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jueves, 29 de agosto de 2013

Medio siglo de ‘I have a dream’ EE.UU. conmemora 50 años del ‘sueño inacabado’ de Luther King

 Líderes de los derechos civiles y defensores de la igualdad racial se han congregado este sábado en el lugar donde el activista por la igualdad en Estados Unidos Martin Luther King Jr. pronunció su mítico discurso "I have a dream" ("Yo tengo un sueño", por su traducción en inglés) el 28 de agosto de 1963, dentro de los actos previstos para celebrar el 50 aniversario de la Marcha sobre Washington que tendrá lugar el próximo miércoles. Decenas de miles de personas se reunieron frente al monumento a Abraham Lincoln en la capital de Estados Unidos para recordar e invocar el sueño de Martin Luther King en vísperas del 50 aniversario de su histórico discurso.
 Los miles de asistentes, congregados desde temprana hora de la mañana bajo un sol resplandeciente, evocaron los logros conseguidos desde aquel punto de inflexión en la historia de los derechos civiles de EE.UU., pero también invocaron las palabras del activista para poder terminar lo que consideran un "sueño inacabado".
 El próximo miércoles está prevista una multitudinaria manifestación en el National Mall, donde Luther King dio su famoso discurso, y la asistencia del presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, que dirigirá unas palabras al público asistente desde la escalinata del Lincoln Memorial.
Martin Luther King Jr., nació en Atlanta, Estados Unidos, el 15 de enero de 1929 y fue pastor de la iglesia bautista que dedicó su vida a la lucha contra la segregación y la discriminación racial, utilizando siempre métodos pacíficos. Fue condecorado con el premio Nobel de la Paz y murió asesinado el 4 de abril de 1968 por un segregacionista blanco en Memphis, Estados Unidos.
DISCURSOS DEL ACTO
Martin Luther King III, hijo del pastor protestante y Nobel de la Paz, ha sido continuador de los pasos de su padre. Instó a "no dar ni un paso atrás" en la búsqueda de derechos, y recordó que el sueño que Luther King dijo tener hace medio siglo aún no ha terminado de cumplirse.

 "Estoy aquí en este lugar sagrado sobre las huellas de mi padre, conmovido por la intensa historia, pero más que eso me gusta saber que ustedes continúen sintiendo su presencia, que continúen escuchando su voz por el deseo (de conseguir su sueño) (...) Pero este no es tiempo para la conmemoración nostálgica, (...) es tiempo para continuar la tarea", dijo.
 Luther King III recordó las "lágrimas de los padres" del joven negro de 17 años Trayvon Martin, muerto en 2012 por disparos de un vigilante voluntario, George Zimmerman, quien recientemente fue encontrado no culpable de la muerte del adolescente por un jurado federal, desatando la polémica en el país.
 "El color de la piel continúa siendo una licencia para arrestar, detener o incluso asesinar a alguien", denunció el activista al aludir a una de las proclamas más repetidas en las pancartas que portaban los asistentes a la marcha de hoy, pidiendo justicia por el caso de Martin.
Junto a Martin Luther King III también se dirigieron a la multitud otros símbolos de la defensa de los derechos civiles en EEUU como el congresista John Lewis, el único orador vivo de la marcha de hace 50 años; o Myrlie Evers-Williams, viuda del activista Medgar Evers, fallecido apenas dos meses antes de aquel agosto de 1963.
 "No podemos renunciar. No podemos abandonar. No podemos ceder", dijo el legislador demócrata mientras era vitoreado por los asistentes, de abrumadora mayoría negra.
 "Tenemos que salir y empujar y tirar", dijo con energía el congresista al celebrar el medio siglo de aquel histórico día, aunque reconoció que los episodios de brutalidad por la defensa de los derechos ya han quedado atrás.
 "El sueño no es un sueño estático, el sueño sigue vivo y evoluciona", dijo el pastor evangélico y activista Jesse Jackson Sr. ante la multitud, al mismo tiempo que afirmó que "el sueño de 1963 era poner fin a la barbarie y la humillación". Y recordó que otras épocas "desde Texas cruzando Florida, hasta Maryland, no podíamos usar un sólo baño público".
APOYO A LAS MINORÍAS RACIALES EN EE.UU.
Además del recuerdo de Trayvon Martin, los asistentes a la marcha expresaron unánimemente su rechazo a la resolución del Tribunal Supremo que en junio invalidó una parte clave de la ley federal de 1965 que protege el derecho al voto de las minorías raciales.
 "Levantaos. Exigid que vuestro derecho al voto sea respetado" o "Quiero que mi voz se siga escuchando" sobre la imagen de un puño negro cerrado fueron algunos de los carteles que podían leerse junto a otros con el rostro del propio King, o del presidente Barack Obama, el primer mandatario negro en la historia de EEUU.
 Obama, que no acudió hoy a los actos de celebración, sí lo hará la fecha exacta de la efeméride, el próximo miércoles 28 de agosto, momento en el que ofrecerá un discurso desde el mismo lugar en el que King confesó su sueño al mundo.
 
Fuentes: Efe, Europa Press & Protestante digital, 2013
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Once frases escogidas de Martin Luther King
 
John Piper: “Luther King cambió mi mundo, y estoy agradecido”
 
Multimedia | La fe cristiana de Martin Luther King (J. de Segovia)
 
Martin Luther King ‘quiso hacer la voluntad de Dios’            
 
Martin Luther King: 84 años de su nacimiento
 
 Martin Luther King: "Tengo un sueño"
Discurso íntegro (subtitulado al español) del pastor bautista Martin Luther King Jr., en la célebre marcha de Washington del 28 de agosto de 1963.

