puede entenderse que se la ha leído desde la perspectiva histórica y no de la trama del filme. Porque leer en este filme una intención antisemita es darle demasiada importancia a los puntos de vista propios de sus críticos. Lo que pasó en el Siglo Primero, pasó. El rechazo a cualquier forma de antisemitismo, como cualquier discriminación, no se logra con el cambio de la historia, sino con la superación de las injusticias.

Si se tratase de un hombre común ¿sería otra la historia?
Si no se tratase de un filme sobre la Pasión de Jesús –en la que el sufrimiento tiene una fuerte connotación teológica- sino de la historia de un hombre desconocido que ha sido condenado injustamente y se nos permite asistir a su juicio, castigo y crucifixión, tendríamos que decir que se trata de un filme sangriento, marcadamente sádico y tendiendo a lo morboso. En ese sentido Hollywood nos ha dado muestras de cómo, filme tras filme, se puede tensar más la cuerda y aumentar el caudal de violencia. En su momento, el legendario director de cine estadounidense, Sam Peckinpah -en filmes como “La Pandilla Salvaje”(1969) o “Los Perros de Paja” (1971) - acentuaba la violencia hasta hacerla repulsiva porque creía que era una forma de producir su rechazo. Más recientemente, Quentin Tarantino, con su “Reservoir Dogs” (1992) y últimamente con “Kill Bill” (2003), hizo de la sangre una fiesta del desborde de lo grotesco y de la caricatura.

La violencia y el sufrimiento

Gibson parece no estar interesado en llamar la atención sobre la locura de la violencia ni para rechazarla o desvirtuarla. Parece más bien interesado en acentuarla, para señalar que el sufrimiento al que es sometido Jesús es en sí mismo expresión de su misión. Es como si dijera: cuanto más sufre mejor cumple su tarea. La interminable andanada de golpes que los soldados romanos le asestan a Jesús comienza desde el momento mismo en que lo toman prisionero hasta el instante de ser crucificado. En medio, la larga e interminable escena del azotamiento, donde el cuerpo de Jesús se va como desgajando mientras su sangre brota sin cesar salpicando a los soldados romanos, cuyos rostros se encienden con el brillo del goce sádico. Como aquí no se trata de una historia sobre la que no se sabe cómo va a continuar. La reiterada violencia de la flagelación preanuncia una mayor muestra de crueldad en el acto mismo de la crucifixión. La cual se encuentra enmarcada con una banda musical de tono sombrío y envolvente, mientras se resaltan los sonidos de los látigos y el estrépito de las reiteradas caídas de Jesús. Esta crueldad creciente se ve matizada mayormente con recuerdos de las charlas de Jesús con sus discípulos donde se destacan sus exhortaciones al amor y los anuncios de su segura pasión.

Especulando visualmente el dolor
Se podrá decir que Gibson no falta a la verdad al explicitar que los sufrimientos de Jesús en su pasión fueron dolorosos y crueles. Pero una cosa es explicitarlos y otra usarlos para manipular con una prédica medieval al espectador. Este uso marcado de la sangre, el sufrimiento, la tradición católica lo ha plasmado en muchas de sus imágenes. Expresa una concepción teológica en la que el sufrimiento -cuanto mayor sea mejor- es motivo de purificación y redención. Al contrario de los Evangelios, cuya sobriedad sobre la pasión de Jesús son muy destacados, aquí el embeleso del sufrimiento por el sufrimiento mismo hace que las imágenes se reiteren y se ahonden en un juego que puede tornase perverso.

Al mismo tiempo, la presencia de Maria, la madre de Jesús, se destaca como una presencia cálida y como una compañía esencial en la vida de Cristo. Más que las palabras comparten miradas que lo dicen todo y unos poco contactos físicos como rozar su mano o besar sus pies. Maria es una madre cuyo dolor delata su fragilidad pero fortalece su dignidad porque procura denodadamente estar muy cerca de su hijo.

El diablo andaba por ahí
Otra presencia, no muy mencionada en las críticas del filme, es la de Satanás. Aparece en varias oportunidades, como una pálida figura femenina que mira fuera de la trama de la historia. Husmea en el huerto de Getsemaní mientras Jesús ora para enfrentar su pasión. Como previendo que se avecina un fracaso, augura que ningún ser humano tendrá la fuerza para soportar tal momento. Merodeará luego junto a la multitud teniendo en sus brazos lo que semeja una pequeña criatura pero que resulta ser un enano cuyo demacrado rostro destila en su mirada amarga ironía. Finalmente, una vez que Jesús ha exhalado su espíritu, aparece emitiendo un desgarrador grito agónico mientras la cámara se va alejando hasta que su figura se esfuma. ¿La culminación del sufrimiento de Jesús es el final de Satanás? Pura conjetura.

Religión: Cómo ganar audiencia
En la historia del cine muchos intentos se han hecho por plasmar en imagen y sonido el hecho de Cristo. Algunos resultados fueron grotescos, otros simplemente reflejaron una cultura y teología particular. Así se podría hablar desde la propuesta de Cecil B. De Mille con “Rey de Reyes” (1927) hasta Pier Paolo Pasolini con su “El Evangelio según San Mateo” (1964). Talvez lo nuevo en este caso es su marcado acento en la violencia y la sangre, que no se había conocido hasta ahora en este tipo de películas. Llamativamente no es este el motivo de las polémicas que ha suscitado, sino aspectos básicamente ausentes en el filme. En su momento Martín Scorcese con “La última tentación de Cristo” (1988) había levantado mucha más polvareda siendo acusado de hereje, lo que trató de ser usado como apreciable motivo de promoción. Pero parece ser que la taquilla no le favoreció demasiado. Para Mel Gibson la reacción polémica ha sido menor. Lo que parece estar atrayendo grandes audiencias –que se traduce en una abundante recaudación- es la descarnada presencia del sufrimiento, la violencia y la sangre. Para algunos, la religión sigue siendo un buen negocio

