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lunes, 15 de octubre de 2012

LAS MUJERES EN LA REFORMA PROTESTANTE DEL SIGLO XVI (II)*

Por. Amparo Lerín Cruz, México**
III.- SOLA FE, SOLA GRACIA, SOLA ESCRITURA ¿SOLO VARONES?(27)
Para Martín Lutero la estructura eclesiástica era posible de reformar y debería estar orientada al servicio. ¿Cuál es la relación entre esta comprensión y el Sacerdocio Universal de los Creyentes? La estructura jerárquica de la iglesia no debe estar integrada solamente por hombres. La Reforma Protestante del siglo XVI fue muy revolucionaria en su época, porque apuntaba a crear cambios en la estructura misma de la Institución. ¿Podemos nosotros hombres y mujeres miembros de la Iglesia Nacional Presbiteriana de México (28). crear cambios en la estructura nuestra Iglesia?
El Sacerdocio Universal de los Creyentes es una relectura que hace Martín Lutero a la teología paulina. Todos tenemos la condición de pecadores hombres y mujeres, y si Jesús nos rescata del pecado a todos y todas por igual, por lo tanto no hay justificación para considerar a unos puros y a otras pecadoras. Es decir ni los hombres son totalmente puros, ni las mujeres somos totalmente pecadoras. Todas y todos somos justos y pecadores al mismo tiempo, dignos y dignas del sacerdocio.
Bajo la luz del Sacerdocio Universal del los Creyentes deberíamos plantearnos la necesidad de revisar nuestro modelo de Iglesia Presbiteriana en México. Lutero afirma en El manifiesto a la nobleza cristiana de la nación alemana que todo cristiano es sacerdote, también afirma que las Escrituras son inteligibles para los creyentes, defiende el libre examen personal y el derecho de todo fiel cristiano de apelar al concilio. Este es el planteamiento del desarrollo de la doctrina del Sacerdocio Universal de los Creyentes. La capacidad transformadora del Sacerdocio Universal de los Creyentes es capaz de promover innovaciones y renovaciones en nuestra I.N.P.M.
El Sacerdocio Universal de los Creyentes se diferencia del sacerdocio ministerial únicamente en que en el primero todos los hombres y mujeres somos sacerdotes por medio del bautismo. Lutero decía que el bautismo es el que nos capacita para participar del sacerdocio de Cristo. En el bautismo todos somos llamados a servir sin distinción(29). El Sacerdocio Universal de los Creyentes es uno de los principios motores de la Reforma Protestante. Reconoce en el seno de la iglesia, la igualdad de todos los bautizados, pastores y laicos. El pastor o pastora protestante, no es superior a ningún creyente, solo tiene una función específica, que es de servicio a la comunidad.
Cuando somos recibidos por el sacramento del Bautismo, hombres y mujeres gozan de todos los derechos, privilegios y responsabilidades de la Comunión de los Santos. De este principio reformador, se desprende el acceso de la mujer al ministerio ordenado en las iglesias protestantes. Dios nos autoriza por medio del bautismo al sacerdocio común de los fieles. Si Dios nos autoriza para el sacerdocio común y no nos limita para el sacerdocio ministerial, no hay ningún motivo o impedimento justificado que impida que las mujeres sean ordenadas al ministerio pastoral.
Hombres y mujeres somos iguales ante Dios, por lo tanto dentro de la iglesia no deberíamos hacer distinción entre ministerios masculinos y ministerios femeninos, simplemente existen ministerios y hombres y mujeres que son llamados por Dios a cumplirlos.
Si nuestra I.N.P.M. acepta la doctrina del Sacerdocio Universal de todas y todos los Creyentes y la doctrina calvinista de la Soberanía de Dios ¿Cómo pueden los hombres de nuestra I.N.P.M. decirnos a las mujeres miembros de la misma, miembros del cuerpo de Cristo que no podemos, ni debemos aspirar a los distintos ministerios ordenados? ¿Cómo pueden ellos callar un llamado que solo hace Dios a través del Espíritu Santo? ¿Cómo pueden ellos interponerse a la voluntad de Dios sobre sus siervas?
Cuando se niega la ordenación a las mujeres no solo se deja de lado sus dones, sus perspectivas y se violentan sus derechos humanos, no solo es cuestión de igualdad de género, también se violenta el ejercicio libre de su ministerio, se violenta la libertad de obedecer a Dios en el llamado que él nos hace al Santo ministerio por medio del Espíritu Santo, se deja de lado la soberanía de Dios, y esto ¡es una blasfemia!
IV.- ECCLESIA REFORMATA, SEMPER REFORMANDA.
