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miércoles, 31 de agosto de 2011

De la periodista Cathleen Falsani: Sale un libro sobre Justin Bieber y su fe en Jesús

La periodista estadounidense Cathleen Falsani, columnista conocida por su amplia cobertura al fenómeno religioso, dará a conocer el 27 de septiembre “Belieber!", un juego de palabras entre "creyente" (believer) y el nombre del cantante (Bieber). Tiene como subtítulo "Faith, Fame and the Heart of Justin Bieber" (Fe, fama y el corazón de Bieber). Es un libro basado en la estrella del pop de 17 años de edad y su fe de acuerdo con sus entrevistas y mensajes públicos a sus fans; incluyendo las redes sociales e internet.
En un trailer del libro Falsani ha dicho que "explora, en primer lugar lo que Justin ha dicho acerca de su fe, cómo se comunica con sus fans ya sea en Twitter o a través de una canción, un video y una entrevista, y luego también cómo sus fans reaccionan ante él y lo que ha dicho en sus vidas y lo instructivo o influyente que ha sido en la vida de estos jóvenes." Los comentarios del joven artista de origen canadiense que recoge el libro van desde: "Jesús ama a cada uno de ustedes!" a su opinión sobre drogas, el sexo y el aborto, derivada de su fe en Jesús. A principios de agosto, Bieber declaró frente a millones de personas, después de recibir el premio Teen Choice al mejor artista masculino: "Quiero decir que todo es posible... Tienen que mantener a Dios en primer lugar en sus vidas. Jesús ama a cada uno de ustedes!"
EL TWITEO


Cuando Sean Kingston estuvo involucrado en un accidente de esquí en la Florida, Bieber twiteó pidiendo a sus seguidores que oraran por el cantante. Mientras que las niñas (y adultos) que le siguen están viviendo en su mayoría la fiebre Bieber de manera superficial, Falsani examina que cada vez más de sus fans se pasan de "beliebers" a "believers" (creyentes). Una chica comentó: "Creo que es una gran cosa para esta cultura tener un artista muy grande que ama al Señor."


Falsani señala que gracias a Bieber sus jovencísimas seguidoras están twiteando comentarios como: "La manera de hablar acerca de su fe me ha hecho creer en Dios y yo antes no creía que Dios existía". Quizás esta sea la primera vez que un artista juvenil de la talla de Justin Bieber utiliza su fama para compartir la fe cristiana de una manera tan abierta y sin temor de ser criticado o marginado.


CONVERSACIÓN CON LA SOCIEDAD


La periodista cree que mediante su fama, Bieber está teniendo una conversación con el mundo acerca de Dios sin necesidad de sonar a sermón . En este sentido, ha destacado que en su persona ha logrado la apertura de un punto de entrada para hablar de cosas importantes como la fe, Dios, el amor y la gracia y creencias diferentes, sin predicar de manera que suene a religiosa a la gente. En febrero de este año, Bieber reveló en una entrevista que "tiene mucho que agradecerle a Jesús" . "Soy cristiano, creo en Dios y creo que Jesús murió en una cruz por mis pecados. Creo que tengo una relación con él y que puedo hablarle, y que él realmente es la razón por la que estoy aquí, así que definitivamente tengo que recordarlo. Tan pronto como empiezo a olvidarlo tengo que volver atrás y recordar, ya sabes, que esto es por lo que estoy aquí".


El libro viene acompañado de aplicaciones para iPod Touch, iPhone, iPad, y por supuesto su página de seguidores de las redes sociales de Twitter y Facebook.

Fuentes: MundoCristianotv


©Protestante Digital 2011

martes, 30 de agosto de 2011

Prólogo a Chiapas para Cristo: Las enseñanzas de la práctica misionera tienen que ser evaluadas desde distintas ópticas

Por. Carlos Martínez García, México


Una de ellas es la de quienes se establecieron por largo tiempo en alguna zona lejana, geográfica y culturalmente, a su propio entorno. Es el caso de los misioneros de la Iglesia Reformada en América, cuya primera pareja se asentó en tierras chiapanecas en 1926 . Entonces, junto con misioneros nacionales y locales, eligieron como lema para sus tareas el de “Chiapas para Cristo”. Las líneas que siguen son el prólogo que escribí para el libro que conjunta escritos de misioneros de larga experiencia en Chiapas . Cada capítulo recoge las reflexiones bíblicas, históricas, culturales y misionales fruto de varias experiencias intelectuales y espirituales de quienes llegaron a Chiapas invitados por grupos de creyentes chiapanecos.

Pronto el libro estará en circulación. Ente tanto comparto con los lectores de Protestante Digital las páginas iniciales que fui invitado a escribir como presentación del volumen:«Llegan de muchos lugares y con las más variadas motivaciones. Algunos(as) permanecen unos cuantos meses o pocos años. Otros, los personajes que más nos interesa estudiar, pasan la mayor parte de su vida entre poblaciones y habitantes de los que casi nadie más se ocupa, como si no existieran en la geografía y la cultura nacionales. Son los misioneros, mayormente los enviados para difundir alguna creencia religiosa, aunque también los hay en muchos otros campos, como el político, de salud, de los derechos humanos. El tema es muy vasto, simplemente hay que recordar la existencia histórica, en el seno del cristianismo, de viajes misioneros en la Iglesia primitiva, de los cuales da cuenta el Nuevo Testamento. Esos viajes le imprimieron a la naciente Iglesia el carácter para trascender fronteras geográficas, sociales, étnicas y culturales.

Damos un salto de varios siglos y nos encontramos con el auge de las misiones protestantes en el siglo XIX, sobre todo las de iglesias libres, es decir, las de agrupaciones de creyentes que NO se identificaban con la confesión religiosa oficial del Estado. Al llegar al territorio estadounidense los peregrinos que en Europa pertenecían al tipo de iglesias libres, tuvieron entre sus preocupaciones básicas la de extender sus creencias religiosas. Se organizaron infinidad de sociedades misioneras para enviar voluntarios a tantos países como les fuera posible.

En el caso de México, a partir del último tercio del siglo XIX arribaron al país misioneros metodistas, presbiterianos, bautistas y congregacionales, entre otros. Antecesores de todos ellos fueron John C. Brigham, congregacional, agente de la Sociedad Bíblica Americana, quien trabajó en México en los años 1824-1826; y James Thomson, que llegó a la nación mexicana en 1827, auspiciado por la Sociedad Bíblica Británica y Extranjera, con el fin de distribuir la Biblia. Hacemos otro salto, para situarnos en Chiapas, donde en 1926 se asientan John y Mabel Kempers, mediante un convenio que establecen la Iglesia Nacional Presbiteriana de México (INPM) y la Iglesia Reformada en América (IRA). El acuerdo fue firmado por ambas partes en 1925. Antes de los Kempers hubo varios misioneros extranjeros espontáneos en Chiapas, tanto norteamericanos como guatemaltecos, quienes a fines del siglo XIX y principios del XX trataron de difundir su fe en Tapachula, en las fincas cafetaleras del Soconusco y en Tuxtla Gutiérrez. Le corresponde a la IRA la línea con la mayor continuidad en el trabajo misionero en Chiapas , por lo que en el 2006 esa denominación celebró ocho décadas de colaboración con la INPM. Se organizaron varios actos para celebrar el acontecimiento, tanto en Chiapas como en Estados Unidos. Por parte de la IRA se publicó un número especial de la revista Reformed Review , en el que hicieron una especie de evaluación misioneros con larga experiencia de trabajo en Chiapas. Esos escritos son los que conforman el presente libro.

Los misioneros de la IRA ya tenían casi década y media en Chiapas, cuando hicieron su aparición los del Instituto Lingüístico de verano (ILV) . Este hecho le ha pasado desapercibido a prácticamente todos los “chiapanólogos” que se han ocupado de investigar el asentamiento y expansión del protestantismo en los pueblos indios de Chiapas. Casi siempre reproducen la afirmación de que el cristianismo evangélico llegó a los indígenas chiapanecos mediante los enviados del Instituto Lingüístico de Verano. No fue así, y de ello hemos dado cuenta en distintas publicaciones de nuestra autoría. Mientras los del ILV —que para realizar una parte de su labor (la de rescatar por escrito los idiomas indígenas) establecen convenios con los gobiernos— fueron objeto de severas críticas e impugnaciones por parte de los y las antropólogos nacionales; la presencia y obra de los misioneros de la IRA en territorio chiapaneco prácticamente han sido ignorados por los impugnadores del ILV. Tal vez sea porque los de la IRA desde un principio buscaron colaborar con iglesias locales, sus cuerpos regionales y su liderazgo nacional, mientras el ILV presentaba su labor como más ligada a temas culturales y mantenía en bajo perfil sus tareas específicamente religiosas, lo que le valió acusaciones de encubrir sus verdaderos propósitos al trabajar entre los indígenas.

En el verano del 2005 se realizaron varias despedidas a una pareja de misioneros de la IRA, un matrimonio procedente de Holland, Michigan, y que trabajó por casi cuarenta años principalmente con los indios de Los Altos de Chiapas. Él, además de antropólogo, es teólogo y fue coordinador, junto con su esposa, de la traducción de la Biblia al tzotzil de Chenalhó. En razón de una investigación que tengo en curso, y que se ocupa de los actores de la expansión del protestantismo evangélico en Chiapas, he tenido varias conversaciones con esa pareja misionera.En este ejercicio me ha quedado claro que, por lo menos en su caso (que hago extensivo a la línea iniciada por la IRA en 1926) la explicación preferida por muchos críticos, en el sentido de que los misioneros son nocivos para las poblaciones indígenas, es errónea y hasta injusta. Es errónea porque no llegaron como agentes exógenos por sus ganas y por su cuenta, sino que fueron invitados por un grupo de indígenas para trabajar con ellos. Y es injusta porque al convivir en las mismas duras condiciones de sus invitadores, se identificaron con ellos, con sus aspiraciones, y les acompañaron en su búsqueda por hacer realidad el respeto a sus derechos humanos, tan vulnerados por un medio históricamente opresivo.

Los misioneros y las misioneras, en particular quienes gastan sus vidas en décadas de servicio a los indígenas, llegan a fundirse con los sujetos de la misión. No les imponen unas creencias, sino que intercambian con ellos y ellas mensajes, convicciones y objetivos, hasta ser vistos por los “receptores” —quienes en realidad son sujetos activos y no recipientes vacíos en los que se pueda verter lo que uno quiera— como uno de ellos. Es el caso de René y Carla Sterk , la pareja que hace casi cuarenta años llegó del norte a Chiapas y permaneció por casi cuatro décadas entre sus habitantes y territorio. Por cierto, al parecer cuarenta años son un lapso cuasi normativo para los misioneros que han trabajado entre los indígenas de Chiapas. Cuarenta años estuvieron en esas tierras los primeros misioneros de la IRA, John y Mabel Kempers . Garold y Ruth Van Engen permanecieron de 1943 a 1978, dedicándose a servir a los tzotziles de Chenalhó. Samuel y Helen Hofman coadyuvaron en la obra de los tzeltales y tojolabales evangélicos, lo hicieron entre 1959 y 2000. Cuarenta años permaneció allí otro misionero (1960-2000), el obispo católico de la Diócesis de San Cristóbal de las Casas, Samuel Ruiz García . Vale mencionar que una de las influencias de Samuel Ruiz para desarrollar su práctica eclesiológica y pastoral, además del Concilio Vaticano II, fue su comprobación de los magníficos resultados alcanzados por los misioneros protestantes en los pueblos indios de Chiapas, particularmente de Marianna Slocum y Florence Gerdel (ambas del Instituto Lingüístico de Verano) entre los tzeltales.

