Por el Equipo del Centro Bíblico del Verbo*
Traducción Luis Eduardo Cantero
Introducción
El 28 de junio del 2008 la confederación Nacional de Obispos de Brasil celebró el segundo milenio del nacimiento del Apóstol Pablo, figura insigne del cristianismo. Por medio de la Primera carta a los Corintios vamos a conocer un poco más de esa comunidad que nos sirva de lectura para nuestros días. Se trata de una carta pastoral, y una teología aplicada a los problemas y situaciones concretas de esa comunidad en mención, no tan diferente de las realidades experimentadas hoy en nuestras iglesias: risas y divisiones internas, porque hay preferencia por uno o por lo otro evangelizador; desvío en la conducta moral (1); división entre ricos y pobres; discriminación de miembros pobres en la celebración del culto al Señor; diferentes entendimiento de cómo debe actuar un miembro de la comunidad cristiana en la sociedad; valoración excesiva de las manifestaciones carismáticas; busca de estatus y reconocimiento; dudas en cuanto a la resurrección de los muertos (…).
La teología presentada por Pablo para superar esa realidad es la cruz. En Jesús crucificado, vencedor de la muerte, Dios invierte la lógica del mundo y propone otra. La propia comunidad de Corintio es señal de eso. La mayoría de las personas que de ella participa es considerada pobre, sin prestigio, despreciable e insignificante (1 Cor. 1: 26 – 27). Pablo se dirige a esas personas y organiza comunidades a favor de ellas; porque sabe que el Dios libertador, el Dios del Éxodo, escoge a los pobres para liberarlos y conducirlos a la vida (Ex. 3: 7 – 10). Que el estudio y la meditación de Primera Corintios renueva nuestras comunidades cristianas, para que ellas sean en el mundo señal del proyecto del Reino propuesto por Jesús y asumido por Pablo e sus colaboradores y colaboradoras: reino de justicia, de fraternidad y principalmente de amor solidario para con los crucificados y crucificadas de hoy. ¡Ese amor jamás pasará!
1. CONOCIENDO AL AUTOR DE LA CARTA
Sabemos que la Primera carta a los Corintios fue escrita por Pablo. Más que ser un evangelizador procura dar soluciones a los desafíos concretos y cotidianos de las comunidades cristianas. Pablo habla en sus cartas de sí mismo, eso lo vemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Pablo se presenta como israelita: “Porque también soy israelita, de descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamin” (Rom. 11: 1); “Circuncidado al octavo día, de etnia israelita, de la tribu de Benjamin, hebreo, hijo de hebreos” (Fil. 3: 5). “¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendiente de Abraham? También yo. (2 Cor. 11: 22).
Conforme al libros de los Hechos de los Apóstoles, Pablo nace en Tarso, Sicilia, región fuera de Israel (Hech. 22: 3). Si Pablo es judío ¿Qué está haciendo fuera de su patria? Es necesario volver al pasado para dar una respuesta a esta pregunta. Desde el siglo III a. C., muchos judíos fueron llevados cautivos al Asia meno. Es posible que la familia de Pablo sea descendiente de uno de esos grupos. Da allí, surge su argumento de explicar el hecho de haber nacido y criado fuera de Palestina. De la misma manera podemos afirmar que Pablo recibió una fuerte influencia de dos culturas en su educación, que compartimos de la siguiente manera:
a. Influencia del judaísmo: El estudia las Escrituras Sagradas y conoce la historia de su pueblo; frecuenta la sinagoga, aprende las oraciones, sirve a Dios, convive y ayuda a los pobres. Pablo nos dice: “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.” (Gal. 1: 13 – 14)
b. Influencia de la cultura greco – romana: Los judíos que viven fuera de Palestina aprenden a convivir con la cultura greco – romana. Eso significa que Pablo tuvo que aprender bien la lengua, por medio de la lectura y la escritura, además estudia las obras de importantes autores griegos.
La influencia que Pablo recibe tanto del judaísmo como de la cultura greco – romana facilita su trabajo evangelizador en el mundo greco – romano. El es un misionero incansable, llega a recorrer unos 16 mil kilómetros por mar y por tierra, y de acuerdo con la tradición, todavía esta en plena actividad cuando sufre el martirio en Roma alrededor del año 67 d. C. El mismo imperio romano que mató a Jesús es responsable de la muerte de Pablo. Vamos a procurar entender como funciona el poder imperial que domina y aniquila a tantas vidas.
Traducción Luis Eduardo Cantero
Introducción
El 28 de junio del 2008 la confederación Nacional de Obispos de Brasil celebró el segundo milenio del nacimiento del Apóstol Pablo, figura insigne del cristianismo. Por medio de la Primera carta a los Corintios vamos a conocer un poco más de esa comunidad que nos sirva de lectura para nuestros días. Se trata de una carta pastoral, y una teología aplicada a los problemas y situaciones concretas de esa comunidad en mención, no tan diferente de las realidades experimentadas hoy en nuestras iglesias: risas y divisiones internas, porque hay preferencia por uno o por lo otro evangelizador; desvío en la conducta moral (1); división entre ricos y pobres; discriminación de miembros pobres en la celebración del culto al Señor; diferentes entendimiento de cómo debe actuar un miembro de la comunidad cristiana en la sociedad; valoración excesiva de las manifestaciones carismáticas; busca de estatus y reconocimiento; dudas en cuanto a la resurrección de los muertos (…).
