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sábado, 28 de febrero de 2015

Sacerdocio universal, libres del clericalismo



Por. Juan Stam, Costa Rica.
Para Lutero, todo cristiano es un sacerdote y un ministro de Dios, y toda la vida, todo empleo y oficio, son vocación divina dentro del mundo.
Se suele resumir el aporte teológico de la Reforma en tres puntos: (1) la justificación por la gracia mediante la fe (sola gratia, sola fide), (2) la sola autoridad normativa y definitiva de las Sagradas Escrituras (sola scriptura, tota scriptura), y (3) el sacerdocio universal de todos los creyentes. Pero, casi siempre, se olvidan otros dos, que son cruciales: (4) la libertad cristiana y (5) "la iglesia reformada siempre reformándose" (ecclesia reformata semper reformanda).
Es especialmente sorprendente y lamentable que los evangélicos hoy hacen caso omiso del tema de la libertad cristiana. De hecho, dicho tema es, sin lugar a dudas, central en todo el movimiento de la Reforma. La Reforma fue, en su sentido más profundo, un proceso liberador en todas sus dimensiones.
La afirmación reformada del sacerdocio universal de todos los fieles (1 Pedro 2:9; Apoc 1:6; 5:10) impulsa, lógicamente, un proceso de progresiva democratización dentro de la Iglesia, y por consiguiente dentro del mundo moderno.
Para Lutero, todo cristiano es un sacerdote y un ministro de Dios, y toda la vida, todo empleo y oficio, son vocación divina dentro del mundo.
"Una lechera puede ordeñar las vacas para la gloria de Dios", decía Lutero. En un pasaje aún más atrevido, afirma que "Todos los cristianos son sacerdotes, y todas las mujeres sacerdotisas, jóvenes o viejos, señores o siervos, mujeres o doncellas, letrados o laicos, sin diferencia alguna" (W.A. 6,370; R. García-Villoslada, Martín Lutero, Tomo. I, p.467).
Es cierto que los Reformadores no llevaron este principio hasta sus últimas consecuencias. Conservaron mucho del clericalismo heredado de largos siglos de tradición eclesiástica. Sin embargo, algunos, conocidos como Anabautistas de la "Reforma Radical", llevaron el principio del sacerdocio universal un buen paso adelante.
El paso de la Edad Media al mundo moderno significó un cuestionamiento radical del autoritarismo medieval e impulsó la evolución de una serie de libertades humanas que hoy día damos por sentadas.
En ese proceso, Martín Lutero desempeñó un papel decisivo. Su mensaje de gracia evangélica nos libera del legalismo (autoritarismo ético). Su insistencia en la autoridad bíblica, interpretada crítica y científicamente, nos libera del tradicionalismo (autoritarismo doctrinal). Su enseñanza del sacerdocio universal de todos los fieles comenzó a liberarnos del clericalismo (autoritarismo eclesiástico). Lutero lanzó una cruzada tenaz contra las estructuras autoritarias de la iglesia medieval: "Todas y cada una de las prácticas de la Iglesia", escribió en 1520, "son estorbadas, y enredadas, y amenazadas por las pestilentes, ignorantes e irreligiosas ordenanzas artificiales. No hay esperanza de cura, a menos que todas las leyes hechas por el hombre, cualquiera que sea su duración, sean derogadas para siempre. Cuando hayamos recobrado la libertad del Evangelio, debemos juzgar y gobernar de acuerdo con él en todos los aspectos" (Woolf I, p.303, en Wolin p.156).
Al denunciar la tiranía del Vaticano, Lutero exigió a la iglesia "restaurar nuestra noble libertad cristiana" (Wolin p.158) también en las iglesias evangélicas. Hoy día, tanto en círculos católicos como protestantes, se reconocen los carismas de todos los fieles y se cuestiona constantemente el clericalismo y el autoritarismo que, lamentablemente, han prevalecido en la iglesia protestante como también en la católica.