Y más de la mitad de ese lapso de cuatro décadas lleva en el lugar alguien formado en las aulas de la Universidad Nacional Autónoma de México, donde estudió filosofía, y a quien han llamado de muchas formas, pero al que también le queda el título de misionero: el subcomandante Marcos, misionero social y político del Ejército Zapatista de Liberación Nacional, pero misionero al fin . Él llegó con ciertos objetivos, de los cuales sus misionados se apropiaron y enriquecieron en el camino con su gran capacidad para hacer florecer un mensaje originalmente exógeno. Chiapas, tierra fascinante para los misioneros.»



©Protestante Digital 2011

lunes, 29 de agosto de 2011

“COMAMOS EL LIBRO”: ACTUALIDAD DE LA PALABRA DIVINA

Por. Leopoldo Cervantes-Ortiz, México

Pero hay otros libros que se escriben con la carne y la sangre del autor. Esos no son para ser leídos sino para ser comidos. “¡Come!”, fue la orden que el ángel dio al vidente de Patmos al entregarle un libro. Los libros escritos con carne y sangre hacen que la carne tiemble. Y precisamente, ese temblor de la carne es lo que nos dice que el libro que estamos leyendo fue escrito con la carne y la sangre de quien lo escribió.[1] Rubem Alves
1. Una gran metáfora de la apropiación de la Palabra
Dos veces en las Sagradas Escrituras se encuentra la orden divina de comerse un libro, de devorar y paladear el vehículo de la Palabra divina y la palabra misma. En la primera de ellas, un profeta procedente de familia sacerdotal que comienza su labor en los inicios del exilio del pueblo de Israel en Babilonia y recibe la presencia del Espíritu para realizar dicha labor, es conminado a “comer” un rollo al mismo tiempo que es enviado a sabiendas de que ese pueblo ha sido rebelde para recibir el mensaje divino. Las implicaciones de una acción de esta naturaleza van más allá del mero simbolismo aludido en otros pasajes bíblicos, como los salmos 19 y 119, que no dudan en utilizar metáforas culinarias para referirse a la exquisitez del sabor de la Ley o de la Palabra divina. Aquí, las circunstancias son diferentes: luego de una profunda crisis espiritual, social y política, el hombre enviado por Dios debe afrontar, literalmente, aunque se trate de una visión, la degustación de un rollo que contiene la voluntad de Yahvé para un pueblo que comienza su cautiverio como castigo por su rebeldía. La condición sine qua non para desarrollar su trabajo es el acto mismo de comer ese rollo.
El trato con los libros y el conocimiento emanado de ellos es tratado por otro libro de las Escrituras hebreas se refiere a la dificultad de tratar con ellos, porque incluso el mucho estudio puede llegar a ser fatiga de la carne (Ecl 12.12). La importancia de la lectura para acceder al mensaje divino, aun cuando ésta estuviera bastante restringida para la mayoría del pueblo, no lo eximía de la responsabilidad de apropiarse del contenido de los textos con familiaridad y profundo apego.
Ezequiel debía realizar este acto simbólico para comprender los alcances del mensaje, de ahí la ambivalencia del sabor del rollo, pues al profeta le sabe a miel (3.3b), aunque su contenido es de “endechas, lamentaciones y ayes” (2.10). Justamente, él tendría que ser el intermediario entre esos dos extremos: por un lado, debía comprender a Dios, quien su afán pedagógico, está por dar al pueblo una serie de lecciones acerca del proceso de la historia de la salvación, ya sin la existencia de un Estado, un territorio, un templo y un sacerdocio, lo cual no era poca cosa, y por el otro, debía valorar muy bien el contexto con que la comunidad enfrentó este inmenso drama nacional. Como explica Sicre: “Las amenazas externas y las revueltas internas fomentan en ellos la esperanza de que el castigo enviado por Dios sea pasajero; piensan que el rey Jeconías será liberado pronto y que todos volverán a Palestina. Lo que menos pueden imaginar es la destrucción de Jerusalén y el aumento del número de deportados”.[2] Incluso hay quienes han discutido sobre la salud mental de Ezequiel al momento de recibir semejante encomienda: su amor por la Palabra divina no debía estar reñido con la comprensión del momento que vivía su pueblo. Se trataba de una situación extrema y potencialmente dañina para la fe si no se transmitía adecuadamente el mensaje anunciado.
2. “Comamos el libro”: una orden histórica y actual
Comer el libro hoy, como representó la repetición del acto simbólico para el vidente de Patmos (Ap 10.9-11), significa no cejar en la familiaridad con la Palabra divina, pero siempre con la disposición para responder a los desafíos históricos siempre diferentes. La lectura de los signos de los tiempos a través del conocimiento de la Palabra divina es una exigencia que debe producir un discernimiento que no siempre tiene un rostro amable. El encuentro con las realidades históricas, muchas veces contradictorio, contrasta con la manera en que se aprecia el valor de las Escrituras en la vida cotidiana, pues lo que en el nivel macroscópico puede resultar complejo para aceptar, dada la fuerza y la intensidad del mensaje profético, para el nivel microscópico o comunitario puede ser de gran bendición y promesa.
Lo mencionado era el caso para el desterrado en Patmos, quien vivía una experiencia similar a quienes fueron llevados a Babilonia, pero que al escuchar la orden de comer el libro, también recibe la admonición sobre lo que sucederá con su gesto profético: era dulce, pero amargó su vientre, como si la digestión histórica fuera el aspecto más delicado del suceso.
La visión histórica y simbólica de este apóstol lo coloca, igual que hoy y siempre, ante lña disyuntiva de “disfrutar” del sabor de la Palabra, a sabiendas de su carácter dual: anuncio esperanzador para los fieles que aman la voluntad divina, pero denuncia profética sin concesiones para quienes se oponen a la actuación de Dios en la historia. Coyunturalmente, como en el caso de Ezequiel y Juan, muchas situaciones parecen repetirse, aunque las exigencias divinas siempre serán nuevas. “Comamos el libro” para alimentar nuestra fe y nuestra esperanza y no temamos afrontar el aspecto amargo de esta deglución, esto es, la necesidad de ser fieles a proclamar un mensaje que en muchas ocasiones lastimará los oídos de quienes no escuchan y son rebeldes a la voluntad divina.


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[1] R. Alves, cuarta de forros de Saborear el infinito. Antología de textos. México, Dabar-Centro Basilea de Investigación y Apoyo, 2008.
[2] J.L. Sicre, Profetismo en Israel. El profeta. Los profetas. El mensaje. Estella, Verbo Divino, 1992, .p. 330.


Fuente: Enviado por su autor Leopoldo Cervantes - Ortiz, teólogo mexicano, pastor, escritor y poeta.

domingo, 28 de agosto de 2011

Respuestas en defensa de una cosmovisión bíblica: ¿Hay alguna evidencia sobre la existencia del alma?

