El tema para hoy es importante, porque nos da una orientación bíblica para cuidarnos de los falsos profetas, maestros, pastores y ahora apóstoles. Les Thompson, es un escritor prolijo, de teología bíblica sana. Nos comparte un estudio biblico del profeta Jeremías. Este libro bíblico "que más comentarios hace acerca de los falsos guías religiosos y sus palabras siguen siendo pertinentes el día de hoy". Dice Jeremías 23: No escuchéis las palabras de los profetas que os profetizan; os alimentan con vanas esperanzas.
Espero que este artículo como nuestros muchos otros, incluyendo las metodologias para el quehacerteológico le sean de gran ayuda. En Cristo y América latina,
Ministerio TRANSFORMANDO VIDA
Desde las más tempranas edades los seguidores del Dios verdadero han tenido problemas con falsos profetas, maestros y pastores. La seria instrucción negativa y la severidad espiritual causadas por estos “ciegos guías de ciegos” (como los llamó Jesús), es que todos terminan
cayéndose “en el hoyo” (la destrucción eterna).
El escritor bíblico que más comentarios hace acerca de los falsos guías religiosos es Jeremías. Haremos, pues, un estudio de sus comentarios para familiarizarnos con lo que los falsos religiosos dicen, hacen y destruyen. Así podremos ver las similitudes con los modernos profetas, maestros y pastores falsos que hoy día igualmente trastornan las verdades de Dios y llevan al
pueblo al error.
Veremos que a través de su escrito, Jeremías dedica unos ochenta versículos para condenarlos. Para nuestro estudio tomaremos las citas principales y las analizaremos para conocer mucho mejor a estos perniciosos y falsos guías. Conociendo sus tácticas podremos con más facilidad identificar a los falsos profetas, maestros y pastores que hoy confunden, ciegan y destruyen espiritualmente al pueblo.
I. Jeremías 2:8 Los sacerdotes no dijeron: ¿Dónde está Jehová? y los que tenían la ley no me conocieron; y los pastores se rebelaron contra mí, y los profetas profetizaron en nombre de Baal, y anduvieron tras lo que no aprovecha. Jeremías identifica a sacerdotes, pastores y profetas que habían traicionado su llamado. Dios había asignado a estos tres grupos la tarea de revelar sus divinas verdades (Dt 33:10; Mal 2:7). Sin embargo, entre los fieles, se levantaron falsos imitadores que pretendían ser los mensajeros de Dios. A. En los días de Jeremías los “maestros”, es decir los levitas (los que habían sido llamados por Dios específicamente para enseñar su ley), ahora actuaban como si esa ley no existiera, e ignorándola, enseñaban lo que más les hacía aceptados y populares.
B. Los “pastores” (estos no solo representaban los líderes del templo sino también los dirigentes políticos) se rebelaron contra mí, dice el Señor. Esos falsos líderes no querían relacionarse con el verdadero Dios ni con sus verdades. Solo buscaban los beneficios que acompañan a aquellos que en verdad sirven a Dios. Pretendían ser de Dios, pero realmente eran unos mentirosos, lobos vestidos de ovejas. Se parecían a los liberales religiosos de nuestros días que piadosamente se declaran mensajeros de Dios, aunque niegan la veracidad de la Biblia, la eficacia de Jesucristo, y abiertamente apoyan los pecados que la Biblia condena.
C. Por su parte los “profetas” en los días de Jeremías (esta representa la tercera agrupación llamada por Dios para proclamar su mensaje) actuaban como aquellos que no conocen a Dios. Jeremías los acusa de profetizar “en nombre de Baal”... Clic aquí
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