jueves, 20 de marzo de 2008

Aniversario triste

Nancy Bedford, Estados Unidos

El otro día en la mesa, Sofía –que tiene siete años- me preguntó:
-Mami, ¿cómo podés saber cuándo alguien gana una guerra?
Sabiendo de antemano que no le iba a satisfacer mi respuesta, le contesté:
-En realidad, nadie puede ganar en la guerra.
Le pareció una evasión innecesaria y la ignoró, persistiendo como suele hacer cuando quiere entender algo:
-Pero, ¿cómo sabés cuándo un lado gana?
-Bueno, en general uno de los dos lados se rinde y acepta las condiciones del otro.
- No entiendo. ¿Qué es “aceptar condiciones””?
- Quiere decir que los que pierden hacen lo que les dicen los que ganaron. Pero a veces, un país en otro y ocuparlo, y parece que ganó, pero en realidad empieza otra fase de resistencia por parte de los que supuestamente habían perdido, y entonces el conflicto renace de otras maneras…
- No entiendo nada.
- Lo que te quiero decir es que por ejemplo Estados Unidos se metió en Irak y tenía muchas bombas y muchos aviones y muchos soldados, y enseguida lo ocupó y creía que había ganado pero en realidad no ganó nada, sino que ahora todo es un lío mayor que nunca…
- Todavía no entiendo nada.
- En realidad, yo tampoco lo entiendo muy bien. Pero lo que sí sé es que la guerra nunca es una manera buena de resolver las cosas.
Esta semana se cumplen cinco años desde la invasión y ocupación de Irak por parte de Estados Unidos y sus aliados. Las consecuencias negativas de esa intervención han ido tomando dimensiones casi inimaginables: hasta la fecha se pueden documentar con certeza casi 90.000 muertes violentas de civiles iraquíes a partir de la invasión.1 Sin embargo, esta cifra queda más que corta, pues se estima que el número total de iraquíes que han muerto en los últimos cinco años como consecuencia de la ocupación y de la violencia que desencadenó es de más de un millón de personas.2 A esto se suman violaciones, enfermedad, contaminación con uranio empobrecido, mutilación, familias destruidas, encarcelamiento, tortura, secuestros, depresión y la sensación de peligro constante a la que se enfrentan las y los iraquíes. Después de cinco años de ocupación, el Irak se ha vuelto uno de los países más peligrosos del mundo, en el que todos los días mueren cientos de civiles.3 Por otra parte, las mujeres se ven afectadas doblemente por la violencia.4 Como pregunta una mujer iraquí, rodeada de cinco niñitos pequeños, en referencia a los ocupadores, en palabras que recuerdan a la voz de Yahvé en los profetas veterotestamentarios:“¿Qué han hecho, aparte de tirar casas, deshacer familias y dejar huérfanos a los niños?”5
Mientras tanto, en Estados Unidos, la salud y la educación –sobre todo de los pobres- se van erosionando cada vez más, entre otros factores porque los recursos públicos se vuelcan a financiar el aparato militar industrial. Washington gasta unos 750 millones de dólares por día en su aventura bélica6, sumando totales que son difíciles de visualizar, por la cantidad de “ceros a la derecha” que implican.7 Y sin embargo, para la mayoría de la gente en Estados Unidos, por ahora la vida continúa, casi como si aquello fuera una película de acción que todavía puede terminar bien para los “buenos”. En cambio, los iraquíes –y también los familiares de los soldados norteamericanos muertos- saben que no es así: ya nada será igual.
Hace cinco años, recién llegados a la zona de Chicago, durante febrero y marzo de 2003 participamos en marchas y protestas. Salimos a la calle en familia con la gente de nuestra iglesia, empujando el carrito de las gemelas (que en ese entonces tenían dos años) con una mano y sosteniendo velitas prendidas en la otra. Casi desde que tienen uso de razón, viven en un país en guerra: con razón Sofía preguntaba cómo es que se puede saber cuándo termina algo que parece interminable. En las protestas había gente atea, bahai, budista, cristiana, judía, musulmana: todos unidos en nuestro rechazo a lo que estaba por pasar. Miles de personas en todo el país –y otras muchas en todo el mundo- firmamos petitorios y les pedimos a los políticos del Congreso estadounidense que tuvieran el coraje de resistirse a la invasión. Pero la máquina bélica siguió su curso y los que nos oponíamos a la guerra todavía no nos imaginábamos las consecuencias terribles que se habían de desatar para los iraquíes y para toda la región; en realidad, todavía nos cuesta captarlo: ¿cómo imaginar tanta muerte?.
En su discurso del 18 de marzo de 2003, es decir, la noche anterior a la invasión, George W. Bush expuso claramente todas las mentiras que le sirvieron de justificativos para el ataque. Habló del peligro de las supuestas armas atómicas, biológicas y químicas que se le achacaban al Irak -de las cuales jamás se encontraron pruebas- y repitió de diversas maneras la falsa acusación que conectaba a ese país con los responsables de los ataques del 11 de septiembre de 2001. Esa noche, Bush prometió que en un “Irak libre” no habría ejecución de disidentes, ni cuartos de tortura ni violaciones: es decir, prometió exactamente lo opuesto de lo que luego ocurrió. Por otra parte, utilizó esa noche un lenguaje apocalíptico que relacionaba implícitamente a Saddam Hussein con el anomos de 2 Tesalonicenses 2:3-4, el “hijo de perdición”. En palabras de Bush, “antes de que el día del horror pueda llegar, antes de que sea demasiado tarde para actuar, este peligro será quitado”.8 Al día siguiente, el 19 de marzo de 2003, cuando ya la invasión había comenzado, prometía proteger a los civiles iraquíes y decía que su único objetivo era “quitar una amenaza y restaurar el control de su país a su propio pueblo”. Con cinismo prometía superar los peligros “y continuar con la obra de la paz” así como “llevar la libertad a los demás”.9 Impúdicamente, utilizó y sigue utilizando el lenguaje de la libertad y de la paz para justificar la opresión, la tortura y la guerra.
El viernes pasado, en nuestra iglesia, ante el quinto aniversario de la invasión, varios jóvenes organizaron un culto para recordar todas estas mentiras y para animarnos mutuamente a resistir e insistir no solamente que Estados Unidos retire sus tropas de Irak (y de paso, ¿por qué no del resto del mundo?) sino que busque la manera de arrepentirse y de hacer el bien. En una carta que nos invitaron a firmar y que luego enviaron al diario Chicago Tribune, escribían: “Nos hemos juntado para confesar nuestra complicidad en el conflicto en Irak, llorar por todos los muertos de todas las nacionalidades, y alentarnos en el trabajo por la paz. Le hemos pedido a Dios que nos guíe en el camino a la justicia y la paz”. En la misma, además de pedir que se retiren las tropas, abogaban por la implementación del “impuesto por la paz”, una ley que permitiría que quienes por motivos religiosos, filosóficos o humanitarios nos confesamos pacifistas, podamos impedir que nuestros impuestos se utilicen para apoyar el aparato militar.10
Con ese dejo de esperanza que conlleva la confesión, la alabanza y la lucha conjuntas, sabiendo también que somos muchos los que nos acercamos a este aniversario con dolor y con rabia, vuelvo a la pregunta de Sofía: ¿Cómo podemos saber cuándo alguien gana una guerra? Tal vez la respuesta tendría que pasar por reformular lo que significa “ganar”, a la manera de Jesús, cuando ponía los valores hegemónicos patas para arriba y decía que los que quisieran salvar su vida la perderían: “Porque ¿qué aprovechará al ser humano si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?” (Marcos 8:36), Estados Unidos no puede “ganar” esta guerra en términos convencionales; aunque pocos de entre los poderosos quieran admitirlo, ya la perdió. Pero sí podría transformar esa “pérdida” en ganancia para la justicia. Poka Laenui, activista y defensor de la soberanía e independencia de Hawaii, propone siete pasos para que Estados Unidos logre una “salida honorable” del Irak: (1) confesión de culpabilidad (que Estados Unidos confiese ante los iraquíes y el mundo que se equivocó al invadir y ocupar ese país); (2) pedido de perdón público; (3) reparaciones (compensar económicamente a las familias iraquíes afectadas por la guerra de acuerdo a lo que establezca una comisión objetiva); (4) renunciar al liderazgo y a toda posición de poder en Irak; (5) renunciar a las ganancias económicas sumadas como consecuencia de la invasión, ya sea por parte de empresas o por individuos (esos dineros deberían servir para la compensación); (6) desvincularse formal y realmente de los asuntos iraquíes; (7) hacerse cargo de la responsabilidad por crímenes de guerra ante las cortes internacionales, tanto en el caso de civiles como de militares.11 Un proceso así parece muy caro – hasta que se piensa lo que le saldría al pueblo estadounidense seguir gastando en el presupuesto militar como ahora. Y también parecerá muy loco, muy alejado de la Realpolitik – pero a decir verdad, como teóloga, hace rato que me dejaron de avergonzar las locuras y los desvaríos contrahegemónicos, sobre todo si tienen que ver con la “locura de la cruz” (1 Corintios 1:18-31) que logra por caminos sorprendentes lo que la fuerza bruta y la violencia no pueden: triunfar sobre la muerte.
Entonces, la próxima vez que me lo pregunte Sofía, le voy a contestar:
Sabemos que alguien “ganó” una guerra si se arrepiente de usar la violencia, si pide perdón, si se hace cargo de sus errores y si trata de compensar a los que sufrieron por su culpa.
Nancy Elizabeth Bedford, 19 de marzo de 2008
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1 La organización Iraq Body Count trata de verificar estos casos unos por uno: http://www.iraqbodycount.org/
2 En octubre de 2006, The Lancet estimaba que eran 654,965 las muertes; en septiembre de 2007 Opinion Research Business llegó a la conclusión de que eran más de un millón: http://www.opinion.co.uk/Newsroom_details.aspx?NewsId=78
3 Cf. el informe de Amnistía Internacional: http://www.amnesty.org/en/news-and-updates/report/carnage-and-despair-iraq-20080317
4 El Movimiento de Mujeres Iraquíes, casi sin medios y sin ayuda, está luchando por recuperar derechos que comenzaron a erosionarse ya en la primera guerra del Golfo de 1991: http://www.afsc.org/iraq/personal_stories/iraqi-womens-movement.htm
5 En el documental de Zeena Ahmed y Amal Fadhel, Irak. Historias de mujeres (2006). Se puede ver un clip en: http://www.nodo50.org/mujeresred/spip.php?article913
6 Según la página Wage Peace Campaign: http://www.afsc.org/cost/default.htm
7 En el sitio de National Priorities Project aparece una suma que se actualiza segundo a segundo; además provee una calculadora para ver cuánto le roban los gastos militares a los servicios públicos: http://www.nationalpriorities.org/costofwar_home
8http://www.nytimes.com/2003/03/18/politics/18BTEX.html?pagewanted=3&ei=5070&en=f2482967159e5e85&ex=1205985600
9 http://www.guardian.co.uk/world/2003/mar/20/iraq.georgebush
10 Cf. National Campaign for a Peace Tax Fund: http://www.peacetaxfund.org/ y Conscience and Peace Tax International: http://www.cpti.ws/
11 Poka Laenui, “Una salida honorable de Irak” en Yes! Online: http://www.yesmagazine.org/article.asp?ID=1991
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miércoles, 19 de marzo de 2008

