¡Vos podes ayudarnos!

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jueves, 30 de enero de 2014

Constancia, fidelidad y compromiso

Por. Leopoldo Cervantes-Ortiz, México*
Pero es preciso que la perseverancia lleve a feliz término su empeño, para que ustedes sean perfectos, cabales e intachables. Santiago 1.4, La Palabra (Hispanoamérica) 
En la misma de su maestro, el apóstol Santiago acometió la tarea de instruir y orientar a las comunidades donde tenía influencia. Su empeño se situó, como casi la totalidad del Nuevo Testamento, en proveerlas de recursos para resistir los embates de diversos tipos que enfrentaban en su diario acontecer. Participando también del horizonte escatológico, es decir, del contexto de profunda crisis, desencanto y desilusión que producía la esperanza en una intervención directa de Dios para arreglarlo todo, y de un ambiente de persecución y rechazo hacia el testimonio de Jesucristo en medio del Imperio Romano, se dirige “a todos los miembros del pueblo de Dios dispersos por el mundo” (1.1), lo que demuestra una visión totalizante, universal, y hoy diríamos, global. De ahí procede su inicial insistencia y exhortación para resistir los embates de todo tipo y, paradójicamente, vivir con alegría en medio de las pruebas (v. 2). Ellas incitan y obligan a fortalecer la fe como propósito central, para lo cual es necesaria una fuerte dosis de constancia y perseverancia.Siguiendo el análisis de Frank Pimentel, biblista dominicano, podemos decir que la orientación mayor es a resistir mediante las herramientas provistas por Dios mismo. Como parte de un proyecto alternativo de existencia personal y colectivo a partir de la fe en Jesucristo como enviado de Dios (el Reino), se plantea la posibilidad de vivir y pensar también de manera alternativa:
 El/la creyente, por tanto, debe tomar conciencia de que las dificultades asumidas por la causa del Proyecto alternativo de Dios nos ofrecen la posibilidad de fortalecer nuestra fe. El profeta, en su condición de persona comprometida con la causa de Dios y de los hermanos más empobrecidos y débiles debe vivir con alegría aun en medio de las pruebas y las persecuciones. Así lo había querido Jesús, cuando propuso un estilo de vida diferente a sus discípulos (cf. Mt 5.12). Esa alegría, mostrada por los seguidores del carpintero de Nazaret, se convertirá en un testimonio creíble para tantas personas que, por miedo al conflicto y a las dificultades, no asumen un compromiso con la causa de los más débiles. 1
El despliegue hábil de la capacidad de resistencia a los ataques desde diversos frentes es a lo que aquí Santiago denomina constancia. Es la fortaleza de espíritu capaz de contestar creativamente con una práctica comunitaria sólida y transformadora, organizada y efectiva para trastocar las imposiciones del sistema imperante. Comenta Pimentel:
 Santiago, y su comunidad de fe, desafían la opinión tradicional, según la cual Dios probaba a sus fieles, y en ocasiones los metía en la tentación para asegurar si en verdad querían permanecer como discípulos/as suyos. Santiago parece compartir la opinión de Pablo, según la cual las pruebas y tentaciones que nos vienen no son superiores a nuestras fuerzas, simplemente porque Dios no lo permite. Su presencia en medio de nuestro camino de fe y solidaridad nos da la certeza de que podremos superar las pruebas, porque “con la tentación nos dará el modo de poder resistir con éxito” (1 Co 10.13).
 Una fe probada en el sufrimiento produce la paciencia (1.3). Sin embargo, no se trata de asumir una actitud pasiva o estoica; más bien se trata de la actitud fundamental que necesita el/la creyente para vivir con coherencia y dignidad. Por otro lado, en medio de la resistencia es necesario realizar acciones concretas que expresen nuestro compromiso con la causa de la justicia. De nada valdría la resistencia, la paciencia en el sufrimiento, si no es para producir los frutos del amor solidario que van gestando una sociedad alternativa y que van haciendo la realización del Proyecto de Dios en medio de la sociedad en la que se vive.
 El/la creyente debe conocer el origen de la prueba y la tentación. Es de dentro de nosotros/as mismos/as de donde nace la codicia y el deseo de dominar a los/as hermanos/as. Formamos parte de una humanidad herida por el pecado. Por eso cuando no se vive en actitud de continua resistencia nos dejamos llevar por nuestras propias pasiones; pero eso sólo nos conduce a la muerte y a la vida sin sentido. (Idem)
Se trata, entonces, en nuestros tiempos, de “resistir exitosamente”, no de sumarse a la idolatría del éxito a toda costa. La sobrevivencia se basa en superar los guiones escritos de antemano por el sistema para cada uno. Tal como lo propone Walter Brueggemann en sus 19 tesis al respecto: resistir espiritualmente consiste en ser constantes y fieles al proyecto al que Dios nos ha llamado. Y no es cosa fácil, por lo que mutuamente hemos de convocarnos a esa fidelidad, constancia y compromiso.
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 1  F. Pimentel, “Codicia, resistencia y proyecto alternativo. Un acercamiento socio-lingüístico y actualizante a la carta de Santiago”, en RIBLA, núm. 31,  www.claiweb.org/ribla/ribla31/codicia.html
 

