¡Vos podes ayudarnos!

---
;

martes, 29 de noviembre de 2016

Apocalipsis, contexto histórico: conclusión



Por. Juan Stam, Costa Rica
Como preso y como pastor de siete congregaciones amenazadas por el imperio, a Juan no le convenía inmiscuirse en temas que no afectaban directamente a la iglesia, como por ejemplo el militarismo o los precios de los granos básicos.
Pero como profeta, no pudo callarse.
De la misma manera en que levantó la voz por todas las víctimas de la violencia, sean cristianas o no (18:24), también pronunció su palabra profética sobre los graves problemas sociales de su tiempo.
Juan vivía con el corazón en el cielo y los pies bien puestos en la tierra.
Tuvo visiones de Dios, y muchas, pero también tuvo una visión muy realista de las crudas realidades del imperio romano.
En el cielo oyó el cántico de millones de ángeles (5:11-12), pero en la tierra, donde vivía, escuchaba con compasión el clamor de los hambrientos y empobrecidos (6:3-6).
Realizó su misión profética entre dos tronos, uno que estaba en Roma y el otro en el cielo, establecido y firme por los siglos de los siglos.
Su clara visión del trono eterno transformó su visión del trono imperial.
¡Que Dios nos ayude a seguir el valiente ejemplo de este héroe de la fe!