Obama descalifica los sermones de un pastor evangélico negro contra su rival Hillary Clinton

WASHINGTON, 13/03/2008 (Efe/ACPress.net)
La campaña del senador Barack Obama descalificó el pasado 13 de marzo sermones de un pastor evangélico que incluyó duros ataques contra su rival por la candidatura presidencial demócrata, la también senadora Hillary Clinton.

Y eso que Jeremiah Wright, pastor de la Iglesia Unida de la Trinidad, anunció su respaldo a Obama en un sermón pronunciado durante la pasada Navidad. "Barack sabe lo que significa vivir en un país y en una cultura que están controlados por la gente blanca y rica. Hillary nunca sabría eso", afirmó. "A Hillary nunca se le ha dicho negra. La gente nunca ha definido a Hillary como no-persona", indicó Wright en alusión a los términos despectivos usados en algunos sectores contra la población afroamericana de Estados Unidos. La cadena de televisión Fox News informó de que Bill Burton, un portavoz de la campaña de Obama señaló que el senador Obama "de forma reiterada ha dicho que los ataques personales como este no tienen lugar en esta campaña o en nuestra política, sean desde una plataforma en un mitin o desde el púlpito de una iglesia". "El senador Obama no piensa en el pastor de esta iglesia en términos políticos. Hay cosas que dice con las que el senador está en total desacuerdo", agregó.
En un discurso de campaña pronunciado en Ohio a finales del mes pasado, el senador defendió el activismo político del pastor en favor de los negros de este país. "Jeremiah Wright ha dicho algunas cosas que se consideran controvertidas porque son parte de su evangelio social", manifestó Obama, quien fue bautizado en la Iglesia Unidad de la Trinidad, según Fox News. La cadena de televisión señaló que en muchos medios de información a Wright se le han atribuido palabras incendiarias, especialmente contra el racismo. Entre ellas un "hecho número uno: hay más negros en prisión que en la universidad. Hecho número dos: este país se fundó en el racismo y es así como funciona". El pastor evangélico también habría afirmado en uno de sus sermones que Estados Unidos está involucrado en la importación de drogas, la exportación de armas y en el entrenamiento de asesinos profesionales. En su crítica a la cultura dominante en el país Wright afirmó: "Creemos en la supremacía blanca y en la inferioridad negra y creemos en eso más de lo que creemos en Dios", señaló, según Fox News
Fuente: Efe/ACPress.net y cristianet.

sábado, 15 de marzo de 2008

¿Cómo se disuelve la identidad protestante debido a los nuevos movimientos religiosos? ¿Y las iglesias bautistas por dónde van?