©Protestante Digital 2014

lunes, 27 de enero de 2014

Cómo prevenir el abuso sexual I



1. Enseñando a nuestros niños acerca de sexualidad
No tenga miedo de enseñar, es la mejor manera de prevenir. Dé consejos claros acerca de comportamientos sociales básicos: “que nadie te saque la ropita”, “que nadie toque las partes privadas”, “no guardes un secreto cuando alguien te lo pida”, etc. Está demostrado que una educación sexual a temprana edad y una buena comunicación entre ambos progenitores y sus hijos, disminuyen la probabilidad de un abuso sexual. La asertividad es una habilidad social por medio de la cual una persona manifiesta lo que piensa de manera clara y directa. Los niños que desarrollan estrategias para confrontar, pedir y negar, es decir, son asertivos, no son víctimas indefensas frente a un abusador sexual.
2. Quitando los mitos y las mentiras acerca del abuso y la violación
La idea que tenemos es que los abusos y las violaciones son actos cometidos por hombres depravados y locos que saltan sobre los niños en lugares oscuros. ¡Nada más lejos de la verdad! El 90% de los casos ocurre en el hogar del propio niño o de familiares y amigos, a cualquier hora del día, con personas muy allegadas a él. El abusador casi no utiliza la fuerza porque “convence” al niño para hacer lo que él desea.
«Amalia es la menor de 10 hermanos. Fanática de los dulces y de las golosinas. Un vecino le daba monedas a través del tejido, siempre y cuando ella le mostrara su bombachita. Con el tiempo, el vecino le pedía que se bajara la bombachita y le mostrase sus genitales. A cambio, ella recibía más monedas. Nunca la tocó, pero no pudo sacarse de su mente esa imagen. Hoy está casada, tiene dos hijos y ama a su esposo, pero de manera recurrente esos pensamientos la asaltan en el momento de tener intimidad con su esposo y, más de una vez, se desconecta.»
Tampoco debemos creer que el abusador tuvo “un arrebato” sexual incontrolable y por eso violó o abusó. Todo estuvo premeditado. Tampoco se asocia al alcohol. Aunque éste puede actuar como un elemento que desinhibe, no es la causa del abuso.
3. Cambiando la educación de nuestras niñas
La debilidad es un atributo femenino; pero, a la hora de defenderse, se convierte en una trampa mortal. La feminidad no tiene que relacionarse con la “debilidad o pasividad”; enseñemos a nuestras hijas a ser ágiles, a desarrollar sus habilidades físicas.
«Juanita es la menor de cuatro hermanas y la única de la que no abusó su padre. Vivían en el campo y él tuvo dos hijos de sus respectivas hijas. El abuso era por todas conocido, pero guardado como un secreto de familia. Comenzaba apenas se desarrollaban como señoritas. Juanita fue la única que desafió a su padre. No tuvo una actitud sumisa frente a los intentos de abuso. Le hizo saber: “si me agarras, te parto la cabeza con un palo o te mato cuando estás dormido”. Era tal la convicción de Juanita que su padre nunca la tocó.»
En un estudio realizado en los Estados Unidos, en el que se interrogó a setenta y dos prisioneros condenados por abuso sexual acerca de cuáles eran las víctimas que seleccionaban, respondieron que preferían a las tranquilas, pasivas, de hogares desavenidos.
¡Es hora de cambiar la historia! Entre TODOS podemos realizarlo.

viernes, 24 de enero de 2014

Vandalismo anti-religioso en la Argentina actual. Ensayo de interpretaciones y consecuencias hacia el futuro



