El artículo es interesante en su marcado énfasis feminista, a pesar de los posibles errores que uno pueda encontrar, por la poca profundidad exegética que nos acostumbran los especialistas en exégesis bíblica. Este documento es importante porque nos muestra el proceso histórico del plan de Salvación que Dios materializa desde el anuncio, nacimiento de Juan y Jesús. La autora en estos pasajes hace una relectura desde una visión feminista y mediada por el contexto social e histórico de sus personajes. Con estos ingredientes, la autora nos muestra una fuerte discriminación (que un lector común no percibe) “de la estéril anciana y del confinamiento de la virgen dentro de las estructuras sociales y eclesiásticas patriarcales”. Ahora paso a resumir de la siguiente manera:
Lc 1 – 2 – Según nuestra autora – se ha comprendido como una prehistoria del evangelio, el cual, en una unidad propia presenta el ciclo del nacimiento de Juan Bautista y de Jesús. Solamente después de esto, a partir de 3, 1 “comienza entonces el evangelio en el sentido tradicional de Marcos, con el anuncio del Bautista”, cita otro a Rodríguez (1998), dice que estos autores conciben este relato comienza en la fase adulta de Jesús. Esto denota problemas teológicos que están ligados a la concepción racionalista, la cual discrimina la participación de otras personas consideradas como retardadas. Richter Reimer desea que sus lectores comprendan que Lc 1 – 2, desde el inicio del evangelio de la anunciación, como del nacimiento y la infancia de Juan Bautista y de Jesús ya están presentes las características históricas – teológicas de la toda la obra lucana. Lc 1 – 2 es evangelio pleno, concretización de la historia salvífica del Emanuel. No podemos reducir las experiencias que son ya vivencias de la Buena Nueva a pre – historia y descalificarlas igualmente por el hecho de estar construidas con elemento de la tradición veterotestamentaria – judaica (…); ellas sencillamente son historia salvifica de Dios junto a su pueblo. Dios salva a todo un pueblo y a la humanidad; Dios salva refiriéndose al feto no solo a una persona, sino a toda la creación (…). Dios salva en su relación – presencia con mujeres portadoras de Su vida.
El protagonismo de las mujeres es elemento fundamental de esta historia. Lucas inicia su obra con ellas, y el testimonio de ellas, es referente también para cerrar su evangelio. Por lo tanto, Lc 1 – 2 y Lc 24, establecen las bases teológicas, histórico – sociales sobre las cuales se construye el camino de Jesús y de las comunidades originarias con la participación decisivas e igualitarias de las mujeres. Lo cotidiano de la historia. La historia de Dios se hace realidad en la historia cotidiana y vivida en el cuerpo de mujeres y de hombres. Esta historia se hace inmanente, trascendiendo, además, la concepción y la comprensión limitadas y limitantes de la condición humana al interior de esta historia. Esta historia personal aparece relacionada con la historia general. Y la cronología de las anunciaciones y de los embarazos aparece colocada junto a la cronología de la historia de Israel.
La conexión de las historias. La composición final del evangelio, demuestra un hermoso trabajo literario y teológico. Interrelaciona las historias de Juan y de Jesús. No pretende apenas relatar dos leyendas, sino más bien las conecta de tal forma que cada anuncio y nacimiento, suceden paralelamente. Se da una simetría en dos movimientos principales. El primer movimiento concluye con el encuentro de las dos mujeres embarazadas en la casa, celebrando y vivenciando el anuncio de la liberación. El segundo, termina con el encuentro de la familia y la comunidad en el templo, celebrando la Pascua de liberación. Aunque, Richter Reimer estudia solamente el primero, en el cual analiza el paralalelismo de la narración y los puentes construidos en la estructura de los pasajes mencionados (…). Según ella, estas narraciones pertenecen al material propio de Lucas, construidas con una belleza estética y una profundidad teológica sin par. De lo anterior, pasa al análisis de esta pieza que comparto en brevedad:
A 1, 5 – 25 Anunciación I
A´ 1, 26 – 38 Anunciación II
B 1, 39 – 56 Visita y alabanza en la casa
Maria recibe la bendición de Isabel
C 1, 57 – 80 Nacimiento I
C´ 2, 1 – 40 Nacimiento II
D 2, 41 – 52 Maria queda maravillada con Jesús.
