Por Hilario Wynarczyk, Argentina
El sello editorial de la Fundación Kairos publicó, recientemente en 2° edición: “Misión sin conquista, acompañamiento de comunidades indígenas autóctonas con práctica misionera alternativa”.
El libro de 336 páginas es una colección de artículos organizada por misioneros menonitas. Willis Horst es estadounidense mientras que Ute Mueller-Eckhardt y su marido Frank Paul son alemanes. Todos ellos con sus familias se retiraron ya de la misión entre los años 2008 y 2009. Este libro coronan una extensa experiencia en las provincias del Chaco y Formosa acompañando pastoralmente a las comunidades de indígenas tobas (así conocidos históricamente por el público argentino) y en la actualidad comúnmente denominados “Pueblo Qom”.
La palabras “acompañar” en calidad de “obreros fraternales” adquieren un significado muy particular en el contexto de esta comunidad misionera cuyos fundadores en el norte argentino, ya en la década del 50 (como lo testimonian los artículos de Alberto Buckwalter y su esposa Loida incluidos en esta colección) aprendieron que no tenía ningún sentido querer establecer “iglesias menonitas” entre los toba-Qom. Y sí en cambio, expandir su concepto cristiano a través del apoyo a esta nación originaria en el manejo de sus propias comunidades religiosas evangélicas, que habían adquirido tempranamente rasgos pentecostales, y en la adquisición de herramientas, principalmente el manejo de la palabra escrita en su propia lengua.
La Fundación Kairós, que tomó a su cargo la edición, es una institución estrechamente ligada con la historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y la militancia intelectual de varios pastores y teólogos, entre los cuales es preciso destacar a René Padilla, histórico dirigente de la FTL en la Argentina. René Padilla tuvo a su cargo el prólogo de este valioso aporte bibliográfico.
La experiencia de 70 años de presencia de los menonitas entre los nativos Qom en la región chaqueña fue marcada por una paradoja que, sorprendidos, luego alcanzaron a interpretar gracias al aporte de un notable lingüista y antropólogo, William Reyburn, también misionero, hasta convertir el fruto de este curso de su historia en la piedra angular de un concepto diferente de trabajo a partir de 1954.
Lo que los pastores presenciaron, es que los Qom habían evolucionado merced a un proceso colectivo propio, golpeados por una situación desesperada a mediados del siglo XX, hacia las formas pentecostales de la religión evangélica, obviamente diferentes de la herencia y los hábitos religiosos de los menonitas.
En este encuentro de culturas los misioneros reinterpretaron sus propias experiencias de aproximación y convivencia con esta rama de la familia lingüística de guaycurúes (así llamados para las ciencias sociales), un conjunto del que también formaban parte otros pueblos originarios, los pilagás y los movocovíes, de escasa o nula presencia demográfica en la actualidad.
A partir de entonces los menonitas hicieron importantes aportes a la constitución de la identidad de los Qom, con la formación de su propia Iglesia Evangélica Unida, que en 1958 tuvo su primera convención, en 1961 obtuvo su propia inscripción en el Registro Nacional de Cultos No Católicos, y en 1974 se afilió a la FAIE, Federación Argentina de Iglesias Evangélicas.
Además fue muy valioso su aporte en el terreno de la lingüística, al contribuir a la formulación escrita del idioma de los toba-Qom y la traducción de la Biblia. Hoy esta herramienta, la palabra escrita en la propia lengua, es muy importante en el desenvolvimiento del colectivo Qom, la formación de sus propios maestros, comunicadores sociales y recuperadores de sus tradiciones orales, entre los cuales hay que destacar a Orlando Sánchez, pastor evangélico y maestro de escuela, adscripto al sistema educativo de la Provincia del Chaco.
En efecto, la palabra escrita en el propio idioma jugó un papel en la particular forma de inserción en la sociedad de la Argentina. Alrededor de este mismo tema, un análisis extendido (que se sitúa afuera del libro que estamos comentando) necesitaría incluir las vinculaciones de los tobas-Qom con los programas sociales de la iglesias protestantes asociadas en la FAIE, básicamente la Junta Unida de Misiones, el Estado de la Provincia del Chaco con su propia agencia especializada en temas de los indígenas, el IDACH, y la política de la provincia marcada en los sectores populares y entre los tobas asimismo, por la influencia del movimiento justicialismo peronista.
