EL TAROT
Entre 1970 y 1980 surgió entre los devotos de la cartomancia un nuevo juego, adoptado con extraordinario frenesí. El Tarot o los Tarots. Cartas adornadas de imágenes más o menos coloreadas. El juego consta de veintidós láminas mayores y cincuenta y seis menores. El soterista judío Elifas Levi asocia el Tarot con los personajes del libro apócrifo de Enoch, considerado como el séptimo maestro del mundo después de Abraham. Para Laura Tuan, el Tarot, “gracias a asociaciones simbólicas, consigue revelar y definir el presente, el pasado y el futuro del consultante”.
El Tarot ha venido siendo utilizado por sus manipuladores para que el cliente ingenuo pueda acceder a un importante puesto de trabajo, a paliar la falta de memoria, a salir airoso de un examen o a afianzar una relación sentimental.
Últimamente se le ha atribuido un nuevo poder al Tarot, el de la sanación. La echadora de cartas Ahimsa Lara Rivera dice que el Tarot puede curar enfermedades tales como situaciones dolorosas, neurálgicas, lumbálgicas, sinusitis, dolores de cabeza, hipertensión, depresiones, artrosis, artritis, etc. Todo ello, “insistiendo hasta la solución definitiva”.
CRISTALOMANCIA
Es el nombre técnico que se da a la adivinación por medio de la bola de cristal . Dicen que Napoleón utilizaba los servicios de una adivina conocida como Mademoiselle Lenormand, quien solía predecir el futuro del emperador mediante los movimientos de la bola. Quienes defienden el uso de la bola de cristal como medio para adivinar el porvenir aseguran que es un instrumento perfecto. Entienden la esfera como imagen del mundo, la convergencia del espacio y el tiempo. El manipulador de la bola no debe mirar la superficie del cristal, sino hundir la mirada en su interior.
Los colores juegan un factor importante en este entretenimiento. Si las espirales de humo en el interior de la bola son negras, el presagio es nefasto. El blanco significa buenas noticias, el verde y el azul auguran buena marcha en los negocios.
La figura de la mujer gitana con pañuelo de colores en la cabeza, largos vestidos igualmente multicolores, escudriñando con ojos desorbitados y con la mirada fija en la bola de cristal, se ha convertido en una estampa clásica de la adivinación.
NUMEROLOGÍA
Es el método de adivinación a través de los números. Unos ocultistas lo llaman Numerología, otros Aritmonancia. Sus partidarios remontan la antigüedad de este sistema nada menos que a Pitágoras , el célebre filósofo y matemático que anduvo por la tierra seis siglos antes de Cristo. Suponen que Pitágoras, cuya existencia es muy problemática, hacía coincidir especulaciones de la Cábala hebrea con la adivinación a través de los números. Le Scouezec dice que “la adivinación por los números y cálculos era practicada por judíos, griegos y árabes “y ha llegado a ocupar un lugar nada despreciable entre los libros proféticos del Antiguo y Nuevo Testamento”.
Contando del 1 al 15, el número preferido por los adivinos es el 7. Un autor que no firma dice que, “por lo general, el siete, es el número sagrado por excelencia. Ya desde muy antiguo se le asociaba con las diferentes fases por las que atraviesa la Luna y que tiene siete días de duración. Por todo lo antedicho, al siete se le asocia a determinados aspectos relativos a la perfección, al acabamiento y a la plenitud; siete días de la semana, siete grados en la perfección, siete pétalos de la rosa sagrada, siete esferas en el cielo, siete troncos del árbol de la vida, siete jerarquías de los espíritus”. Para los egipcios, el siete simbolizaba la vida eterna y, por lo mismo lo asociaban al “Ka” o doble vida.
Entre 1970 y 1980 surgió entre los devotos de la cartomancia un nuevo juego, adoptado con extraordinario frenesí. El Tarot o los Tarots. Cartas adornadas de imágenes más o menos coloreadas. El juego consta de veintidós láminas mayores y cincuenta y seis menores. El soterista judío Elifas Levi asocia el Tarot con los personajes del libro apócrifo de Enoch, considerado como el séptimo maestro del mundo después de Abraham. Para Laura Tuan, el Tarot, “gracias a asociaciones simbólicas, consigue revelar y definir el presente, el pasado y el futuro del consultante”.
El Tarot ha venido siendo utilizado por sus manipuladores para que el cliente ingenuo pueda acceder a un importante puesto de trabajo, a paliar la falta de memoria, a salir airoso de un examen o a afianzar una relación sentimental.
Últimamente se le ha atribuido un nuevo poder al Tarot, el de la sanación. La echadora de cartas Ahimsa Lara Rivera dice que el Tarot puede curar enfermedades tales como situaciones dolorosas, neurálgicas, lumbálgicas, sinusitis, dolores de cabeza, hipertensión, depresiones, artrosis, artritis, etc. Todo ello, “insistiendo hasta la solución definitiva”.
CRISTALOMANCIA
Es el nombre técnico que se da a la adivinación por medio de la bola de cristal . Dicen que Napoleón utilizaba los servicios de una adivina conocida como Mademoiselle Lenormand, quien solía predecir el futuro del emperador mediante los movimientos de la bola. Quienes defienden el uso de la bola de cristal como medio para adivinar el porvenir aseguran que es un instrumento perfecto. Entienden la esfera como imagen del mundo, la convergencia del espacio y el tiempo. El manipulador de la bola no debe mirar la superficie del cristal, sino hundir la mirada en su interior.
Los colores juegan un factor importante en este entretenimiento. Si las espirales de humo en el interior de la bola son negras, el presagio es nefasto. El blanco significa buenas noticias, el verde y el azul auguran buena marcha en los negocios.
La figura de la mujer gitana con pañuelo de colores en la cabeza, largos vestidos igualmente multicolores, escudriñando con ojos desorbitados y con la mirada fija en la bola de cristal, se ha convertido en una estampa clásica de la adivinación.
NUMEROLOGÍA
Es el método de adivinación a través de los números. Unos ocultistas lo llaman Numerología, otros Aritmonancia. Sus partidarios remontan la antigüedad de este sistema nada menos que a Pitágoras , el célebre filósofo y matemático que anduvo por la tierra seis siglos antes de Cristo. Suponen que Pitágoras, cuya existencia es muy problemática, hacía coincidir especulaciones de la Cábala hebrea con la adivinación a través de los números. Le Scouezec dice que “la adivinación por los números y cálculos era practicada por judíos, griegos y árabes “y ha llegado a ocupar un lugar nada despreciable entre los libros proféticos del Antiguo y Nuevo Testamento”.
Contando del 1 al 15, el número preferido por los adivinos es el 7. Un autor que no firma dice que, “por lo general, el siete, es el número sagrado por excelencia. Ya desde muy antiguo se le asociaba con las diferentes fases por las que atraviesa la Luna y que tiene siete días de duración. Por todo lo antedicho, al siete se le asocia a determinados aspectos relativos a la perfección, al acabamiento y a la plenitud; siete días de la semana, siete grados en la perfección, siete pétalos de la rosa sagrada, siete esferas en el cielo, siete troncos del árbol de la vida, siete jerarquías de los espíritus”. Para los egipcios, el siete simbolizaba la vida eterna y, por lo mismo lo asociaban al “Ka” o doble vida.
Autores: Juan Antonio Monroy
© Protestante Digital 2011
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