Un Fundamento Importante
Hay muchas cosas que nosotros como cristianos, damos por sentado respecto a lo que creemos acerca de la naturaleza de Dios y la naturaleza de nuestro mundo físico. Muchas de estas verdades necesarias son aceptadas sin examinarlas mucho, aún cuando resultan críticas y fundamentales para la fe que profesamos. Una de esas verdades fundamentales es algo llamado “dualismo.” Como cristianos, tú y yo creemos que hay más en esta vida que el mundo físico que nos rodea. También creemos que este corto período de tiempo de existencia no es todo lo que nos espera como humanos. Tenemos la esperanza del Cielo. Pero para que esto sea verdad, debemos mantener la visión de DOS realidades: la física y la espiritual. Es una visión ‘dual’ del mundo que nos rodea. Creemos tanto en el cerebro como en la mente, el cuerpo y el alma (una esencia diferente al cuerpo y que no se desintegra con la muerte), la existencia material y el reino espiritual. Este concepto de dualismo, el reconocimiento de dos esferas y realidades coexistentes, es crucial para nuestra fe como cristianos. Si el dualismo NO es verdad (la visión opuesta es llamada a menudo ‘monismo’ o ‘fisicalismo’) entonces no hay un reino donde Dios exista, no tenemos almas diseñadas para la salvación y la vida con Dios, y no hay una vida después de esta. Eso es por lo que es tan importante examinar la VERDAD del dualismo.
¿Podemos Probarlo Científicamente?
Así que ¿cómo comenzamos a probar la existencia de algo que no puede verse? ¿Qué clase de ciencia podremos utilizar? Después de todo, la ciencia trata con lo natural, con la esfera física, y nosotros estamos tratando de medir algo que es inmaterial. ¿Será la ciencia el instrumento adecuado para llevar a cabo esta tarea? Probablemente NO. Un mejor y más racional método sería ver el asunto desde una perspectiva filosófica y ver si hay alguna razón filosófica racional para creer en cualquier cosa inmaterial. Así que, eso es exactamente lo que haremos. Comenzaremos con ver la posibilidad de solo una realidad inmaterial. Comenzaremos por ver la existencia de la MENTE. Si podemos aportar las pruebas de la existencia de la mente, podemos abrir la posibilidad a otras realidades inmateriales, tales como el alma y el reino espiritual, así que esa será nuestra tarea. Necesitamos reconocer que el fisicalismo estricto, niega la existencia de cualquier cosa inmaterial y no física. Para esta forma de pensamiento, NO hay objetos inmateriales abstractos. Todo lo que existe en el mundo, en esta postura, puede ser descrito usando la física y la química. En esta visión, no existe la mente; solo hay un cerebro material que contiene neuronas y fibras C que están disparándose como una serie de eventos eléctricos y químicos que causan una sensación mental (por ejemplo, un pensamiento o la presencia de dolor). Para los fisicalistas, solo hay un cerebro y un sistema nervioso, limitado al mundo físico, y conteniendo propiedades físicas en las cuales ocurren eventos físicos. Para los fisicalistas, cualquier idea de que haya una “mente” o un “alma” es simplemente el producto de la función física de nuestros cerebros. Estas cosas realmente no existen; son simplemente el producto del trabajo físico de nuestros cerebros.
Evidencia de la Ley de Identidad
Como cristianos, rechazamos el fisicalismo y creemos que hay DOS realidades, el cerebro y la mente, el cuerpo y el alma. Creemos que hay una realidad inmaterial e invisible. Y hay evidencia para apoyar nuestra creencia. Comencemos por establecer la forma en que vamos a abordar esta evidencia. Seamos racionales y lógicos acerca de ello. De hecho, comencemos con una sencilla LEY de lógica llamada la Ley de Identidad. Realmente es una ley muy simple. Esto es lo que declara:
A = A
Caray, no puede ser más simple que eso, ¿no? La Ley de identidad simplemente establece que algo a un lado del signo de igual, es idéntico a algo en el otro lado de la ecuación, si tienen exactamente las mismas cualidades o propiedades. Si esto es cierto, podemos decir que ellas tienen una “relación de identidad”. Ahora, a veces esto es fácil de entender. Por ejemplo, es fácil ver que esto es verdad:
Jorge Washington = Jorge Washington
Podemos ver fácilmente que eso es cierto. Pero, ¿qué pasa si cambiamos ligeramente la ecuación? Vean esto:
Jorge Washington = Primer Presidente de los Estados Unidos
Mientras que al primer vistazo la ecuación puede verse diferente, en realidad podemos ver que aún tiene una relación de identidad debido al hecho de que todas las cualidades y propiedades de Jorge Washington (su vida, historia y propiedades biológicas) son idénticas a las cualidades y propiedades del “Primer Presidente de los Estados Unidos.” Bien, entonces, apliquemos esto a nuestro examen sobre el Alma. Los médicos aseguran que aquí existe una relación de identidad:
el cerebro = la mente
el cuerpo = el alma
Si esto es cierto, encontraremos que todas las propiedades y cualidades de un lado de la ecuación deberán ser idénticas a todas las propiedades del otro lado de la ecuación. Si NO puede decirse esto; si hay DIFERENCIAS en las cualidades y naturaleza de los elementos en los lados opuestos de la ecuación, entonces sabemos que SÍ tenemos dos realidades, tal como los cristianos lo han sabido siempre.
Diferencia Uno: “Público” contra “Privado” (El Razonamiento del Conocimiento Privado)
Bien, comencemos con este corto ejercicio. Tómate un momento y piensa acerca de un auto imaginario. Imagina que tienes la oportunidad de CREAR cualquier cosa que quieras. Aquí el costo no está limitado, y tú puedes darle cualquier forma que te guste. No necesitas estar limitado por ninguna forma o diseño pre-existente. Tú puedes crear cualquier cosa que puedas imaginarte. Muy bien, ahora quiero que grabes este auto en tu mente. Tómate un minuto. Grábalo claramente, ¿OK? ¿Listo? Ahora, si yo te pusiera con un artista gráfico por unas cuantas horas, ¿crees que podrías trabajar con él para darnos una idea visual de lo que estás pensando? ¡Desde luego que podrías! Tú podrías trabajar junto a él para asegurarte que la forma que tienes en tu mente pueda ser expresada detalladamente para el resto de nosotros. Al final, TODOS seríamos capaces de ver exactamente lo que estuviste pensando.
Ahora, aquí está el dilema para el fisicalista. No existe un carro así fuera de tu cuerpo donde lo viste PRIMERO y luego simplemente nos lo describiste. Este auto, con su muy particular forma y estilo, se encuentra solo dentro de los pensamientos de tu mente. Tu cerebro no hace referencia a los datos ópticos de un objeto en la habitación. Y los neurofisiólogos no pueden abrir tu cerebro físico y localizar el auto o su forma o propiedades. Pero piensa en esto por un segundo. ¡Tu imagen del carro SI tiene propiedades! Sin embargo estas propiedades no pueden ser VISTAS en el cerebro por los de afuera que abrieran tu cabeza y trataran de mirarlo. Lo mejor que la ciencia puede ofrecer, es tal vez un conjunto de neuronas que puedan ser las responsables por CAUSAR la sensación, pero simplemente están identificando dos cosas SEPARADAS que tienen una relación causal entre ellas, así como hay una relación causal entre un file MP3, el microchip y el sonido de la música (pero recuerda que la música audible NO es lo mismo que el microchip).
Las propiedades de tu auto ideal son propiedades conocidas privadamente. Solo tú las conoces y las experimentas. Aquellos de nosotros que estamos en el exterior de tu mente, no podemos ver en tu cerebro, encontrar el auto y describir sus propiedades. Estas no pueden ser vistas por TODOS. A menos que tu me hables de ellas, yo NO tengo idea de lo que estás pensando. La realidad del auto yace solo en TU conciencia privada. Así que aquí tenemos un simple argumento para demostrar que el CEREBRO y la MENTE son dos cosas diferentes:
1 Las Propiedades Físicas Pueden Ser PÚBLICAMENTE Conocidas.
Por ejemplo, todos podemos ver una pieza de escultura. La escultura es física y todos pueden tener acceso a ella.
2 Las Propiedades Mentales Solo Son Conocidas PRIVADAMENTE.
Es imposible para nosotros saber públicamente lo que la escultura te haga sentir. Tú tendrías que decírnoslo. Nosotros no podremos saberlo mediante un examen físico de tu cerebro, a menos que tú nos DIGAS lo que estás sintiendo.
3 POR TANTO: Las Propiedades Mentales NO Son Propiedades Físicas.
¿Ves lo que esto significa? Ahora podemos concluir que el cerebro físico es algo diferente de la mente inmaterial. Ellos son diferentes porque uno posee conocimiento que mantiene en privado (la mente) y el otro (el cerebro) no.
Definitivamente, con el fin de ser breves aquí, hemos simplificado esta evidencia al extremo, pero esperamos que estés comenzando a comprender la base filosófica del dualismo. Pero pasemos a la…
Diferencia Dos: “Yo” contra “Mi Cuerpo” (El Argumento de La Primera Persona)
¿Cuántas veces has escuchado a alguien decir: -“Yo soy un cuerpo”? No escuchamos eso a menudo. En vez de ello, sí escuchamos expresiones como “Yo tengo un cuerpo.” En esta segunda oración, ¿quién es “Yo”? ¿Quién es la persona que tiene el cuerpo? Cuando decimos algo como, “me duele mi dedo,” ¿Por qué decimos ser algo aparte del dedo? ¿Por qué reclamamos ser poseedores de algo, cuando de hecho, no somos algo independiente a él? Cuando dices “Este es mi cuerpo,” ¿realmente lo que quieres decir es, “Este es el cuerpo que pertenece a este cerebro”? Desde luego que no.
Cuando digo algo como eso, quiero decir exactamente lo que dije. ¡Este es MI cuerpo! Parece que instintivamente se que “YO” (la descripción de mi mismo en primera persona) soy alguien diferente al cuerpo físico que habito. Continúo diciendo cosas como, “Este es mi cuerpo,” de la misma forma que diría “Este es mi sombrero.” “YO” y mi sombrero somos dos cosas separadas, y de la misma manera, “YO” y mi cuerpo somos dos cosas separadas. De manera innata entendemos que cualquier cosa que sea, que lo identificamos como el “YO”, es algo diferente a nuestro cuerpo o cualquier parte de él. Es por lo que cuando perdemos varios kilos de peso, no pensamos que seamos de alguna manera menos persona, aunque claramente somos menos cuerpo. Eso es por lo que cuando perdemos un miembro en algún accidente, no decimos que somos de alguna forma menos nosotros. De hecho, la gente discapacitada siempre argumenta justamente lo puesto ¿o no? Así es que, aquí está el thumbnail de este segundo argumento:
1 Como Todos, Yo Solo Uso Los Pronombres Personales Posesivos de la Primera Persona para Indicar la Posesión de Algo Aparte de “Mi”
Utilizo expresiones tales como, “Este es MI cepillo de dientes,” o “Esta es mi mamá,” porque estoy describiendo a alguien o algo aparte de ‘mí.’
2 Como Todos, Comúnmente Uso Los Pronombres Personales Posesivos de la Primera Persona, Cuando Describo Mi Cuerpo
También me encuentro usando expresiones como, “Este es mi cuerpo,” o “Esta es mi mano;” cuando describo mi cuerpo físico o alguna porción de mi cuerpo.
3 POR TANTO: Mi Cuerpo es Algo Aparte de “Mí”
Así como mi cepillo de dientes es algo aparte de ‘mí’ mi cuerpo físico TAMBIÉN es algo aparte de ‘mí.’ ‘Yo’ NO soy mi cuerpo. Estas son dos cosas diferentes. Hay dos realidades, la material y la inmaterial.
Como resultado, todos nosotros tenemos un sentido intuitivo de que somos seres perdurables, que trascienden la forma y límites de nuestros cuerpos.
Diferencia Tres: “Partes Temporales” contra “Identidad Trascendental” (El Argumento de las Partes). Y realmente hay más que una razón para tener este sentido intuitivo de la naturaleza trascendental de nuestra identidad como humanos. También entendemos esto basándonos en el hecho de que NO perdemos nuestra identidad con el tiempo. Hagamos otro ejercicio juntos. Imagina que posees un hermoso Volkswagen 1972 (igual al mío). Está en excelentes condiciones y perfecto en todas sus partes. No tiene golpes, ni daños; una verdadera pieza de colección. Ahora imagina que tu vecino de al lado también tiene un VW 1972. Qué coincidencia. La única diferencia entre los dos es que su VW es un desastre. Está viejo y estropeado, no funciona y parece un montón de basura. Un día mientras ves por tu ventana, y notas que el panel del cuarto delantero de TU VW ¡se ve igual al viejo panel del cuarto delantero que solía estar en el auto de tu vecino! ¡Y seguramente, su auto ahora tiene un panel del cuarto delantero que se ve igual al tuyo! Parece como si los paneles hubiera sido intercambiados, uno por el otro. Ahora, suspende por un momento la lógica aquí, e imagina que durante los siguientes años, todos y cada uno de los días, más y más de tu auto es visto en el auto de tu vecino, limpiamente intercambiados por partes de TU vehículo! De hecho, al final del año, el VW que está en TU entrada se ve sospechosamente como el VW de tu VECINO. Todas las partes han sido intercambiadas.
OK; ahora déjame hacerte una pregunta: ese auto que está ahora en tu entrada, ¿De quién es? ¿Es tuyo? ¿O es de tu vecino? Creo que estaríamos de acuerdo en que el coche que está en tu entrada, aún cuando está en tu propiedad, realmente es el auto que solía pertenecer a tu vecino. Así que, ¿cuál es el punto de todo esto? Simplemente este: las cosas físicas dependen de sus partes para su identidad. Cuando las partes son cambiadas, su identidad también cambia. En algún momento, ese auto ya no era tu VW. Aún cuando solo UNA parte haya sido reemplazada, tú no estarías contento con ello. Tendrías que admitir que un VW original 1974 con un panel del cuarto delantero estropeado, ¡NO es tu auto!
Pero mientras que las cosas físicas dependen de sus partes para su identidad, las Almas NO. Mírate en el espejo. ¿Tienes el mismo cuerpo que solías tener hace diez años? No. Cada una de las células de tu cuerpo han sido renovadas y reemplazadas. Algunos argumentarían que las células cerebrales NO se renuevan, pero eso ignora que lo que sucede a nivel celular DENTRO de cada célula. El proceso de reemplazo está teniendo lugar en ese nivel, hasta que las células cerebrales con las que naciste, no tienen nada en común con las que tienes ahora. Así que seamos muy estrictos acerca de esto. Mientras que tienes un cuerpo muy diferente del que tenías hace años, ¡TÚ aún eres TÚ! Así que claramente TÚ no puedes ser descrito como algo que es puramente físico, porque las cosas físicas que tienen PARTES diferentes tienen una identidad diferente. Así es como se ve el argumento:
1 Las Entidades Físicas Son Dependientes de Sus Partes para Su Identidad
Sabemos la deferencia entre nuestro auto y el auto de alguien más en un estacionamiento, y sabemos la diferencia entre nuestro celular y el teléfono de alguien más olvidado en una biblioteca. Sabemos esto porque reconocemos que las partes son las que establecen la identidad de los objetos físicos.
2 Pero Nosotros, como Humanos, NO Dependemos de NUESTRAS partes para Nuestra Identidad. Pero sin importar cuánto hayamos cambiado (aún si tenemos un órgano transplantado, sabemos que nuestra identidad NO está en riesgo. Aún soy yo, a pesar de mis partes.
3 POR TANTO: Los Humanos NO Son Puramente Entidades Físicas. Por esta razón, sabemos que somos más que meras entidades físicas dependientes de nuestras partes para nuestra identidad. Nuevamente, sabemos intuitivamente que tenemos una identidad trascendental. Tenemos un alma.
Hay algo acerca de TI que no cambia, a pesar del reacomodo o cambio de ‘partes’ Como cristianos, llamamos a este “TÚ” tu alma.
Diferencia Cuatro: “Mensurable” contra “Inmensurable” (El Argumento de lo Mensurable)