Por Luis Eduardo Cantero. Hoy parece que la iglesia cristiana bautista está más preocupada por recuperar una nueva identidad conocida como los baupen, que es una mezcla de doctrina bautista y neopentecostal. Estos grupos por lo general tienden a recuperar la estructura jerárquica, la sanación, la teología de la prosperidad, de la unción, etc. Todos estos agregados han provocado en definitiva, unas divisiones ideológicas y no estructurales que se agregan a nuestras divisiones evangélicas bautistas en Latinoamérica… El objetivo primordial de este artículo es mostrar cómo se disuelve progresivamente la identidad protestante bautista debido a los nuevos movimientos religiosos. Esto nos lleva hablar primero de la iglesia bautista en general.
¿Qué es la iglesia bautista?
La iglesia bautista es una gran familia a nivel mundial, está presente en casi todos los continentes y específicamente, en América Latina su presencia data del siglo XVIII. Sus raíces históricas se encuentran en el movimiento de la reforma religiosa del siglo XVI; en Europa hubo algunos disidentes de la iglesia católica y de la luterana, específicamente en Suiza, quienes enseñaron el bautismo solo de creyentes adultos y por inmersión. (1) John Smith hacia el año 1609 en Inglaterra que fue uno de los fundadores de la iglesia bautista, junto con Roger William, se trasladan a los Estados Unidos en 1938 y establecen la iglesia bautista americana, que con el tiempo se dividió en otras ramificaciones. No es normal que hoy continué dividiéndose, porque ha sido parte de su identidad como grupo religioso. Los bautistas nos definimos como una comunidad numerosa de creyentes cristianos evangélicos, que se han unido voluntariamente en multitud de iglesias locales, reconociendo a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Creemos que la Biblia fue escrita por hombres inspirados por Dios, y adherimos al Credo básico de la fe cristiana. Tenemos una fe y una práctica común, que con el tiempo ha ido sufriendo algunas alteraciones lógicas, según iremos viendo.
Nuestras iglesias bautistas guardan una independencia administrativa, práctica y política de acción. Pero que hoy con los nuevos movimientos religiosos han conllevado romper esa independencia, doctrina, fe y práctica. En la actualidad los bautistas estamos de acuerdo en que el bautismo solo debe ser administrado a los niños mayores de 7 o 8 años de edad. Además creemos que los gobiernos civiles han sido establecidos por Dios para el “bienestar y orden de la sociedad”. Esto implica orar por nuestros gobernantes, salvo en aquellas cosas que sean opuestas a la voluntad de Dios. Pero, en la práctica la mayoría de los bautistas estamos de acuerdo con una separación entre iglesia y el estado.
Seria bueno preguntarles a los bautistas españoles qué ha pasado con este principio ¿Por qué han celebrado un concordato con el estado español para sostener la economía de la denominación? Celebrar un acuerdo con el imperio es caer en la estructura de la iglesia imperial (…), y creemos que este no debería ser el objetivo primario de una comunidad bautista; lo que debemos hacer es recuperar como evangélicos las demandas del Reino de Dios y cumplir con nuestro mandato profético: Liberar a los cautivos, etc. (2)
Unidad y diversidad entre los bautistas.
Dentro de nuestro cuerpo hay una diversidad de pensamientos teológicos, allí encontramos a los conservadores, fundamentalistas bíblicos, libres, del séptimo día, liberales, progresistas, ecuménicos, bautistas neopentecostales: los Baupen. Pero hay unidad en la fe bautista y “práctica” con agregados de seducción religiosa como la sanación y expulsión de demonios, se ha ido desvirtuando el objetivo primario. La tendencia ha estado entre los que creen en una interpretación literal, alegórica al pie de la letra de la Biblia, hasta aquellos que muestran preocupación por los excluidos de la sociedad, los marginados, por la igualdad del género humano, igualdad religiosa entre las comunidades cristianas (ecumenismo), bueno ésta solo se ha dado con mayor representatividad en Australia, México, Costa Rica, Brasil, Alemania y ahora en Colombia, pero en algunos personajes que se han vestido de una nueva moda, con el objetivo de ser tenidos en cuenta, nos parece que son oportunistas, que están tratando de aprovechar de un momento especial de la Historia de la Iglesia (…) Aquí encaja la preocupación de Helen Farley Mejía, quien hace un comentario a uno de estos personajes, más preocupada por la esencia ecuménica del movimiento que por otra cosa.
“Admirado Señor X, estoy en el arduo camino de la búsqueda del ecumenismo, me considero abierta y respetuosa a las infinitas formas de manifestación del amor del Dios y hacia Dios, pero Dios me libre de decir que soy ecuménica y no serlo realmente. Es un término de moda, que pierde real significado ¿o significante? cuando se utiliza sin teoría-acción, y se busca otras cosas...”(3)
En que creemos los bautistas.
Ante esta diversidad de bautistas, ¿dónde se confunden los principios y la doctrina bautista? En el pasado hemos tenido un legado dejado por nuestros fundadores, por los que supuestamente debemos regirnos ya que son principios de fe y doctrina bautista obtenida de la Palabra de Dios. Compartimos algunas de ellas. Los bautistas creemos en un solo Dios, la Biblia como norma de fe y no aceptamos otros escritos como ingredientes de la fe. La salvación es por fe y no por obras, por lo tanto no se pierde. Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, Cristo es el salvador.
Los Bautistas y los derechos humanos.
Los bautistas en la historia de los Estados Unidos han tenido un papel importante en la lucha por los derechos políticos, sociales y religiosos en la población indígena, negra y latinos de los Estados Unidos. Una de las figuras que sobresalen en esta historia de las luchas por los marginados y excluidos de la sociedad: es Martín Luther King, pastor bautista y abogado, por sus accionar se le llamó el apóstol de la no violencia, perteneció a una iglesia bautista negra. A su lado se formó un equipo de líderes que continuó con su proyecto liberador a favor de la igualdad política, social y religiosa del género humano. De ese grupo se destacó el excandidato presidencial y conocido como hombre público Jesse Jackson.
Los Bautista en Colombia.
Los bautistas iniciaron su trabajo de evangelización en las islas de San Andrés y Providencia en 1844 bajo la guía del cónsul estadounidense y el pastor bautista Jaime Livingstone organizó una iglesia bautista en las islas. En la actualidad los bautistas son el grupo más numeroso y representativo de esta isla colombiana. En cambio, la obra Evangelística en el continente comenzó en 1942, bajo la iniciativa de un misionero Schwinsberg que fundó la Iglesia Bautista Central en Barranquilla. En ese momento sus convicciones eran más bien conservadoras, pero debido a las mutaciones religiosas, hoy es baupen. En 1946 se fundó la Primera Iglesia Bautista en Cali y un año después en Bogotá. En los años siguientes la obra bautista se extendió rápidamente por todo el territorio colombiano. En ese momento había una identidad bautista muy conservadora, pero con el tiempo fue mutando, debido a los nuevos movimientos religiosos que surgían, y algunos pastores para no perder sus fieles o por convicción, terminaron adsorbidos por estas ideologías, como veremos a continuación:
A partir de los años 60 y 70 del siglo pasado, debido al gran auge de la teología de la liberación en América Latina, se notaron cambios también en nuestro país, en especial Medellín. Las iglesias evangélicas fueron desafiadas a plantearse nuevos modelos junto al proyecto de liberación propuesto: una identidad teológica latinoamericana. Esto trajo como consecuencias divisiones internas en varias denominaciones históricas entre ellas la presbiteriana e interamericanas. Hoy las divisiones son entre comunidades de características neopentecostales, que pueden ser de modalidades diversas como con tendencia a la expulsión de demonios, cultos de sanación, apostolado y teología de la prosperidad en las iglesias con tradición conservadora. Un ejemplo a citar: las iglesias bautistas, interamericanas, bautistas independientes, presbiterianas cumberland, entre otras. El resultado de esta batalla campal e ideológica fue la creación de dos bloques. Un bloque liberal, que optaba por el proyecto liberador; y un segundo bloque conservador, que optaba por el dogma (hoy deberíamos continuar estos bloques con un tercero: los de la teología de la prosperidad) Los sectores fundamentalistas conservadores se replegaron y se encerraron en sí mismos – todavía se mantienen en esa posición – el otro sector, mas abierto, formado por las iglesias históricas presbiterianas e interamericanas de Laureles en Medellín han sobrevivido en medio de la exclusión de los sectores fundamentalistas conservadoras.
Las iglesias que se insertaron en el proceso liberador, fundaron centros de educación teológica, con nuevos paradigmas de reflexión e iluminado por la teología de la liberación, tales como la solidaridad cotidiana expresada en el compartir el dolor, la esperanza y la lucha de clase de una vida digna y un salario digno (4). En cambio, el bloque conservador comenzó a fortalecer sus centros de formación teológica con el objetivo de contrarrestar el movimiento liberador, y el tema de la teología de la liberación empezó a debatirse “(…) pues lo que siempre se vio como hijos de Dios, ahora se veía como desertores de la ‘Verdadera doctrina cristiana’, herejes, hijos del Diablo” (5).
A pesar de la riqueza temática liberadora que se generaba en ese momento, muchas comunidades no lograron producir cambios en los sectores conservadores. Ellas siguieron adoctrinando a pastores, líderes y creyentes según el esquema tradicional del caudillo dirigente. La critica al poder eclesial centralizado y a otros temas, quedó como tema archivado. El resultado es que hoy no podemos hablar de democracia participativa en los diferentes sectores de la sociedad, si no logramos que en nuestras iglesias e instituciones educativas no la haya también.
Muchas de estas instituciones eclesiales y paraeclesiales han desarrollado un nueva identidad: una fe puritana -con tendencia a la New Age y hacia la mentalidad positiva que se refleja en los sermones del éxito y lucro-, una misión espiritualista de la vida que procura conservar el nombre de “Bautistas” (6), dejando a un lado la historia de los bautistas, sus doctrinas y principios prácticos. No solo eso, sino que se han alejado básicamente de los principios de la reforma.
Ante la preocupación por la salvaguarda de la memoria histórica deberíamos preguntarnos que valor tiene la historia de los Bautistas, los Reformadores, la historia cristiana de los primeros siglos, la misma Biblia. ¿Qué modelo de iglesia debemos construir hoy? ¿Qué importancia tiene la historia a la hora de enfrentar los nuevos desafíos? Y cómo podemos comprender y contestar el desafío que enfrentamos como iglesia en este mundo globalizado. La globalización representa una manera de pensar acerca del mundo y una manera de ver el mundo. Es una manera de organizar prioridades estableciendo por lo tanto un sistema de valores para determinar su importancia. (7) Hoy se dice que vivimos en un mundo globalizado, es decir que somos parte de un contexto que a través de la información y las comunicaciones ya no reconocen barreras geopolíticas. ¿Qué pasa con la Iglesia en este nuevo contexto socioeconómico que se nos impone?
Esta globalización ha provocado un despliegue de la libre competencia de la oferta y la demanda, por eso, la competitividad se constituye como característica de esta nueva identidad religiosa: La competitividad dentro de la economía es solo una modalidad del comportamiento de los actores económicos en el contexto de los mercados competidores, en la religión del mercado deviene objetivo principal de la sociedad entera, como de las empresas y del Estado. Todo en nuestra sociedad se orienta hacia formar para la competitividad: la escuela, las universidades, etc. El objetivo de la educación no es ya la formación integral del ser humano, sino crear personas competitivas, cuantas más mejor. La competitividad se torna el único evangelio que se predica en la nueva identidad religiosa (Baupen). Este evangelio cuenta con evangelistas, teólogos, teólogas, pastores, sacerdotes, etc. como subraya Ricaccardo Petrella: “Los evangelistas son los economistas y expertos que han codificado la economía de mercado basándose en pensadores y científicos como Hobbes, Darwin, Spener, Nietzsche, a quien se manipula sin recato siempre que es necesario.(8)
Esta nueva identidad religiosa tiene su código de ética, que no se caracteriza por la defensa del bien común. Y los frutos de esta ética se resumen así:

