La religión es una necesidad humana, es la fe puesta en práctica que responde fundamentalmente al componente psíquico-biológico-espiritual de la criatura racional, que consciente o inconscientemente busca estar en comunión, cercanía o bajo la protección de la Divinidad. Es la forma de concertar la experiencia de estar en relación con lo trascendental mediante actos cúlticos: rituales, rezos, disciplinas, éxtasis, contemplaciones, expresiones litúrgicas. Es proyección hacia la dimensión extra mundana.
La religión no es un concepto falso; no es un delirio; no es una ilusión; no es un engaño; no es un impulso; no es meramente sentimiento o manifestación emocional; no es invento del hombre; es más bien, una experiencia, una dinámica que responde a una necesidad del ser humano.
Los rituales de la religión son manifestaciones y gestos con la intención aplanar y enderezar el camino, facilitar la comunión con el Ser Supremo, la Providencia, la Causa Prima; así el ser humano y los pueblos se sienten realizados como entes vivientes, con potencial para vivir en consonancia con las virtudes del Sumo Bien y de acuerdo a las exigencias que se cree que demanda el ser trascendental.
Atendiendo a estas notas aquí expresadas, los seres humanos de todos los pueblos y culturas buscan la forma de estar en buena relación con el Ser Excelso, con El Poderoso, el sobrehumano, el Gran Espíritu, El Arquitecto Del Universo, El Padre Creador, en fin: Dios.
La verdad es que, las actividades religiosas son practicadas en todas las sociedades conocidas. Son comportamientos del ser humano que se ejercitan como forma de religarse a la divinidad y satisfacer una necesidad interior que emana de la fe para estrechar al ser humano a la Deidad.
De hecho, el Homo–Sapiens es un animal religioso por naturaleza y busca continuamente ponerse al amparo de lo trascendental que está fuera de él o que él cree más poderoso que él. Por eso, el salmista exclamó: “¡Dios mío, tu eres mi Dios! Con ansias te busco tengo sed de ti” (Salmo 63:1).
A pesar de todo lo dicho arriba, ha existido el dilema de que si existe o no la Divinidad. Este es un argumento que surge continuamente a través de la historia de la civilización; pero la consideración acerca de si creer y actuar en consonancia con lo transcendental está tomando una nueva perspectiva en la cosmovisión de científicos, estudiosos de las ciencias sociales y personas interesadas en estos asuntos. Está sucediendo gracias a las laboriosas investigaciones de antropólogos que afirman que los actor de fe y la religión son parte integrar e intrínsecas de los seres humanos de todos los pueblos y las culturas desde los albores de la aparición del ser humano en el planeta Tierra.
Se entiende ahora que los hallazgos de los antropólogos, los descubrimientos del proyecto Genoma Humano y la noticia del comportamiento religioso tienen bases genéticas. La religión es parte intrínseca y una necesidad de las criaturas con capacidad de razonamiento.
Fuente: ALCNOTICIA. El autor es Obispo Emérito Iglesia Episcopal-Anglicana
Santo Domingo, Republica Dominicana
La religión no es un concepto falso; no es un delirio; no es una ilusión; no es un engaño; no es un impulso; no es meramente sentimiento o manifestación emocional; no es invento del hombre; es más bien, una experiencia, una dinámica que responde a una necesidad del ser humano.
Los rituales de la religión son manifestaciones y gestos con la intención aplanar y enderezar el camino, facilitar la comunión con el Ser Supremo, la Providencia, la Causa Prima; así el ser humano y los pueblos se sienten realizados como entes vivientes, con potencial para vivir en consonancia con las virtudes del Sumo Bien y de acuerdo a las exigencias que se cree que demanda el ser trascendental.
Atendiendo a estas notas aquí expresadas, los seres humanos de todos los pueblos y culturas buscan la forma de estar en buena relación con el Ser Excelso, con El Poderoso, el sobrehumano, el Gran Espíritu, El Arquitecto Del Universo, El Padre Creador, en fin: Dios.
La verdad es que, las actividades religiosas son practicadas en todas las sociedades conocidas. Son comportamientos del ser humano que se ejercitan como forma de religarse a la divinidad y satisfacer una necesidad interior que emana de la fe para estrechar al ser humano a la Deidad.
De hecho, el Homo–Sapiens es un animal religioso por naturaleza y busca continuamente ponerse al amparo de lo trascendental que está fuera de él o que él cree más poderoso que él. Por eso, el salmista exclamó: “¡Dios mío, tu eres mi Dios! Con ansias te busco tengo sed de ti” (Salmo 63:1).
A pesar de todo lo dicho arriba, ha existido el dilema de que si existe o no la Divinidad. Este es un argumento que surge continuamente a través de la historia de la civilización; pero la consideración acerca de si creer y actuar en consonancia con lo transcendental está tomando una nueva perspectiva en la cosmovisión de científicos, estudiosos de las ciencias sociales y personas interesadas en estos asuntos. Está sucediendo gracias a las laboriosas investigaciones de antropólogos que afirman que los actor de fe y la religión son parte integrar e intrínsecas de los seres humanos de todos los pueblos y las culturas desde los albores de la aparición del ser humano en el planeta Tierra.
Se entiende ahora que los hallazgos de los antropólogos, los descubrimientos del proyecto Genoma Humano y la noticia del comportamiento religioso tienen bases genéticas. La religión es parte intrínseca y una necesidad de las criaturas con capacidad de razonamiento.
Fuente: ALCNOTICIA. El autor es Obispo Emérito Iglesia Episcopal-Anglicana
Santo Domingo, Republica Dominicana
3 comentarios:
la religion privatisa la vida
la religion es necesaria
Carol es puta
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