Fuente: Protestantedigital, 2016

lunes, 28 de noviembre de 2016

La noche que a Fidel Castro le predicaron el Evangelio



Por. Juan Stam, Costa Rica
Ha fallecido el líder revolucionario cubano este 25 de noviembre, a los 90 años. Líder autoritario o tirano sin más para media humanidad, leyenda revolucionaria y azote del imperialismo yanqui para los más desposeídos y la izquierda militante, Fidel Castro era el último superviviente de la Guerra Fría y seguramente el actor político del siglo XX que más titulares acaparó a lo largo de sus 47 años de mando absoluto en Cuba.
Estrenó su poder caudillista el 1 de enero de 1959 tras derrocar al régimen de Batista. Ni siquiera en el ocaso de su existencia, después de que una enfermedad lo apartó del Gobierno en 2006, desapareció su influencia en la isla caribeña.
Con el título “La noche que enseñé el Apocalipsis a Fidel Castro”, el teólogo evangélico Juan Stam relata un encuentro insólito que ocurrió en 2002, en Cuba, entre un grupo de pastores protestantes y Fidel Castro.
Retomamos este artículo que por su interés les exponemos en su totalidad a continuación:
“LA NOCHE QUE ENSEÑÉ EL APOCALIPSIS A FIDEL CASTRO”
Juan Stam
Corría el mes de octubre del año 2002 y me encontraba en La Habana participando en un encuentro teológico sobre la Reforma protestante. Una noche, al final de la jornada del día, nuestro líder nos pidió a todos sentarnos porque tenía un aviso. Fidel Castro nos había invitado para una entrevista esa misma noche, desde las once horas hasta las dos de la madrugada.
Entramos en la sala, saludamos a Fidel y sacamos fotos. La sala era bastante larga pero muy angosta, y me tocó sentarme a un extremo.
Al principio Fidel hablaba en voz baja y no pude oír todo bien. Pero de repente me di cuenta de que Fidel estaba haciendo preguntas sobre el Apocalipsis: "Ustedes que son pastores", nos dijo, "Cómo entienden el libro del Apocalipsis".
Parecía que lo había estado leyendo. Con mucho respeto nos preguntaba, "¿Qué pasa con los derechos humanos, cuando se mata tanta gente que parece un genocidio? ¿Y cómo explicar ecológicamente la destrucción de los bosques y mares?" Eran buenas preguntas, pero difíciles y Fidel esperaba una respuesta.
Como algunos del grupo sabían de mis escritos sobre el Apocalipsis, le dijeron a Fidel, "Mira, Fidel, ahí está alguien que te lo puede aclarar". Jamás había yo esperado tal situación, pero de repente me encontraba con la pelota entre mis pies, a ver si se podría lograr "un gol del Espíritu Santo", como suele decir nuestro querido amigo, Pablo Richard.
Envié una plegaria al Todopoderoso, traté de organizar mis ideas, y comencé a responder a sus preguntas.
Como la palabra "apocalipsis" tiene tan mala fama, comencé con aclararle a Fidel que esa palabra no significa catástrofe, hecatombe o calamidad, sino "la manifestación (el significado de "Apocalipsis") de esperanza en Cristo Jesús". Fidel se mostró sorprendido y comentó, "Entonces, hay un problema semántico con ese término". ¡Exacto! Pude ver que tenía un buen alumno.
Después señalé que la mayor parte del Apocalipsis son visiones, y las visiones hay que saber interpretarlas. Pueden ser literales y futuras, pero no necesariamente y no siempre. Pero siempre son mensajes de Dios a los impíos, llamándoles a la conversión. Por eso el libro dice varias veces, después de unas visiones muy fuertes, "y sin embargo, no se arrepintieron".
Muchas visiones, como las de quemar una tercera parte de los bosques, cambiar las aguas en sangre o matar una tercera parte de la humanidad, no son predicciones de cosas que Dios va a hacer en el futuro. Son más bien un llamado a la conciencia.
Terminé mi respuesta con señalar las fuertes críticas que Juan de Patmos lanza contra el imperio romano, sobre todo por sus injusticias económicas, su sangriento militarismo y su idolatría.
Yo había escrito mucho sobre eso, y ahora sentí que Dios me había estado preparando para decírselo a una de las personas más importantes de nuestro tiempo, en esa inesperada oportunidad.
Cuando terminé la explicación, Fidel comentó, "Usted tiene mucha razón, veo que los jesuitas me enseñaron mal el Apocalipsis". (Eso último en broma, porque él había estudiado con los jesuitas).
A mediados de la entrevista le hablamos a Fidel de nuestra fe en el Dios de amor, de la vida y de la justicia. Muchos ateos, dijimos, están rechazando a un "dios" falso, que no es el Dios verdadero. A eso respondió Fidel, "Por supuesto, la fe es un asunto personal que tiene que nacer de la conciencia de cada persona. Pero el ateísmo no debe ser una bandera".
A eso de las dos de la madrugada, Fidel se disculpó porque tenía otro compromiso, pero dijo que tenía una última pregunta: "Veo que ustedes son evangélicos. Explíquenme que significa eso, quien sabe si soy uno sin darme cuenta".
Nuestro líder, Israel Batista, no despreció tan oportuna invitación. Se mostró al nivel del desafío, y expuso el evangelio en términos que Fidel iba a poder entender bien. Al final de su exposición propuso que nos pusiéramos en pie para orar. Fidel también se puso de pie, e Israel nos dirigió en oración.
Al salir de la sala, miembros del protocolo de Fidel me pidieron enviar escritos sobre el tema y me aseguraron que Fidel lo leería. El día siguiente tuvimos la tradicional visita con el director de relaciones religiosas del gobierno, un señor Balaguer, y comenzó la sesión comentando, "Me dicen que tuvieron una conversación muy interesante anoche sobre el Apocalipsis, y yo también tengo una pregunta". Creo que todo esto es representativo de un gran interés en el Apocalipsis y, en general, en la palabra de Dios.
¡Oremos por Cuba, hermanos y hermanas, y por los demás países de nuestro continente en esta coyuntura decisiva!
(Agradezco a Carmelo Álvarez haberme ayudado a recordar esta conversación con Fidel).

Fuente: Protestantedigital, 2016

domingo, 27 de noviembre de 2016

Colombia y la opción entre dos grietas-Parte III: ¡Si todo fuese al revés!