Fuente: Protestantedigital, 2015.

jueves, 26 de febrero de 2015

Las mujeres olvidadas en la Historia de la Iglesia: Katherine Zell



Por Lisandro Orlov, especial para ALC- Argentina*
La reforma protestante es conocida por repudiar la idea medieval católica romana que la virginidad era espiritualmente superior al matrimonio y a la familia. Esto fue positivo para las mujeres porque los roles básicos a los que las confinaron en gran medida ya no fueron considerados viles  y pocos honorables. Sin embargo, la fuerte postura de la Reforma contra la vida monástica, y el cierre de conventos, clausurando para las mujeres protestantes, cierra lo que había sido una opción principal para el ministerio de la mujer. Una mujer de espiritualidad e inteligencia excepcionales ya no podía sobresalir por sí misma a través del sistema monástico, tal como ocurrió con Hildegarda de Bingen. Sin embargo, las mujeres protestantes todavía encuentran formas de eludir las restricciones impuestas sobre ellas por las enseñanzas protestantes. Una de esas formas de eludir las restricciones consistió en la de casarse con un líder protestante, y así fue como Katherine Zell (1497-1562) encontró un lugar para su ministerio.
No he podido encontrar ninguna información acerca de los primeros años de vida de Katherine Zell: dónde nació, quiénes fueron sus padres, o cualquier otro detalle. En este sentido los prejuicios de la Reforma contra las mujeres en el ministerio puede jugar un papel significativo, ya que mientras la investigación Católica Romana y la documentación de las vidas completas de sus santos parece igualmente cuidadosos tanto de hombres como de mujeres, una mujer en los comienzos de la Reforma tal como Zell parece haber sido de interés para los historiadores protestantes sólo después de su matrimonio con el predicador luterano (y ex sacerdote católico) Mateo Zell. La única información que pude encontrar acerca de la vida temprana de Katherine Zell proviene de sus propios labios:
                                                 
“Desde que tenía 10 años he sido una estudiante y una especie de mujer de iglesia, muy dado a asistir a los sermones. Me encantaba y frecuentaba la compañía de los sabios, y conversé mucho con ellos, no sobre bailes, mascaradas, y otros mundanos placeres, pero sobre el Reino de Dios”.

Mateo Zell finalmente fue excomulgado de la Iglesia Católica por casarse, pero Katherine defendió su matrimonio señalando que los sacerdotes católicos de la época eran conocidos por sus amantes y sus seducciones, y que el matrimonio con un sacerdote era el ministerio de una mujer que “levantaba de la degradación moral al clero”. Mateo Zell ciertamente parecía considerar a su esposa como su socia y compañera en el ministerio: Como la misma Katherine dijo, “Mi marido y yo nunca hemos tenido 15 minutos desagradables No podríamos tener mayor honor que morir desechados entre los hombres y crucificados sobre dos cruces y aún allí tendríamos palabras de consuelo de uno para con el otro”.
El ministerio principal de Katherine fue el acoger a  los refugiados protestantes y ministros itinerantes. Según el historiador de la iglesia Philip Shaff en su “Historia de la Iglesia Cristiana”, los ministros de la Reforma informaron que “ella dialogó con ellos sobre la teología de manera inteligente que la clasifican por encima de muchos doctores.” Para los opositores que insistían en que ella debía guardar silencio, ella dijo: Me recuerdas que el apóstol Pablo le dijo a las mujeres el permanecer en silencio en la iglesia Pero les recuerdo la palabra de este mismo Apóstol que afirmó que en Cristo ya no hay varón ni mujer, y la profecía de Joel: “Yo derramaré mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán”
Ellaañadió, con un toque desarcasmo, “no pretendo ser Juan el Bautista  reprendiendo a los fariseos. No pretendo ser Nathan recriminando a David. Aspiro sólo a ser el trasero de Balaam, castigando a su amo”.
Katherine también estaba profundamente involucrada en el ministerio con los pobres, y escribió muchos himnos, que se publicaron en forma de folleto específicamente para la gente común de Alemania. Pero quizás su contribución más sorprendente era su bondad y la inclusión hacia los cristianos que diferían de su propio grupo en doctrinas consideradas no esenciales– una posición que no era sólo de vanguardia en su tiempo, sino que recibió rechazo tanto de los protestantes y de los católicos por igual. Para su mayor crítico, el ministro luterano Ludwig Rabus, ella escribió,