Por. Hilario Wynarczyk, Argentina*
Ponencia presentada en el Encuentro Diálogo Religión y Política Ataques a símbolos religiosos: ¿vandalismo, exhibicionismo, acto político, o qué? FEPAI, Fundación para el Estudio del Pensamiento Argentino e Iberoamericano. Buenos Aires, Argentina, Museo Roca - 30 de noviembre 2013.
1. Actos vandálicos contra sedes religiosas
Recientemente han tenido lugar en la Argentina, principalmente en la ciudad de Buenos Aires, también en la de Córdoba, actos de vandalismo contra templos cristianos, principalmente contra templos de la Iglesia Metodista en la Provincia de Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires. En la Catedral Católica de Buenos Aires hubo una irrupción de personas que actuaban como católicos
tradicionalistas. En momentos en que tenía lugar una celebración conjunta con la presencia de representantes de la comunidad judía comenzaron a rezar el Rosario en voz alta y hacer otras manifestaciones que generaban un clima de disturbio. También antes hubo pintadas en los frentes de algunas sedes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mayormente conocida como iglesia de los mormones.
De todos estos eventos el más llamativo fue el que afectó a la Primera Iglesia Metodista, situada en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Los agresores rompieron una cruz del altar y la pusieron en sentido invertido sobre maderas de muebles que rompieron, apiladas como si fuese a convertirse una pira. Debajo de las maderas colocaron ejemplares de la Biblia, de edición protestante (la versión Reina Valera) y libros de John Wesley, fundador del movimiento metodista.
En la sede santafesina de la Iglesia Metodista, los agresores destruyeron documentación de la APDH, Asociación Permanente por los Derechos Humanos, que solía reunirse años atrás en ese lugar. La documentación trataba sobre el genocidio perpetrado por la dictadura 1986-1983.
Esta simbología en parte inquisorial y medioeval, permite pensar que el funcionamiento de la violencia seguía un sistema, y por consiguiente una lógica, una ideología, y un odio específicos.
En el caso de las agresiones a la Primera Iglesia Metodista, sin dudas el más escandaloso de todos, cabe resaltar que el metodismo, junto contra iglesias del protestantismo histórico, expone una notable compromiso desde la década del 60, con el ecumenismo emergente desde el Concilio Vaticano II, con la defensa de los Derechos Humanos y en la actualidad una orientación positiva,sin dejar de ser crítica, hacia los considerados nuevos derechos humanos, que involucran temas de sexualidad y reproducción humanas.
También hubo una profanación de la Iglesia de San Ignacio, conexa al Colegio Nacional Buenos Aires. Pero en este caso todo indica con bastante claridad que esto fue cometido por estudiantes del Colegio en un momento de protesta contra las autoridades del colegio. En este caso emplearonlemas tomados de las viejas tradiciones del anarquismo. No hay datos que permitan saber quiénes hicieron estos ataques y no existe aparentemente en estos momentos ningún proceso de parte del Estado para conseguir aclarar este dato que sería fundamental. Mientras tanto tenemos solamente los hechos y a estos hechos podemos interpelarlos como signos desde los cuales inferir quiénes y por qué hicieron estas agresiones. Y qué podrían significar para el futuro.
Aunque el orden lógico de los problemas coloca el significado potencial para el futuro en segundo término, éste es sin embargo el problema principal. Y parece comprensible tratarlo en primer lugar.