Definitivamente el movimiento de la Reforma Protestante, fue un movimiento de renovación. Somos una iglesia reformada ¿Qué hace falta reformar en nuestra iglesia? ¿Hasta dónde estamos comprometidas a involucrarnos en esta reforma?
En nuestros días, ¿Cómo es Ginebra? ¿Cómo son las Iglesias Reformadas en el mundo? ¿Cuál es la trascendencia que ha tenido la Reforma sobre la vida de las mujeres?
En Ginebra por ejemplo, se encuentra la pastora y teóloga Isabelle Grassle, primera mujer moderadora de la Compañía de Pastores y Diáconos de la Iglesia Protestante en Ginebra, puesto que ocupó el reformador Juan Calvino(30) . La gran mayoría de Iglesias reformadas en el mundo ordenan mujeres al ministerio pastoral, ancianato y diaconado, en Europa, América del Norte, Centro y Sur América, El Caribe, Australia, etc. ¿Por qué la I.N.P.M. continua sin permitir la ordenación a las mujeres?
Estamos celebrando los 500 años del natalicio de Juan Calvino, esto nos recuerda que somos una iglesia que vive en un proceso continuo de reforma y renovación. Ahora es el momento de recuperar el gran lema de la Reforma, Ecclesia Reformata, Semper Reformanda, y recurrir a él para afrontar los problemas de la vida y el testimonio de la actualidad.
En un inicio, no se proponía crear nuevas iglesias sino renovar la misma, desde dentro. ¿De qué manera somos agentes de la renovación dentro de la I.N.P.M? ¿De qué manera promovemos la igualdad de la mujer dentro de nuestra Iglesia?
Los tiempos de la Reforma fueron tumultuosos y se caracterizaron por escabrosos debates y luchas. Generalmente el cambio trae consigo miedo, miedo al mismo cambio, miedo a que la situación sea diferente aun cuando prometa ser mejor. Desde mi muy particular punto de vista cuando se impide a las mujeres llegar a ser ordenadas como ministros de culto es por miedo. Cuando la iglesia decide aferrarse a su situación y no promover un cambio desde la raíz, se vislumbra como un ser atrofiado, tullido y sin vida.
El espíritu de la Reforma nos llama a promover la renovación y la reforma continua en nuestra Iglesia hoy, a mirar a hacia al futuro a responder a los cambios que son urgentes forjar si queremos que nuestra I.N.P.M. trascienda la agonía. Nos llama a confrontar y desafiar al sector conservador que justifica y sustenta el sistema patriarcal, que durante tantos años ha sostenido las estructuras de nuestra sociedad. Sobre todo porque en casi todas las iglesias protestantes del mundo ha habido una sensibilización en lo que respecta a la situación de las mujeres y han sido pioneras en la reivindicación de la inserción y participación de la mujer en todos los ámbitos que configuran la vida de una sociedad.
¿Qué papel representan las mujeres en las iglesias protestantes hoy día? Sería mentira decir que en todas las iglesias protestantes se ha practicado la igualdad entre hombres y mujeres. En las iglesias protestantes podemos encontrar grupos en los que hay un fuerte compromiso con la causa de las mujeres y éstas tienen pleno acceso a todos los ministerios ordenados y cargos eclesiásticos así también hay grupos que promueven todo lo contrario negando los principios de la reforma.
Hago un llamado a todas mis hermanas a las que tienen el llamado de Dios para servirle en un ministerio pastoral, como o a las que desde su lugar quieren trabajar en la obra de Dios para prepararse teológicamente, para seguir estudiando en los distintos seminarios, a no tenerle miedo a la palabra “teología”, teología quiere decir pensar y hablar acerca de Dios a partir de sus propias experiencias y su propia lectura de la Biblia.
Que las mujeres seamos voz y no eco. Que hablemos por nosotras mismas, que hablemos a favor de otras mujeres, a favor de nuestras pastoras, de nuestras misioneras, de nuestras hijas, de nuestras hermanas, de nuestras nueras. Siempre la mujer a favor de la misma mujer. Muchos hombres y mujeres expusieron su vida por la reforma, por la renovación eclesiástica, sus vidas tuvieron un objetivo común. ¿Hasta dónde podemos como mujeres comprometer nuestras vidas para renovar la I.N.P.M. en cuanto a la igualdad de género? ¿Podremos las mujeres luchar unidas por nuestras hermanas?
Estamos llamados a participar en la obra de Dios de transformar este mundo, y a volvernos fuerzas positivas e influir en nuestras comunidades.
Señor, Dios padre y madre, que la luz de tu presencia anime esta celebración e inspire nuestras vidas.
Por una Iglesia Reformada siempre reformándose.
M.D. Amparo Lerín Cruz