jueves, 22 de agosto de 2013

LÍMITES DEL COMPROMISO PASTORAL CON LA POLÍTICA

Por Hilario Wynarczyk, Argentina*
Un germen o quizás un boceto de ítems para intercambiar conceptos en una ruta orientada a lograr una consolidación de las iglesias evangélicas como un sujeto público y un soporte a la construcción de ciudadanía. Una consolidación mayor todavía que la hasta ahora conseguida con el esfuerzo de quienes han tomado el arado en sus manos, ya sea como predicadores o como actores de la esfera cívica y las relaciones con el Estado. 
Hacia dónde va el texto
En este artículo pretendo brindar mi opinión sobre tópicos candentes en las vísperas de procesos políticos que habrán de movilizar a todas las fuerzas sociales de la Argentina desde ahora y hasta finales del presente año. Durante el texto hablaré de iglesias evangélicas, pero en algún caso usaré la expresión “iglesias protestantes”, dándoles a las dos expresiones el mismo significado. No pretendo atribuirme la capacidad de ofrecer diagnósticos exactos ni consejos definitivos. Me sentiré contento si alcanzo a marcar algunos dilemas y críticas útiles en ambos casos para favorecer la discusión.
Por otra parte debemos considerar que las perspectivas de la teología y de la sociología son diferentes.  A la teología le importan las relaciones de los seres humanos con Dios. A la sociología las relaciones de los sistemas religiosos con otros sistemas sociales. Y al hablar de otros sistemas sociales, es que  entran la política, la economía, la educación, la moral. Problemas de intercambios e influencias mutuas.
Los pastores y el mundo como sociedad política
La sociología política de las iglesias evangélicas en los países latinoamericanos del Cono Sur es bastante conocida, en unos términos generales que podríamos llamar de “macrosociología”. Esta distinción es importante porque no tenemos suficientes estudios al nivel “microsociológico” de los municipios y consejos de pastores de ciudades de segunda y tercera magnitud demográfica, y hacia abajo en la escala de magnitudes urbanas.
De cualquier modo está claro que hay una tendencia de los pastores, y sobre todo de los dirigentes de colectivos de iglesias con fuerte base popular, a obtener recursos y prebendas del Estado, con honradas intenciones de prestar servicios comunitarios y educativos y afirmar la identidad de las iglesias como sujeto público, aunque este objetivo sea más o menos conciente y explícito. Muchas  veces el trasfondo psicológico de estas conductas puede hallarse en el contraste con la posición de la Iglesia Católica cuyo estatus es privilegiado en el sistema jurídico (más allá de los méritos que la IC tiene por sí misma en el terreno de la actividad educativa, el análisis social, y sus interacciones con áreas de influencia en diferentes sectores de la sociedad civil y el Estado).
Situados del otro lado de este sistema de relaciones, los políticos a su vez se comportan con una natural e instintiva orientación hacia los pastores, enfocándolos como potenciales punteros políticos. En esta perspectiva queda aceptado el supuesto de que los pastores manejan redes sociales en estratos populares con un capital de votantes significativo en su interior. Y también un segundo supuesto, muy discutible en cuanto a si es real o una ilusión, de que los pastores poseen un poder clientelar sobre las actitudes políticas de los creyentes, tema en el cual he abundado con muchos datos concretos en el libro “Sal y luz a las naciones. Los evangélicos y la política en la Argentina (1980-2001)” y también en otro anterior, “El movimiento social evangélico en la vida pública argentina (1980-2001)”.
En este escenario los políticos les prometen a los dirigentes evangélicos el acceso a cargos políticos (desde los cuales se imaginan que serán luz y sal de las naciones), cambios jurídicos para mejorar la posición relativa de las iglesias evangélicas, y la posibilidad de actuar como  agencias de bienestar social o poleas de trasmisión del Estado hacia la sociedad. Este último tiene un paralelo parcial en la ONG Cáritas, de la IC, pero ésta se sostiene mayormente con contribuciones de empresas y el público.
También como parte del posible paquete de ofertas, aparecen devoluciones simbólicas de estatus mediante actos públicos con protagonismo evangélico (como los “Tedeums Evangélicos” que tienen sus antecedentes en Chile). Estos gestos obsequiosos son bienvenidos por los dirigentes evangélicos que los interpretan como una suerte de reparación del estatus de iglesias de segunda (algo así como ciudadanos de segunda) consagrado por el Derecho Eclesiástico de Estado y consolidado en la estructura social por el origen popular de la mayoría de los integrantes de las iglesias, y de sus cuerpos pastorales además.
Entrar en este tipo de relaciones es algo razonable y pragmáticamente muy interesante, pero muy delicado también. En primer lugar por una cuestión de principios si queremos permanecer al interior de una herencia evangélica, marcada en la Argentina por figuras como la del pastor Pablo Besson, en la época de consolidación de la República entre la segunda mitad del siglo XIX las primeras décadas del siglo XX. En esa dirección es indispensable afirmar con la palabra y con la práctica la separación de las iglesias  y el Estado y la laicidad del Estado. Lo que no significa contribuir a la falacia de afirmar un Estado ateo o un estado anticristiano o un estado enemigo de cualquier corriente religiosa. Pues en todas las variantes de esta clase se trata de la cara reversa de la misma moneda del Estado asociado con una religión hegemónica, o el resentimiento hacia la religión, fundado muchas veces en la historia política.
En segundo lugar, por una cuestión de prudencia. Los casos bastante estudiados de Chile en la década del ´60 y después, y del Perú en los ´90, muestran que las esperanzas de los evangélicos en estas transacciones suelen terminar en resultados frustrantes. No incluimos aquí el caso del Brasil, que es muy particular, y bastante estudiado también, aunque las conclusiones tal vez puedan en definitiva mostrar resultados algo parecidos.
En fin, los líderes evangélicos son incorporados como escaparates simbólicos para crear empatía con sectores populares en una operación de marketing político, digno de comprensión si somos concientes de lo que significa la dinámica de la política. En algunas circunstancias las promesas pueden funcionar como alicientes para deponer actitudes de demandas y quejas que puede tomar formas de movilización social colectiva.
Algo diferente y que escapa a esta clase de conductas, capaces de rozar una forma de oportunismo ingenuo, es el compromiso con causas como la defensa de los derechos humanos, el sistema democrático, las poblaciones marginales, el cuidado del medio ambiente, sin esperar mayores prebendas, aunque desde luego algunas pueden llegar.
Los modos del compromiso cívico desde las iglesias
En otro nivel de análisis, las personas que forman parte de las congregaciones evangélicas no deberían rehuir a la participación en la vida cívica, propia de ciudadanos concientes, como buenos votantes o en otros roles. Frente a cualquier tendencia a calumniar a la política y a exiliarse de la política, es importante tener en cuenta que las condiciones de posibilidad de la presencia de las iglesias evangélicas en la Argentina fueron creadas por la existencia de formas políticas democráticas o cuando menos la tendencia hacia la democracia. Así fue durante los períodos de influencia liberal del siglo XIX hasta las primeras décadas del siglo XX, y en cierta forma con el gobierno de Perón en 1954 cuando facilitó la venida del predicador Tommy Hicks. Pero más recientemente en la década de 1980 durante la presidencia de Raúl Alfonsín, que sucedió a la dictadura militar 1976-1983. En este último lapso se desarrolló el ministerio del pastor Carlos Annacondia y el pentecostalismo en general alcanzó un momento bastante explosivo. Otras iglesias acompañaron mientras tanto la política de derechos humanos del gobierno de Alfonsín, habiéndose asociado antes ya, al camino del Movimiento Ecuménico.
A su vez los pastores (dicho esto en mi personal y modesta opinión), sobre todo quienes dirigen colectivos de iglesias, considero que deberían bregar por la derogación de la Ley de Culto de 1978, sancionada por el gobierno de facto del general Jorge Rafael Videla, de triste memoria, y el reconocimiento de la personería jurídica religiosa para las iglesias que no están dentro del movimiento católico. Colateralmente pueden abrirse caminos para la cooperación de las iglesias con el Estado en áreas de acción social, pero esto demandaría ser bien considerado, teniendo en cuenta los costos de los intercambios en proyectos de cooperación. La autonomía de las iglesias y las familias contenidas en su interior, en materia de educación y principios de bioética, es otro problema además, de complejas características, que convendrá dejar aquí entre paréntesis por razones de espacio y oportunidad.
Las formas de la palabra
En otro plano de análisis, sería interesante que los dirigentes de colectivos de iglesias evangélicas y algunos pastores en particular, pudiesen articular un discurso de análisis crítico de problemas sociales en determinadas coyunturas, como sucede con los obispos católicos. Pero esto implica el desafío de hablar en términos propios de los espacios de discusión específicos, ya sea que se trate de moral, ciudadanía, pobreza, u otros asuntos. No es posible llegar a la sociedad sin el recurso de un lenguaje universal. No es posible hacerlo restringiendo el discurso a las formas del lenguaje intra-religioso y recitaciones (lo digo con todo respeto) de versículos bíblicos y nada más.
En concordancia con esos criterios, quizás es necesario colocar en debate la tendencia a permanecer concentrados en temas sexuales y de lucha contra algunas de las innovaciones del Código Civil, referentes al matrimonio “igualitario” y la adopción de niños por padres “del mismo sexo”, que a las iglesias evangélicas las alinean con algo así como una ecúmene religioso-reaccionaria y las colocan en roles que podrían ser funcionales a intereses que no les resultan propios. Estos temas de bioética son muy serios pero estadísticamente menos significativos en los cuarenta millones de personas que tiene la Argentina. En cambio todos los días mucha gente con necesidades básicas insatisfechas sufre limitaciones de comida, salud y educación, a la vez que existen problemas comunitarios y de moral pública. Estos asuntos brindan una posibilidad de hablar sobre una base de fe pero desde el conocimiento apropiado y el discurso lingüísticamente adecuado al respectivo espacio de debate.
Un cierre con dilemas
Todo lo que expreso puede ser muy discutible pero tal vez en estas opiniones vertidas aquí en un formato de ensayo, pueda albergarse alguna contribución. Un germen o quizás un boceto de ítems para intercambiar conceptos en una ruta orientada a lograr una consolidación de las iglesias evangélicas como un sujeto público y un soporte a la construcción de ciudadanía. Una consolidación mayor todavía que la hasta ahora conseguida con el esfuerzo de quienes han tomado el arado en sus manos, ya sea como predicadores o como actores de la esfera cívica y las relaciones con el Estado.
 