Si como humanos, somos simplemente un ensamblaje de partes físicas, debemos esperar ser capaces de realizar ciertas tareas que resultan naturales de realizar en objetos físicos. Por ejemplo, podemos pesar un objeto, medir su longitud o su masa. Pero cuando comenzamos a pensar acerca de la naturaleza de entidades mentales (como deseos, sensaciones, emociones y voluntad) rápidamente reconocemos que esas cosas no pueden ser examinadas de esa manera. Estas entidades mentales no están sujetas al proceso que comúnmente aplicamos a objetos físicos. Mientras que tus pensamientos tienen un contenido propositivo, es obvio que no tienen un peso físico. Y contrariamente, mientras que tu cerebro tiene un peso físico, NO tiene un contenido propositivo. Una vez más, hemos descubierto cualidades de la mente que NO son las mismas que las cualidades del cerebro. Por tanto, no hay una relación de identidad entre las dos. Podemos ponerlo de la siguiente manera:
1 Las Entidades Físicas Pueden Ser Medidas Usando Instrumentos Para Mediciones Físicas
Podemos tomar una regla, y medir el ancho y el largo de tu cerebro. Podemos pesarlo y calcular su masa.
2 Pero Como Humanos, Poseemos Entidades Mentales (Pensamientos, Voluntad, Deseos y Sensaciones) Que No Son Medibles Por Estos Métodos. No podemos usar herramientas de medidas físicas para examinar nuestros pensamientos. El contenido Propositivo no puede ser medido de esta forma.
3 POR TANTO: Los Humanos Son Más Que Seres Físicos. Hay una dimensión físicamente inmensurable de nuestro ser. Somos más que materia. Tenemos un alma físicamente inmensurable.
Nuevamente la ecuación de identidad está comparando cosas que tienen diferentes cualidades y propiedades. Las mentes no son cerebros, los cuerpos no son almas.
Diferencia Cinco: “Acerca de Otros” contra “Acerca de Ellos Mismos” (El Argumento de la Auto-Existencia)
Movámonos ahora de las propiedades físicas del cerebro a las características de la mente. Hay otra diferencia de calidad o propiedad entre el cerebro y la mente. En nuestras mentes, a menudo experimentamos pensamientos o preocupaciones acerca del mundo que nos rodea. Nos preocupamos por nuestros trabajos, o nuestra preparación. Nos asustan las películas de terror, o las cosas que saltan de repente en la noche. Estamos preocupados por nuestros amigos y familia. Tenemos esperanzas en cuanto al futuro. Todas estas son entidades mentales, (nuestras preocupaciones, nuestras inquietudes, nuestros temores, nuestras esperanzas) son ACERCA de algo más. Ahora piensa en eso por un momento. Estas entidades mentales no son auto-existentes. Ellas requieren de ALGO más para existir. Ellas no existen, a menos que haya algo FUERA de ellas QUE se esté enfocando en ellas.
Ahora, esto NO es así con las entidades físicas. Un árbol no es ACERCA de algo más. Éste simplemente ES. Sin embargo nuestras preocupaciones por el árbol (si por ejemplo está en peligro de morir) son ACERCA del árbol. Ellas requieren del árbol para existir. Nuestra preocupación, en este ejemplo, ESTÁ en el árbol por su existencia misma. Y esto hace la diferencia entre la esfera de la mente y la esfera del cerebro. La mente contiene esas entidades mentales que son ACERCA de algo físico, mientras que el cerebro es simplemente algo físico (no requiriendo de un objeto para definir o determinar su existencia). Así es como ser vería el argumento:
1 Las Entidades Mentales No Son Auto-Existentes
Nuestras esperanzas, temores, cuidados y preocupaciones son siempre ACERCA de algo más; algo fuera de ellas mismas.
2 Pero Nuestros Cerebros, Como Entidades Físicas, SON Auto-Existentes.
Las cosas físicas no son ACERCA de algo más, ellas simplemente existen por sí mismas y no se basan en otros objetos físicos para su definición.
3 POR TANTO: Nuestros Cerebros NO Son Lo Mismo Que Nuestras Mentes
Los cerebros son físicos, entidades auto existentes, las mentes contienen entidades mentales que son dependientes de entidades externas para su definición. Sin embargo, ha sido expuesto otro conjunto de cualidades, que nos ayudan a diferenciar entre el mundo material y el mundo inmaterial; entre el cerebro y la mente, el cuerpo y el alma.
Diferencia Seis: “Moralmente Determinado” contra “Moralmente Libre” (El Argumento del Libre Albedrío)
Muy bien, ahora estamos en la última pieza de evidencia que ofreceremos para demostrar la existencia de la realidad invisible. Una vez más, imagina un escenario conmigo.
Tienes 6 años, y estás en la fila del supermercado. Estás comprando una historieta. Pero ahí en el estante, justo junto a la caja, está tu dulce favorito. No tienes suficiente dinero para comprarlo. Así que, ahora estás enfrentando un dilema. ¿De todas maneras, metes el dulce en tu bolsillo? Esa es una decisión moral. Tú dudas por un momento, y luego, rápidamente lo deslizas en tu bolsillo. Mientras pagas la historieta, la cajera te dice que vacíes tus bolsillos y con severidad te pide el número de teléfono de tu casa. Ella llama a tus padres y te sienta a esperarlos. Cuando tu papá llega a la tienda, te pregunta por qué lo hiciste. ¿Qué respondes?
Ahora, una posible respuesta es, “¡Papi, hubo un temblor y el dulce sencillamente cayó del estante y fue a dar a mi bolsillo!” O podrías decir, “¡Papi, un fuerte viento entró por la puerta delantera y comenzó a soplar sobre el estante, y simplemente el dulce cayó en mi bolsillo!” Pero enfrentémoslo, dudo que esa clase de excusa te lleve muy lejos. Podrías querer tratar de decir que el robo fue causado por algún otro evento, pero al final, tendrías que admitir que TU eras una persona libre que por voluntad hizo una mala decisión moral. TÚ causaste el robo. No puedes culpar a algo exterior previo al evento. La responsabilidad es TUYA. Como un agente libre en este mundo, con la habilidad de actuar libremente, tú eres la primera y única causa del robo.
Ahora, acabamos de ilustrar aquí algo muy importante. Claramente hay dos clases de causas. La de los EVENTOS que pueden causar que suceda algo, y la del LIBRE ALBEDRÍO (o LIBRE ELECCIÓN) que puede causar que suceda algo. Ciertamente un evento puede causar que suceda otro. El temblor, por ejemplo, pudo causar que el dulce cayera en tu bolsillo. Cuando un EVENTO causa que ocurra otro evento, es apropiado decir algo como, “Oye, ¿QUÉ causó eso?” , porque sabemos que en el mundo físico, cada evento es ocasionado por uno previo. (el temblor de la tierra es causado por un terremoto que es causado por el movimiento de placas tectónicas que a su vez es causado por fuerzas gravitacionales, etc., etc.). Todos estos eventos son simplemente como una serie de fichas de domino que caen en orden. En este asunto no hay elección. El siguiente evento TIENE que ocurrir en base al anterior. Cuando las placas tectónicas se desplazan, la tierra TIENE QUE estremecerse. Pero sabemos que tú tomaste el dulce por ti mismo. Ningún terremoto o evento físico lo causó. Tú tomaste una decisión. Cuando el LIBRE ALBEDRÍO causa que ocurra algo, es apropiado decir algo como, “Oye, ¿QUIÉN causó eso?” Tu papá ni siquiera comenzará por preguntarte, “Oye, ¿QUÉ causó que este dulce llegara a tu bolsillo?” porque él sabe que TÚ, como responsable de tu libre albedrío, hiciste una decisión moral. ¿Lo ves?, cuando el libre albedrío causa algo, él o ella NO requieren que suceda primero un evento físico antes de la acción. El libre albedrío NO es solo una línea de fichas de domino en la línea de eventos. El libre albedrío es la PRIMERA ficha de domino.
Cuando los eventos físicos son la causa de algo, llamamos a esto “evento causal” Cuando tú o yo somos la causa de algo, llamamos a esto “agente causal.” Es importante reconocer que las cosas físicas siempre responden a un evento causal, pero las personas (agentes) tienen la libertad de actuar sin un evento causal previo. Tú y yo podemos ser la primera ficha de domino. Los eventos físicos no pueden elegir actuar o responder moralmente, pero nosotros sí. Así que es claro que ¡debemos ser algo más que lo puramente físico! Después de todo, tú y yo SÍ tomamos decisiones morales todo el tiempo como agentes libres, así como otros objetos físicos solo son capaces de responder a eventos. Así es como puede verse la evidencia en forma de argumento (es un poco más extenso que los anteriores):
1 Ningún Sistema Físico Tiene un Libre Albedrío
Ellos son o determinados (por un evento que sigue a otro), o al azar.
2 Por tanto Ningún Sistema Físico Tiene Responsabilidad Moral.
Porque la responsabilidad moral requiere de la libertad moral de elección.
3 Los Seres Humanos SÍ Tienen Responsabilidad Moral
Tenemos el sentido innato de que cada uno de nosotros tiene la responsabilidad de actuar moralmente, y ciertamente, observamos que somos agentes libres que ELIGEN libremente entre lo bueno y lo malo.
4 POR TANTO: Los Seres Humanos NO Son Simplemente Sistemas Físicos
Si fuéramos entidades puramente físicas, solo actuaríamos como eventos, y seríamos incapaces de actuar libremente (esta es la naturaleza de las cosas físicas). Nuestro libre albedrío demuestra que somos más que simples objetos físicos. Nuestra existencia como agentes con libre albedrío debe hacer obvio que NO estamos limitados al mundo físico con sus limitaciones o eventos causales. Somos almas humanas (substancias personales no físicas) con la habilidad de actuar como la causa primaria.
Dos Diferentes Esferas, Dos Diferentes Realidades
OK, invertimos algún tiempo presentando un caso para la existencia de la esfera inmaterial (la mente y el alma). Cuando vemos esta evidencia en su totalidad, queda claro que es responsable de que nosotros concluyamos que la mente y el cuerpo son algo completamente diferente a la mente y el alma. Cuando simplemente aplicamos la ley de identidad a lo que ya hemos discutido, podemos ver que lo que está en un lado de la ecuación, no puede encontrarse en el otro la do de la ecuación. Estas son cualidades y propiedades diferentes que pueden ser vistas en cualquier lado de la ecuación.
Solo con esto, se puede ver que hay una base razonable y lógica para creer en la existencia del reino invisible e inmaterial en el que la mente y el alma claramente existen.
¿Pero Qué No La Ciencia Ha Explicado Ya Todo Esto?
Ahora, algunos de ustedes pueden estar muy bien familiarizados con la literatura científica relacionada con el cerebro y la conciencia, como para haber escuchado declarar a los científicos que ellos pueden localizar el punto exacto donde se forman ciertos sentimientos o se originan ciertos pensamientos. Los científicos aseguran ser capaces de hacer un mapa del cerebro lo suficientemente acertado como para saber dónde están centrados estos procesos del pensamiento. Si ellos estimulan un punto determinado del cerebro, observan que pueden causar una sensación o reacción particular. Los científicos están trabajando duro para demostrar esto en un esfuerzo por mostrar que la vida de la mente inmaterial PUEDE ser físicamente localizada dentro del objeto material que llamamos cerebro. Ellos siguen asegurando que realmente no hay diferencia entre lo que llamamos cerebro y lo que llamamos la mente, y por lo tanto no hay diferencia entre lo que llamamos cuerpo y lo que llamamos alma. En esencia, ellos dirían que el mundo inmaterial es simplemente un producto de nuestra imaginación; aún otro producto del disparo de las fibras C.
Pero aclaremos algo aquí. Como teístas que reconocen la existencia de la mente y el alma, no estamos diciendo que los científicos no puedan estimular determinados puntos en el cerebro y causar que ocurra una experiencia mental. Sabemos que esto se ha estado haciendo en el laboratorio. Pero esto NO prueba que la MENTE inmaterial sea lo mismo que el CEREBRO material. Ya hemos demostrado el por qué sabemos que esto no es verdad. A fin de entender la relación entre el cerebro y la mente, necesitamos ver de cerca CÓMO los científicos han hecho el “mapa” del cerebro. Una vez que hagamos esto, es fácil ver por qué este mapa FRACASA en probar una relación de identidad entre el cerebro y la mente.
A fin de entender cuáles partes de mi cerebro están relacionadas con funciones de mi mente, los científicos tendrán que abrir mi cabeza y comenzar a estimular un punto en particular de mi cerebro. Entonces me PREGUNTARÁN qué resultado está teniendo esto en mi proceso de pensamiento. Una vez que les he reportado esto, ellos catalogarán el resultado y llegarán a conclusiones. Pero noten aquí algo muy importante. A MENOS QUE YO LE DIGA AL CIENTÍFICO LO QUE EXPERIMENTÉ, ¡ÉL NUNCA SERÁ CAPAZ DE ADIVINAR POR ADELANTADO LO QUE ESTOY PENSANDO O SINTIENDO! El científico aún depende de que yo le reporte sobre lo que el no tiene acceso: Mis pensamientos PERSONALES. Una vez más, estamos viendo la diferencia entre la esfera pública del mundo material (el cerebro), y la esfera privada del mundo inmaterial (la mente). Cada cerebro es diferente, y la ciencia NO será capaz de predecir con precisión por adelantado qué memoria puede ser estimulada por este tipo de interacción. Siempre tendrá que depender del reporte del individuo para revelar los detalles privados de la memoria.
¿Pero, Qué Hay De los Ejemplos del Daño Cerebral?
Finalmente veamos un asunto que surge con frecuencia a fin de asegurar que no hay diferencia entre el cerebro y la mente. Veamos a alguien que ha sido lesionado de tal manera que ya no es capaz de pensar con claridad. En estos casos, ¿No es claro que la mente dañada simplemente no puede crear los pensamientos que nosotros los teístas atribuimos a la mente? ¿No es esto prueba de que el cerebro y la mente son la misma cosa? Esto solo prueba que hay alguna clase de relación de causa y efecto entre estas dos muy diferentes cosas. Déjenme darles un ejemplo. Mi iPod no contiene los SONIDOS reales de la música, pero cuando estimulo los electrónicos del microchip que contienen el file MP3, surge el sonido como resultado de la actividad. El microchip (un objeto material) y la música (un sonido inmaterial) son dos cosas muy diferentes. Una no es la misma que la otra; una simplemente tiene la capacidad de causar la otra. Pero piensen acerca de esto. Aún sin el iPod, podemos encontrarnos tarareando una canción después de que la música ha terminado. La canción inmaterial (que comenzó con el microchip) tiene una vida propia, aún después de que el microchip deja de hacer su función.
Antes de morir, mi abuelo comenzó a perder su memoria. Eventualmente él ya no reconocía a sus hijos y finalmente ni siquiera sabía dónde se encontraba. Si no tenemos cuidado, nos encontraremos usando una terminología común de la cultura diciendo algo como, “Él está perdiendo su memoria”. Cuando en realidad, no es el caso. Para ser más exactos, deberíamos decir, “Él está perdiendo el ACCESO a su mente”, o “Su CEREBRO está comenzando a fallar” Mi abuelo no perdió su identidad solo porque su cerebro no estaba funcionando apropiadamente. Él aún era ÉL. Pero en ese lento proceso, la interacción que típicamente ocurre entre el cerebro y la mente, llegó a ser inhibida. Con frecuencia se le veía batallando para conectar los dos, para usar su cerebro a fin de accesar a su mente. Como cristianos que entendemos la realidad dual del universo, entendemos que en esta vida, él puede haber perdido el acceso a su mente, pero su ente aún está allí. Es igual que un procesador de computadora dañado, que recibe el impulso eléctrico pero no puede accesar al Internet. No podemos entonces concluir que el Internet ya no está disponible, sino solamente que mi procesador no trabaja correctamente. Uno no tiene nada que ver con el otro.
Así que ¿Qué Significa Todo Esto?
Como cristianos, creemos que hay una realidad dual: la que se ve y la que no se ve, la material y la inmaterial, el cerebro y la mente, el cuerpo y el alma, la tierra y el Cielo. El mundo material cambia con el tiempo; decae y se colapsa. El mundo inmaterial existe al lado del material; pero no está sujeto a las leyes naturales del materialismo y existe fuera de los límites del tiempo y la materia. Estos dos mundos SÍ tienen alguna relación entre ellos, esto está claro. Juntos danzan e interactúan. Y mientras entendemos la naturaleza de esta danza, comenzamos a entender la naturaleza de la cosmovisión cristiana.