- Libertad individual como valor absoluto sin referencia comunitaria, que se desemboca en un individualismo beligerante. Los valores están en los seres individuales, nunca en las instituciones.
- Libre iniciativa como despliegue de la libertad individual, que se desemboca en el libre mercado y sobre todo en el mercado único y pensamiento único.
- Competitividad feroz y agresiva, orientada a la superación y al éxito individual.
- Culto a dios Mamón, al que se le rinde culto y se le ofrece sacrificios de vidas humanas, las de los pobres…
- Darwinismo social, que implica la eliminación de quienes no se atienen a la lógica del mercado.(9)
Por otro lado, esta nueva identidad religiosa tiene su propia teología: La teología de la prosperidad. Esta enseña que todos los cristianos llegarán a ser ricos, según sea su fidelidad a los nuevos credos. Que aquellos que no son adinerados no lo son es causa de su poca fe, desconocen la voluntad de Dios y por su falta de confianza en Él no prosperan. De acuerdo a este mensaje los creyentes pobres son unos ignorantes dignos de lástima. Parece que estos predicadores no han leído algunos pasajes bíblicos que nos informa de cómo San Pablo tuvo que trabajar con sus propias manos para financiar sus propios viajes misioneros, tampoco han leído de lo pobre que era la iglesia en Jerusalén, al punto de necesitar ofrendas de otras congregaciones. El apóstol Pablo nos habla de los tiempos de hambre y necesidad que él pasó en su ministerio. Sus palabras a los corintios al respecto, debieran abrirle los ojos a cualquiera que desea conocer la verdad. Y Jesús mismo no muestra signos de riqueza, ni le interesan, en su propia encarnación. Es más, dice cuanto mucho…” ¡Ay de los ricos…!”
Esta teología ha penetrado algunas denominaciones tradicionales, entre ellas, bautistas, presbiterianas, metodistas, etc. Desde la década de los sesenta del siglo pasado, esta “teología falsa” ha ido ganando seguidores, principalmente en los Estados Unidos, pero, ha tenido gran acogida en los países tercer mundistas: América Latina, África, Asia y en algunos países de Europa, donde justamente más necesidades crea el progreso y la prosperidad de los países ricos. El contenido de ésta teología es repetitiva, hasta que se logra formar una actitud mental al respecto. Los seguidores de la teología de la prosperidad predican con una autoridad que no es del Dios de los pobres, marginales y desposeídos. (10)
Finalmente esta nueva identidad ha provocado un mercado religioso donde los llamados inversores y especuladores, que anuncian el evangelio de la felicidad, predican en realidad el pacto de bienes económicos como norma para romper las ataduras y salir de la pobreza; además defienden la fe como esperanza de que el pacto económico solucionara todos los problemas. Los sacramentos de la nueva religión son los productos comerciales que se venden en la iglesia o a través de los medios de comunicación. Imágenes atractivas, cargada de mensajes subliminales orientados a crear necesidades que los ciudadanos no pueden satisfacer y a motivar el consumo de manera compulsiva. Ante esta realidad. ¿LAS IGLESIAS BAUTISTAS LATINOAMERICANAS QUÉ ACTITUD ASUMEN? Esa es la pregunta que entre todos deberemos responder.
___________
1. Adolfo, Robleto, Conozca quienes son, El paso, C.B.P, 1986
2. Luís Eduardo, Cantero, “Desafíos teológicos para una eclesiología bautista contextual. Elementos fundamentales para hacer misión.” Revista signos de vida, CLAI, Quito, Ecuador, # 39 marzo (2006), p. 7 ss.
3. Helem Farley Mejía, publicado en lupaprotestante, 9 de agosto de 2007.
4. Ejemplo a citar PROMESA, hoy recinto universitario de la Universidad Bíblica Latinoamericana en Medellín y el Seminario Teológico Presbiteriano y Reformado de la Gran Colombia, hoy Universidad Reformada de Colombia, Barranquilla, ha firmado un convenio con otras universidades para ofrecer títulos de grado y postgrado: Especialización y Maestría. Estos centros, el tema de pobreza, marginación y exclusión empezó a debatirse pues lo que siempre se vio como un don divino era confrontado como fruto de la injusticia social. Amilkar Ulloa Entrevista Medellín: Promesa, marzo 20 de 1999.
5. Joaquín, Espinosa Diálogos ecuménicos. Medellín, Iglesia Evangélica Interamericana, 6 de junio de 1999.
6. Pablo, Moreno Una relectura de nuestros principios y creencias bautista a la luz de tiempos nuevos. Medellín: Ponencia presentada en la XLVII Asamblea anual de la Convención Bautista colombiana, enero 5 – 9, 1997.
7. ARAUJO, Alex. Globalization and Word evangelism. Grand Rapids, Baker House Company, 2000: 58. citado por CANTERO, Luis Eduardo. ibíd., p: 34.
8. R. Petrella. El evangelio de la competitividad: Le Monde Diplomatique, diciembre 2003 – enero 2004.
9. Luis Eduardo, Cantero, “Bonhoeffer en defensa de la justicia y la paz. Su vida, pensamiento e influencia en la teología latinoamericana” Revista Signos de Vida, CLAI, Quito, Septiembre # 41 (2006), p. 19
10. Luis Eduardo Cantero, publicado por el editor de obrero fiel http://www.obrerofiel.com/content.php?a=TVE9PQ==&c=TWpNPQ==&st=WXc9PQ==&cnt=TWprM09BPT0
* Luís Eduardo Cantero, es pastor bautista, docentes universitario, colombiano, residente en Buenos Aires., Argentina.