*Dr. Hilario Wynarczyk Doctor en Sociología (Universidad Católica Argentina, UCA)
Master en Ciencia Política (Universidade Federal de Minas Gerais, Brasil, UFMG)
Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires, UBA)
Profesor de Metodología y Taller de Tesis (Universidad Nacional de San Martín, UNSAM)
Integrante de los consejos directivos de:
Asociación de las Cientistas Sociales de la Religión en el Mercosur (ACSRM)
Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR)
Pertenece a:
Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales (RELEP)
Programa Latinoamericano de Estudios Socio-Religiosos (PROLADES)
Ha sido integrante del Consejo de Expertos de las Secretaría de Culto de la Nación
Investigador y escritor.

Fuente: Pastores x la gente

sábado, 17 de agosto de 2013

El FMI, la escatología y la economía

Por. Samuel Escobar, España
Sobre los cielos de nuestra España veraniega en estos días sobrevuela un monstruo llamado FMI. Leyendo los diarios y escuchando las noticias y las tertulias he recordado aquellos tiempos, hace unas décadas, en que este monstruo hacía su aparición en los cielos de los países latinoamericanos. Y despachaba sus recetas que habíamos aprendido a temer porque casi siempre, ellas significaban, por ejemplo, que habría que reducir camas y médicos en los hospitales públicos, abandonar los proyectos de construcción de nuevas escuelas, y aumentar los presupuestos para policías antidisturbios. Y así nuestros gobernantes, según su ideología, si eran de derechas ya tenían a quien echarle la culpa por el sufrimiento que causaban a la población esas recetas y si eran de izquierdas ya tenían una figura sobre la cual cargar la frustración de no poder cumplir las promesas de sus campañas electorales.
Si vivías en Lima, Buenos Aires o México el monstruo aquel FMI permanecía invisible y oculto en una distante  ciudad norteamericana o europea, pero su figura amenazante sobrevolaba nuestros países cuando había que resolver una crisis económica y financiera.  Aquí en España en este año 2013, el vuelo del monstruo ha conseguido que actores sociales tan distintos como sindicatos, patronales, partidos de la izquierda y la derecha unan sus voces en criticar sus recetas de rebajas de salarios, y expresen su voluntad de resistencia. Así que se me ocurre que una cosa que tenemos que hacer los evangélicos que seguimos el consejo apostólico de orar por nuestros gobernantes, es pedir a Dios que los arme de valor y sabiduría para resistir estas recetas que lo único que traerían sería mayor sufrimiento a una población que ya va sufriendo bastante.
La figura del monstruo que sobrevuela cielo español me ha traído a la memoria una brillante exposición bíblica que le escuché al gran maestro evangélico F.F.Bruce en Canadá, allá por la década de 1980. Bruce fue una autoridad en los estudios acerca de San Pablo, respetado en todo tipo de círculos académicos y siempre fiel a sus convicciones sobre la veracidad y autoridad de la Biblia. En aquella exposición a la que me refiero se ocupó del tema “Principados y potestades”. Si mis lectores tienen interés pueden ver el texto completo de Bruce en el capítulo 35 de su libro Pablo: apóstol del corazón liberado, que hace poco ha sido publicado por segunda vez (CLIE, 2012).
Bajo el título “Principados y potestades” Bruce expone la enseñanza de la Epístola a los Colosenses que podemos entender mejor recordando el contexto. En la iglesia de Colosas había entrado una herejía peligrosa proveniente del Judaísmo, que restaba valor a la obra de Cristo y su persona. Era una enseñanza que tenía pretensión de ser muy espiritual y proponía un camino de disciplinas ascéticas. “En esta herejía – dice Bruce – se daba aparentemente un lugar especial a los ángeles como agentes tanto en la creación como en la entrega de la ley… En la herejía Colosense la observancia de la ley se consideraba un tributo de obediencia debida a esos ángeles, y el quebrantamiento de la ley les ofendía y llevaba al transgresor a una situación de deuda y esclavitud de ellos. Por lo tanto debían ser apaciguados no solamente por las observancias legales del Judaísmo tradicional sino además por un riguroso ascetismo”[1]
Con gran vigor y elocuencia Pablo afirma la supremacía de Cristo tanto en la creación como en la reconciliación, por su muerte en la cruz. No está demás releer el hermoso himno cristológico que Pablo ofrece en Col. 1:15-20:
15El es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación
16Porque en él fueron creadas todas las cosas
Las que hay en los cielos, y las que hay en la tierra, visibles é invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades;
 todo fue creado por medio de él y para él.
17Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten:
18Y él es la cabeza del cuerpo que es la iglesia;
él que es el principio, el primogénito de entre los muertos,
para que en todo tenga la preeminencia.
19Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud,
20Y por medio de él reconciliar consgo todas las cosas
Así las que están en la tierra como las que están en los cielos,
Haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.(Col. 1:15-20 RV60)
La herejía colosense hacía vivir a las personas atemorizadas por esas potencias invisibles, ángeles, principados y potestades. Al afirmar la victoria suprema de Jesús Pablo ayudaba a sus lectores a vivir en libertad, sin tener que cumplir elaborados rituales y exigentes prácticas espirituales. En un artículo como éste apenas podemos rozar la riqueza de la exposición de Bruce   y sin embargo permítanme citar la aplicación pastoral que este erudito evangélico nos ofrece.