En la Argentina existe una larga experiencia de agresiones anti-religiosas, no contra la religión sino contra determinadas religiones y en determinadas circunstancias. Las acciones son diversas pero en todos los casos se encuentra como un denominador común la creencia en que las religiones son vehículos de políticas. En diversas épocas desde comienzos del siglo XX, hubo en la Argentina ataques simbólicos y físicos a los judíos y sus instituciones, considerados parte de un poder oculto mundial (sinarquía). En 1955 hubo ataques incendiarios a templos de la Iglesia Católica en un momento en que la oposición al presidente Juan Domingo Perón tomó la forma de una coalición en la que participaban miembros de un catolicismo militante en un sentido religioso y a la vez político.
En la década de 1960 ataques a los que sostenían la educación laica.
En la década de 1980 ataques periodísticos a las iglesias evangélicas (las pentecostales sobre todo)como “sectas” y supuestas avanzadas del neoconservadurismo estadounidense de Reagan. Estos ataques a las “sectas” iban dirigidos también a una variedad de otras organizaciones de tipo religioso, desprendidas del campo evangélico, del yoga, de la cultura afroamericana (organizaciones que habían protagonizado escándalos notorios y por este motivo resultaban una buena excusa para hablar de “sectas” peligrosas). En los acontecimientos recientes los datos no indican que se trata de enemigos de la fe. En todo caso, parece que se trata de enemigos de la fe de “los otros”. Así aparece como un segundo denominador común el espíritu de exclusión radical de quienes profesan creencias religiosas diferentes a las predominantes en la sociedad, la cultura o el sistema jurídico.
2. ¿Qué debería preocuparnos?
El futuro, y el futuro inmediato, es lo que nos debe preocupar. Las agresiones a templos pueden causar mucho daño social y cultural porque remueven traumas argentinos escondidos en la memoria de las personas –y por consiguiente en la “memoria colectiva”.  Es notorio en estos momentos un resurgimiento de la presencia pública de núcleos nacionalistas ideológicamente basados en el integrismo, lo cual significa, una posición unitarista que asocia la teología católica tradicional con la política. Y que a la política la piensa en claves conspirativas con la presencia oculta de “fuerzas”. Son grupos demográficamente muy pequeños y a su vez radicalmente disidentes dentro de la Iglesia Católica contemporánea, a la que la entienden como que cedió al Modernismo. Estos grupos abiertamente abjuran de la democracia, con un discurso muy elaborado en tal sentido. Hasta cierto punto podrían ser considerados casi cismáticos, o potencialmente al borde de un cisma, dentro de su propio culto. Sin embargo poseen un gran capital educativo y una fuerte orientación hacia la acción, rasgo inherente a su ideología.
En la actualidad es algo llamativa por sus pintadas y afiches en las calles la “Acción Nacional Católica (ANC)”, que promovía para el sábado pasado 23 de noviembre una conferencia sobre la Masonería, con el leiv motiv “si querés entender lo que está pasando a tu alrededor... ¡no te la podés perder!”. En este aviso es evidente la matriz de pensamiento en clave conspirativa.
El paradigma básico de corrientes de esta clase sostiene que el judaísmo internacional considerado como una fuerza oscura manipula tanto al comunismo como al capitalismo liberal y masónico de los Estados Unidos y otras naciones. Sus enemigos emblemáticos suelen ser José Stalin y Franklin
Delano Roosvelt: dos figuras icónicas de los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, además de Winston Churchill.
Tal vez, dicho lo siguiente en términos de hipótesis, las causas de esta reverberación de la presencia pública podrían atribuirse mayormente, a partir de la asunción del papa Francisco, más que al rechazo a otros cultos, a las oposiciones al interior del propio catolicismo, en un movimiento versus a una supuesta sumisión de los obispos al Modernismo (y al ecumenismo y al diálogo interreligioso que incluye a los judíos y musulmanes).


