La siguiente encuesta es un reflejo de lo que separa del verdadero sentido por el cual se creó la iglesia, la misión y visión del Reino, hoy con la nueva ola renovada, nos esta llevando a desconocer los fundamentos del Evangelio. Hoy es raro escuchar mensaje exégitico, de crecimiento biblico. El predicador de hoy es un recetario, mensaje de autoayuda, que solo le interesa entretener y jugar al vale todo, vale bailar, vale saltar, vale gritar, vale llorar, aplausos al Señor, etc., para demostrar que estan bajo la unción del Espiritu Santo, entonces comienza a decir, el Espiritu de Dios me dio la visión para que esta iglesia sea tal... y profetizo... Pero, si usted pone esas visiones y profecias bajo la lupa de las enseñanzas de la Palabra de Dios se dará cuenta que son mentiras, son unos chamulleros, engañadores, etc., ladrones de cuello blanco, que han venido a dejarlo sin un centavo en su bolsillo, etc. Es bueno que los jovenes de hoy y los hermanos oremos y hagamos defensa de la sana doctrina y de los fundamentos por el cual Jesus nos comisionó como sus embajadores, levantemos nuestras voces ante estas falsas doctrinas que engañan a los fieles. Le invito a leer el siguiente comunicado
¿Música para la alabanza y adoración o para el entretenimiento en las iglesias?
La importancia creciente que tomó la alabanza y la adoración en las últimas décadas en las iglesias ¿derivó en el crecimiento y la edificación del pueblo de Dios o en una forma de entretenimiento y evasión? ¿Los estilos musicales y el tipo de letras que hoy prevalecen conducen a una relación profunda con el Señor, a nivel individual y comunitario, o son un remedo de los recitales masivos de géneros como el rock o el pop? Lea las respuestas de los lectores en la última
edición de Pulso Cristiano...
Aquí, las respuestas recibidas en mensajes@pulsocristiano.com.ar
Ante estas dos preguntas en primer lugar quiero decir que la alabanza y adoración en las Iglesias decayó en una forma de entretenimiento, es muy distinto al canto de himnos que en sus letras nos dejan grandes enseñanzas a la vez que cantÁbamos alegremente con música no estridente sino de buen gusto. Por otra parte, con el modo mayoritario de la alabanza de hoy, que parece querer parecerse a un recital de rock, con el volumen que se establece estamos perjudicando al tempo del EspÍritu Santo que es nuestro cuerpo fÍsico, pues daña --aunque no lo notemos-- directamente a nuestros oÍdos; cuando percibamos la disminución auditiva, ya es tarde, por tanto, hay que tener muy en cuenta esto. AdemÁs con los altos volúmenes podremos estar molestando a nuestros vecinos y, recordemos que alguien dijo que los no creyentes no necesariamente rechazan el evangelio, sino cómo se lo presentamos. Reflexionemos y respetemos al prójimo y a nosotros mismos predicando con nuestro ejemplo; hagamos los cambios que sean necesarios, es una alabanza para Dios, no para nosotros; amÉmosnos unos a otros como Él nos amó.