Por. Hilario Wynarczyk- Argentina
QUÉ HUBIESE PASADO SI TODO FUESE AL REVÉS- Parte III
Yo no vivo en Colombia  ni soy colombiano. No me tocó experimentar los problemas de Colombia. Sin embargo me inclino a posicionarme a favor del , o de alguna solución que conduzca a firmar las paces y disolver el movimiento armado. Pero el análisis del sector de Colombia que estuvo por el NO, dejan percibir la sólida entidad del colectivo que así se manifiesta. Los datos permiten suponer, pensando “contrafactualmente”, que si el voto por el hubiese alcanzado el triunfo, se habría cerrado una grieta dramática. Y simultáneamente se habría abierto otra, por lo pronto menos dramática. Tal vez el triunfo habría sido el mal menor tomado en cuenta por los actores políticos favorables a los Acuerdos de Paz sellados con un estrechón de manos entre el Presidente Santos y el líder guerrillero Timochenko.
Pero es notable que un bando perdedor en la pugna SÍ/NO quedaría formado por quienes a su modo, necesariamente respetable, estarían pretendiendo defender los que consideran valores constitutivos de su sociedad y en definitiva de su nación y su Estado. No dejarían de ser un segmento de la sociedad civil cuya existencia, formas de pensamiento y escalas de valores, no podrían dejar de ser tomados seriamente en consideración, así como su fuerza demográfica. En fin, esto es la punta del ovillo para reflexiones apropiadas.
EVANGÉLICOS DEL NO Y UN GERMEN POLÍTICO
Volviendo ahora a los evangélicos y extrayendo algunas inferencias a partir de los datos, parece que en gran parte lo que sucedió con ellos frente al plebiscito es que han constituido una notable masa de maniobra a favor del NO. De ese modo han aparecido presentados ante la opinión pública y la imagen así creada podría ser una burbuja, pues, como hemos dicho, la mitad de los votantes evangélicos habría estado (según datos seguramente discutibles) a favor del SÍ. De cualquier manera, esto es un problema para los propios evangélicos, sus líderes y analistas.
A su vez entre los católicos, no hubo un predominio del discurso a favor del . Esto es una paradoja porque la posición geopolítica del Vaticano ha sido enfáticamente favorable al .
Esa paradoja podría ser leída como un indicador de las tensiones internas existentes dentro del espacio católico colombiano, tema que conviene señalar, pero en el cual no corresponde entrar en este artículo.
En definitiva el voto por el NO permite notar las tensiones internas de los universos religiosos evangélico y católico considerados como campos de fuerzas o sistemas en cuyo interior hay elementos heterogéneos que pueden entre sí coincidir u oponerse, por motivos de ideas e intereses.
Pero tal vez las cosas no son tan simples. Tal vez los evangélicos (y en particular sus dirigentes pastorales) también hicieron un cálculo prudencial. Los votantes evangélicos de algún modo se han manifestado como una fuerza colectiva. Y sus dirigentes y organizaciones tienen de esta manera un capital político situable junto al ex presidente Uribe que ha sido el gran promotor del NO. Y situable asimismo junto a la mesa de discusión de los posibles ajustes a los Acuerdos de los que tendrá que ocuparse el presidente Santos. En línea con esta reflexión, Harold Segura, en el segundo de los artículos  mencionados, sostiene que las iglesias querrían ser “reconocidas dentro del concepto de participación ciudadana y que su aporte sea contemplado en los procesos del posconflicto en los entornos rurales, regionales y nacionales”. A lo que se suma la demanda por una mayor igualdad religiosa en un país de obviamente significativa presencia institucional de la Iglesia Católica. En fin, por qué no pensar que los dirigentes evangélicos podrían muy bien estar aspirando a que su capital demográfico y sus opciones participativas deriven (por una especie de metamorfosis sociológica bastante presente en las religiones como sistemas que se relacionan con otros sistemas) en un aumento del reconocimiento a las iglesias evangélicas en la sociedad civil y más arriba todavía en la esfera pública.