“Considere a los pobres anabaptistas, que son tan furiosa y ferozmente perseguidos. ¿Deben las autoridades de todo el mundo ser  incitada en contra de ellos, como el cazador conduce a su perro en contra los animales salvajes? Contra aquellos que reconocen a Cristo como el Señor, en gran medida de la misma manera que lo hacemos nosotros y junto a quienes rompimos con el papado? El hecho de que no pueden estar de acuerdo con nosotros en temas menores, ¿es esta una razón para perseguirles y en ellos a Cristo, en quien fervientemente creen y que a menudo le han confesado ya sea en la miseria, en la cárcel, y bajo los tormentos del fuego y el agua?

Los gobiernos pueden castigar a los criminales, pero no deberían obligar o gobernar con relación a las creencia que es una cuestión del corazón y de la conciencia y que no tiene nada que ver con las autoridades temporales”.
Katherine también declaró enfáticamente que: “Cualquier persona que reconoce a Cristo como el verdadero Hijo de Dios y el único Salvador de la humanidad es bienvenido en mi mesa.” Al final de su vida Katherine mostró su compromiso con esta posición mediante la realización de un funeral en secreto para una mujer que era discípula de la secta “radical” de los seguidores de Kaspar Scwenkenfeld, a pesar de que ella ya era anciana y estaba gravemente enferma. El ayuntamiento de la ciudad anunció que ella sería reprendida  públicamente por este funeral tan pronto como se recupere de su enfermedad. Ella no se recuperó y murió a la edad de 65 años.
Se ha señalado no hace mucho tiempo que la oposición a mujeres como Zell fue en gran parte debido a su género, no a sus enseñanzas, y que si un miembro del clero masculino presentaba una enseñanza similar basado en los mismos textos, su enseñanza podía ser aceptado, mientras que la suya fue rechazada. No puedo evitar preguntarme cómo la historia de la Reforma podría haber sido diferente si los líderes masculinos de la Reforma hubieran estado dispuestos a conceder a las ideas de Katherine Zell sobre la tolerancia y la libertad de conciencia, el mismo peso le dieron a las de los varones. Tal vez las sangrientas persecuciones de los anabaptistas y otros grupos minoritarios podrían haberse reducido o incluso detenido. Quizás el sentimiento “En lo esencial, unidad; en lo no esencial, libertad; en todas las cosas, caridad”, que fue acuñado por el luterano protestante Rupertus Meldenius 100 años después de la muerte de Katherine, podría haber llegado a ser mucho más rápido un ideal protestante.
Me parece claro que cuando la iglesia de Cristo en su conjunto, o cuando algunos grupos dentro de sy iglesia, se niegan a escuchar las voces de sus mujeres, la sabiduría de Dios puede ser la sabiduría perdida– que podría haber ahorrado mucho dolor y daño. Permitamos que la vida y las enseñanzas de Katherine Zell nos hablen incluso ahora, y nos recuerdan las voces que necesitan ser escuchadas.