Ángel Leiva
El Palomar, Buenos Aires
Es a modo de enriquecer la consigna que consultamos al acadÉmico y encontramos estas definiciones: Alabanza, reconocer y expresar virtudes de alguien; en otra, señala; una alabanza es el producto de enunciar afirmaciones positivas sobre una persona y añade, hablar bien de alguien de sus cualidades y hechos. Estrictamente, la alabanza se refiere a la santidad de Dios y la conducta virtuosa de personas -consideramos la mas potable para la consideración de la consigna-. Si tantas veces desde la plataforma escuchamos que la alabanza es la "herramienta" idónea para conectarse con la esfera celestial, hay otra necesaria e imprescindible que muchos consideran que va de la mano de la alabanza y es la "adoración". Adorar es una cosa y venerar otra. Adoración es solo a Dios, la veneración a la virgen y a los santos es respeto. Entretanto, otra mirada sostiene que es la actitud o la intención interna del corazón del hombre, entendiÉndose en muchas religiones como obediencia a los dioses, o el servir a un Dios, es decir, "hacer la voluntad de la divinidad cumpliendo determinados preceptos". La verdadera adoración es un estilo de vida, no un evento o una actividad. Proviene del latÍn y significa "dar un homenaje". Todo lo previo al culto siempre concentra cierta atención y motivación entre la membresÍa que siempre estÁ dispuesta a alabar a Dios, porque necesariamente música y canciones abren los corazones y despiertan en su interior sensaciones, frescura que progresivamente encienden la alabanza y en muchas ocasiones comienzan a transformarse en desplazamientos, marchas y rondas que alimentan un tiempo especial, contagioso, con aristas de emociones y lÁgrimas en la mayorÍa de los casos; ese tiempo que alcanza determinados niveles comienza a marcar un cierre, que aún en su silencio, permite el ministrar de lo alto en adoración.. Esta "herramienta" en el continente americano estÁ mÁs que bien representada por adoradores de raza, salmistas; entre otros; Marcos Witt, Jesús AdriÁn Romero, Danilo Montero y la argentina Andrea Francisco. La gran mayorÍa de las canciones, estilos musicales y letras estÁn orientados a la alabanza y a la adoración en el mejor sentido de la palabra al mejor nivel espiritual y con la sana y saludable intención de la búsqueda del aposento alto y el entrañable vÍnculo entre las esferas terrenal y celestial que se interconectan cuando las manifestaciones masivas que coronan todo lo previo al culto desnudan corazones encendidos, mentes abiertas y concentradas y naturalmente vidas consagradas son precisamente bastiones que cristalizan la profunda relación con el Señor y no otra cuestión vinculada al entretenimiento. De este modo, el miembro de cada iglesia estÁ preparado para recibir mejor la palabra, habitualmente tras las ofrendas y diezmos, y capitalizarla en edificación.
Luis Marcos
Reporte Rhema
La importancia creciente que tomó la alabanza y la adoración en las últimas décadas en las iglesias ¿derivó en el crecimiento y la edificación del pueblo de Dios o en una forma de entretenimiento y evasión? ¿Los estilos musicales y el tipo de letras que hoy prevalecen conducen a una relación profunda con el Señor, a nivel individual y comunitario, o son un remedo de los recitales masivos de géneros como el rock o el pop? Lea las respuestas de los lectores en la última
edición de Pulso Cristiano...
Aquí, las respuestas recibidas en mensajes@pulsocristiano.com.ar
Ante estas dos preguntas en primer lugar quiero decir que la alabanza y adoración en las Iglesias decayó en una forma de entretenimiento, es muy distinto al canto de himnos que en sus letras nos dejan grandes enseñanzas a la vez que cantÁbamos alegremente con música no estridente sino de buen gusto. Por otra parte, con el modo mayoritario de la alabanza de hoy, que parece querer parecerse a un recital de rock, con el volumen que se establece estamos perjudicando al tempo del EspÍritu Santo que es nuestro cuerpo fÍsico, pues daña --aunque no lo notemos-- directamente a nuestros oÍdos; cuando percibamos la disminución auditiva, ya es tarde, por tanto, hay que tener muy en cuenta esto. AdemÁs con los altos volúmenes podremos estar molestando a nuestros vecinos y, recordemos que alguien dijo que los no creyentes no necesariamente rechazan el evangelio, sino cómo se lo presentamos. Reflexionemos y respetemos al prójimo y a nosotros mismos predicando con nuestro ejemplo; hagamos los cambios que sean necesarios, es una alabanza para Dios, no para nosotros; amÉmosnos unos a otros como Él nos amó.