*Hilario Wynarczyk. Doctor en Sociología (Universidad Católica Argentina, UCA). Máster en Ciencia Política (Univ. Federal de Minas Gerais, Brasil, UFMG). Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires, UBA). Prof. de Metodología y Taller de Tesis (Univ. Nacional de San Martín, UNSAM). Integrante de: Asociación de Cientistas Sociales de la Religión en el Mercosur (ACSRM); Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR, socio fundador); Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales; (RELEP).Programa Latinoamericano de Estudios Socio-Religiosos (PROLADES). Consejo de Expertos para una Nueva Ley de Culto, Secretaría de Culto de la Nación (1999-2001). Tratados sobre los evangélicos, sociedad y Estado: Ciudadanos de dos mundos. El movimiento evangélico en la vida pública argentina 1980-2001 (Buenos Aires, UNSAM EDITA, 2009). Sal y luz a las naciones. Evangélicos y  política en la Argentina 1980-2001 (Buenos Aires: Instituto Di Tella y Siglo XXI Iberoamericana, 2010).
Enviado por su autor, 2014. 

martes, 21 de enero de 2014

The Hunger Games

Por. F. Javier Goitia Padilla, Puerto Rico*
Lucas 2:15-20
La esperanza es lo único más poderoso que el miedo”, le dijo Snow, el presidente del reino totalitario de Panem, a Seneca Crane, el director de los Hunger Games. El comentario lo hace Snow para educar a Seneca en cuanto a la razón misma de los juegos: frente a la rebelión pasada de los distritos, los juegos se establecen  como premio/castigo de parte del reino totalitario. Los juegos deben fomentar alguna esperanza, pero no mucha, de modo que motive a los súbditos a participar pero que los mantenga en su lugar. La ecuación para que el distrito de la Capital mantenga sus privilegios y viva del esfuerzo de los otros doce distritos de Panem, comenta Snow, es un poco de esperanza en medio de vidas hambrientas y llenas de miedo. Katniss, una excelente arquera y fuerte mujer, pasa de su Distrito, el número 12 dedicado a la minería, a la Capital, el distrito de la opulencia y los privilegios, para participar en los juegos, que son, no incidentalmente, un evento mediático.  Los juegos – con la participación de dos voluntarios escogidos al azar por representantes del gobierno por cada uno de los doce distritos pobres – son una batalla todos contra todos donde sólo el ganador salvará su vida. Allí se descargan las frustraciones y los quebrantos de los súbditos al salpicarles un poco de esperanza. El Distrito del participante ganador tendrá alimentos durante todo un año.
Así como Katniss y los participantes de los Hunger Games, los pastores debieron sentir ambas cosas – tanto miedo como esperanza – en su encuentro con lo maravilloso; en su epifanía y concierto de ángeles que les anunció la llegada del mesías (Lucas 2:9; 13-14). La luz epifánica debió estremecer una noche cualquiera. Una noche de larga vigilia, de frío y de alerta por posibles ladrones y animales salvajes acechando a las ovejas. Las conversaciones cotidianas – las que posiblemente se repetían cada noche entre los pastores con alguna variante menor – fueron sorprendidas por el coro celestial. El texto marca así un momento extraordinario en la vida de los pastores, de la historia y de la creación. Algo sorprendente, más allá de lo conocido y lo esperado, ha ocurrido. Se invita a los pastores a ir a Belén; no como premio/castigo ni como una migaja de esperanza, sino como el anuncio de la encarnación de Dios; como la llegada del jubileo; el año agradable del Señor. El viaje no es a la opulencia ni al privilegio. No es una travesía para participar de una caricatura mediática que promueva un poco de esperanza en medio de vidas hambrientas y llenas de miedo. El ángel fue claro: Hallaréis al niño envuelto en pañales, acostado en un pesebre (Lucas 2:12). ¡Y lo encontrarían en Belén, la ciudad de David! (2:10-11). En Belén; un pueblito cualquiera, lejos de la capital del imperio y en la periferia de Jerusalén. La ecuación aquí no es un poco de esperanza y mucho miedo para mantener a los pastores en su lugar. Pero mientras Katniss fue de su distrito minero a la Capital opulenta como variable en un juego con una ecuación que producía migajas de esperanza, los pastores fueron del campo y las ovejas a un pesebre. La ecuación allí, en el pesebre, era diferente. Era la de una esperanza que espanta el miedo para traer salvación, justicia y dignidad como los fundamentos de la paz. Pasemos, pues, a Belén.
En Belén, en el pesebre, los pastores se convirtieron en los primeros teólogos y hermeneutas de la iglesia. El texto dice que, al verlo, (los pastores) dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño (Lucas 2:17). Los pastores recibieron, interpretaron  y proclamaron la revelación de Dios. Documentaron y confirmaron la identidad del Niño Dios. La revelación necesita interpretación. Necesita ser actualizada y proclamada. La identidad del Niño Dios no es obvia ni automática. El miedo y la esperanza llegan a nuestras vidas tanto por los quebrantos y luchas de todos los días como por las construcciones mediáticas y las manipulaciones programáticas de las fuerzas que nos quieren mantener en un lugar determinado. Llegan como premio de las estructuras que promueven, validan y fomentan la dependencia, la pobreza, el desconsuelo y la burundanga. El miedo y la esperanza llegan a nuestras vidas tanto por los desencantos