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domingo, 12 de mayo de 2013

Responsabilidad ecológica


Reproducimos a continuación un artículo que circuló la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos con motivo de la celebración del Día de la Tierra el 22 de abril próximo pasado. El artículo recoge una serie de reflexiones escritas por Brittany Ederer, quien trabaja con una organización cristiana que fomenta el cuidado de la creación desde una perspectiva cristiana. Sus reflexiones bosquejan su respuesta (con leves cambios editoriales), sobre una base bíblica, a la pregunta respecto a la responsabilidad ecológica que tenemos como cristianos que reconocemos nuestra vocación de mayordomos de la creación de Dios.
Las Escrituras nos revelan una relación especial entre Dios y su creación, incluyendo los seres humanos:
1. Estamos hechos para cuidar del planeta. Dios ordenó a toda su creación que diera fruto y se multiplicara dondequiera que esté. A su creación especial, a quienes reflejan la imagen de Dios, les dio la responsabilidad de gobernar sobre todo lo que Él había creado. (Génesis 1:20-28, 2:15; Salmo 8:5-8)
2. El planeta debería glorificar a Dios. Dios lo hizo todo para su gloria: las estrellas, la luna, las montañas, los árboles, los pájaros, los animales y los humanos. La creación es testigo de la existencia y la bondad de Dios. (Salmo 8:3-4, 96:11-13; 1 Crónicas 29:11; Levítico 25:23-24; Job 12:7-10; Romanos 1:20)
3. El planeta está caído. La caída de la humanidad en el jardín del Edén conllevó una maldición no solo para los humanos sino también para la tierra en sí; una maldición que afecta a la creación entera. El sufrimiento y la muerte no son experiencias exclusivamente humanas: la creación sufre por la maldad de la humanidad. (Génesis 3:17-24; Jeremías 12:4; Oseas 4:1-3; Romanos 8:22)
4. Estamos llamados a participar en la restauración. A través de la vida, muerte y resurrección de Jesús se abrió el camino para la redención, reconciliación y restauración de todo lo que Él ha hecho. La humanidad puede ahora tener para siempre una relación correcta con Dios. Como co-herederos con Cristo somos agentes de redención, reconciliación y restauración. (Mateo 6:26, 28:18-20; Colosenses 1:15-20; Romanos 8:19-21; 2 Corintios 5:14-19; Apocalipsis 22:1, 2)
¿Qué podemos hacer como cristianos?
¿Pueden los cristianos marcar la diferencia? ¡Algunos ya lo están haciendo! Hace algunos años, algunos estudiantes de postgrado que eran parte de InterVarsity/EEUU se plantearon descubrir la tecnología necesaria para usar la fibra de coco para ganar dinero, aumentar los ingresos de los agricultores y ser buenos mayordomos de nuestro planeta. Juntos formaron Whole Tree, Inc. una empresa que sigue funcionando hoy en día.
En Uruguay, estudiantes cristianos construyeron un puente hacia el Evangelio recogiendo basuras. Fueron el centro de atención cuando la gente pasaba a su lado. Gavin, uno de los cristianos del grupo dijo: "Nadie había visto esto antes... en dos horas, más de 30 personas se detuvieron para preguntarnos qué estábamos haciendo. Les dijimos que somos estudiantes cristianos que nos preocupamos por nuestra ciudad. Cada una de esas personas se marchó sonriendo y un poco confundida. Espero que se hayan sentido animados a no ensuciar. También espero que les sorprendiera relacionar la palabra 'cristiano' con esta acción en beneficio de la comunidad."
Estudiantes de la Asociación de Grupos Evangélicos del Perú observaron los problemas que las minas ilegales habían creado en Puerto Maldonado: prostitución infantil, degradación medioambiental y reacciones violentas a las restricciones gubernamentales contra la minería ilegal. El año pasado 21 pastores y líderes estudiantiles se reunieron para buscar maneras de participar en la búsqueda de soluciones.
Los cristianos también pueden servir como voluntarios en iniciativas a corto plazo dirigidas por otros como Farming God's Way en el Este de África. La deforestación, el suministro errático de agua y técnicas que resultan de una agricultura excesiva y en el deterioro del terreno son problemas que se resuelven mediante proyectos de plantación de árboles, técnicas de cultivo acuático y transformación de las prácticas de cultivo. Muchas otras organizaciones cristianas estarían encantados de contar con la iniciativa y la participación de voluntarios cristianos.
¿Qué tal si reconsideramos nuestra forma de vida consumista? Cada vez estamos más desconectados de las fuentes de los productos que usamos. La electricidad, la electrónica, los muebles, los materiales de construcción, el combustible, los vehículos, la ropa y la comida: todo vino de la creación de Dios en un momento determinado. Los cristianos pueden reconocer que su identidad no es el ser consumidores, sino hijos e hijas de Dios, a quienes, como tales, les importa lo que compran y qué decisiones toman a la hora de comprar.  
El catalizador de una gran parte de la pobre mayordomía medioambiental es el apetito del Norte Global por los bienes de consumo. ¿Y si los cristianos de regiones tales como América Latina o el Sur de Asia produjeran vídeos para enviar a los cristianos de Norteamérica , el Este Asiático y Europa para mostrarles cómo nos obligan a convivir con el daño medioambiental? ¿Y si nos uniésemos en oración y, además de hacer cambios y sacrificios en nuestro estilo de vida, nos involucráramos en nuestras comunidades? La iglesia es, al fin y al cabo, un cuerpo unido y vivo que respira y que está compuesto por muchas partes. ¡Todas las partes están diseñadas para trabajar juntas!

Fuente: Fundación Kairós, 2013

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