Concluye Richter Reimer que Lucas narra la historia de Isabel y Zacarías, haciendo un middrash de la historia de Sara y Abraham, utilizando las narraciones de Gn 16 – 18 en relación a la esterilidad de Sara y la edad avanzada de ambos. La presentación de Isabel y Zacarías abre la narrativa de Lucas, situándola histórica – políticamente y teológica – tradicionalmente. (…). En la presentación de Sara y Zacarías la esterilidad de ella en primer plano, es causa de su sufrimiento y discriminación de las mujeres. El primer testamento destaca la esterilidad de las mujeres dentro del plan salvífico de Dios, que transforma la situación personal de esas mujeres, colocándolas como referencial y punto de partida para el Nuevo Testamento que marcará la historia de todo el pueblo (…). La discriminación de personas ancianas es afirmada tres veces como motivo de no poder tener hijos, junto a las dos afirmaciones sobre la esterilidad de Isabel. Por lo tanto, las personas ancianas de nada sirven para la ideología del Estado y sistemas romanos; asi los hijos que nacieran de mujeres ancianas eran rechazados por la sociedad en general. Esta visión del contexto ideológico – legal y medico, evidencia una radical oposición ofrecida por la narración y la experiencia contenidas en el texto de Lucas, invierte el orden establecido en ese contexto, privilegiando que lo radicalmente nuevo, fuerte, grande y liberador nazca de la mujer y del hombre ancianos, descartados en su dignidad, placer y participación, y que ya no sirven más al sistema ideológica y culturalmente establecido y mantenido por las élites romanas. Esto nuevo es concebido subversivamente como “grande” con función liberadora, cuestionando la practica romana del abandono de las criaturas nacidas de personas ancianas.
Todo esto demuestra que Dios penetra todos los niveles de la vida cotidiana. Lo divino se manifiesta en el Santísimo en el templo, pero se realiza en el espacio de lo cotidiano que se torna sagrado (…). Esta dos historias enlazada en la problemática social de mujer, ancianidad. A partir de esa marginación y discriminación comienza una nueva historia de participación, de subversión de valores en la casa y en la sociedad, de restauración de la dignidad de todos los cuerpos hambreados de pan y de felicidad. Richter Reimer, en RIBLA, 44 (2003) pp. 32 – 52.
Lc 1 – 2 – Según nuestra autora – se ha comprendido como una prehistoria del evangelio, el cual, en una unidad propia presenta el ciclo del nacimiento de Juan Bautista y de Jesús. Solamente después de esto, a partir de 3, 1 “comienza entonces el evangelio en el sentido tradicional de Marcos, con el anuncio del Bautista”, cita otro a Rodríguez (1998), dice que estos autores conciben este relato comienza en la fase adulta de Jesús. Esto denota problemas teológicos que están ligados a la concepción racionalista, la cual discrimina la participación de otras personas consideradas como retardadas. Richter Reimer desea que sus lectores comprendan que Lc 1 – 2, desde el inicio del evangelio de la anunciación, como del nacimiento y la infancia de Juan Bautista y de Jesús ya están presentes las características históricas – teológicas de la toda la obra lucana. Lc 1 – 2 es evangelio pleno, concretización de la historia salvífica del Emanuel. No podemos reducir las experiencias que son ya vivencias de la Buena Nueva a pre – historia y descalificarlas igualmente por el hecho de estar construidas con elemento de la tradición veterotestamentaria – judaica (…); ellas sencillamente son historia salvifica de Dios junto a su pueblo. Dios salva a todo un pueblo y a la humanidad; Dios salva refiriéndose al feto no solo a una persona, sino a toda la creación (…). Dios salva en su relación – presencia con mujeres portadoras de Su vida.