 “Los señores de las esferas planetarias pueden no jugar sino un papel pequeño en la visión del mundo del hombre de hoy – aunque el número de lectores de prensa popular que acepta la invitación de ‘hacer sus proyectos contando con los astros’ sugiere que quizá jueguen un papel mayor de lo que pensamos.”[2]  Bruce describe luego  la situación de muchos en la actualidad: “Todavía es consciente el hombre de hoy, de una manera que no tiene precedentes, de fuerzas poderosas y malignas en el universo a las que no duda en llamar ‘demoníacas’. Siente que están actuando contra su bienestar pero que es incapaz de dominarlas bien por fuerza individual o por acción unida.”[3]  Al no poder controlar esas fuerzas sólo cabe la resignación pasiva  y un estado de ánimo que se entrega al cruel y ciego destino.
Y va concluyendo Bruce: “La repuesta de Pablo a este modo de frustración y desesperación sería su respuesta a la herejía colosense. Estar unido a Cristo, diría, es estar liberado de la esclavitud de fuerzas demoníacas, para disfrutar de perfecta libertad en vez de ser los juguetes del destino.”[4]
Volviendo a nuestra situación actual, un periodismo mal concebido, o intencionalmente dirigido a manipular  la mentalidad ciudadana, puede presentar a instituciones creadas por los propios seres humanos, como por ejemplo el FMI, como monstruos colosales frente a los cuales no se puede hacer nada más que aceptar sus recetas por muy crueles e injustas que evidentemente sean. Los ciudadanos, cristianos y no-cristianos, podemos protestar, los economistas pueden elaborar alternativas, los gobiernos pueden resistir al monstruo y éste puede modificarse. 
Justamente a propósito del FMI, he estado releyendo un discurso que pronunció en 1992 el economista protestante francés Michael Camdessus, quien fue Presidente y Director del FMI de 1987 al 2000. La sección francesa de la Unión Internacional Cristiana de Dirigentes de Empresa  pidió a Camdessus que presentase una ponencia en su asamblea nacional. La revista católica argentina Criterio publicó en Octubre de 1992 el texto de la ponencia cuyo título es “El mercado y el Reino: la doble pertenencia”. La revista teológica peruana Textos para la acción  la reprodujo en Agosto de 1996. Es un texto valioso viniendo de quien viene.
No tuvo una tarea fácil Camdessus al frente del FMI. Fueron, por ejemplo,  los tiempos en que el comunismo y su utopía marxista se había venido abajo y el imperio soviético se desmembraba. Los países excomunistas europeos y asiáticos iban a entrar a vivir en la economía de mercado y la transición resultaba muy difícil y dolorosa. ¿Qué les dice Camdessus a los dirigentes de empresa cristianos en su ponencia? Les plantea esta pregunta: “¿Cómo hacer, por ejemplo, cuando se dirige el FMI y se tiene, entre otras tareas, la misión de ayudar a los países a atravesar las crisis que sacuden su historia económica, etapas de posguerra, caída de la materia prima, deuda, pasaje a la economía de mercado? Y bien, la respuesta es análoga a la de ustedes en su propio ámbito de responsabilidad: rigor en el ajuste y generosidad en la solidaridad.”[5]
Lo que este economista protestante quiere dejar bien claro es que el mercado no es el Reino de Dios y que los dirigentes de empresa cristianos deben tener muy clara la distinción. Porque en esos países ex-comunistas que estaban en transición se habían gestado esperanzas exageradas acerca del mercado. “De hecho – dice Camdessus – y llegamos al corazón del problema, algunas veces ellos han imaginado ese pasaje a la democracia y a la economía de mercado como una suerte de parusía asociando, en el sueño que sostenía su lucha, mercado democracia y prosperidad. Y he aquí que descubren todo a la vez: que la prosperidad no es más que para mañana y que el mercado no es el Reino.”[6]
Con unas palabras que parecen escritas para nuestra época, Camdessus continua: “Para esos países la realidad inmediata del mercado es cruel. El mercado es primero alza de precios y en corto plazo penurias. Es el desempleo abierto, allí donde se disfrazaba en estructuras improductivas pero donde cada uno tenía más o menos un lugar. El mercado al comienzo contiene mil formas de abuso; es la mafia, el triunfo de los astutos o de los traficantes de influencias…”[7] Como está hablando a dirigentes de empresa Camdessus prosigue: “Aunque seamos hombres de mercado, propagadores  del mercado, debemos aprender con la misma mirada su eficacia (no es necesario demostrarla), y también su ineficacia congénita, que hace que abandonado a sí mismo se desentienda del único absoluto que reconocemos: la persona. Si no tenemos cuidado, allí están los gérmenes de su autodestrucción.”
En la valentía de su crítica al mercado se puede notar que Camdessus piensa como cristiano. Como economista y funcionario, pero también como cristiano. Una parte de su ponencia resume la centralidad de la enseñanza del Nuevo Testamento acerca del Reino de Dios. Hacia el fin su resumen nos deja una propuesta para pensar: “El ciudadano del Reino –llamémonos así- realiza el máximo esfuerzo para que retrocedan todas las formas del miedo, las desconfianzas, el acaparamiento, ‘esta idolatría’ como dice San Pablo (Ef 5:5), y finalmente para que se amplíe el terreno de la participación, aquel donde el Reino ya impregna las realidades humanas y el hombre encuentra un poco más de espacio, de gratuidad y de apertura. Esto sabiendo muy bien que ‘siempre habrá pobres entre nosotros’. Lo que quiere decir, entre otras cosas, que el Reino no será sobre esta tierra sino hasta el día en que ‘El hará las cosas nuevas’”.[8]     
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[1]  F.F.Bruce op.cit., p.482-483
[2]  Ibid., p. 491
[3]  Ibid.
[4]  Ibid
[5]  Michael Camdessus, “El mercado y el Reino: la doble pertenencia”, Textos para la acción, Lima, Agosto de 1996; p. 19.
[6]  Ibid, p. 9
[7]  Ibid
[8]  Ibid., p. 22