La teología presentada por Pablo para superar esa realidad es la cruz. En Jesús crucificado, vencedor de la muerte, Dios invierte la lógica del mundo y propone otra. La propia comunidad de Corintio es señal de eso. La mayoría de las personas que de ella participa es considerada pobre, sin prestigio, despreciable e insignificante (1 Cor. 1: 26 – 27). Pablo se dirige a esas personas y organiza comunidades a favor de ellas; porque sabe que el Dios libertador, el Dios del Éxodo, escoge a los pobres para liberarlos y conducirlos a la vida (Ex. 3: 7 – 10). Que el estudio y la meditación de Primera Corintios renueva nuestras comunidades cristianas, para que ellas sean en el mundo señal del proyecto del Reino propuesto por Jesús y asumido por Pablo e sus colaboradores y colaboradoras: reino de justicia, de fraternidad y principalmente de amor solidario para con los crucificados y crucificadas de hoy. ¡Ese amor jamás pasará!
1. CONOCIENDO AL AUTOR DE LA CARTA
Sabemos que la Primera carta a los Corintios fue escrita por Pablo. Más que ser un evangelizador procura dar soluciones a los desafíos concretos y cotidianos de las comunidades cristianas. Pablo habla en sus cartas de sí mismo, eso lo vemos en el libro de los Hechos de los Apóstoles. Pablo se presenta como israelita: “Porque también soy israelita, de descendencia de Abraham, de la tribu de Benjamin” (Rom. 11: 1); “Circuncidado al octavo día, de etnia israelita, de la tribu de Benjamin, hebreo, hijo de hebreos” (Fil. 3: 5). “¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendiente de Abraham? También yo. (2 Cor. 11: 22).
Conforme al libros de los Hechos de los Apóstoles, Pablo nace en Tarso, Sicilia, región fuera de Israel (Hech. 22: 3). Si Pablo es judío ¿Qué está haciendo fuera de su patria? Es necesario volver al pasado para dar una respuesta a esta pregunta. Desde el siglo III a. C., muchos judíos fueron llevados cautivos al Asia meno. Es posible que la familia de Pablo sea descendiente de uno de esos grupos. Da allí, surge su argumento de explicar el hecho de haber nacido y criado fuera de Palestina. De la misma manera podemos afirmar que Pablo recibió una fuerte influencia de dos culturas en su educación, que compartimos de la siguiente manera:
a. Influencia del judaísmo: El estudia las Escrituras Sagradas y conoce la historia de su pueblo; frecuenta la sinagoga, aprende las oraciones, sirve a Dios, convive y ayuda a los pobres. Pablo nos dice: “Porque ya habéis oído acerca de mi conducta en otro tiempo en el judaísmo, que perseguía sobremanera a la iglesia de Dios, y la asolaba; y en el judaísmo aventajaba a muchos de mis contemporáneos en mi nación, siendo mucho más celoso de las tradiciones de mis padres.” (Gal. 1: 13 – 14)
b. Influencia de la cultura greco – romana: Los judíos que viven fuera de Palestina aprenden a convivir con la cultura greco – romana. Eso significa que Pablo tuvo que aprender bien la lengua, por medio de la lectura y la escritura, además estudia las obras de importantes autores griegos.
La influencia que Pablo recibe tanto del judaísmo como de la cultura greco – romana facilita su trabajo evangelizador en el mundo greco – romano. El es un misionero incansable, llega a recorrer unos 16 mil kilómetros por mar y por tierra, y de acuerdo con la tradición, todavía esta en plena actividad cuando sufre el martirio en Roma alrededor del año 67 d. C. El mismo imperio romano que mató a Jesús es responsable de la muerte de Pablo. Vamos a procurar entender como funciona el poder imperial que domina y aniquila a tantas vidas.
Continuará...
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1. Hoy la fornicación, el adulterio, el homosexualismo, transexualismo, bisexual, el aborto y la teología del aborto es visto como algo normal. Lo que antes se luchó por erradicar todo aquello que dañaba el diseño divino. Ahora es parte de la doctrina de nuestras comunidades justificado por ser una iglesia inclusiva.
*Luís Eduardo Cantero, es Doctor en Filosofía, pastor bautista, profesor, miembro de la Iglesia Evangélica Bautista Vida y Esperanza. Bs. As, Argentina; también ha ejercido la docencia universitaria y teológica en varias universidades y seminarios de su País y del exterior. Actualmente está trabajando su tesis doctoral en el Departamento de Historia del INSTITUTO UNIVERSITARIO ISEDET. Decano Ad – Honoren y profesor del Seminario Teológico Misionero Tiranno, San Justo Bs. As. Argentina. www.luiseduardocantero.visitame.es www.transformandovida.visitame.es
Luisecantero@hotmail.com
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