y sinsabores de relaciones tóxicas como por la lencería y camándulas de entendimientos de belleza, de humanidad y de éxito manipulados y manoseados. Katniss fue a una entrevista en un talk show para promover los juegos con un traje rojo espectacular que producía fuego por el movimiento. Su belleza y sensualidad le ganaron el favor del público y de auspiciadores. Un favor que promovía la muerte. El miedo y la esperanza que llegan junto a entendimientos simplistas y acríticos del pesebre y del niño Dios, pueden ser promotores de muerte, si no escuchamos bien, ni observamos bien, a los pastores. Los pastores, con su propio ser y circunstancias, interpretaron la llegada del Niño; el valor del pesebre. La llegada de este niño fue un anuncio particular. El anuncio, que ya de grande, hizo el Mesías en el templo: El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos; a  predicar el año agradable del Señor (Lucas 4:18-19). El pesebre no produce ni adelanta privilegios; no promueve esperanza vacua. Dios empeña su Palabra con los marginados y los desechados de la sociedad. El pesebre produce vida, sin engaños ni manipulaciones. Sin trajes que al moverse produzcan fuego y sin talk shows que promuevan escaparates de fantasía. El Dios del Universo se hizo de carne y hueso. Lo finito de la creación fue capaz de contener lo infinito de Dios; este Dios se reveló y levantó la vida de los pastores. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían (Lucas 2:18).
Este anuncio particular que es la encarnación de Dios y su llegada a la vida de los pastores en un pesebre tiene consecuencias sorprendentes. Sus consecuencias no merodean alrededor de conversaciones sin consecuencias ni  de viernes negros que administran dosis pírrimas de esperanza como mantenimiento del desconsuelo. La llegada de lo infinito al territorio de lo finito; la llegada de la plenitud de la gloria y del ser del Dios del Universo a la historia cambia vidas; cambia el transcurso de lo acostumbrado. La esperanza de Katniss era salvar su propia vida y regresar a su distrito, ahora con su futuro asegurado y vestido de alguna comodidad, en medio de la necesidad y monigoteo de sus compueblanos. Era regresar a la vida de siempre con alguna dignidad comprada con sangre. El primer ganador de los Hunger Games de su distrito, Haymitch, vivía en una mansión en medio del pueblo; solo y alcoholizado. No podía sobrellevar su porción de bienestar en medio de su comunidad que continuaba agonizando. El anuncio de la encarnación es distinto y produce una esperanza distinta. Se sustenta en un tríptico de trípticos que el autor de Lucas enlaza a través del evangelio. Comienza, por supuesto, en Belén: Y dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón (Lucas 2:7): pañales, pesebre, y sin lugar. Este tríptico se amarra con el de la cruz: Y quitándolo, lo envolvió en una sábana, y lo puso en un sepulcro abierto en una peña, en el cual aún no se había puesto a nadie (Lucas 23:53): sábana, sepulcro abierto, donde nadie se había enterrado. Finalmente, el recién nacido que murió es confirmado en la tumba vacía: No está aquí, sino que ha resucitado. Acordaos de lo que os habló, cuando aún estaba en Galilea (Lucas 24:6). Ni los pañales ni la sábana están. La condición humana ha sido vencida. El pesebre y el sepulcro han dado paso a una ausencia y a una nueva realidad: no está aquí, sino que ha resucitado. El amarre de los trípticos termina en proclamación: el ruido del mesón y el silencio de un sepulcro sin usar dan paso a la memoria evangélica: acordaos de lo que os habló. La encarnación termina en la proclamación de la memoria del resucitado.
Los pastores son quienes, en el texto de Lucas, documentaron y confirmaron la identidad del Niño Dios. Son los primeros tejedores del evangelio: los primeros teólogos y hermenéutas cristianos. Pero su trabajo no quedó ahí: terminó en doxología. Dice Lucas que los pastores volvieron glorificando y alabando a Dios por todas las cosas que habían oído y visto, como se les había dicho (Lucas 2:20). Todo encuentro con la revelación de Dios, con Su encarnación en el pesebre y con su interpretación a favor de los vulnerables, termina en adoración. Por eso celebramos la navidad. No como el rescate simplista de una fecha sino como el reclamo evangélico de una memoria: la memoria del Dios que se encarnó, que murió y resucitó. Aún cuando Katniss ganara los Hunger Games, la situación del distrito 12 no cambiaría. La esperanza de sus compueblanos era una ecuación premeditada de dominio. El nacimiento, muerte y resurrección de Jesucristo es una esperanza diferente que reclama una adoración diferente, no unos juegos de dominio y fanfarria.  Dios empeña su Palabra y envía a Su Hijo para que tu vida, tus días, y tu destino sean diferentes. Para que los pañales y la sábana que cubrieron de humanidad a Jesús, – de tu humanidad y de la mía – den paso al No está aquí que nos transforma la vida a la imagen de Su gloria. Es una esperanza de plenitud, de bienestar, y de paz verdadera, porque viene de la encarnación de Dios, de la llegada de Su Palabra que establece Su jubileo en favor de los pequeñitos de Su creación. Por esto celebramos la navidad. Por esto cantamos hosannas con los ángeles; y por esto, con los pastores,  glorificamos y alabamos a Dios por todas las cosas que hemos oído y visto, como se nos ha dicho.