El protagonismo de las mujeres es elemento fundamental de esta historia. Lucas inicia su obra con ellas, y el testimonio de ellas, es referente también para cerrar su evangelio. Por lo tanto, Lc 1 – 2 y Lc 24, establecen las bases teológicas, histórico – sociales sobre las cuales se construye el camino de Jesús y de las comunidades originarias con la participación decisivas e igualitarias de las mujeres. Lo cotidiano de la historia. La historia de Dios se hace realidad en la historia cotidiana y vivida en el cuerpo de mujeres y de hombres. Esta historia se hace inmanente, trascendiendo, además, la concepción y la comprensión limitadas y limitantes de la condición humana al interior de esta historia. Esta historia personal aparece relacionada con la historia general. Y la cronología de las anunciaciones y de los embarazos aparece colocada junto a la cronología de la historia de Israel.
La conexión de las historias. La composición final del evangelio, demuestra un hermoso trabajo literario y teológico. Interrelaciona las historias de Juan y de Jesús. No pretende apenas relatar dos leyendas, sino más bien las conecta de tal forma que cada anuncio y nacimiento, suceden paralelamente. Se da una simetría en dos movimientos principales. El primer movimiento concluye con el encuentro de las dos mujeres embarazadas en la casa, celebrando y vivenciando el anuncio de la liberación. El segundo, termina con el encuentro de la familia y la comunidad en el templo, celebrando la Pascua de liberación. Aunque, Richter Reimer estudia solamente el primero, en el cual analiza el paralalelismo de la narración y los puentes construidos en la estructura de los pasajes mencionados (…). Según ella, estas narraciones pertenecen al material propio de Lucas, construidas con una belleza estética y una profundidad teológica sin par. De lo anterior, pasa al análisis de esta pieza que comparto en brevedad:
A 1, 5 – 25 Anunciación I
A´ 1, 26 – 38 Anunciación II
B 1, 39 – 56 Visita y alabanza en la casa
Maria recibe la bendición de Isabel
C 1, 57 – 80 Nacimiento I
C´ 2, 1 – 40 Nacimiento II
D 2, 41 – 52 Maria queda maravillada con Jesús.
Concluye Richter Reimer que Lucas narra la historia de Isabel y Zacarías, haciendo un middrash de la historia de Sara y Abraham, utilizando las narraciones de Gn 16 – 18 en relación a la esterilidad de Sara y la edad avanzada de ambos. La presentación de Isabel y Zacarías abre la narrativa de Lucas, situándola histórica – políticamente y teológica – tradicionalmente. (…). En la presentación de Sara y Zacarías la esterilidad de ella en primer plano, es causa de su sufrimiento y discriminación de las mujeres. El primer testamento destaca la esterilidad de las mujeres dentro del plan salvífico de Dios, que transforma la situación personal de esas mujeres, colocándolas como referencial y punto de partida para el Nuevo Testamento que marcará la historia de todo el pueblo (…). La discriminación de personas ancianas es afirmada tres veces como motivo de no poder tener hijos, junto a las dos afirmaciones sobre la esterilidad de Isabel. Por lo tanto, las personas ancianas de nada sirven para la ideología del Estado y sistemas romanos; asi los hijos que nacieran de mujeres ancianas eran rechazados por la sociedad en general. Esta visión del contexto ideológico – legal y medico, evidencia una radical oposición ofrecida por la narración y la experiencia contenidas en el texto de Lucas, invierte el orden establecido en ese contexto, privilegiando que lo radicalmente nuevo, fuerte, grande y liberador nazca de la mujer y del hombre ancianos, descartados en su dignidad, placer y participación, y que ya no sirven más al sistema ideológica y culturalmente establecido y mantenido por las élites romanas. Esto nuevo es concebido subversivamente como “grande” con función liberadora, cuestionando la practica romana del abandono de las criaturas nacidas de personas ancianas.
Todo esto demuestra que Dios penetra todos los niveles de la vida cotidiana. Lo divino se manifiesta en el Santísimo en el templo, pero se realiza en el espacio de lo cotidiano que se torna sagrado (…). Esta dos historias enlazada en la problemática social de mujer, ancianidad. A partir de esa marginación y discriminación comienza una nueva historia de participación, de subversión de valores en la casa y en la sociedad, de restauración de la dignidad de todos los cuerpos hambreados de pan y de felicidad. Richter Reimer, en RIBLA, 44 (2003) pp. 32 – 52.
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