lunes, 10 de marzo de 2008

Juan Sepúlveda reflexiona acerca de la crisis del CLAI

Juan Sepúlveda comienza su encabezado diciendo que era "una crisis anunciada", sigamos leyendo su reflexión:

Mediante carta firmada por el obispo Julio Murray, Presidente del Consejo Latinoamericano de Iglesias (CLAI), el 27 de Febrero comenzó a circular la noticia de la renuncia del Rev. Israel Batista a la Secretaría General de ese importante organismo ecuménico, junto a otros seis funcionarios, entre ellos, la Dra. Elizabeth Salazar, Secretaria de la Región Andina. El impacto de esta noticia se está manifestando en un profuso intercambio de correos electrónicos entre hermanas y hermanos comprometidos con la causa ecuménica.


Al igual que cualquier iglesia, un organismo ecuménico es una institución humana, cruzada por las tensiones normales originadas en la diversidad de visiones, proyectos y estilos de trabajo de quienes las componen. No viene al caso, por lo tanto, escandalizarse ni “rasgar vestiduras” porque un organismo cristiano evangélico esté enfrentando semejante crisis institucional. Pero al mismo tiempo, hay que reconocer que se trata probablemente de la mayor crisis que el CLAI haya enfrentado en sus casi 30 años de historia. Por lo mismo, se hace necesario promover un debate amplio, a la vez honesto y fraterno, que permita construir una interpretación compartida de esta crisis. Sin tal interpretación compartida, será difícil visualizar un camino de salida que convoque a todas las iglesias y organismos ecuménicos de las distintas regiones que hasta ahora han dado vida al CLAI.