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Fuente: Autor: Pleaseconvinceme.com

viernes, 26 de agosto de 2011

Se impuso el NO a la ordenación de las mujeres en la INPM

Por Leopoldo Cervantes Ortiz, México

Jueves, 25 de agosto de 2011 (ALC) - Con una votación de 158 contra 14, de manera aplastante se impuso la negación a la ordenación de las mujeres en el pleno de la asamblea general de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México (INPM), llevado a cabo los pasados días 17-19 de agosto en la localidad de Xonacatlán, Estado de México, al poniente de la capital del país.
Durante los dos primeros días se realizó un concilio teológico organizado por el Ministerio de Educación de esta iglesia, que debió afrontar el cuestionamiento porque dos de sus integrantes estaban anunciados, de última hora (10 de agosto), como ponentes, lo que ocasionó una protesta que fue atendida también de último momento, de modo que los textos fueron presentados por otras personas, invitadas apenas tres días antes del evento.
En el concilio se presentaron cuatro posturas a favor y cuatro en contra. El miércoles 17, el sorteo determinó que la postura a favor se expondría en primer lugar durante cada ronda. En la primera ponencia, quien escribe esta nota resumió la necesidad de que la Iglesia recupere su rostro inclusivo y propuso que la decisión de la asamblea diera libertad a los presbiterios para ordenar o no a las mujeres, además de que incluyó el texto escrito de las “Doce tesis de Xonacatlán”, con puntos muy concretos para desarrollar.
La siguiente ponencia, presentada por Otoniel López, retomó la preparada por la secretaria ejecutiva del Ministerio de Educación (lo cual se reconoció públiocamente) e insistió en que los órdenes bíblicos no incluyen la posibilidad de que las mujeres sean ordenadas. En la segunda ronda, Emmanuel Flores fundamentó en la doctrina de la imagen de Dios la necesidad de la ordenación de las mujeres. José Luis Zepeda, por su parte, enfatizó la inexistencia de textos bíblicos para afirmarla y, aun cuando, aceptó que Dios puede llamar mujeres a su servicio, afirmó tajantemente la improcedencia de la ordenación en la situación actual.
El jueves 18, por la mañana, la única mujer participante, Amparo Lerín, demostró la necesidad de superar las posturas patriarcales y machistas, así como la urgencia de que los pastores conozcan los antecedentes históricos de la ordenación femenina en la historia de la Iglesia e instó a que se exploren dichos datos como insumos para la vida eclesial. Al momento de las preguntas Lerín fue particularmente incisiva en sus respuestas. Nehemías Morales Macario, del Presbiterio Filadelfia, leyó una ponencia que, a todas luces, fue redactada por Ernesto García, secretario de actas del Ministerio, lo que se señaló en una observación comentada a regañadientes por el coordinador del evento. El texto refleja un rechazo absoluto a los avances democráticos y sociales de los principios expresados por la Revolución Francesa, a la que calificó insistentemente como “movimiento apóstata” que introdujo perniciosamente el concepto y la práctica de la emancipación de las mujeres.
Finalmente, Alberto Arenas introdujo su ponencia con diversas citas de Juan Calvino relacionadas con la urgencia de mantener la unidad de la Iglesia y trabajó en sus tesis la aparente excepcionalidad de los casos de Hulda y Débora en el Antiguo Testamento y “el sacerdocio universal de las y los creyentes” como fundamento neotestamentario. Héctor Bautista, del Presbiterio del Sur, en su turno, luego de un repaso sesgado de las figuras bíblicas y de la “historia de la ordenación”, cuestionó la validez de la ordenación de Febe como diaconisa (Ro 16.1-2).
Atacó a los defensores de la ordenación femenina, con lo que violó las condiciones de respeto establecidas para el concilio por los organizadores, quienes no se manifestaron al respecto. Textualmente, dijo: “Una minoría cuasi liberal (sic), un grupúsculo arrogante no puede abrogarse [sic, quizá quiso decir “arrogarse”] el derecho a poseer una verdad que el testimonio corporativo y general contradice”. A pregunta expresa de quien escribe, momentos después de la ponencia, afirmó que dicho texto es un texto agregado, sin confiabilidad canónica.
El ambiente de la asamblea se sintió muy predispuesto hacia el “no” desde el principio y muchos delegados expresaban su descontento hacia las ponencias favorables a través de exclamaciones marcadas por la intolerancia y el descontento, y de preguntas tendenciosas a los ponentes, lo cual fue aprovechado por la presidencia a la hora de tomar las resoluciones. Incluso la propuesta de dejar en libertad a los presbiterios sobre su decisión fue desechada luego de aprobarse la negativa final.
Dos delegados, Moisés Zapata y Héctor Bautista, exigieron “mano dura” para quienes ahora se encuentran “fuera de orden” con este acuerdo. Zapata incluso agregó que si ya se habían realizado dos concilios más (en 1980 y 2006, algo que también recordó el ministro de Educación), era tiempo de que ahora se tomaran medidas disciplinarias sin ningún miramiento. Por último, con 102 dos votos se acordó que los presbiterios e iglesias que han ordenado mujeres procedan de inmediato a anular dichas ordenaciones, sin plazo de por medio.
Estaba preparado el camino para el acuerdo de romper relaciones con la Iglesia Presbiteriana de Estados Unidos (PCUSA), por la decisión de ésta de ordenar a los ministerios personas con orientaciones sexuales diversas, algo a lo que se refirieron varias personas al momento del concilio teológico.


