Un chisme negativo afecta la percepción del rostro de la persona objeto del mismo.
El sistema visual de nuestro cerebro presta más atención al rostro de una persona sobre la que hemos oído “chismes” negativos. A esta conclusión llega un estudio de la Universidad del Noreste de Boston (EEUU), que se publica en la revista Science.
“Se podría pensar que el cotilleo sólo afecta a las opiniones que tenemos acerca de alguien, pero afecta a algo más básico que eso, a la facilidad con la que ves a una persona. Eso es una sorpresa”, ha explicado Lisa Barrett, profesora de psicología de la Universidad del Noreste de Boston , a la Agencia SINC.
Los investigadores diseñaron los experimentos alrededor de un fenómeno de la percepción visual llamado ‘rivalidad binocular’, por el que alternamos entre diferentes imágenes presentadas a cada ojo. "Cuando nos muestran dos cuadros, por ejemplo, uno para cada ojo, sólo somos capaces de ver uno de ellos", explica Erika Siegel, coautora del trabajo.. "Es la forma en que funciona el cerebro. Podemos avanzar y retroceder, pero sólo veremos uno a la vez; es algo involuntario”, matiza Siegel.
CARA O CASA
En un experimento con 66 alumnos universitarios, expusieron caras neutras (sin expresión) asociadas a una descripción de un comportamiento negativo (por ejemplo, “le dio una patada a un perro”), un comportamiento positivo (“ayudó a una mujer mayo con sus compras"), o un comportamiento neutral ("ayudó a cruzar la calle a un hombre").
Cada rostro fue presentado cuatro veces. En total, 20 caras para cada categoría. Posteriormente a haber mostrado estas caras solas, agregaron 20 caras nuevas y las utilizaron en un experimento de ‘rivalidad binocular’. Es decir, en cada ensayo se le enseñó al participante un rostro para un ojo y una casa para el otro.
Los investigadores descubrieron que si mostraban un rostro o cara neutro en un ojo y una casa en la otra, al comunicarles chismes negativos sobre el rostro, lo más probable es que vieran más éste que la casa. Si les decían algo positivo, o neutral, no había diferencia entre ver la casa o la cara.
APRENDIZAJE EMOCIONAL
Aunque los investigadores desconocen aún el porqué de este hecho, la hipótesis que barajan es que las regiones del cerebro que están implicadas en los sentimientos y el aprendizaje emocional están conectados con el sistema visual, y también con las regiones subcorticales del cerebro que forman parte de la percepción.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que “… donde no hay chismoso cesa la contienda” (Proverbios 26:20)
El sistema visual de nuestro cerebro presta más atención al rostro de una persona sobre la que hemos oído “chismes” negativos. A esta conclusión llega un estudio de la Universidad del Noreste de Boston (EEUU), que se publica en la revista Science.
“Se podría pensar que el cotilleo sólo afecta a las opiniones que tenemos acerca de alguien, pero afecta a algo más básico que eso, a la facilidad con la que ves a una persona. Eso es una sorpresa”, ha explicado Lisa Barrett, profesora de psicología de la Universidad del Noreste de Boston , a la Agencia SINC.
Los investigadores diseñaron los experimentos alrededor de un fenómeno de la percepción visual llamado ‘rivalidad binocular’, por el que alternamos entre diferentes imágenes presentadas a cada ojo. "Cuando nos muestran dos cuadros, por ejemplo, uno para cada ojo, sólo somos capaces de ver uno de ellos", explica Erika Siegel, coautora del trabajo.. "Es la forma en que funciona el cerebro. Podemos avanzar y retroceder, pero sólo veremos uno a la vez; es algo involuntario”, matiza Siegel.
CARA O CASA
En un experimento con 66 alumnos universitarios, expusieron caras neutras (sin expresión) asociadas a una descripción de un comportamiento negativo (por ejemplo, “le dio una patada a un perro”), un comportamiento positivo (“ayudó a una mujer mayo con sus compras"), o un comportamiento neutral ("ayudó a cruzar la calle a un hombre").
Cada rostro fue presentado cuatro veces. En total, 20 caras para cada categoría. Posteriormente a haber mostrado estas caras solas, agregaron 20 caras nuevas y las utilizaron en un experimento de ‘rivalidad binocular’. Es decir, en cada ensayo se le enseñó al participante un rostro para un ojo y una casa para el otro.
Los investigadores descubrieron que si mostraban un rostro o cara neutro en un ojo y una casa en la otra, al comunicarles chismes negativos sobre el rostro, lo más probable es que vieran más éste que la casa. Si les decían algo positivo, o neutral, no había diferencia entre ver la casa o la cara.
APRENDIZAJE EMOCIONAL
Aunque los investigadores desconocen aún el porqué de este hecho, la hipótesis que barajan es que las regiones del cerebro que están implicadas en los sentimientos y el aprendizaje emocional están conectados con el sistema visual, y también con las regiones subcorticales del cerebro que forman parte de la percepción.
Sea cual sea la razón, lo cierto es que “… donde no hay chismoso cesa la contienda” (Proverbios 26:20)
Fuentes: Muy interesante
© Protestante Digital 2011
No hay comentarios:
Publicar un comentario