La nota difundida por ALC señala que “según fuentes confiables, los motivos de la renuncia tienen su origen en un conflicto de gerenciamiento administrativo en el trabajo desarrollado por el CLAI.” No me corresponde ni tengo los antecedentes para juzgar la existencia y dimensión de eventuales problemas de orden administrativo. Es más, sería muy raro que en una institución del tamaño y diversidad del CLAI, no se lidiara permanentemente con ese tipo de dificultades. Sin embargo, basta prestar atención a quiénes han renunciado y quienes no, para detectar un claro alineamiento geográfico de posiciones. Cuando ante el cuestionamiento de la gestión de un ejecutivo se reacciona solamente a partir de criterios administrativos o lealtades personales, es muy raro que se generen respuestas tan alineadas. Tal alineamiento sugiere, más bien, que están en juego cuestiones más profundas, es decir, visiones distintas acerca del tipo de proyecto ecuménico que el CLAI está llamado a impulsar.


Para alguien que ha participado de la caminata del CLAI a lo largo de su historia, no resulta sorpresivo que el alineamiento de posiciones que se evidencia en esta crisis, coincida en líneas gruesas con una confrontación de visiones acerca del proyecto del CLAI que ha venido desarrollándose por lo menos desde la Asamblea de Barranquilla, en Enero 2001. Me refiero al hecho de que el proyecto que venía impulsando el Rev. Israel Batista desde la Secretaría General, de un CLAI más liviano institucionalmente y mucho más abierto a la cooperación con sectores y movimientos del mundo evangélico tradicionalmente considerados “conservadores”, ha sido cuestionado y resistido fundamentalmente desde las regiones del Río de la Plata y del Brasil, desde donde provino el liderazgo del movimiento ecuménico de las décadas precedentes, con un mucho más claro protagonismo de los sectores “progresistas” de las llamadas iglesias históricas. Subrayo que este análisis puede sostenerse en líneas gruesas, pues estoy conciente que existen muchos matices que relativizan un delineamiento de posiciones puramente geográfico.

No ignoro que esta discusión ha estado efectiva y permanentemente cruzada por diferencias relativas a estilos y formas de gestión. Pero me temo que el escalamiento de la crisis se produjo porque la discusión siempre se mantuvo en ese ámbito, y nunca se generó un debate lo suficientemente abierto y honesto sobre las cuestiones más de fondo que estaban en juego. No se trata de culpar a otros por ello. De hecho, me siento responsable por no haberme animado antes a opinar públicamente sobre este conflicto, que hace rato se venía incubando.


Lo que ahora importa, es que los integrantes de la Junta Directiva del CLAI, y todos los hombres y mujeres que, ya sea por responsabilidades formales o por vocación personal, seguimos viendo al CLAI como un instrumento fundamental para el avance de la causa ecuménica en América Latina, no nos conformemos con las explicaciones puramente formales u oficiales, que difícilmente nos señalarán un camino hacia delante. Creo que junto con la necesaria atención a las consecuencias institucionales inmediatas de las renuncias, la Junta Directiva debería abocarse fundamentalmente a promover un proceso de reflexión y diálogo en torno a la pregunta por el camino de unidad cristiana más pertinente y viable para la América Latina de hoy. Es muy posible que a medida que avancemos en el debate, redescubramos que distintos caminos pueden converger en un mismo destino, siempre y cuando sepamos reconocer y respetar nuestra diversidad.


¡Que el Señor Jesús, que antes de entregar su vida en la cruz oró por nuestra elusiva unidad, nos acompañe en la difícil caminata que tenemos por delante!
Juan Sepúlveda G.Director de Planificación InstitucionalSEPADE
Fuente de publicación de SEPADE Servicio Evangélico para el Desarrollo

viernes, 7 de marzo de 2008

En Colombia las mayorias de las personas son indiferentes al problema: ¿Quienes son los enemigos del pueblo?