Fuente: Fundación Kairós, 2013

martes, 13 de agosto de 2013

Tres pastores reconocen su orientación homosexual en defensa del matrimonio bíblico

Por. Joel Forster
Sean Doherty, Sam Allberry y Ed Shaw defienden que sentir atracción hacia otros hombres no justifica las relaciones homosexuales ni niega la verdad bíblica del matrimonio como unión entre hombre y mujer.
El debate en torno a una ley del matrimonio entre personas del mismo sexo reaparece por momentos según el ritmo político de cada país. En los últimos meses ha sido el turno de Inglaterra, donde la discusión social la está liderando el propio primer ministro, David Cameron. Por su parte, tres pastores evangélicos han lanzado un mensaje también muy claro. Han ‘salido del armario’ en la revista cristiana más leída del país con el objetivo de reivindicar que su orientación homosexual no resta un ápice de su confianza plena en el Dios de la Biblia y en la visión del matrimonio que esta presenta: la unión de un hombre y una mujer.  Sean Doherty, Sam Allberry y Ed Shaw son cristianos, conocen en profundidad la Biblia y lideran iglesias locales (en Londres, Maidenhead y Bristol, respectivamente). El debate sobre la Ley del Matrimonio Homosexual en Inglaterra lo han vivido especialmente de cerca, por un motivo especial. Además de su fe en Dios y su identidad evangélica, los tres hombres comparten un rasgo que ahora han decidido hacer público: su atracción sexual hacia otros hombres.
Doherty, Allberry y Shaw han dado el paso al frente explicando su posición en un artículo de la edición de agosto de la revista ‘Christianity’, cuyo título se podría traducir como “Una forma diferente de salir del armario” (en inglés: “A different kind of coming out”) . Este gesto valiente ante el público general y muy concretamente ante sus propias congregaciones ha sido también un golpe de efecto. Afirman que su tendencia homosexual no afecta para nada su visión bíblica del matrimonio, y que su identidad en Cristo está por encima de sus sentimientos.
IDEAS CLARAS Y APOYO MUTUO
Los tres líderes reconocen ser buenos amigos y han creado, junto a otros hombres con una posición similar, un grupo de apoyo para hablar abiertamente sobre cómo llevan su responsabilidad eclesial y su vida personal. “Estamos tentados a decir que nos encontramos en un bunker subterráneo en una localización no desvelada”, explican irónicamente.
Se describen como célibes (Allberry y Shaw con solteros) e incluso ‘post-gays’ (Doherty está casado y tiene tres hijos, después de enamorarse de Gaby, su actual esposa). Decidieron dejar la privacidad de sus conversaciones para marcar una posición propia que sabían que sería contracultural. Se trataba de mostrar que no todos los cristianos con orientación homosexual pasan automáticamente a reinterpretar la Biblia desde una perspectiva liberal. De hecho, creen que lo que las Escrituras dicen sobre la práctica heterosexual y homosexual es “innegociable”. Por ello, están preparando un proyecto web que se llamará “Living out”, con el que animar a otros cristianos con orientación homosexual a vivir su fe cristiana sin renunciar al evangelio.
ALLBERRY: SENTIR ALGO NO IMPLICA HACERLO

“Sigo oyendo comentarios sobre cómo los evangélicos son ‘antigays’, y a la vez oigo a amigos evangélicos que están empezando a desviarse del evangelio en este tema”, dice Allberry. “Pero nosotros [refiriéndose a sí mismo, a Shaw y a Doherty] podemos hablar desde una perspectiva personal sobre qué significa vivir con esta cuestión. Desde mi propia experiencia, quiero decir que Dios es bueno y que su Palabra también lo es. No siempre es fácil, pero la Palabra es buena”.
Siendo adolescente, Allberry se encontró con dos nuevas identidades. Por un lado, se convirtió al evangelio de Jesús; por otro, descubrió su orientación homosexual. Para él fue clave escuchar a un predicador que recordó que “todos nosotros somos pecadores en lo sexual. Habrá algunos que experimenten atracción homosexual… y si este eres tú, no estás solo”. Escuchar eso siendo muy joven, recuerda, marcó “un punto de inflexión” en su vida.
El año pasado, Vaughan Roberts, un conocido teólogo evangélico británico, autor de varios libros, también expresaba públicamente su tendencia homosexual  en una entrevista publicada en “Evangelicals Now . Para Allberry, leer su testimonio fue una motivación extra para pronunciarse también, y animar así a otros cristianos que se encuentran en una situación parecida.
La sociedad, y especialmente los medios, describirían a Allberry como un individuo reprimido que suprime su identidad sexual. Él, sin embargo, recuerda que “todos somos seres humanos caídos. No voy a asumir que mis sentimientos sean una guía totalmente confiable para vivir la mejor vida. Si comiera todo lo que siento que debería comer, aún estaría mucho más fuera de forma de lo que ya estoy”.
Aunque tenga autoridad sobre este tema por estar viviéndolo en primera persona, Allberry procura ser sensible cuando habla con otras personas con tendencia homosexual: “No digo que para convertirse en un cristiano uno haya de dejar primero una relación homosexual en la que esté. Pero no quiero esconder nada en la letra pequeña”. En sus conversaciones, quiere ser “real sobre la enseñanza de Cristo en cuanto a la ética sexual. No puedo decir que este es un tema secundario, porque la Biblia habla de ello con una voz muy clara. Parte del llamado de Jesús es a que cada uno de nosotros deje nuestra propia versión de nosotros mismos y tomemos nuestra cruz y le sigamos”.
RECONOCIENDO LAS DEBILIDADES
La sexualidad, defiende Allberry, no se expresa sólo con relaciones sexuales. “También indicamos nuestro amor hacia personas con las que no tenemos sexo. Soy un hombre con una sexualidad masculina celebrada, no reprimida, mediante mi celibato”.
Pero pese a tenerlo claro, Allberry no tiene inconveniente en reconocer sus momentos de debilidad. Su problema principal está en la “sobredependencia” emocional de otras personas, explica. “Un muy buen amigo hombre puede convertirse en un tipo de ‘amigo-mesías’. He tenido que aprender por el camino duro dónde poner los límites cuando las amistades se han convertido en un poco demasiado intensas”.
También la realidad de que nunca va a vivir la experiencia del matrimonio ha sido algo difícil de aceptar. No envidia a amigos que están en relaciones homosexuales, pero sí “hay una parte de mí a la que le gustaría ser un marido y un padre. Conozco muy de cerca algunas familias, y puedo ver lo bueno de la vida familiar. Pero en otros momentos también te das cuenta que no todo son paseos por el parque”.
Cuando Allberry explicó públicamente a los miembros de su iglesia su situación personal, la reacción fue de apoyo total. “Las personas casi se pisaban entre sí para venir a expresarme su deseo de apoyarme y orar por mi”. Nada cambió realmente, en su congregación. Sam seguía siendo Sam.
ED SHAW: TENTACIÓN SIMILAR A HOMBRES HETEROSEXUALES