*El autor es pastor luterano, y coordina la Pastoral de VIH SIDA

Fuente: ALCNOTICIAS, 2015

lunes, 23 de febrero de 2015

Las penumbras de 50 sombras de Grey

Por.Daniel Hofkamp, España
El estreno de la película 50 sombras de Grey, basada en el best-seller de E.L. James, no ha pasado desapercibido en nuestro país. Al bombardeo publicitario de los días previos se ha sumado ahora su contundente éxito en taquilla. Pero este éxito no oculta que la película transmite un mensaje sobre las relaciones de pareja. La trama plantea la relación entre una estudiante y un multimillonario con el que mantiene encuentros sexuales en los que se disfraza de juego erótico episodios de violencia. Desde organizaciones en defensa de las mujeres se ha alertado acerca del nocivo concepto de relación de pareja que se transmite en esta película. “En 50 sombras de Grey hay dos mensajes preocupantes”, nos dice la psicóloga María Jesús Núñez. “El primero es que el chico puede ser sexualmente violento con su chica porque a ella le gustará; y el segundo, que la chica, si acepta esta violencia, conseguirá que él cambie y termine junto a ella. Se produce una idealización y una normalización de una relación que es en realidad patológica”, advierte María Jesús Núñez.
El éxito de productos como 50 sombras de Grey, sin embargo, encaja en los patrones de relación que la sociedad está fomentando, a veces sin ser conscientes del todo de ello. Pensando en estos patrones, preguntamos a psicólogos, pastores y responsables de jóvenes en iglesias evangélicas sobre cómo se presenta el amor en pareja en nuestra sociedad occidental mediatizada.
Pregunta: ¿Crees que hay patrones destructivos en cuanto al amor y las relaciones de pareja en nuestra sociedad? En caso afirmativo, ¿destacarías alguno en particular?
Marcos Zapata, pastor y terapeuta familiar. “Modelos enfermos y enfermantes” Sí, creo que a pesar de la educación y los programas divulgativos, a claras luces insuficientes, se está manifestando en nuestro entorno modelos enfermos y enfermantes de las relaciones de pareja. Hay muchos mitos del amor romántico que están haciendo mucho daño. Los cuentos que nos leían de pequeños, la televisión, el cine, las revistas, etc. nos muestran una imagen de las relaciones sentimentales que no son reales. Así, se han creado una serie de mitos sobre el amor que nos pueden llevar a la frustración y a veces nos hacen soportar situaciones que implican sufrimiento.
Hay varios patrones que quisiera resaltar y que están presentes en las encuestas actuales sobre relación de pareja y juventud, y que afectan especialmente a la mujer. Si no tienes un hombre a tu lado no eres nada. La vida nos ofrece muchas opciones y no todas incluyen una pareja. El tener pareja no es una condición sine quanum para ser feliz. Más me pega, más me quiere. Hay muchas formas de demostrar el amor. Los golpes no demuestran el amor. Quien nos pega no nos quiere: de ninguna manera.
El hombre cela cuando ama. Los celos son una señal de inseguridad, de desconfianza, no de amor. La persona que tiene celos quiere controlar, someter, no amar. Me quiere, luego cambiará. La aceptación de este mito puede ser usado como una excusa para no modificar determinados comportamientos. En la base de la relación se encuentran el diálogo y la capacidad de resolver conflictos en común. Hay amores que matan. El amor implica entrega sin condiciones. Hay que entregarse y sacrificarse por el bien de la pareja, pero cuando se olvida el respeto de uno mismo, este tipo de concepciones provoca dependencia respecto a la pareja y el olvido de los intereses de uno mismo. Soy su mujer y me debo a su cuidado. Según esta creencia, se deben seguir las conductas que social e históricamente se nos han asignado para mantener la relación, y siempre subordina a las mujeres con respecto al hombre.