En definitiva, la dinámica descripta aparece como el incremento de la cadena de agregación de valor del capital demográfico y electoral a través de la institucionalización de un actor religioso en la esfera pública de Colombia, que en calidad de actor colectivo se reconoce a sí mismo, su identidad y poder, demandando en consecuencia un tratamiento adecuado. Para dar ese paso cuenta con un bien, un capital, sobre el cual afirmarse y negociar.
Analizado ahora desde el interior de las iglesias evangélicas, el problema puede ser planteado como la pregunta por saber si algunos evangélicos (o mejor dicho algunos líderes evangélicos, que usualmente son pastores) podrían estar siguiendo ingenuamente una estrategia prebendarista de obtención de algunos beneficios de parte del Estado, frente al reconocimiento de su capital demográfico y la potencialidad de actitudes electorales, como apoyando a Fujimori la aplicaron en el Perú, sin obtener después nada a cambio, salvo una gran desilusión.
No sé si esto sucede en Colombia pero puedo decir que es una tendencia perceptible entre algunos evangélicos en países de América Latina.
¿OFERTA EVANGÉLICA PARA UN NUEVO SÍ?
Como quiera que sea, las organizaciones de dirigentes evangélicos en Colombia han abierto una instancia de debate y llegaron a la presentación de un llamado Pacto Cristiano por la Paz, en el que reclaman frente al Estado negociador de los Acuerdos de Paz con las FARC, el reconocimiento de una lista de puntos mayormente relacionados con el sostenimiento del formato tradicional de la familia, la educación cristiana, libertad e igualdad de cultos, protección a la propiedad privada, y un concreto pedido de eliminación en los Acuerdos,  como vayan futuramente a ser reformulados, de toda concesión a la “ideología de género” y muy especialmente al reconocimiento de la diversidad de identidad de género. En fin, estas serían concretas demandas de las iglesias evangélicas colocadas en la mesa a cambio (obviamente, aunque no manifiestamente) de su apoyo a unos Acuerdos de Paz reformulados.
El discurso sería coherente con el hecho de que entre los evangélicos de nuestras naciones sudamericanas suelen predominar demográficamente los adherentes a iglesias que podríamos llamar “conservadoras” en el sentido de un apego a la lectura literalista de la Biblia, el conocido técnicamente como “rigorismo ético” en las costumbres sociales vinculadas con vestimenta y consumo de alcohol, aunque notoriamente más laxo actualmente en muchas iglesias sobre todo en cuanto a la vestimenta, y   el  rechazo (de particular importancia para todos estos análisis) a los cambios de la “posmodernidad” en materia de moral sexual y familia.
Aquí salta a la luz el enérgico comentario de Harold Segura acerca de la necesidad de los cristianos preocuparse y manifestarse más, en cambio, por los problemas de la justicia, la reconciliación, la paz y el perdón. Desde el punto de vista sociológico, queda el problema de entender más y mejor por qué las preocupaciones del rigorismo ético predominan sobre las otras, entre los adherentes a las iglesias evangélicas mayoritarias entre nosotros sudamericanos. Pero sin dudas es un tema que aquí no correspondería considerar más allá de su mera mención.
En definitiva este artículo no arriba a una respuesta a los dilemas que emergen del análisis de los datos. Y establece algunos supuestos acerca de los cuales otras personas podrían situarse en frontal desacuerdo. Pero deja colocadas algunas ideas –creo yo, espero yo– que puedan contribuir a despertar la búsqueda de más conocimientos y  discusión.
————–
El autor es Doctor en Sociología por la Universidad Católica Argentina (UCA), Máster en Ciencia Política con mención en Teoría y Método por la Universidad Federal de Minas Gerais (UFMG, Brasil), Licenciado en Sociología por la Universidad de Buenos Aires (UBA). En la Universidad Nacional de San Martín (UNSAM) es Profesor Titular de Metodología y Taller de Tesis de Posgrados en Gestión Ambiental y Economía y Negocios.