Ed Shaw creció en una iglesia evangélica y agradece que allí siempre se habló claro sobre la perspectiva de Dios en cuanto a la sexualidad. “En mi mente el buscar una relación homosexual nunca fue una opción. Aunque la experiencia ha sido muy dura, no ha sido difícil reconciliarlo con mi fe. Una de las mejores cosas que recibí de mis padres fue la comprensión de que la vida cristiana a menudo es dura y que Dios usa el sufrimiento para acabar haciéndonos más parecidos a Él”, explica Shaw. También él vive una lucha constante, reconoce. Pero cree que “es la misma que tienen la mayoría de hombres heterosexuales: la que tiene que ver con las fantasías sexuales. Allí es dónde está mi campo de batalla”.
SER SOLTERO, PUERTA A AMISTADES PROFUNDAS
Ser un líder de iglesia que ha reconocido su orientación homosexual tiene complicaciones y puede generar desconfianza en algunas personas. Pero Ed explica que también provoca el efecto contrario: “La gente tiene esta sensación de que yo sería una buena persona con la que pueden hablar, pensando ‘la vida de Ed no debe ser sencilla, así que seguro que entenderá mi problema’”, comenta con cierta ironía.
Hablando del celibato, y aplicándolo también a personas con orientación heterosexual sin pareja aunque la desearían, Shaw sí tiene una queja clara. “Uno de los errores de la sociedad es la creencia de que ‘intimidad’ es igual a ‘sexo’, y que por ello la Biblia nos está pidiendo renunciar a relaciones íntimas para llevar vidas tristes y solitarias. Eso no es verdad. La Biblia ve las amistades como una relación increíblemente íntima. Y yo tengo una capacidad más grande de tener relaciones profundas con muchas personas que la que tienen mis amigos casados”.
DOHERTY: ORIENTACIÓN HOMOSEXUAL Y ENAMORADO DE SU MUJER
El caso de Doherty choca especialmente por tratarse de un hombre con orientación homosexual, pero casado con una mujer. En un momento dado, se enamoró de una buena amiga que le apoyó durante tiempo.
“No hablo de mi mismo como un ‘exgay’, prefiero el término ‘postgay’”, explica. “Escoges alejarte de la etiqueta ‘gay’ en su totalidad, porque se ha identificado con un estilo de vida concreto. Yo claramente he experimentado algunos cambios en mis emociones y me siento atraído hacia mi mujer. Pero definitivamente no es una reorientación de 180 grados. Cada uno de nosotros seguiremos teniendo deseos y emociones que no están bien, hasta que Jesús vuelva”.
La pregunta que surge automáticamente es: ¿Qué piensa su mujer sobre el hecho de que su orientación sigue sin ser totalmente heterosexual? “En un sentido no le importa para nada. En parte porque es capaz de estar en paz con ello. Pero todas las personas casadas experimentan atracción hacia otras personas con las que no están casadas. No hay nada inherentemente peor en que este tipo de atracción peligrosa sea hacia una persona del mismo sexo en lugar de hacia una persona del sexo opuesto”.
DEBATE CANDENTE EN EL REINO UNIDO
El debate alrededor del matrimonio homosexual ha sido central en los medios de comunicación británicos en estos últimos meses. Los cristianos, especialmente los evangélicos, han sido descalificados a menudo como una minoría arraigada en el pasado e intolerante (se ha usado a menudo el calificativo despectivo “biggotted” para los que se oponen a la redefinición del matrimonio). Incluso la BBC, opinan muchos, ha perdido su famosa neutralidad decabándose claramente a favor de la nueva ley.
El debate dentro del entorno evangélico, que siempre ha estado allí, también ha crecido a pasos agigantados. Al norte, la Asamblea de la  Curch of Scotland aprobaba en mayo que los reverendos homosexuales pudieran practicar relaciones gays  sin necesidad de renunciar al liderazgo de sus parroquias, una decisión que recibió la  contestación clara de las iglesias de teología conservadora, muchas de las cuales se plantean dejar la denominación principal de Escocia.
OTROS SE APARTAN DEL CONSENSO BÍBLICO: CHALKE Y BELL
Algunos pastores evangélicos muy populares también han salido al paso para oponerse a la visión bíblica hasta ahora generalizada.
Steve Chalke, líder del movimiento “Oasis” (organización que lucha contra la explotación sexual de mujeres, entre otras iniciativas) sorprendía en enero con un  comunicado  y un  vídeo  en el que anunciaba que había cambiado su enfoque teológico sobre matrimonio y que a partir de aquel momento promocionaría el matrimonio homosexual (de forma activa, incluso con materiales de formación para enseñar en las iglesias); para mostrar la “inclusión” que los creyentes deberían adoptar por “el amor de Jesús por todas las personas, no sólo las heterosexuales”.
Otro conferenciante de renombre, Rob Bell (estadounidense pero visitante habitual en el Reino Unido), salió unas semanas después para anunciar que  también él se posicionaba  “a favor de la fidelidad. Fuimos creados para el amor, bien sea se trate de un hombre y una mujer, de una mujer y una mujer, de un hombre y un hombre”.
Sin embargo, la confesión pública de Doherty, Shaw y Allberry, llevará con toda seguridad a que más líderes cristianos con orientación homosexual den una paso al frente para defender la postura bíblica, haciendo valer la idea de que la identidad que da una relación con Dios supera el valor de otras identidades, incluida la sexual

Autores: Joel Forster
Editado por: Protestante Digital 2013

jueves, 8 de agosto de 2013

John Mackay, escocés universal

Por. Juan Antonio Monroy,  España*
Juan A. Mackay y su obra, varios autores. Editorial Andamio. Barcelona, 79 páginas
 