Lidia Martín, psicóloga, directora de Prevvia. “El sexo se considera el valor fundamental de la relación de pareja”
A veces casi lo que nos sorprende es encontrarnos patrones de amor y pareja “como Dios manda”, porque suele abundar bastante más lo contrario. No creo que siempre fuera así, pero sí opino que con los valores que nuestra sociedad particularmente predica a los cuatro vientos (hedonismo, individualismo, materialismo, presentismo, sexualidad omnipresente como forma de madurez social, etc…) es francamente difícil por no decir absolutamente imposible que de ese “cóctel” verdaderamente salga una relación basada en el amor (que implica todo lo contrario, es decir, sus contravalores: entrega, sacrificio, renuncia, espiritualidad, compromiso, madurez, intimidad…) Las relaciones de pareja están básicamente establecidas hoy alrededor del sexo como valor fundamental sobre el que se construyen todos los demás.
Lo que sucede en 50 sombras de Grey no es nada diferente. Eso constituye su elemento principal de identidad y se basa en la anulación del otro (otro valor en alza, siempre que con ello se consiga el objetivo de ensalzarse uno mismo y producirse la satisfacción debida). Por eso, entre otros factores, probablemente las relaciones tienen tan corta fecha de caducidad hoy. Muchas ni siquiera empezarán o durarán el primer asalto si no se produce la satisfacción de una serie de “mínimos” que no son para nada mínimos, sino exigencias sobre el físico del otro, sobre el tipo de satisfacción que me puede proporcionar, con una exaltación del sexo en el orden de prioridades de esa persona, que además debe estar orientado a satisfacerme a mí en primer y a veces en único lugar… Básicamente la concepción que hoy tenemos a nivel social de cómo se construyen y se mantienen las relaciones de pareja es, dicho de forma muy burda, pero creo que muy clara también, una auténtica “fábrica de desgraciados y desgraciadas”, no sólo fuera de nuestras iglesias, sino también dentro, ya que muchos de estos valores los tenemos más que asumidos, o eso dice a menudo nuestra forma de comportarnos.
Daniel Pujol, predicador, escritor de “La fuga”. “El ser humano no ocupa su lugar”
Sí, lo creo. Si no fuera así seguramente no tendríamos tanta dificultad en mantener una relación estable. El patrón destructivo qué destacaría es el que procede del conflicto entre el lugar que ocupa el ser humano y el que debería ocupar en relación a su entorno. Cuando el hombre se sitúa como el centro del universo acaba estructurando su vida a partir de su deseo. En esta película, como en muchas otras, el sujeto usa a otra persona para beneficiarse del placer propio; en este caso concreto también entra la pasión de someter a ese otro, o el placer de ser sometido por el otro como objeto de su deseo (eso se ve claramente en el ámbito BDSM o sadomasoquista). En ambos casos lo que mueve al sujeto es la búsqueda del propio placer y la fantasía de obtener la plenitud para sí mismo (que nunca llega a alcanzar).
Daniel Oval, pastor, responsable de Alianza Joven. “Se da por normal tener relaciones sexuales con cualquiera”