* F. Javier Goitia Padilla. Profesor del Seminario Evangélico de Puerto Rico de Teología Sistemática y Homilética. Pastor de la Iglesia Evangélica Luterana Del Buen Pastor, en San Juan, Puerto Rico. Graduado de la Escuela Luterana de Teología de Chicago (Ph.D, Th.M) y del Seminario Teológico Luterano de Filadelfia (S.T.M., M. Div.).

Fuente: Lupaprotestante, 2014.

domingo, 19 de enero de 2014

ATAQUES Y RESPUESTAS DE LOS TEMPLOS EVANGELICOS EN ARGENTINA

Por.Hilario Wynarczyk, Argentina*

Ante el clima enrarecido por ataques a templos religiosos y signos de intolerancia basados en legislaciones que atacan o amenazan a credos no oficiales, en tanto que otras normas amplian beneficios a la religión oficial, desde la Codirección elaboramos un cuestionario para que diferentes actores de nuestra sociedad nos brinden su visión sobre el presente y el futuro.

En esta primera entrega el sociologo Hilario Wynarczyk amplía el marco de pensamiento, haciendo un crudo análisis interno de las posiciones evangélicas. Un escrito para pensar y meditar, analizándonos a nosotros mismos…
1. ¿Por qué o con qué objetivos se ataca a una Iglesia?
Los ataques varían de acuerdo con los lugares, los momentos y las circunstancias. En la experiencia histórica de la Argentina sobresalen en la década de 1950 los ataques incendiarios a templos de la Iglesia Católica, entendida por quienes perpetraron las agresiones, como aliada del antiperonismo (“oligarquía”, “antipatria”).
En la década de 1960 hubo ataques a quienes sostenían la educación laica. En la década de 1980, los ataques periodísticos a las iglesias evangélicas (las pentecostales sobre todo) como “sectas” y supuestas avanzadas del neoconservadurismo estadounidense de Reagan. Estos ataques iban dirigidos también a una variedad de otras organizaciones de tipo religioso, desprendidas del campo evangélico, del yoga, de la cultura afroamericana –organizaciones que habían protagonizado escándalos notorios, y por este motivo resultaban una buena excusa para hablar de “sectas peligrosas”–.
En diversas épocas desde comienzos del siglo XX, hubo también en la Argentina ataques simbólicos y físicos a los judíos y sus instituciones, considerados parte de un poder oculto mundial (sinarquía). En todos estos casos aparece como un denominador común la creencia en que las religiones son vehículos de políticas (de igual modo que los mosquitos son vectores del paludismo).
2. ¿Los atacantes son enemigos de la fe o fanáticos religiosos?
Los agresores se movilizan empujados por componentes de fanatismo, ignorancia política, prejuicios y condiciones psicológicas para ser manipulados. Pero no se trata de enemigos de la fe.
En todo caso, enemigos de la fe de “los otros”. Así aparece, como un segundo denominador común, el espíritu de exclusión radical de quienes profesan creencias religiosas diferentes a las predominantes en la sociedad, la cultura o el sistema jurídico. El denominador común es la voluntad de reproducir el sistema social tal como está y una matriz de pensamiento autoritario.
3. ¿Quién gana o a quién le sirve el clima creado?
No hay evidencias que permitan sostener que alguien gana con estas acciones. Lo que emerge claramente en cambio, es que estas acciones funcionan como lo que solía llamarse “acción psicológica”, un término aparentemente extraído de los manuales militares, y bastante utilizado en la Argentina décadas atrás.
Los ataques crean zozobra en la población y pueden desviar la atención de otros problemas. El nazismo sería el caso emblemático de la propagación del odio que llevó a varios holocaustos y desastres, el de la población judía inocente asesinada (compuesta en gran medida por pequeños comerciantes y familias de clase media inferior que a nadie podían molestar), el de la nación alemana aplastada por la guerra que el hitlerismo desató y demencialmente sostuvo, el de los pueblos eslavos con más de 20 millones de personas muertas a raíz de la contienda, y el del Japón en las mismas circunstancias. 
4. ¿Qué sabe la Iglesia Evangélica de persecución?
El sector pentecostal, de nuestras Iglesias Evangélicas en la Argentina, suele actuar como un tenue atacante religioso y cultural. Insisto en lo de “tenue”. Habiendo sido estigmatizado como las “sectas de Reagan”, ha sin embargo a su vez estigmatizado a los cultos afroamericanos, el yoga y el rock (sustituido éste por el rock evangélico), porque serían vehículos, vectores, de fuerzas demoníacas que se difunden en la sociedad y la cultura.