Héctor Abad Faciolince en su reflexión acerca del problema que vive Colombia, comienza con una tesis de entrada diciendo: "en Colombia las mayorías están ciegas, o lo que es peor, son indiferentes al horror. Los enemigos del pueblo." Los colombianos hemos vivido en medio de un valle de horror: guerrilla, paramilitares y narcotraficante. Pero, lo doloroso de todo esto es que los paises vecinos como Ecuador y Venezuela, cobijándose bajo una ideología barata del proyecto bolivariano ampare a estos grupos terroristas. Sería bueno que estos presidentes Correa y Chavez sean denunciados ante la corte de la Haya por permitir que estos grupos terrorista tengan libertad y campamentos en su Paises. Quien protege a un delicuente es también un culpable, entonces, es hora de revisar ese famoso proyecto bolivariano y que se dediquen a construir un nuevo proyecto de sociedad, porque me tienen mamao con ese cuentito contra los paises imperialista. Es hora de mirar la reflexión de Héctor Abad Faciolince e interpretar y aplicar a nuestro contexto tan golpeado, quienes en verdad son nuestros enemigos.
Hay una obra de Ibsen que se llama Un enemigo del pueblo. La pieza fue estrenada en 1883 y sigue tan vigente como entonces. Resumida, la historia es la siguiente: Stockmann, el médico de un balneario en una pequeña ciudad noruega, un día se da cuenta de que algunos turistas de los baños termales se enferman gravemente. Ordena algunos exámenes de laboratorio y encuentra que las aguas del balneario están contaminadas por las alcantarillas del pueblo y por los residuos mefíticos de los curtidores de pieles, la otra actividad económica importante de la ciudad. La gente se muere de tifus y otras infecciones por bacterias, después de beber las aguas 'medicinales' del balneario.
El médico, orgulloso de su hallazgo, se apresura a hacérselo saber al alcalde, para que se corrija el problema. El balneario debe ser cerrado durante dos años para permitir los trabajos de limpieza, y hay que publicar la verdad en la prensa, para que los visitantes no corran riesgos. El doctor entrega su estudio al periódico La voz del pueblo. Todo parece muy razonable, pero en pocas horas la sociedad entera se pone en contra del doctor. Los accionistas del balneario se enfurecen y acusan al médico de ser un agitador político. Los trabajadores del mismo temen perder sus puestos y se levantan también contra él. El alcalde le sugiere al periódico que no se publique el artículo del médico, y La voz del pueblo sigue sus instrucciones. El alcalde publica un informe alternativo donde tranquiliza a la gente y dice que se aplicarán correcciones menores a un problema que se pretende exagerar con fines ideológicos.
Se cita a una reunión y la asamblea de ciudadanos abuchea al médico. Votan. Todos, menos un borracho, se ponen contra el doctor Stockmann y lo declaran "un enemigo del pueblo". Lo echan del puesto, el dueño de la casa donde vive pide que la desocupe, y el médico ve que sólo le queda el camino del exilio. La inmensa mayoría, manipulada por el periódico y por los accionistas del balneario, lo vapulean, rasgan su ropa, quiebran sus ventanas, expulsan a sus hijos del colegio. Es odiado por todos porque se atrevió a decir la verdad sobre la podredumbre de la ciudad. Como ven, la de Ibsen es una fábula sobre el problema de decir la verdad en una sociedad enferma, corrompida, podrida por dentro. Los que dicen la verdad alejan a los inversionistas; los que dicen la verdad, dañan la imagen del país; los que dicen la verdad, hacen perder sus puestos a los trabajadores; los que dicen la verdad, son agitadores políticos que buscan el poder y para eso tratan de deponer al gobierno legítimo. Los que dicen la verdad, encuentran muy difícil publicarla en los periódicos, y los periódicos que la publican son declarados también apátridas, enemigos del pueblo.
Lo que está pasando aquí sobre la verdad de lo que han hecho los paramilitares en estos decenios de crímenes asquerosos (torturas, fosas comunes, desapariciones, asesinatos indiscriminados y selectivos, pueblos arrasados, desplazados por cientos de miles), se parece mucho a la denuncia del médico Stockmann. La gente no quiere ni oír hablar de esta verdad. En las encuestas que se hacen, quienes denuncian los horrores del paramilitarismo, pierden puntos y tienen pésima imagen. Quienes las minimizan, suben en las encuestas. El presidente recibe más apoyo que nunca. El doctor Stockmann, al final de la obra, manifiesta entre irónico y serio su decepción por la democracia. Las mayorías están ciegas. También en Colombia las mayorías están ciegas, o lo que es peor, son indiferentes al horror que ven. El temple moral de los colombianos es flojo, por decir lo menos. Los aliados de los asesinos, los tramposos electorales, serían reelegidos. Una porción alta de los encuestados apoya los métodos de los paramilitares. Las inversiones van bien, el desempleo disminuye, los turistas empiezan a visitar el país. Por lo tanto, hay que callarles la boca a los aguafiestas que exageran con fines políticos los crímenes de los paracos.
Mi conclusión es trágica: hay algo oscuro en la conciencia gregaria, sumisa, de la mayoría de los seres humanos: aman el látigo, tienen sed de líderes que les digan lo que hay que hacer, no quieren pensar por sí mismos, sino ser conducidos por un carácter fuerte. Sólo la mano dura, la autoridad rígida, los hace mover en fila y con fines comunes. La sociedad marcha disciplinada cuando la dirige un ogro furibundo. También durante Franco, Hitler, Mussolini, se construyeron las grandes autopistas, la inflación se detuvo, volvieron las inversiones. Así somos los seres humanos. Los que digan una verdad que contradiga la mentira pública, serán declarados enemigos del pueblo. Y si se van del país y enfermos de un amor rencoroso, declaran lo que acaba de declarar (dolorosamente) Fernando Vallejo, entonces el linchamiento moral queda asegurado. Salud entonces, sumisos compatriotas ciegos, sigan brindando con las aguas podridas del balneario en que vivimos.
Fuente: Héctor Abad Faciolince

sábado, 1 de marzo de 2008

Muere el número dos del grupo terrorista Farc 'Raúl Reyes',

Elpais.com.co-Colprensa La prensa colombiana informa que: Fue dado de baja alias Raúl Reyes, es el golpe más contundente que se le ha dado este grupo terrorista", con esta frase el ministro de la Defensa, Juan Manuel Santos, acaba de confirmar la muerte de uno de los miembros del Secretariado de las Farc, lo que se convierte en el principal golpe a este grupo ilegal. Santos anunció la noticia al país en rueda de prensa realizada en el Ministerio de la Defensa, en la cual estuvo acompañado la cúpula militar, la cual dejó expresar en sus rostros la satisfacción por el operativo. Santos, quien leyó un comunicado, informó que la acción militar se inició a las 12:25 minutos de la madrugada, luego de haber recibido información de una fuente humana que permitió identificar la ubicación de Reyes. Explicó que tras iniciado el operativo, las Farc respondieron con un ataque a los aviones de la Fuerza Aérea, el cual se produjo desde unos 1.800 metros distante de la frontera. Santos igualmente confirmó que el miembro del secretariado fue abatido en un campamento que las Farc tenían instalado en territorio ecuatoriano, por lo cual los integrantes de la Fuerza Pública entraron al vecino país a recuperar los cuerpos.
El ministro sostuvo que dicha acción fue informada de manera inmediata por el presidente de la República, Alvaro Uribe Vélez a su homólogo del Ecuador, Rafael Correa. La acción militar, la más contundente contra la organización de las Farc, también permitió dar de baja al ideólogo de las Farc, Guillermo Enrique Torres, alias "Julián Conrrado". Juan Manuel Santos consideró, como "el golpe más contundente que se le ha dado a este grupo terrorista".
El cádaver de Reyes será traslado a Bogotá, a donde llegará hacia las 2 de la tarde, en un operativo dirigido por los altos mandos militares. Previamente, el cuerpo fue remitido en un helicóptero al aeropuerto de Puerto Asís, Putumayo, desde donde un avión Hércules de la Fuerza Aérea Colombiana (FAC) remitirá el cadáver a la Base Aérea de Catam, en la capital del país.
Ante esta crueldad que podemos decir, si ayer los verdureros del discurso izquierdista (venezolano y colombianos) celebraban otra acción de entrega, de libertad. Todos lloraban de gozo por la libertad, hasta una secuestrada aceptaba un regalo como un recuerdo (un manojo de flores) de haber estado conviviendo con estos asesinos e indolente. Me pregunto ¿recuerdo de qué? Si estos terroristas asesinaron a su esposo y a muchas familias ¿Vale la pena recordar 6 años privado de la libertad, viviendo en condiciones pauperrima? Hoy celebran los verdureros de la derecha: los noticieros y otros medios hicieron lo mismo ¿Hay que seguir matando para celebrar un triunfo? Que ironía tiene la vida, ¿ante esto podrá Colombia tener futuro? Estamos volviendo a revivir los enlatados del oeste americano: El zorro, el llanero solitario, etc.