¡Ojo a ANDAMIO!
Hace años, varios jóvenes evangélicos catalanes, encuadrados en los Grupos Bíblicos Universitarios, todos soñadores, idealistas, con más ilusiones que medios, decidieron poner en marcha una modesta empresa editorial.
No tuvieron en cuenta los problemas relacionados con el libro, el cálculo de precios, la elaboración, la distribución, la publicidad, la propiedad literaria y otras cuestiones. No era falta de prudencia. Era exceso de ideal, fe y confianza en el Dios por el que dirigían sus vidas. Sin ideales y sin confianza en las propias facultades no se produce realidad buena alguna.
David venció a Goliat con una piedra. Fue así como nació PUBLICACIONES ANDAMIO. Comenzó con libros breves de páginas sobre temas monográficos, pero al día de hoy se ha convertido en una importante y selectiva editorial en el mundo evangélico que habla el idioma de Cervantes, con una oferta ininterrumpida de obras que llegan a alcanzar las 200 y 300 páginas. Unos sueños se roncan y otros se realizan. Esto último ha premiado la fe y la constancia de quienes iniciaron la publicación de ANDAMIO.
El pasado mes de abril tuvo lugar en Madrid la reunión que anualmente suele celebrar la Alianza de Escritores y Comunicadores Evangélicos (ADECE). Con tal motivo ANDAMIO dispuso una mesa con libros propios a la venta. Allí encontré un ejemplar atrasado dedicado íntegramente al escritor y misionero escocés Juan A. Mackay.
Algo sabía yo acerca de éste hombre. Mi admiración por su persona data de años, cuando leí la primera edición castellana de su libro EL OTRO CRISTO ESPAÑOL, publicado en 1952. Poseo otra versión hecha en México en 1989. Después me sorprendió el juicio del aragonés Pedro Laín Entralgo, uno de los pensadores más importantes de la España contemporánea. En página 372 de su lúcido ensayo MI RELIGIÓN, Lain Entralgo dice de Mackay que fue “poeta, español y apasionado especulador de sus relaciones personales con el Dios del Cristianismo”.
En el pequeño volumen de ANDAMIO escriben Francisco Mira, Samuel Escobar y Anabel Fernández.
Unos datos biográficos.
John Alexander Mackay nació en Inverness, Escocia, el 17 de mayo de 1889. Murió en Maryland, Estados Unidos, el 9 de junio de 1983. Tuvo en la tierra  una vida larga, 94 años. Los padres eran sumamente piadosos, de rigor calvinista. A los 14 años leía la epístola a los Efesios con gran interés. La lectura temprana de la Biblia despertó su vocación misionera. Estudió en Universidades de Escocia, Perú y Estados Unidos. En la Universidad de Madrid tuvo como profesor al catedrático Miguel de Unamuno, cuya personalidad dejó en él huellas profundas. La Iglesia presbiteriana del Norte lo nombró secretario de misiones para Latinoamérica y África. En una de sus cartas circulares se expresaba así: “cada vez siento más intensamente que la suprema necesidad que experimentamos hoy día en la Iglesia y en el mundo, es lo que designo como “un renacimiento” evangélico, con lo cual quiero decir un redescubrimiento del Evangelio de Cristo en su dimensión más plena”.
Dice Samuel Escobar que “la significación sin par del legado misionero de Juan A. Mackay se puede medir por la marca profunda que su vida dejó en el mundo y en la Iglesia durante el siglo XX”. Como consecuencia de una visita a Cuba Mackay escribió dos artículos en 1964 y 1965 que fueron objeto de aguda controversia. “En su interpretación de América Latina –añade Escobar- Mackay mantuvo su convicción evangélica, pero manifestó también una aguda sensibilidad hacia la realidad socio-política”.
La obra de ANDAMIO da cuenta de una bibliografía abreviada del autor escocés: siete libros publicados en castellano y otros siete en inglés. Entre los primeros destaca la tesis doctoral que presentó en Lima con el título DON MIGUEL DE UNAMUNO: SU PERSONALIDAD, OBRA E INFLUENCIA y EL OTRO CRISTO ESPAÑOL, publicado, como queda escrito, en 1952 en México por la Casa Unida de Publicaciones y La Aurora en versión de Gonzalo Báez-Camargo.
En 1918 Mackay escribió un largo y emotivo artículo en el que habla de sus primeros encuentros con Unamuno. ANDAMIO lo reproduce íntegro en 29 páginas de texto. Conmueven los recuerdos del misionero ante el filósofo. Dice: “Dos años y medio hará que, andando por tierras de España, encontréme en la ciudad medieval de Salamanca. Durante una corta estancia en ese lugar de la vieja Castilla, donde las orillas del lento Tormes respiran memorias de pícaros místicos, y donde innumerables edificios conservan huellas aun de la piedad y cultura de antaño, cúpome la suerte, en dos ocasiones, de visitar, en su propio domicilio, al ilustre escritor vascongado don Miguel de Unamuno. A los momentos pasados a los pies de este maestro eximio, cuyas conversaciones me volvieron en fervoroso admirador y discípulo, tributo los siguientes tan indignos renglones”.
El título que Mackay pone a su libro más conocido está inspirado en uno de los poemas más citado de Unamuno, que tiene similitudes con otro poema de Antonio Machado, LA SAETA.
El largo poema de Unamuno en torno al CRISTO YACENTE DE SANTA CLARA, publicado por vez primera en LOS LUNES DE “EL IMPARCIAL” en Madrid, el 26 de mayo de 1913, termina con una negación del Cristo terreno y una evocación al Cristo del cielo. Dice el pensador vasco: “el Cristo de mi tierra es sólo tierra, tierra, tierra. Cristo del cielo, líbranos del Cristo de la tierra”.
Aludiendo a este poema, Báez-Camargo explica que “la gran renovación religiosa que España e Iberoamérica esperan y urgentemente necesitan, consistiría, esencialmente, en rescatar de su sepulcro de tierra a este “Otro Cristo” que es el Cristo verdadero y al que en sus mejores y más iluminados momentos de intuición espiritual, el alma hispánica se abrazó, abrasándose en El su más íntima entraña”.
Esto, que era verdadero y necesario ayer, sigue siendo necesario y verdadero hoy.
Autores: Juan Antonio Monroy
©Protestante Digital 2013