Por otra parte, de las filas misioneras surgió asimismo la contribución al logro de algunos estudios etnográficos y sociológicos acerca de los Qom. De estos estudios el más significativo, en mi particular perspectiva, fue sin dudas el de Elmer Miller acerca de la acción colectiva de 1924. Entonces los tobas se sublevaron en el centro del la provincia del Chaco, movilizados por sus sistema de creencias propias de tipo animista. Miller aplicó la teoría sociológica de las movilizaciones colectivas que para la década del 60 había logrado su casi pleno desarrollo. La secuencia dramática terminó en una matanza de indígenas que trabajaban en los algodonales y querían contar con la libertad de poder migrar temporariamente a trabajar en los ingenios de las provincias del NOA como cosecheros de caña de azúcar. La tesis doctoral de Miller aprobada en 1967 con el título “El pentecostalismo entre los tobas argentinos”, fue publicada en Buenos Aires en 1979 por Siglo XXI Editora.
“Misión sin conquista” es un aporte de lectura importantísima para poner al día la cuestión del funcionamiento de la religiosidad evangélica entre los Qom, la evolución de los misioneros de extracción menonita, y diversos procesos actuales en las comunidades Qom.
El libro no agota estas cuestiones, así como no enfoca otras dimensiones que antes hicimos notar en este mismo artículo, pero constituye un aporte de lectura imprescindible. La colección de artículos permite para otras aproximaciones de investigación, tanto sociológicas como de teoría de las misiones, contar con una vía de llegada hacia el pensamiento de estos pastores y su propio modo de insertarse en la experiencia, leerla y re-interpretarla.
Un aspecto muy importante de este libro es que incluye tramos de testimonios orales y escritos de los propios menonitas y de personas del pueblo Qom, anexos cronológicos y un apéndice fotográfico de 16 páginas, donde el lector puede conocer a los Qom y varias parejas de misioneros con sus familias.
No obstante, todas esas dimensiones del encuentro de la nación de los toba-Qom con otros sistemas de la sociedad, están atravesadas por la construcción de una identidad del colectivo, en la cual el aglutinamiento religioso y el herramental idiomático apoyados por los menonitas, jugaron un rol fundamental.
Por otra parte, de las filas misioneras surgió asimismo la contribución al logro de algunos estudios etnográficos y sociológicos acerca de los Qom. De estos estudios el más significativo, en mi particular perspectiva, fue sin dudas el de Elmer Miller acerca de la acción colectiva de 1924. Entonces los tobas se sublevaron en el centro del la provincia del Chaco, movilizados por sus sistema de creencias propias de tipo animista. Miller aplicó la teoría sociológica de las movilizaciones colectivas que para la década del 60 había logrado su casi pleno desarrollo. La secuencia dramática terminó en una matanza de indígenas que trabajaban en los algodonales y querían contar con la libertad de poder migrar temporariamente a trabajar en los ingenios de las provincias del NOA como cosecheros de caña de azúcar. La tesis doctoral de Miller aprobada en 1967 con el título “El pentecostalismo entre los tobas argentinos”, fue publicada en Buenos Aires en 1979 por Siglo XXI Editora.
“Misión sin conquista” es un aporte de lectura importantísima para poner al día la cuestión del funcionamiento de la religiosidad evangélica entre los Qom, la evolución de los misioneros de extracción menonita, y diversos procesos actuales en las comunidades Qom.
El libro no agota estas cuestiones, así como no enfoca otras dimensiones que antes hicimos notar en este mismo artículo, pero constituye un aporte de lectura imprescindible. La colección de artículos permite para otras aproximaciones de investigación, tanto sociológicas como de teoría de las misiones, contar con una vía de llegada hacia el pensamiento de estos pastores y su propio modo de insertarse en la experiencia, leerla y re-interpretarla.
Un aspecto muy importante de este libro es que incluye tramos de testimonios orales y escritos de los propios menonitas y de personas del pueblo Qom, anexos cronológicos y un apéndice fotográfico de 16 páginas, donde el lector puede conocer a los Qom y varias parejas de misioneros con sus familias.
Los interesados en adquirir ejemplares deben tomar contacto con los responsables de la oficina distribuidora de Ediciones Kairós, Conrado Scheider y Abel Riera, conrado@kairos.org.ar, abel@kairos.org.ar + (PE)
Nota de PE/Ecupres.
Hilario Wynarczyk es doctor en sociología. Trabajó para el Programa Toba de la Junta Unida de Misiones entre 1986 y 1993. En ese lapso editó las dos primeras versiones de los “Antiguos relatos tobas” compilados y traducidos por Orlando Sánchez en formato bilingüe (Junta Unida de Misiones, 1987) y escribió “Los tobas. Un estudio de tres comunidades”, publicado en dos partes por la Universidad Católica de Asunción del Paraguay en “Suplemento Antropológico” (volúmenes 31 y 32, 1996 y 1997).
El sello editorial de la Fundación Kairos publicó, recientemente en 2° edición: “Misión sin conquista, acompañamiento de comunidades indígenas autóctonas con práctica misionera alternativa”.