Creo que sí. Sirva como ejemplo lo que escuché no hace mucho en una de las principales emisoras de radio de nuestro país. En un programa hablaban sobre moda de ropa interior. La experta en moda que trajeron para hablar de la ropa intima, hablaba de diferentes tipos de braguitas, entre esos diferentes tipos de braguitas destacaba uno muy cómodo y a la vez sexy, cómodo para ir a trabajar y sexy para que cuando las chicas en cuestión, salieran por la tarde de su trabajo y fueran a tomar unas copas con sus compañeros, si surgía algo más intimo entre ellos pudieran sentirse más atractivas. La cuestión es que se da por hecho y como algo natural, que se puedan tener relaciones sexuales entre compañeros de trabajo como algo habitual.
Esteban Figueirido, psicólogo especializado en terapia familiar. “Nos cuesta amar de verdad”
Sí, claro que los hay. Principalmente porque nos cuesta amar de verdad, quizás lo hacemos un poco mejor cuando hay pasión pero cuando ésta disminuye empieza a emerger el egoísmo que nos caracteriza y, o ponemos mucho esfuerzo y voluntad en amar o fácilmente llega la ruptura, el enfriamiento o esos patrones de relación que terminan dañando la pareja. Hay patrones de interacción simétrica, es decir, de igual a igual que pueden funcionar pero a veces se convierten en una continua lucha de poder, se entra en escaladas simétricas que fácilmente llevan a faltas de respeto que van deteriorando la relación. Por otro lado tenemos los modelos de interacción complementaria, que pueden funcionar bien, pero aveces vemos una complementariedad rígida que hace que una de las partes se encuentre anulada, totalmente dominada por la otra, lo cual termina siendo de gran deterioro para la relación. Ambas formas o patrones de interacción pueden ser saludables pero también, como he mencionado, pueden llevar a graves faltas de respeto y podrían desencadenar situaciones muy violentas. Por último la mención al amor obsesivo, ese que tiene que ver con posesividad, donde uno está dispuesto a hacer lo que sea por el otro, pero hasta a “matarle” si hubiese riesgo de perderlo. Tiene que ver con esas afirmaciones aparentemente tan románticas pero que no son sanas como la de “No puedo vivir sin ti”. Mantener la autonomía, el adecuado equilibrio entre ser “uno” pero manteniendo la riqueza de la individualidad es clave.
Ana Rodrigo, estudiante. “Expectativas que no se pueden cumplir”
Sí que hay patrones. Por ejemplo destacaría las expectativas que se crean, mediante las películas, libros e incluso nuestra propia imaginación, buscamos una plenitud perfecta y llena que no conseguimos ya que los humanos por naturaleza son imperfectos y terminan fallándote y no cumpliendo esas expectativas.
Sara Moreno. Psicóloga, escritora y articulista en xtremojoven. “Se confunde pasión con violencia”
Sí que los hay. Uno de los que más me alarma es el machismo reflejado en jóvenes que creen que los celos son parte de una pareja que se “ama”. Cierta literatura, películas, canciones, cuentos... nos hablan de relaciones donde momentos de agresividad son tratados como “momentos apasionados” que prueban el gran amor que siente el uno por el otro, donde la persona se deja llevar por su pasión, ¿o quizás por su propio egoísmo? A lo mejor el problema de éste y otros patrones destructivos está en que no se entienda bien, o no sepa poner en práctica lo que es el amor hacia la otra persona.
En la próxima parte de esta serie, responderemos la pregunta: ¿Cómo podríamos los cristianos fomentar relaciones de pareja saludables en nuestro entorno?