Esto es paradojal, porque los pentecostales y todos los evangélicos (también los afros y otras organizaciones), sufren un estatus jurídico de segunda clase en el derecho eclesiástico argentino que privilegia a solamente una Iglesia. La situación nos haría pensar en los versículos acerca de “con la vara con que vosotros medís, seréis medidos”, y en el movimiento de Jesús, considerado como una “secta” peligrosa cuyos adherentes (judíos entonces) eran capturados y matados.
Más atrás en la historia, Lutero como líder de la Reforma Protestante Oficial, contando con el apoyo de los nobles que quisieron dejar de ser súbditos del Vaticano, justificó el aplastamiento de un movimiento religioso y político extremadamente radical, conocido como “anabaptista”, dirigido por Thomas Müntzer, un sacerdote católico (el reformador Lutero también había sido sacerdote). Hasta la década de 1960 las iglesias evangélicas convivieron con la segregación pública de los negros en los Estados Unidos. Sin embargo fueron la base de sustentación de su abolición y brindaron un mártir, el pastor Luther King.
5. ¿Qué podemos esperar a futuro?
El futuro, y el futuro inmediato, es lo que nos debe preocupar. Todas estas reflexiones tienen valor únicamente cuando las llevamos hacia el tema del futuro. Si las prácticas de agresiones a templos siguen repitiéndose en nuestro país, como sucedió en los últimos tres meses, causarán mucho daño social y cultural porque remueven traumas argentinos escondidos en la memoria de las personas –y por consiguiente en la “memoria colectiva”–.
Los efectos en la cultura son muy dañinos, en la medida en que reproducen rasgos negativos ya presentes en la historia de la Argentina.
Las agresiones a las que nos referimos han incluido la que se dirigió contra una reunión en la Catedral Católica de la Ciudad de Buenos Aires durante un acto con presencia inter-religiosa. En este sentido es fundamental un estado de alerta crítica de parte de nosotros los creyentes, y en general de quienes creemos en la república democrática y los que soñamos un futuro de paz y prosperidad.
Es notorio, en la actualidad, un resurgimiento de la presencia pública de núcleos nacionalistas ideológicamente basados en el integrismo, lo cual significa, una posición unitarista que asocia la teología católica romana tradicional con la política; y que a la política la piensa en claves conspirativas con la presencia oculta de “fuerzas”. Son grupos demográficamente muy pequeños y radicalmente disidentes dentro de la propia Iglesia católica romana contemporánea, a la que la entienden como que cedió al Modernismo. Estos grupos abiertamente abjuran de la democracia, con un discurso muy elaborado en tal sentido. Hasta cierto punto podrían ser considerados casi cismáticos, o potencialmente al borde de un cisma, dentro de su propio culto. Sin embargo poseen un gran capital educativo y una fuerte orientación hacia la acción, rasgo inherente a su ideología integrista y militante.
El paradigma básico de corrientes de esta clase, sostiene que existen dos grandes fuerzas políticas malignas que son al mismo tiempo el comunismo y el liberalismo capitalista y masónico de los Estados Unidos junto con otras naciones afines. Y que el judaísmo internacional considerado como una fuerza oscura las manipula a las dos.
Los enemigos emblemáticos de esta forma de pensamiento conspirativo suelen ser José Stalin y Franklin Delano Roosvelt: dos figuras icónicas de los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, además de Winston Churchill. Tal vez -dicho lo siguiente en términos de hipótesis- las causas de esta reverberación de la presencia pública podrían atribuirse mayormente, a partir de la asunción del papa Francisco, más que al rechazo a otros cultos, a las oposiciones al interior del propio catolicismo, en un movimiento versus lo que ya hemos mencionado aquí como la supuesta claudicación de los obispos frente al Modernismo y la sumisión de la tradición en beneficio del ecumenismo y el diálogo inter-religioso que incluye a los judíos y musulmanes.
 

Dr. Hilario Wynarczyk
Doctor en Sociología (Universidad Católica Argentina, UCA)
Master en Ciencia Política (Universidade Federal de Minas Gerais, Brasil, UFMG)
Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires, UBA)
Profesor de Metodología y Taller de Tesis (Universidad Nacional de San Martín, UNSAM)
Integrante de los consejos directivos de:
Asociación de las Cientistas Sociales de la Religión en el Mercosur (ACSRM)
Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR)
Pertenece a:
Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales (RELEP)
Programa Latinoamericano de Estudios Socio-Religiosos (PROLADES)
Ha sido integrante del Consejo de Expertos de las Secretaría de Culto de la Nación
Investigador y escritor

Fuente: Cordialmentepxg.com, 2013
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