viernes, 2 de agosto de 2013

‘Mi marido me pega lo normal’, violencia de género

Repaso seis libros en torno al tema. Puede ser una guía para aquellas personas que deseen profundizar en esta lacra de la sociedad moderna.
En los primeros días de junio tuvo lugar en Madrid una exposición de obras sobre la llamada violencia de género o maltrato de mujeres. Ana María Pérez del Campo, presidenta de la Federación de Asociaciones de Mujeres Separadas y Divorciadas dijo en la inauguración: “hay que hablar desde el arte de lo que está ocurriendo en este mundo nuestro en el que empezamos a retroceder hacia el año 36”.
Algunos temas de la muestra reflejaban los problemas de la violencia contra las mujeres: ¿cómo se justifica el maltrato?, ¿cómo viven los niños las diferencias sexistas, ¿cómo se ocultan las heridas?, ¿cómo es posible que queden impunes declaraciones de determinados políticos?
El 20 de diciembre de 1993 las Naciones Unidas ratificaron la “Declaración sobre la eliminación de la violencia contra la mujer”. Según esa Declaración, por “violencia contra la mujer se entiende todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico contra la mujer, así como las amenazas a tales actos, la coacción o privación arbitraria de la liberad, tanto si se producen en la vida pública como en la privada”.
Desgraciadamente, el hombre de hoy no se rige por los principios de la Declaración. Los maltratos a las mujeres constituyen una epidemia que se extiende por todos los países del mundo, en unos más que en otros
En un informe de las propias Naciones Unidas se afirma que una de cada tres mujeres en el mundo sufre maltrato físico y sicológico por parte de los hombres. El mismo informe añade que este tipo de maltrato es la primera causa de muerte o invalidez en mujeres entre 15 y 44 años.
En este artículo repaso seis libros en torno al tema. Puede ser una guía para aquellas personas que deseen profundizar en esta lacra de la sociedad moderna.
 LAS SEMILLAS DE LA VIOLENCIA, por Luis Rojas Marcos, Editorial Espasa Calpe, Madrid, 228 páginas. Rojas Marcos, nacido en Sevilla, es profesor de Psiquiatría en la Universidad de Nueva York. Dice que el objetivo de su libro es explorar la violencia entre las personas. Cree que la agresión sádica, repetida y prolongada se produce en los matrimonios y en las familias, “donde se manifiestan las hostilidades, las rivalidades y los más amargos conflictos”.
Rojas Marcos encuentra la semilla de la violencia en la génesis de la civilización, cuando Caín se alzó contra su hermano Abel y le arrebató la vida. Fue el principio del mal. Desde entonces, la violencia deviene una condición humana omnipresente e inevitable. En la sociedad actual, aparentemente pacífica, piadosa y de sólidos principios, la violencia está más arraigada que en tiempos pasados, especialmente la que se manifiesta en el maltrato a las mujeres, que con frecuencia suele llegar al crimen.
TRAUMA Y RECUPERACIÓN, por Judith Hernán, Editorial Espasa Calpe, Madrid 378 páginas. Un mensaje directo al corazón de la mujer maltratada. ¿Qué hacer para vencer las atrocidades de la violencia física? ¿Cómo sobreponerse a los malos tratos recibidos? ¿Por dónde empezar la curación? ¿A quién acudir?
La recuperación de los traumas que se padecen a casusa de los maltratos recibidos pueden tener varias fases: matar los recuerdos desagradables. Que la mujer esté segura de lo que quiere y de lo que hace. Compartir los problemas con otras mujeres que hayan tenido las mismas experiencias. Compartir experiencias e información puede ayudar. No encerrarse en sí misma. Tomar el control de la propia vida. Recuperar el control del cuerpo –dice Judith Hernán, profesora de psiquiatría en la prestigiosa Universidad de Harvard y autora de este libro – “supone centrarse en los ritmos biológicos: la alimentación, el sueño, las actividades diarias, los amigos, los familiares, la vida social”.
EL ROMPECABEZAS, por Miguel Lorente Acosta, Editorial Crítica, 304 páginas. Miguel Lorente disecciona en este libro los motivos y anatomía del maltratador, si bien aclara que no existe un perfil único de agresor. Para el maltratador, todos pueden ser argumentos suficientes con tal de justificar la demostración de poder y violencia que impone a la mujer.
Miguel Lorente es doctor en Medicina y Cirugía, profesor asociado en la Universidad de Granada y director del Instituto de Medicina Legal de esa misma ciudad andaluza. Según este autor, el hombre suele anteponer sus propias circunstancias a las de la mujer, “convirtiéndola más en un objeto de su posesión que en una compañera con la que compartir las emociones de los sentimientos y las realidades de la vida”.
Circula la idea de que el agresor es un hombre de nivel sociocultural bajo, con una educación deficiente, que abusa del alcohol o de otras sustancias tóxicas. No obstante, estudios modernos concluyen que el maltrato físico y sicológico a las mujeres se da también en las capas altas de la sociedad por hombres cultos no influenciados por el alcohol ni por las drogas.
MI MARIDO ME PEGA LO NORMAL, por Miguel Lorente Acosta, Editorial Planeta, Barcelona, 315 páginas. Un segundo libro del mismo autor. Aquí, Miguel Lorente sostiene que, por muy increíble que parezca, hay mujeres que sufren malos tratos y lo consideran como una consecuencia normal de la vida en común. Y pregunta: “¿cómo ha llegado a anidar en sus conciencias una noción de normalidad tan perversa?”.
El libro se abre con un prólogo de Victoria Camps. Dice la ilustre filósofa que “el maltrato corporal es la afrenta más vejatoria que puede ocurrirle a una persona. Consecuencias del maltrato son la destrucción de la confianza en uno mismo, la imposibilidad del auto-respeto y la pérdida de la autoestima”.
Siendo esto verdad, ¿cómo se explica que existan mujeres que como consecuencia de los mensajes que le manda el hombre en cada y entre cada agresión lleguen a pensar que el maltrato es normal y que se tienen merecido lo que les está pasando? En estas mujeres, la personalidad queda empequeñecida como un bonsái, permitiendo al hombre llevarla y traerla, ponerla y quitarla según su voluntad.
GRITOS SILENCIOSOS, por Paula Zubiaur, Ediciones Ámbar, Barcelona, 313 páginas. Ilustra la portada de este libro la fotografía realizada por Pau Guasch de una mujer de grandes ojos sorprendentemente abiertos, espantados casi, y un ancho esparadrapo cubriéndole toda la boca y parte superior de la barbilla. La imagen alude a los gritos del corazón procedentes de una mujer maltratada, gritos que nadie oye y de los que apenas se habla.
Este es un libro diferente. Un libro testimonio escrito por una mujer, Paula Zubiaur, sufriendo maltrato dentro de un matrimonio aparentemente perfecto. Ya en las primeras páginas la autora se confiesa: “fui torturada por mi marido de forma continuada a lo largo de interminables años. Ahora que todo ese sufrimiento queda ya tan lejos me decido a contarlo, a dejar testimonio escrito de lo que ocurrió y de cómo ocurrió”. Zubiaur escribe este libro para que los lectores comprendan cómo se siente una mujer maltratada.
APUNTES SOBRE VIOLENCIA DE GÉNERO, por Raquel Osborne, Ediciones Bellaterra, Barcelona, 187 páginas. Otro libro sobre violencia de género escrito por una mujer. Raquel Osborne es doctora en Sociología y posee un Master en la misma materia por la Universidad de Nueva York. Enseña Sociología del Género en el departamento de Sociología de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED).
Osborne pone el énfasis en el maltrato y la violencia sexual como forma de control de las mujeres. Entiende que en la violación se conjugan dos elementos: la agresión y el sexo. Se da por sabido que las agresiones sexuales suelen resultar devastadoras para las mujeres que las padecen, hasta el punto de poder impedirles desarrollar con normalidad su vida cotidiana.
El hombre machista llega a creer que la violación y el maltrato deben ser aceptados sin rechistar. Una canción canaria del siglo pasado viene a confirmar esta aberración:
 Si tu marido te pega
 no llores, Lola,
 vale más llevar palo
 que dormir sola.

Autores: Juan Antonio Monroy

©Protestante Digital 2013