Publicado por CRISTIANET.COM.AR

miércoles, 24 de agosto de 2011

Tras dejar la Iglesia Renacer: Carol, esposa de Kaká, explica cómo ha madurado en la fe

Aunque reside en Madrid, el matrimonio estaba vinculado a la iglesia Renacer desde su salida de Brasil. Pero hace unos meses abandonaron su relación con esta Iglesia, vinculada con doctrinas de la teología de la prosperidad. Caroline Celico, esposa del futbolista del Real Madrid, Kaká, ha explicado su situación personal en cuanto a su fe tras su salida de Renacer.

Caroline se encuentra promocionando el que es su primer DVD de testimonio y alabanza. Al ser preguntada por la prensa, explicó que “ha madurado” en su fe, y puso como ejemplo las discusiones que tuvo con su madre hace muchos años por asistir a la iglesia Renacer y el concepto que tenía de ella por ser católica.

Afirma que en los últimos años ha madurado y ha cambiado su relación respecto a la fe de su madre. Además agregó que si en un futuro sus hijos decidiesen otro camino en el plano espiritual, respetaría sus decisiones pues “la religión no cambia el amor de una madre por un hijo”.



Caroline también fue entrevistada por la revista Folha, donde dio detalles de su situación espiritual. Aunque no abundó en explicaciones sobre su salida de la Iglesia Renacer, explicó que rompió con la teología de la prosperidad predicada en esta iglesia. “Yo creía (entonces) en cosas que no estaban en la Biblia” dijo refiriéndose a los abusos en la recaudación de dinero. De hecho, se produjo una polémica tras su declaración a la prensa después de dejar la membresía de la Iglesia Renacer en la que afirmaba que públicamente que esta denominación proclamaba cosas que no eran bíblicas.

Además ha declarado que desde que ella y Kaká dejaron Renacer, no se han congregado en ninguna iglesia local ya que “nuestra iglesia es nuestra casa, y eso es lo que creo”. Protestante Digital sabe que recibe atención espiritual a través de un liderazgo maduro y reconocido en España que hace una labor de apoyo espiritual con ellos.
Por otro lado, Carol Celico se encuentra muy emocionada ya que su primera producción musical alcanza ya las 15.000 copias vendidas.La cifra es un verdadero éxito teniendo en cuenta que se comenzó a comercializar hace sólo un mes y que Carol ya había publicado en internet su contenido musical previamente.
Otro de los aspectos a considerar es que la producción ha sido realizada en idioma portugues y como Carol vive en España (Madrid) aún no ha tenido el tiempo suficiente para promocionarlo en Brasil. Carol tiene previsto viajar a Brasil dentro de un par de meses para realizar este trabajo promocional.
En esta producción Carol Celico hace un duo junto a Kaká, en la canción "Regalo de Dios" (Presente de Deus) que fue compuesta por el jugador como un regalo para su esposa en su boda. Además participan Claudia Leitte, y Andre Valadão Ana Paula Valadão cantantes de gospel conocidos en Brasil.

Fuentes: Entrecristianos


Regalo de Dios: cantan Carol Celico y Kaká

sábado, 20 de agosto de 2011

¿Prohibió Jesús el divorcio?