Hemos publicado:

Fuente: ALCNOTICIAS

viernes, 25 de noviembre de 2016

Condena ética anglicana a la práctica homosexual.



Doce primados y 90 delegados de 20 provincias anglicanas vinculadas a la Anglican Global South han hecho público un documento oficial de 11 puntos sobre las uniones homosexuales firmado y publicado tras celebrarse la sexta "Global South Conference" en el Cairo, el pasado mes de octubre.
Durante su convención fueron recibidos por el presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, que exaltó el papel de los líderes religiosos en la construcción de la paz.
Las Iglesias del llamado Global South aglutina a una inmensa mayoría de las Iglesias anglicanas del hemisferio sur, donde se concentra en la actualidad la mayor parte de los 85 millones de fieles que conforman la Comunidad anglicana.
Desde 2008, estas Iglesias de Asia, África y Latinoamértica se organizaron alrededor de un organismo propio, la Gafcon (Global Anglican Future Conference), a la que se sumaron los primados de la Anglican Church of North America, en la que confluyen muchas de las comunidades anglicanas de los Estados Unidos y de Canadá que ya no se identifican con las dos denominaciones regionales oficiales por sus posturas liberales en relación a las relaciones homosexuales como aceptables en el seno de la Iglesia.
El arzobispo Mouneer Hanna Anis, Obispo anglicano de Egipto y del norte de África, y primado de la Iglesia anglicana en Jerusalén y Oriente Medio, en su discurso de apertura puso de manifiesto la polémica con las "Iglesias del Norte" que quieren imponer a las Iglesias anglicanas del Sur una "nueva forma de servidumbre ideológica y financiera".
EL DOCUMENTO
La relación sexual entre dos personas del mismo sexo "es algo contrario al plan de Dios, es ofensivo para Él y refleja alterar las intenciones de Dios en lo que se refiere a la complementariedad en las relaciones sexuales".
Por esto la Iglesia "no puede tolerar uniones del mismo sexo como una forma de comportamiento aceptable a Dios".
Por ello entienden que "cualquier medida pastoral” tomada por una iglesia en lo que se refiere a una liturgia o servicio religioso que bendiga su relación sexual no es correcta, y enfatizan la “necesidad de arrepentimiento y un compromiso de buscar un cambio de comportamiento, hecho posible por la fuerza del Espíritu”.
En su opinión una postura diferente “sería contraria a la tradicional doctrina ortodoxa de la Comunión Anglicana en lo que se refiere a matrimonio y sexualidad. Disposiciones pastorales de este género, si bien pueden dar la impresión superficial de dar una imagen de la Iglesia más humana y socialmente aceptable, en realidad ocultan la violación de la doctrina de referencia".
Los representantes de las iglesias anglicanas del "Global South" reafirman sin embargo en el mismo documento su pleno apoyo a una pastoral que sepa acoger y acompañar a las personas homosexuales aceptándolas "por lo que son, como Dios nos ha aceptado, así como éramos. Nos oponemos", se lee en el documento "a la denigración o la humillación de los que no siguen los caminos de Dios. Afirmamos que cada persona es amada por Dios, así como nosotros tenemos que amar como Dios ama. Nuestro trabajo es ayudar a volver a los caminos de Dios, invitándoles a recibir el amor transformador de Cristo que les da el poder de arrepentirse y caminar en una novedad de vida".
El documento también dice que en la decisión de tratar el tema de las uniones homosexuales no hay intención de minimizar el pecado de otros comportamientos "contrarios al camino deseado por Dios para la humanidad", como el egoísmo, la malicia, los celos, el odio, la avaricia o el homicidio.

Fuente: Agencia Fides/Protestantedigital, 2016.