El libro de 336 páginas es una colección de artículos organizada por misioneros menonitas. Willis Horst es estadounidense mientras que Ute Mueller-Eckhardt y su marido Frank Paul son alemanes. Todos ellos con sus familias se retiraron ya de la misión entre los años 2008 y 2009. Este libro coronan una extensa experiencia en las provincias del Chaco y Formosa acompañando pastoralmente a las comunidades de indígenas tobas (así conocidos históricamente por el público argentino) y en la actualidad comúnmente denominados “Pueblo Qom”.
La palabras “acompañar” en calidad de “obreros fraternales” adquieren un significado muy particular en el contexto de esta comunidad misionera cuyos fundadores en el norte argentino, ya en la década del 50 (como lo testimonian los artículos de Alberto Buckwalter y su esposa Loida incluidos en esta colección) aprendieron que no tenía ningún sentido querer establecer “iglesias menonitas” entre los toba-Qom. Y sí en cambio, expandir su concepto cristiano a través del apoyo a esta nación originaria en el manejo de sus propias comunidades religiosas evangélicas, que habían adquirido tempranamente rasgos pentecostales, y en la adquisición de herramientas, principalmente el manejo de la palabra escrita en su propia lengua.
La Fundación Kairós, que tomó a su cargo la edición, es una institución estrechamente ligada con la historia de la Fraternidad Teológica Latinoamericana y la militancia intelectual de varios pastores y teólogos, entre los cuales es preciso destacar a René Padilla, histórico dirigente de la FTL en la Argentina. René Padilla tuvo a su cargo el prólogo de este valioso aporte bibliográfico.
La experiencia de 70 años de presencia de los menonitas entre los nativos Qom en la región chaqueña fue marcada por una paradoja que, sorprendidos, luego alcanzaron a interpretar gracias al aporte de un notable lingüista y antropólogo, William Reyburn, también misionero, hasta convertir el fruto de este curso de su historia en la piedra angular de un concepto diferente de trabajo a partir de 1954.
Lo que los pastores presenciaron, es que los Qom habían evolucionado merced a un proceso colectivo propio, golpeados por una situación desesperada a mediados del siglo XX, hacia las formas pentecostales de la religión evangélica, obviamente diferentes de la herencia y los hábitos religiosos de los menonitas.
En este encuentro de culturas los misioneros reinterpretaron sus propias experiencias de aproximación y convivencia con esta rama de la familia lingüística de guaycurúes (así llamados para las ciencias sociales), un conjunto del que también formaban parte otros pueblos originarios, los pilagás y los movocovíes, de escasa o nula presencia demográfica en la actualidad.
A partir de entonces los menonitas hicieron importantes aportes a la constitución de la identidad de los Qom, con la formación de su propia Iglesia Evangélica Unida, que en 1958 tuvo su primera convención, en 1961 obtuvo su propia inscripción en el Registro Nacional de Cultos No Católicos, y en 1974 se afilió a la FAIE, Federación Argentina de Iglesias Evangélicas.
Además fue muy valioso su aporte en el terreno de la lingüística, al contribuir a la formulación escrita del idioma de los toba-Qom y la traducción de la Biblia. Hoy esta herramienta, la palabra escrita en la propia lengua, es muy importante en el desenvolvimiento del colectivo Qom, la formación de sus propios maestros, comunicadores sociales y recuperadores de sus tradiciones orales, entre los cuales hay que destacar a Orlando Sánchez, pastor evangélico y maestro de escuela, adscripto al sistema educativo de la Provincia del Chaco.
En efecto, la palabra escrita en el propio idioma jugó un papel en la particular forma de inserción en la sociedad de la Argentina. Alrededor de este mismo tema, un análisis extendido (que se sitúa afuera del libro que estamos comentando) necesitaría incluir las vinculaciones de los tobas-Qom con los programas sociales de la iglesias protestantes asociadas en la FAIE, básicamente la Junta Unida de Misiones, el Estado de la Provincia del Chaco con su propia agencia especializada en temas de los indígenas, el IDACH, y la política de la provincia marcada en los sectores populares y entre los tobas asimismo, por la influencia del movimiento justicialismo peronista.
Por otra parte, de las filas misioneras surgió asimismo la contribución al logro de algunos estudios etnográficos y sociológicos acerca de los Qom. De estos estudios el más significativo, en mi particular perspectiva, fue sin dudas el de Elmer Miller acerca de la acción colectiva de 1924. Entonces los tobas se sublevaron en el centro del la provincia del Chaco, movilizados por sus sistema de creencias propias de tipo animista. Miller aplicó la teoría sociológica de las movilizaciones colectivas que para la década del 60 había logrado su casi pleno desarrollo. La secuencia dramática terminó en una matanza de indígenas que trabajaban en los algodonales y querían contar con la libertad de poder migrar temporariamente a trabajar en los ingenios de las provincias del NOA como cosecheros de caña de azúcar. La tesis doctoral de Miller aprobada en 1967 con el título “El pentecostalismo entre los tobas argentinos”, fue publicada en Buenos Aires en 1979 por Siglo XXI Editora.