Por Ariel Álvarez Valdés, Argentina*

Muchos se preguntan por qué Jesús adoptó una posición rígida con respecto al matrimonio y no comprendió que a veces las relaciones fracasan. Pablo y los evangelistas tradujeron su mensaje a un contexto cultural diferente. ¿Qué puede hacer la Iglesia hoy?Un día se le acercaron a Jesús los fariseos y le preguntaron en qué casos podía el hombre divorciarse de su mujer. Jesús les respondió que nunca, porque el hombre no puede separar lo que Dios ha unido. Los discípulos reaccionaron molestos, y replicaron que si ésa era la situación del casado respecto de su mujer, mejor era no casarse. Pero Jesús añadió que, aunque ellos no lo entendieran, ésa era una exigencia fundamental para entrar en el Reino de Dios (Mt 19,1-12).
Después de dos mil años, esta frase de Jesús sigue siendo la base en la que se asienta la doctrina matrimonial de muchas Iglesias cristianas, que prohíben a sus miembros divorciarse y volverse a casar bajo pena de negarles la comunión. Pero ¿por qué Jesús asumió una postura tan rígida frente al matrimonio? ¿Acaso el maestro bueno y comprensivo no se dio cuenta de que a veces las relaciones de las parejas fracasan, y que muchos tienen necesidad de rehacer sus vidas y volver a amar? ¿O es éste el único tropiezo del que un cristiano no puede levantarse y recomenzar? Para descifrar el enigma, debemos examinar cómo se practicaba el divorcio en los tiempos de Jesús.
Cuidado con el mal carácter
Según la Biblia todo judío, si quería, podía divorciarse de su mujer. Era un derecho otorgado por Moisés mediante una ley que decía: “Si un hombre se casa con una mujer, y después descubre en ella algo que no le agrada, le escribirá un acta de divorcio, se la entregará y la despedirá de su casa” (Dt 24,1).
La norma era clara. Bastaba que el hombre redactara un escrito y se lo diera a su mujer. Lo que no estaba claro era qué motivo autorizaba al hombre a divorciarse. Porque la ley decía que tenía que haber “algo” que no le agradara. Pero ¿qué era ese algo?
Como Moisés no lo había aclarado, los judíos posteriores durante siglos trataron de entender a qué se refería. Lamentablemente no se pusieron de acuerdo, y se formaron dos escuelas. La más flexible, del rabino Hillel, lo interpretaba en sentido amplio: ese “algo” podía ser cualquier cosa: que la mujer quemara la comida, no se atara el cabello, gritara en la casa o tuviera mal carácter; incluso en el siglo II el rabino Aquiba decía que si el hombre encontraba otra mujer más linda, ya había “algo” que le desagradaba en la suya y podía divorciarse. La segunda escuela, del rabino Shammai, era más estricta: sostenía que un hombre sólo podía divorciarse por una causa gravísima: el adulterio de su mujer. Ningún otro motivo lo autorizaba. En tiempos de Jesús el tema no estaba resuelto, de modo que unos seguían las directivas de Hillel y otros las de Shammai. Ésta es la razón por la que los fariseos interrogaron a Jesús sobre el tema del divorcio. Querían saber a cuál de las dos escuelas se adhería. Pero Jesús los sorprendió con su respuesta: a ninguna. Para él, el hombre no puede divorciarse jamás bajo ninguna causa, sea leve o grave.
No apto para enamorados
Lo primero que debemos preguntarnos es si las palabras de Jesús constituían una verdadera ley, es decir, una norma obligatoria para todos los hombres, o era sólo una invitación, una sugerencia ideal para quienes pudieran y quisieran cumplirla. Algunos biblistas, impresionados por la dureza de estas palabras, creen que se trataba sólo de un consejo, no de un precepto obligatorio que todos debían observar. Pero el Nuevo Testamento da a entender otra cosa, ya que san Pablo, cuando habla de la prohibición del divorcio, dice claramente que es una “orden del Señor” (1 Cor 7,10).
¿Por qué Jesús se puso tan firme? Es que en aquel tiempo, el matrimonio se celebraba a edad temprana: 13 años para las niñas y 17 para los varones. Los rabinos enseñaban: “Dios maldice al hombre que a los 20 años aún no ha formado una familia”. Esto hacía que las parejas no se casaran por amor, sino que sus padres arreglaran el matrimonio (Ex 22,15-16). Así, en la Biblia vemos cómo Abraham manda a su mayordomo a buscar esposa para Isaac (Gn 24,1-53), Agar elige la mujer para Ismael (Gn 21,21), Judá decide con quién se casará su hijo Er (Gn 38,6), el militar Caleb dispone quién será el marido de Aksá (Jos 15,16), y el rey Saúl hace lo mismo con Merab (1 Sm 18,17). El casamiento en Israel, pues, no era una alianza de amor sino un acuerdo social: el hombre necesitaba tener hijos y la mujer necesitaba quien la mantuviera. Se trataba de un convenio con beneficios para ambas partes. Eso no significa que necesariamente no hubiera amor en las parejas; con el tiempo muchas llegaban a amarse.
El fastidio de Dios
No era un arreglo social ecuánime porque la mujer se hallaba en inferioridad de condiciones respecto del varón. Ella era considerada una “pertenencia”, una “propiedad” de su marido, al mismo nivel que su buey o su asno (Ex 20,17; Dt 5,21), y éste gozaba de diferentes derechos. Así, el marido podía acostarse con otra mujer y no cometía adulterio (Ex 21,10); pero si la mujer lo hacía, incurría en un grave delito; el marido podía divorciarse si quería, pero la mujer no tenía derecho a hacerlo (Dt 24,1). Él podía mandarla, dominarla y decidir por ella.
En ese contexto jurídico y social, era evidente que si un hombre se divorciaba de su mujer y la despedía del hogar, la dejaba totalmente desprotegida. Difícilmente otro hombre querría desposar a una repudiada. Ella debía regresar a la casa de sus padres, los cuales muchas veces eran ancianos (si no habían muerto) y ya no podían mantenerla. Quedaba así forzada a vivir de la caridad pública, en una situación de total precariedad, indefensión económica y desamparo social. En algunos casos, la única salida era la prostitución. Resultaba tan degradante que el profeta Isaías menciona a la mujer repudiada como ejemplo del sufrimiento más grande en Israel (Is 54,6). Y el profeta Malaquías, para mitigarlo, llega a decir que Dios “odia al que se divorcia de su mujer” (Mal 2,16). Aún así, si un hombre ya no deseaba vivir con su esposa y quería divorciarse, podía hacerlo sin demasiadas contemplaciones. Por eso Jesús, al prohibir el divorcio, lo que hizo fue ponerse de parte del más débil, del más expuesto y amenazado socialmente: la mujer.
En casa hay que vivir en paz
Sin embargo, vemos con sorpresa cómo esta “orden terminante” de Jesús fue más tarde suavizada por los autores bíblicos y adaptada a las diversas circunstancias que les tocaron vivir, de manera que en el Nuevo Testamento la encontramos en cuatro versiones diferentes. El texto más antiguo está en la 1º Carta a los Corintios, de san Pablo, y dice: “A los casados, no les ordeno yo sino el Señor: que la esposa no se separe de su marido. Si se separa, que no vuelva a casarse, o que se reconcilie con su esposo. Y que tampoco el marido despida a su mujer” (1 Cor 7,10-11). Hasta aquí, Pablo repite lo que dijo Jesús. Pero a continuación agrega: “Si el cónyuge es no creyente y quiere separarse, entonces que se separe; en ese caso el cónyuge creyente no está ligado; porque el Señor los llamó para vivir en paz” (1 Cor 7,15). Vemos que aquí Pablo permite una excepción. Porque él constataba que en sus comunidades, cuando un pagano se convertía al cristianismo, no siempre era acompañado por su cónyuge, lo cual generaba tensiones y roces. Al ver esto, permitió la separación en sus comunidades alegando una razón importante: que pudieran “vivir en paz”. O sea que Pablo, apenas veinte años después de la muerte de Jesús, ya adaptó la enseñanza original a la situación misional que le tocaba vivir.
Por un desorden sexual
Décadas más tarde, san Mateo presenta una segunda versión de la norma. Según él, Jesús habría dicho a los fariseos: “Moisés les permitió divorciarse de sus mujeres; pero yo les digo que el que se divorcia de su mujer, excepto en caso de inmoralidad sexual, y se casa con otra, comete adulterio” (Mt 19,8-9). Para Mateo, Jesús permite una segunda excepción: en caso de “inmoralidad sexual”. Cuando esto ocurre, el hombre puede divorciarse y volver a casarse. En realidad, no fue Jesús quien introdujo esa excepción sino el mismo Mateo. ¿Por qué? Porque la inmoralidad sexual, en la comunidad donde él vivía, era un tema muy grave y urticante que generaba serias dificultades en la convivencia matrimonial. Por lo tanto, para evitar males mayores y salvaguardar la paz de las conciencias, Mateo autorizó, en esas circunstancias, la disolución del vínculo.
¿A qué “inmoralidad sexual” se refería? Es difícil saberlo. La palabra griega que emplea (pornéia) es un término genérico que puede designar distintos desórdenes: adulterio, incesto, prostitución, vida disipada, flirteo con otro hombre. Por eso las Biblias no se ponen de acuerdo y ofrecen distintas traducciones. Pero sea cual fuere su significado, lo interesante es que Mateo permitió una excepción a la indisolubilidad matrimonial señalada por Jesús.
Lo imposible no se prohíbe
En el Evangelio de Marcos descubrimos una tercera enseñanza diferente sobre el divorcio. Según éste, en su discusión con los fariseos Jesús dijo que el hombre no debe divorciarse de su mujer (Mc 10,9); y cuando sus discípulos le pidieron una explicación, les aclaró: “Quien se divorcia de su mujer y se casa con otra comete adulterio contra aquella; y si ella se divorcia de su marido y se casa con otro, comete adulterio” (Mc 10,11-12).
Tenemos aquí una nueva sorpresa. Según Marcos, lo que ahora Jesús prohíbe no es el divorcio, sino volver a casarse. Mientras Mateo decía que Jesús condenaba la separación en sí, debido a la desprotección en la que quedaba la mujer, Marcos no prohíbe que el hombre se separe. Puede separarse. Lo que no puede hacer es casarse otra vez. Esto se debe a que Marcos escribe para los cristianos de Roma; y allí la mujer gozaba de una autonomía social superior y podía contar con medios propios de supervivencia, de manera que la simple separación de su marido no la afectaba en su dignidad. Por eso un cristiano de su comunidad, si andaba mal con su mujer, podía divorciarse y seguir considerándose cristiano. Pero no podía tomar una segunda mujer.
Esta no fue la única adaptación que hizo Marcos. También dice que Jesús prohibió que “la mujer se divorciara de su marido”. Eso jamás podía haberlo dicho Jesús. Él enseñó en Palestina, y ante un auditorio judío. Y según la ley judía, la mujer no podía divorciarse. ¿Qué sentido tiene prohibir algo que no se puede hacer? Pero como Marcos escribió en Roma, donde la ley sí otorgaba a la mujer el derecho al divorcio, extendió la prohibición de Jesús también a ella, para que quedara en claro que, aunque la ley civil lo autorizaba, Jesús no lo consentía.
Que se note su grandeza
Finalmente, en el Evangelio de Lucas hallamos la última versión sobre el divorcio (que también aparece en un segundo texto de Mateo: 5,32). Para Lucas, Jesús enseñó: “Todo el que se divorcia de su mujer y se casa con otra, comete adulterio; y el que se casa con una divorciada por su marido, comete adulterio” (Lc 16,18). Según este dicho, Jesús no sólo prohibió a un divorciado volver a casarse, sino también a un soltero casarse con una divorciada. ¿Por qué Lucas asumió esta postura? Porque en el Antiguo Testamento los sacerdotes, debido a que eran hombres especialmente consagrados a Dios, no podían casarse con una divorciada, cosa que sí podían hacer los demás judíos (Lv 21,7). Al parecer, Lucas quiso extender este particular estilo de vida a todos los cristianos de su comunidad, para decir que también ellos eran consagrados a Dios, y por lo tanto sus vidas debían ser especiales y preservadas de cuanto pudiera deshonrarlas. Vemos pues que, si bien Jesús prohibió el divorcio, su norma fue más tarde adaptada por los autores bíblicos según las necesidades de cada comunidad, de manera que hoy tenemos diferentes versiones de ella: a) según Pablo, Jesús permitió el divorcio si un cónyuge se convertía al cristianismo y el otro no; b) según Mateo, Jesús permitió el divorcio en caso de inmoralidad; c) según Marcos, lo que prohibió fue que un divorciado se volviera a casar; d) y según Lucas, prohibió incluso que un soltero se casara con una divorciada.
Entre Papas y Concilios
También la tradición de la Iglesia se mantuvo indecisa en cuanto al modo de aplicar ese mandato de Jesús. Mientras en los siglos III al VI algunos Santos Padres orientales rechazaron absolutamente el divorcio, otros lo aceptaron en caso de adulterio; por ejemplo Orígenes († 255), Basilio Magno († 379), Gregorio Nacianceno († 390), Epifanio († 403), Juan Crisóstomo († 404), Cirilo de Alejandría († 444), Teodoreto de Ciro († 466) y Víctor de Antioquía (s.V). También muchos escritores eclesiásticos latinos de los siglos III al VIII aceptaron el divorcio en casos extremos, como Tertuliano († 220), Lactancio († 325), Hilario de Poitiers († 367), el Ambrosiaster (s.IV), Cromacio († 407), Avito († 530) y Beda el Venerable († 735). Además, varios Concilios aceptaron y regularon el divorcio, como el de Arlés (año 314), el de Agde (año 506), el de Verberie (año 752) y el de Compiègne (año 757). El de Verberie establecía: “Si una mujer intenta dar muerte a su marido, y éste lo puede probar, puede divorciarse de ella y tomar otra”. Y el de Compiègne decía: “Si un enfermo de lepra lo permite, su mujer puede casarse con otro”. Hasta hubo Papas que autorizaron el divorcio y nuevo casamiento, como Inocencio I (siglo V), quien lo permitía ante el adulterio de la mujer; y san Gregorio II (siglo VIII), que lo consentía si la esposa estaba enferma.
Sólo a fines del siglo XII, con el papa Alejandro III, se estableció de manera definitiva la postura actual de la Iglesia católica, que prohíbe absolutamente el divorcio y nuevo casamiento. Es decir que ni la Biblia, ni la tradición, ni los primeros mil años de historia cristiana respaldan la doctrina de que el matrimonio debe ser “hasta que la muerte los separe”.
Acompañar otra vez al débil
Jesús prohibió el divorcio. Y tenía una buena razón. En su tiempo el matrimonio era un acuerdo social, establecido por los padres, cuyo móvil era la conveniencia mutua y no el amor; y en caso de romperse el pacto, la mujer quedaba socialmente indefensa y expuesta a una vida inhumana. Por eso asumió la defensa del más débil y condenó la separación.
Hoy la Iglesia debe preguntarse: ¿aquella prohibición sigue teniendo vigencia? ¿Es aplicable al matrimonio moderno? Ciertamente no. Primero, porque en la sociedad actual la mujer puede ganarse la vida sola, sin necesidad del varón. Segundo, porque el “móvil” que hoy lleva a dos personas a casarse es el amor; y si éste fracasa, no se les puede prohibir volver a buscarlo. En tiempos de Jesús no podía decirse que el amor se acababa, porque no había sido el móvil del matrimonio; por eso no era motivo para el divorcio.
Es decir que hoy, habiendo desaparecido las dos razones por las que Jesús prohibió el divorcio, aquella orden ya no tiene vigencia. ¿Qué debería hacer la Iglesia? Lo mismo que hizo Jesús: ponerse de parte del más débil. Y el más débil es el que se separa.
Cuando un hombre se divorcia suele quedar lastimado, inseguro, con problemas económicos, añorando a sus hijos, con los que no volverá a tener una relación natural. Por su parte, la mujer muchas veces se siente abandonada, triste, sola y con dificultades para volver a creer en el amor. ¿Qué tiene de bueno el divorcio? Nada. Todo divorcio es una masacre emocional, el fin de una ilusión, la brutal ruptura de un proyecto que se creía para siempre. Por eso sólo la persona que llega a una situación insostenible lo concreta. Y por eso la Iglesia, en vez de castigarla, debería cuidarla más que a los felizmente casados, abrirles las puertas de la comprensión, de los sacramentos, y la incorporación a sus instituciones.
Uno de los encuentros más grandiosos de la vida de Jesús fue con una mujer cinco veces divorciada, que además vivía en concubinato: la samaritana (Jn 4). ¿Hoy Jesús le negaría un encuentro de comunión a un divorciado vuelto a casar? Si Pablo, Marcos, Mateo y Lucas supieron traducir su mensaje sobre el divorcio a un contexto cultural diferente, sería bueno que la Iglesia hoy también lo hiciera. Que vuelva al Evangelio y no separe lo que Dios ha unido: el hombre con Jesús.

*El autor es doctor en Teología bíblica


viernes, 19 de agosto de 2011

Política y Misión en perspectiva latinoamericana

Por Hilario Wynarczyk. (*) Argentina.