*Conferencia expuesta el 5 de septiembre de 2009,
Presbiterio del Estado de México,
Santa Ana Tlapaltitlán, Edo. Mex.

**Sobre la autora: Mag. Amparo Lerin Cruz, M.D. Originaria de Oaxaca, Oax. Licenciada en Administración de Empresas por el Instituto Tecnológico de Oaxaca, Maestría en Divinidades por el STPM, Licenciada Predicadora (Presbiterio de la Ciudad de México). Miembro del Presbiterio Juan Calvino. ampalerin@gmail.com 
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Notas bibliograficas
[27] Esta frase fue acuñada en un principio por Alfredo Abad Heras como: Sola fe, sola gracia, sola escritura pero no solo hombres. En Cristianismo Protestante, Núm. 29, julio-septiembre 2003, www.ieees.org/cristianismoprotestante/cp29.pdf   (vi: 12 de agosto de 2009)
[28] En adelante me referiré a la Iglesia Nacional Presbiteriana de México solo mencionando sus siglas: I.N.P.M.
[29] Javier Alanis, “A la nobleza cristiana de la nación alemana acerca del mejoramiento del estado cristiano”, en Giacomo Cassese y Eliseo Pérez Álvarez, ed., Lutero al habla. Buenos Aires, La Aurora, 2005, p.87
[30] Alfredo Abad. Op. Cit.
Bibliografia general
Bainton, Roland H. Women of the Reformation in France and England. Boston, Beacon, 1975.
_____, Women of the Reformation in Germany and Italy. Minneapolis, Augsburg, 1975.
Cassese, Giacomo y Eliseo Pérez Álvarez, eds., Lutero al habla. Buenos Aires, La Aurora, 2005, p.87
Cervantes-Ortiz, Leopoldo, ed., Juan Calvino: su vida y obra a 500 años de su nacimiento. Terrassa (España), CLIE, 2009.
Madigan, Kevin y Carolyn Osiek, Mujeres ordenadas en la iglesia primitiva: una historia documentada. Estella, Verbo Divino, 2006.

PUBLICADO CON EL PERMISO DE LA AUTORA, TAMBIÉN FUE PUBLICADO POR LA REVISTA "EL FARO" EN EL NUMERO DE SEPTIEMBRE-OCTUBRE DE 2009.

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