“Misión sin conquista” es un aporte de lectura importantísima para poner al día la cuestión del funcionamiento de la religiosidad evangélica entre los Qom, la evolución de los misioneros de extracción menonita, y diversos procesos actuales en las comunidades Qom.
El libro no agota estas cuestiones, así como no enfoca otras dimensiones que antes hicimos notar en este mismo artículo, pero constituye un aporte de lectura imprescindible. La colección de artículos permite para otras aproximaciones de investigación, tanto sociológicas como de teoría de las misiones, contar con una vía de llegada hacia el pensamiento de estos pastores y su propio modo de insertarse en la experiencia, leerla y re-interpretarla.
Un aspecto muy importante de este libro es que incluye tramos de testimonios orales y escritos de los propios menonitas y de personas del pueblo Qom, anexos cronológicos y un apéndice fotográfico de 16 páginas, donde el lector puede conocer a los Qom y varias parejas de misioneros con sus familias.
No obstante, todas esas dimensiones del encuentro de la nación de los toba-Qom con otros sistemas de la sociedad, están atravesadas por la construcción de una identidad del colectivo, en la cual el aglutinamiento religioso y el herramental idiomático apoyados por los menonitas, jugaron un rol fundamental.
Por otra parte, de las filas misioneras surgió asimismo la contribución al logro de algunos estudios etnográficos y sociológicos acerca de los Qom. De estos estudios el más significativo, en mi particular perspectiva, fue sin dudas el de Elmer Miller acerca de la acción colectiva de 1924. Entonces los tobas se sublevaron en el centro del la provincia del Chaco, movilizados por sus sistema de creencias propias de tipo animista. Miller aplicó la teoría sociológica de las movilizaciones colectivas que para la década del 60 había logrado su casi pleno desarrollo. La secuencia dramática terminó en una matanza de indígenas que trabajaban en los algodonales y querían contar con la libertad de poder migrar temporariamente a trabajar en los ingenios de las provincias del NOA como cosecheros de caña de azúcar. La tesis doctoral de Miller aprobada en 1967 con el título “El pentecostalismo entre los tobas argentinos”, fue publicada en Buenos Aires en 1979 por Siglo XXI Editora.
“Misión sin conquista” es un aporte de lectura importantísima para poner al día la cuestión del funcionamiento de la religiosidad evangélica entre los Qom, la evolución de los misioneros de extracción menonita, y diversos procesos actuales en las comunidades Qom.
El libro no agota estas cuestiones, así como no enfoca otras dimensiones que antes hicimos notar en este mismo artículo, pero constituye un aporte de lectura imprescindible. La colección de artículos permite para otras aproximaciones de investigación, tanto sociológicas como de teoría de las misiones, contar con una vía de llegada hacia el pensamiento de estos pastores y su propio modo de insertarse en la experiencia, leerla y re-interpretarla.
Un aspecto muy importante de este libro es que incluye tramos de testimonios orales y escritos de los propios menonitas y de personas del pueblo Qom, anexos cronológicos y un apéndice fotográfico de 16 páginas, donde el lector puede conocer a los Qom y varias parejas de misioneros con sus familias.
Los interesados en adquirir ejemplares deben tomar contacto con los responsables de la oficina distribuidora de Ediciones Kairós, Conrado Scheider y Abel Riera, conrado@kairos.org.ar, abel@kairos.org.ar + (PE)
Nota de PE/Ecupres.
Hilario Wynarczyk es doctor en sociología. Trabajó para el Programa Toba de la Junta Unida de Misiones entre 1986 y 1993. En ese lapso editó las dos primeras versiones de los “Antiguos relatos tobas” compilados y traducidos por Orlando Sánchez en formato bilingüe (Junta Unida de Misiones, 1987) y escribió “Los tobas. Un estudio de tres comunidades”, publicado en dos partes por la Universidad Católica de Asunción del Paraguay en “Suplemento Antropológico” (volúmenes 31 y 32, 1996 y 1997).
También "Religión evangélica, secularización y desarrollo entre los tobas" en “Revista De Todos” (Federación Argentina de Iglesias Evangélicas, FAIE, 1993) y series de artículos sobre los toba-Qom en El Estandarte Evangélico, de la Iglesia Metodista Argentina. Acompañó en la mesa de disertación a Elmer Miller en su presentación acerca de la experiencia de los toba-Qom, en ISEDET, Instituto Superior Evangélico de Educación Teológica, y Casa del Chaco en Buenos Aires, en 1987.
Agencia de Noticias Prensa Ecuménica
54 291 4526309. Belgrano 367.
Cel. 2914191623
Bahía Blanca. Argentina.
www.ecupres.com.ar
asicardi@ecupres.com.ar
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