Recientemente ha sido salido el libro Reino, política y misión. Sus relaciones en perspectiva latinoamericana”, escrito por Alberto F. Roldán y publicado por Ediciones Puma, sello del Centro de Investigaciones y Publicaciones (CENIP), de Lima, Perú. El autor es argentino, profesor de teología en la ciudad de Buenos Aires. Esta obra de 209 páginas, y otras 25 de bibliografía, se sitúa en la interface entre teología, filosofía política y ciencias sociales.
Su objeto de análisis es el concepto de reino de Dios, la relación de la iglesia con el Reino, la sociedad y la política. Pero en última instancia también, la propia misión de la iglesia. Para responder a las preguntas que se formula en su estudio, Alberto Roldán acude a una vasta cantidad de autores que pertenecen mayormente a la herencia teórica protestante de Europa, Estados Unidos y América Latina, y en particular a esa cuyas raíces se hunden en el pensamiento de Calvino, encontrando en el reformador ginebrino, además de su punto de anclaje, el horizonte de la discusión y el contexto desde el cual surge su relevancia. Por este motivo, “Reino, política y misión” es un aporte a la construcción del “estado del arte” o estado de la cuestión, de gran utilidad para la reflexión teórica y el uso pedagógico en las instituciones de enseñanza interesadas en los dilemas de la teología cuando sus caminos se cruzan con las demandas de la sociedad incorporadas al pensamiento teórico y de acción.
Luego de trazar antecedentes conceptuales de Reino y missio Dei en la obra de varios autores como Richard Niebhur, Oscar Cullmann, Paul Tillich, Jürgen Moltmann y el uruguayo Julio de Santa Ana, tratados en el primer capítulo (que abarca más autores que los aquí mencionados), Alberto F. Roldán dedica el capítulo segundo a “El Reino de Dios en la teología latinoamericana”. Aquí se explaya sobre la obra de Jon Sobrino, el argentino José Míguez Bonino y otro rioplatense, el uruguayo Emilio Castro. A continuación en el capítulo tercero trabaja sobre “La ética social y política de Juan Calvino”, y dedica los capítulos cuarto y quinto a Karl Barth, con los títulos, respectivamente, de “La importancia del comentario de Karl Barth a la Carta a los Romanos” y el “Carácter dialéctico de la justicia y praxis sociopolítica en Karl Barth”. Dirigiéndose a un proceso de convergencias teóricas, enfoca luego el capítulo sexto en “El círculo hermenéutico en las teologías de Juan Calvino y Karl Barth” e incluye ahora las aportaciones del latinoamericano Juan Luis Segundo.
El especialmente atractivo capítulo siguiente dedicado a las teologías políticas, comienza con un autor que permanece enigmático a raíz de los prejuicios que despierta su imagen pública: Carl Schmitt. Luego de lo cual nos presenta analíticamente la producción teórica de Jürgen Moltmann y Johann Baptist Metz. Avanzando ya en el capítulo 8, Alberto Roldán revisa la presencia, primero excluida, después protagónica, de América Latina en los Congresos de Edimburgo, 1910-2010. Cierra el libro con unas breves conclusiones finales, jalonadas antes por la sistemática presencia de apartados conclusivos para cada uno de los capítulos mencionados. Coherentemente con la disciplina en la que se desenvuelve, Alberto Roldán no avanza en este libro sobre el análisis, que sería propio de la sociología empírica, acerca de las proximidades y distancias entre las definiciones teológicas y las concretas formas de la praxis eclesiástica.
Creo correcto sin embargo, afirmar que la investigación de sociología empírica dedicada a las relaciones entre religión y política en el ámbito de las iglesias evangélicas, al menos en el espacio nacional de la República Argentina, deja percibir que las tensiones principales que emergen de estas interacciones giran en primer término, alrededor de la definición conceptual de la misión que tendría la iglesia en la sociedad. Este problema que de suyo pertenece a la práctica, nos remite a su contrapartida en el plano de la reflexión teológica acerca del reino de Dios y el papel de la iglesia en el reino de Dios. Por este motivo, considero que la aparición “Reino, política y misión” constituye una contribución oportuna a la discusión y la pedagogía en el dominio teológico, manteniendo en el horizonte la idea de que la teología funciona como el marco que puede encuadrar la acción de quienes pretenden ser los actores de la iglesia en el mundo. Además el libro tiene la virtud de surgir de la mesa de trabajo de un autor local, cuya biografía por otra parte presenta un curso paradójico, como lo deja ver el intelectual mexicano Leopoldo Cervantes-Ortiz en la introducción. Dice Cervantes-Ortiz acerca del autor de “Reino, política y misión” “…basta con mirar su historia de vida para darse cuenta de la forma en que se ha desarrollado con el paso del tiempo. Partiendo, como muchos otros colegas, de una experiencia definida por los cánones del protestantismo histórico conservador, ha evolucionado hasta alcanzar una voz teológica propia, madura y propositiva”.

Alberto F. Roldán es doctor en teología por el Instituto Universitario ISEDET, y master en ciencias sociales y humanidades (con enfoque en filosofía política) por la Universidad Nacional de Quilmes. Siendo profesor y directivo del Instituto Teológico FIET, desarrolló al mismo tiempo una experiencia de conferencista y profesor en varios países, ha escrito varios libros y numerosos artículos, y pertenece a la FTL, Fraternidad Teológica Latinoamericana. Los interesados en otros aportes del mismo autor y eventuales consultas, pueden dirigirse al link de la revista on line Teología y Cultura en: www.teologos.com.ar

(*) Hilario Wynarczyk es doctor en sociología. Se especializa en el estudio de las iglesias evangélicas en sus relaciones con la sociedad, el Estado y la política.

Fuente: Prensa Ecuménica

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jueves, 18 de agosto de 2011

Cabral, profeta heroico

Por Andrés Eidelson
"Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a tí que a mí. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa. ¡Tanta es tú misericordia amado Señor!". (Facundo Cabral, en algún recital)


Los grandes predicadores hacen famosos los púlpitos, los profetas hacen famosas las prisiones. ¡Que el Señor nos envíe profetas, hombres terribles que alcen la voz y no callen, lanzando ungidos ayes sobre naciones corrompidas, hombres demasiado ardientes para ser aceptados, demasiado duros para ser oídos, demasiado justicieros para ser tolerados![i]
Queremos hablar de Facundo Cabral, músico, poeta, cristiano, pero ante todo, PROFETA.
Sabemos que en el mundo evangelical[ii] argentino existen algunos preconceptos arraigados en las mentes: algunos entienden que determinados instrumentos son del diablo, otros le asignan la misma pertenencia a algunos ritmos musicales y mas allá encontraremos a quienes denuncian a determinados artista populares como satánicos.
Desde este conocimiento es que deberemos utilizar gran parte del artículo para hablar de los profetas y luego sí, mínimamente, hacer referencia al recientemente desaparecido Facundo Cabral.
El texto que citamos y da inicio a estas palabras muestra una primera distinción: no todo lo que sale hoy de los púlpitos es profético. Lo profético, históricamente hablando, requiere de una entrega y un enfrentamiento a quien oprime al pueblo, que hoy no abunda.
Los profetas bíblicos, lejos de ser personas con una voz suave y aparentemente equilibrada, eran verdaderos guerreros de la palabra, denunciando aquí y allí la explotación del pobre por sobre cualquier motivo religioso. Actualizando el mensaje, Jeremías o Isaías aparecen más ocupados en la desnutrición infantil que en los Santos Católicos (Apostólico Romanos) y la prueba de eso es que denuncian al opresor muchísimo más que a cualquier estatua de asera o similar. La mirada del profeta esta, siempre, puesta en el sufrimiento del necesitado, allí ve y denuncia la más terrible idolatría. Su esperanza y desesperanza pasan por La Justicia de Dios.
Por otro lado, solo uno de los profetas bíblicos realizan su ministerio dentro del templo; el resto, está a los gritos fuera de él.
Otro dato interesante es que los profetas hablan en el lenguaje del pueblo, utilizando las mismas palabras que la gente de su tiempo utiliza. Las traducciones al español, generalizando, tienden a suavizar las palabras tal como salían de la boca de los profetas.
Podemos ver también que los profetas bíblicos tienen una iluminada capacidad poética. Incluso cuando insultan (sí, lo hacen) mantienen una estructura poética en su lenguaje. Walter Brueggemann, un hermano que escribió mucho y bien en los Estados Unidos, dice en su libro La Imaginación Profética: “el estilo característico del profeta en Israel es el de la poesía y la lirica.”.[iii]
De todo lo que detallamos hasta aquí, podemos resumir algunas características de los verdaderos profetas:
· Lo profético requiere entrega, de ser necesario, hasta la muerte.
· Al profeta lo ocupa más el pobre que las diferencias religiosas. Deja su vida en pos de La Justicia de Dios.
· Los profetas están, generalizando, alejados del templo y sus autoridades.
· Los profetas utilizan un lenguaje popular, incluyendo lo que algunos llaman malas palabras.
· Los profetas son, ante todo, poetas.
Ahora, querido lector, nos queda la tarea de releer este resumen, incompleto no lo dudes, y preguntarnos si nosotros -los creyentes, los predicadores, los cristianos de hoy- estamos más cerca del modelo profético que muchos artistas populares argentinos.
Nuestra cultura evangelical nos ha estimulado, durante mucho tiempo, a ver en cada manifestación cultural generada fuera del templo la mano del diablo y admitir ciegamente la inspiración en Dios en aquello calificado como cristiano (¿por quién?). Así, hemos quemado discografías completas de los que se convirtieron, hemos desechado bibliotecas enteras de los nuevos hermanos. Les hemos desarraigado su pasado de todo lo cultural que no tuviera el sello “cristiano”. Nos hemos cansado de escuchar discos hacia atrás[iv], perdiendo muchas veces el mensaje que Dios nos quería dar al escucharlo en la forma correcta. Claro que existieron y existen mensajes satánicos en algunos grupos, pero se perciben con solo escuchar y discernir sus letras: si invitan a robar, si invitan a delinquir, si invitan a drogarse, son evidentemente satánicos. Pero también es cierto que muchos que no pisaron la iglesia nunca son utilizados por el Señor para buscar Su Justicia, para denunciar abusos contra Su Reino. Es más, tenemos la triste sospecha que esto ocurre solamente cuando la Iglesia de Dios está distraída de los verdaderos problemas que debe tratar, cuando la iglesia se desenfoca. La historia de los últimos 40 años de nuestro País está lleno de artistas populares que cumplieron ese rol profético ante el silencio de muchos sectores cristianos. Duele, sí mucho. Pero es una realidad que debe mirarse de frente y debería generar sincero arrepentimiento.[v] Nosotros, como iglesia, lejos de reconocer su valentía los hemos tildado de satánicos.
Dicho esto, podemos explicar entonces nuestra tristeza por el asesinato del hermano Facundo Cabral.
Facundo, a diferencia de otros profetas artísticos populares, sí manifestó su amor por Jesucristo y su adhesión a su Salvación. Es más, a pocas horas de su muerte, un ex compañero suyo de ruta se quejó públicamente de los mensajes cristianos de Facundo en sus últimas presentaciones y habló de “misticismo”.
Escuchar a Cabral significa, muchas veces, vivenciar el evangelio, la buena nueva o reconocer en su mensaje que no todo está perdido. Facundo voló bajo, y lo ayudaron. No tuvo gran reconocimiento hasta su muerte. Entregó su vida a cambio de la vida de otro. Las balas eran para otro y él (¿involuntariamente?) les puso el pecho. Como todo profeta terminó sus días alejado del éxito. Como buen CRISTIANO entregó su último aliento en muerte de Cruz, en este caso en forma de balas.
Gracias Señor por Facundo, profeta heroico de la Argentina. Ayudanos a reconocer pronto a tus verdaderos profetas. Tu Iglesia en Argentina lo necesita.

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[i] Extraído del libro de Leonard Ravenhill "Por qué no llega el avivamiento"
http://blogeshoradeserreal.blogspot.com/2010/02/que-el-senor-nos-envie-profetas-leonard.html
[ii] Término que le debemos a la inventiva del Pastor y Teólogo Alberto Roldán.
[iii] Brueggemann Walter, La Imaginación Profética, Editorial Sal Terrae, Santander, España, 1986, Pag 52.
[iv] En los años ´70 se difundió la idea que los grupos satánicos grababan sus mensajes “al revés”; al escuchar los discos en sentido inverso, decían, se percibiría la adoración a satán.
[v] También es cierto que muchos hermanos entregaron sus vidas o al menos la arriesgaron en los momentos más difíciles.

Fuente: Editor de Contenidos Cristianet.com.ar