Ángel Leiva
El Palomar, Buenos Aires
Es a modo de enriquecer la consigna que consultamos al acadÉmico y encontramos estas definiciones: Alabanza, reconocer y expresar virtudes de alguien; en otra, señala; una alabanza es el producto de enunciar afirmaciones positivas sobre una persona y añade, hablar bien de alguien de sus cualidades y hechos. Estrictamente, la alabanza se refiere a la santidad de Dios y la conducta virtuosa de personas -consideramos la mas potable para la consideración de la consigna-. Si tantas veces desde la plataforma escuchamos que la alabanza es la "herramienta" idónea para conectarse con la esfera celestial, hay otra necesaria e imprescindible que muchos consideran que va de la mano de la alabanza y es la "adoración". Adorar es una cosa y venerar otra. Adoración es solo a Dios, la veneración a la virgen y a los santos es respeto. Entretanto, otra mirada sostiene que es la actitud o la intención interna del corazón del hombre, entendiÉndose en muchas religiones como obediencia a los dioses, o el servir a un Dios, es decir, "hacer la voluntad de la divinidad cumpliendo determinados preceptos". La verdadera adoración es un estilo de vida, no un evento o una actividad. Proviene del latÍn y significa "dar un homenaje". Todo lo previo al culto siempre concentra cierta atención y motivación entre la membresÍa que siempre estÁ dispuesta a alabar a Dios, porque necesariamente música y canciones abren los corazones y despiertan en su interior sensaciones, frescura que progresivamente encienden la alabanza y en muchas ocasiones comienzan a transformarse en desplazamientos, marchas y rondas que alimentan un tiempo especial, contagioso, con aristas de emociones y lÁgrimas en la mayorÍa de los casos; ese tiempo que alcanza determinados niveles comienza a marcar un cierre, que aún en su silencio, permite el ministrar de lo alto en adoración.. Esta "herramienta" en el continente americano estÁ mÁs que bien representada por adoradores de raza, salmistas; entre otros; Marcos Witt, Jesús AdriÁn Romero, Danilo Montero y la argentina Andrea Francisco. La gran mayorÍa de las canciones, estilos musicales y letras estÁn orientados a la alabanza y a la adoración en el mejor sentido de la palabra al mejor nivel espiritual y con la sana y saludable intención de la búsqueda del aposento alto y el entrañable vÍnculo entre las esferas terrenal y celestial que se interconectan cuando las manifestaciones masivas que coronan todo lo previo al culto desnudan corazones encendidos, mentes abiertas y concentradas y naturalmente vidas consagradas son precisamente bastiones que cristalizan la profunda relación con el Señor y no otra cuestión vinculada al entretenimiento. De este modo, el miembro de cada iglesia estÁ preparado para recibir mejor la palabra, habitualmente tras las ofrendas y diezmos, y capitalizarla en edificación.
Luis Marcos
Reporte Rhema
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Observe una posible respuesta de este fenómeno religioso de New Age, que esta azotando a las iglesias clasicas, de seriedad y honestidad. Como ha sido la iglesia bautista en America latina, pero que ahora los nuevos brotes de locuras de los que juegan con el discurso: apostalado, de visionarios, etc. Son en el fondo personas con un altisimo problema de fracasos, que quieren hacer del discurso un medio para sus propios fines, de robarle a la gente, adormecerlos y subyugarlos. Juegan con estupideces y terminan saqueandoles los bolsillos y demas a los fieles. Es por ello, que lo invito a leer este segundo informe que hace el portal pulso cristiano:
¡Vamos a la casa del Señor!