Fuente: Protestantedigital, 2015

miércoles, 18 de febrero de 2015

Mochilas con misericordia y justicia



Por. Juan Simarro, España
El artículo está dirigido a los religiosos del mundo, a los cumplidores de ritual, a los consumidores de tiempo eclesial en nuestros templos. En muchos casos es posible que muchos tengamos que replantearnos nuestra fe. Es verdad que se diezma, que se cumple con todos los horarios del ritual, que se celebran las fiestas solemnes y se acude fielmente a los servicios dominicales. La ética del cumplimiento religioso no nos va a salvar. Hay que dar un paso más, porque si no, uno de los “ayes” de Jesús puede ser lanzado contra nosotros como una lanza que se clave en nuestra alma: “¡Ay de vosotros, hipócritas!, porque diezmáis la menta y el eneldo y el comino, y dejáis lo más importante de la ley; la justicia, la misericordia y la fe.” No son palabras mías. A mí no me corresponden palabras de condena contra nadie y tengo que ser el primero que tiene cuidado con que este “ay” no sea lanzado también contra mí. Es por eso que las palabras del inicio del artículo están simplemente en paralelo con las palabras de Jesús que nos debe hacer reflexionar sobre cómo vivimos la religiosidad, si está basada únicamente en una ética del cumplimiento del ritual diezmando la menta, el eneldo y el comino, pero de espaldas a la misericordia, a la justicia y a la vivencia de una auténtica fe que nos debe lanzar al mundo en acción llevando al mundo la evidencia de las obras de la fe.
Palabras duras las de Jesús ¿Fueron sólo contra los religiosos de la época, contra los escribas y fariseos que eran simplemente sepulcros blanqueados por fuera, pero por dentro eran putrefacción y pasto de gusanos, o pueden saltar los ayes de Jesús también contra nosotros hoy? ¿Hay personas hoy sumidas en prácticas religiosas vanas autoengañándose a sí mismas y lejos de la vivencia de la auténtica espiritualidad cristiana? ¿Hay religiosos que diezman, pero dejan a un lado la misericordia para con prójimo y nunca son llamados a ser movidos a ella como buenos samaritanos? ¿Hay religiosos que dan su eneldo al templo, pero jamás trabajan por la justicia? ¿Ofrecemos nuestro comino al servicio de rituales, pero nuestra falta de amor hace que la fe se debilite, y acabe por morirse y dejar de ser? ¡¡Ay, ay, ay de vosotros!! ¡¡Ay, ay, ay de todos nosotros si seguimos una simple religiosidad de cumplimiento, pero falta de misericordia, alejada de la lucha por la justicia y del amor al prójimo!! Tendríamos que replantearnos nuestra fe si viéramos que algunos de estos “ayes” nos tocaran.
Diezma, no haces nada mal. Da al templo tiempo, cumple con las exigencias del ritual, haz fiestas solemnes y cumple con los días de reposo, pero tenemos que saber que para que eso se sostenga delante de Dios, debe estar fundamentado en la práctica de la misericordia, de la projimidad, de la búsqueda de justicia y de mantener una fe viva y activa. ¿Cómo se puede uno liar en prácticas de cumplimientos de normas religiosas y olvidar lo más importante para poder tener una vivencia de la auténtica espiritualidad cristiana? Los cristianos, así, si en verdad queremos ser discípulos de Jesús, tenemos que reflexionar, orar y dejar que nuestra fe nos lance al mundo en acción con las manos tendidas dispuestas al servicio, la voz preparada para la denuncia y el anuncio, para clamar por la justicia e ir por el mundo impregnados de sentimientos de misericordia que no nos dejen pasar de largo ante el grito del marginado, del pobre, del herido, del despojado, del robado de dignidad. ¡Hay que pararse… y darse!
Recordemos: a la base de todo tu ritual, de todos tus cumplimientos, de todos tus diezmos y tiempo entregado al templo, debe estar la práctica de la justicia y de la misericordia que son la prueba de tener una fe viva que actúa a través del amor como diría el Apóstol Pablo. Religiosos: Escuchemos la auténtica definición de la religión, la verdadera, la pura y sin mácula. Se formula en estos términos que quizás te asusten un poco o te parezcan una especie de Teología Segunda con respecto a lo que tú consideras tu prioridad, tu Teología Primera, el núcleo de tu vivencia religiosa. La Biblia dice que la religión pura y sin mácula es ésta: “Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo”. Nos puede parecer extraño que primero se pongan nuestras responsabilidades de projimidad y luego el guardarse sin mancha que sólo se consigue en una auténtica relación con un Dios perdonador. Pero así lo dice el Señor, porque el que dice que ama a Dios y no puede hacer lo mismo con su hermano, es mentiroso.
Pude ser una definición de religión un poco alejada del templo y cercana al sufrimiento de las personas, de los colectivos marginados del mundo, aunque Dios tampoco nos quiere de espaldas al templo si en él sabemos enfocar un ritual que nos lanza a la práctica de la misericordia, al compartir y al vivir la fe en compromiso con el prójimo. Cuidado hoy con que los que sirven al templo no nos acostumbren al cumplimiento de la norma y del ritual, pero que no nos ayuden a proseguir la justicia misericordiosa para con los sufrientes de la tierra. Sería una lanza clavada en el corazón del cristianismo, de la auténtica vivencia de la espiritualidad cristiana.
Jesús lanza uno de sus “ayes” y junto a ello una acusación: ¡¡Hipócritas!! Quizás es porque tenemos el peligro de vivir una religiosidad cómoda y de acuerdo con nuestros intereses, incluidos aquellos que se rozan con el servicio al dios Mamón, el dios de las riquezas a las que deseamos y, desde este posicionamiento, damos prestigio a los que las tienen confundiendo los valores bíblicos con aquellos que son contracultura con los valores del Reino. Ser cristiano es ser un servidor con una gran mochila llena de misericordia y una vocación por la justicia como consecuencia de una fe viva.

Fuente: Protestantedigital, 2015.