Casi el 24 por ciento de la población de la Argentina dice que "es muy frecuente" su asistencia a las ceremonias religiosas de su culto, pero mÁs del 26 por ciento asegura que "nunca" lo hace. Significa que menos de la cuarta parte de la población concurre en forma regular a su lugar de culto y mÁs de un cuarto no pisa jamÁs el templo de su comunidad. La "primera encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina" del Conicet (un gabinete estatal de investigaciones cientÍficas), surge que de los que van con frecuencia a su lugar de reunión, el 60 por ciento son evangÉlicos. Somos los que mÁs vamos a la iglesia, pero la tendencia viene en declive. Aldo Fontao -pastor durante diez años en la Iglesia Presbiteriana San AndrÉs de la ciudad de Olivos, en el norte del Gran Buenos Aires, consultor eclesiÁstico y mÉdico cardiólogo clÍnico- advirtió en declaraciones al desaparecido periódico El Remanente lo que muchos pastores conocen en carne propia: "Muchos evangÉlicos no van a ninguna iglesia y la masa de cristianos que alguna vez han hecho una decisión por el Señor y no concurren a ningún lado es enorme, yo no sÉ sino llega al 7 u 8 por ciento de la población". Viajero por varios años por paÍses como Indonesia, Sri Lanka y Vietnam y SudÁfrica, donde ejerció su consultorÍa eclesiÁstica, Fontao observó el fenómeno en aquellos paÍses donde "los pastores no predican respuestas de la vida, sino que se cuentan cuentitos de pastores para mantener la grey calma, tranquila y hay una importancia de todo lo que es autoayuda, en lugar de predicar a Dios. Predicamos al hombre y este antropocentrismo mata a la iglesia". Desde esta columna compartÍ en la edición 183 sobre los riesgos de encerrarnos en los templos y aislarnos del mundo, lo que no se soluciona desapareciendo de los cultos. Gozar de la amistad, estrechar lazos, compartir la adoración a nuestro Dios con los hermanos de mi iglesia es una parte vital de la vida renovada en Cristo. Observo que quienes asisten a los cultos con alegrÍa y entusiasmo suelen ser tambiÉn teas encendidas en el resto de los ambientes donde actúan. La solución al encierro eclesiÁstico no pasa por restar comunión. Por eso la carta a los Hebreos advierte: "No dejen de reunirse" y el salmista comparte su felicidad al peregrinar: "Yo me alegrÉ con los que me dijeron: Vamos a la casa del Señor".
David Kohler
Fuente: Pulsocristiano, 2011.
Casi el 24 por ciento de la población de la Argentina dice que "es muy frecuente" su asistencia a las ceremonias religiosas de su culto, pero mÁs del 26 por ciento asegura que "nunca" lo hace. Significa que menos de la cuarta parte de la población concurre en forma regular a su lugar de culto y mÁs de un cuarto no pisa jamÁs el templo de su comunidad. La "primera encuesta sobre creencias y actitudes religiosas en Argentina" del Conicet (un gabinete estatal de investigaciones cientÍficas), surge que de los que van con frecuencia a su lugar de reunión, el 60 por ciento son evangÉlicos. Somos los que mÁs vamos a la iglesia, pero la tendencia viene en declive. Aldo Fontao -pastor durante diez años en la Iglesia Presbiteriana San AndrÉs de la ciudad de Olivos, en el norte del Gran Buenos Aires, consultor eclesiÁstico y mÉdico cardiólogo clÍnico- advirtió en declaraciones al desaparecido periódico El Remanente lo que muchos pastores conocen en carne propia: "Muchos evangÉlicos no van a ninguna iglesia y la masa de cristianos que alguna vez han hecho una decisión por el Señor y no concurren a ningún lado es enorme, yo no sÉ sino llega al 7 u 8 por ciento de la población". Viajero por varios años por paÍses como Indonesia, Sri Lanka y Vietnam y SudÁfrica, donde ejerció su consultorÍa eclesiÁstica, Fontao observó el fenómeno en aquellos paÍses donde "los pastores no predican respuestas de la vida, sino que se cuentan cuentitos de pastores para mantener la grey calma, tranquila y hay una importancia de todo lo que es autoayuda, en lugar de predicar a Dios. Predicamos al hombre y este antropocentrismo mata a la iglesia". Desde esta columna compartÍ en la edición 183 sobre los riesgos de encerrarnos en los templos y aislarnos del mundo, lo que no se soluciona desapareciendo de los cultos. Gozar de la amistad, estrechar lazos, compartir la adoración a nuestro Dios con los hermanos de mi iglesia es una parte vital de la vida renovada en Cristo. Observo que quienes asisten a los cultos con alegrÍa y entusiasmo suelen ser tambiÉn teas encendidas en el resto de los ambientes donde actúan. La solución al encierro eclesiÁstico no pasa por restar comunión. Por eso la carta a los Hebreos advierte: "No dejen de reunirse" y el salmista comparte su felicidad al peregrinar: "Yo me alegrÉ con los que me dijeron: Vamos a la casa del Señor".
David Kohler
Fuente: Pulsocristiano, 2011.
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