Estamos viviendo un momento muy especial de grandes cambios y mutaciones, de avances y retrocesos, tanto en el ámbito Nacional como en el Internacional, que nos exigen un diagnóstico claro de la situación que enfrentamos, para saber actuar y responder con los enfoques, las políticas, la eficiencia social y la oportunidad que este tiempo requiere.
La Crisis Internacional en Curso: Llega La Estanflación
En un contexto global, a partir de los primeros años de la década del 2000, poco después de la catástrofe de las Torres Gemelas en 2001, la economía mundial experimentó “varios años buenos”. Desde ese entonces el crecimiento mundial ha sido fuerte y adicionalmente, el desfase entre los países en desarrollo y los países desarrollados ha disminuido, con India y China a la cabeza con altas tasas de crecimiento del PIB. Sin embargo, todo indica que “los buenos tiempos” están llegando a su fin, debido a los grandes desequilibrios mundiales causados por el enorme endeudamiento externo de Estados Unidos, que ha estado siendo financiado desde el exterior y por países de menor desarrollo relativo, desde hace ya varios años. Estados Unidos a su vez, ha dicho que el mundo debía estar agradecido porque ellos mantienen este nivel de vida por encima de sus posibilidades, ya que así ha ayudado a mantener la economía mundial en movimiento, permitiendo que un buen número de países en Asia, Europa y aún en varios países subdesarrollados productores de materias primas (como es el caso de Chile), acumularan cientos de miles de millones de dólares en sus reservas internacionales.
Pero siempre se ha reconocido que el crecimiento de EE.UU. durante el mandato del Presidente Bush era insostenible y ahora, parece acercarse “El día del ajuste de cuentas”. Precisamente, debido a las políticas económicas seguidas por el Gobierno de Bush y por la mal concebida guerra en Irak, se produjo desde el 2003 en adelante, la cuadruplicación de los precios del petróleo hasta el día de hoy. Hasta ahora, tres factores principales han permitido parcialmente al mundo a capear la drástica subida del precio del petróleo. En primer lugar, la aparición de China en el escenario internacional, con sus enormes aumentos de productividad, basados en niveles elevados de inversión que ha exportado sus bajos precios. En segundo lugar, EE.UU. aprovechó esta nueva situación para “reducir las tasas de interés” a niveles increíblemente bajos, induciendo así una burbuja inmobiliaria con primeras y segundas hipotecas disponibles para todo el mundo. En tercer lugar, los trabajadores de todo el mundo han sufrido las consecuencias a lo largo de estos años aceptando niveles de remuneraciones reales más bajas y una proporción menor del PIB.Todo este cuadro anterior, ya desde el segundo semestre de 2007 se ha acabado y está ahora cambiando día a día. En particular, la insólita situación en la cual EE. UU. importa mucho más que lo que exporta, con un déficit comercial equivalente a varios puntos de su PIB, ha configurado un cuadro en que: el resto del mundo entregaba sus bienes y servicios a EE.UU. sin otra contrapartida que dólares, que se acumularon en el medio internacional en cantidades extraordinarias. Pero estos dólares representan exigencias futuras del resto del mundo sobre la economía norteamericana, que en gran medida deberían transformarse en eventuales compras de activos o bienes en ese país.
La crisis financiera en EEUU continuará, porque no es una crisis por falta de liquidez sino que por falta de solvencia principalmente de las instituciones financieras. Los bancos no se prestan entre si por una desconfianza generalizada, que se originó en parte importante, porque muchos no hicieron oportunamente las provisiones que correspondían para cubrir los prestamos incobrables que se fueron acumulando rápidamente y, como es habitual en el mercado bancario y financiero sin supervisión o controles adecuados, no declararon o encubrieron las pérdidas verdaderas que empezaron a tener. Según la revista “The Economist”, queda aún mas de la mitad de las pérdidas por declarar. Por lo tanto, lo que ahora se observa es que este exceso de consumo lentamente empieza a disminuir para poder pagar a los poseedores de dólares en el exterior. En respuesta al menor consumo norteamericano, los países desde los que se importaba todo tipo de mercaderías, deberán empezar a adaptar y a reorientar la sobreproducción de sus economías dejando de considerar a EE.UU. como el gran consumidor que ha sido hasta la fecha. Todos estos ajustes, naturalmente, pueden tener en un futuro no lejano un alto costo en empleo y en pérdida de riqueza.
Hoy para EE.UU. - como ha señalado el premio Nóbel de Economía Joseph Stiglitz - la pregunta relevante es: si sólo habrá una recesión corta y aguda o una desaceleración prolongada, pero menos profunda. El problema adicional, es que EE. UU. ha exportado sus problemas al extranjero, no solo al vender hipotecas y papeles sin valor alguno, sino que en particular ha exportado “sus malas, engañosas y ostentosas prácticas financieras”, ahora resultantes en un dólar cada vez más débil, en parte producto de la falla de su macro y micro política. Quizás la única noticia positiva en medio de este decepcionante panorama internacional, es que las fuentes del crecimiento mundial hoy son más diversificadas que hace una década, ya que los motores reales del crecimiento en los últimos años han empezado a ser los países que se clasifican en el segundo o en el tercer mundo. Lo anterior, en ninguna forma quiere decir que un crecimiento menor, o definitivamente una recesión en la mayor economía del mundo - que equivale a cerca de 27% de la economía global - no va a tener importantes consecuencias globales. Inevitablemente se producirá una desaceleración en todo el mundo.
La Situación de Chile Hoy y en el Futuro Próximo
Desde hace mas de 1 año los sectores de ingresos medios y mas bajos del país están claramente perdiendo su poder adquisitivo, mientras simultáneamente han visto agudizado su nivel de endeudamiento familiar y personal a tasas de interés desproporcionadamente elevadas y paradojalmente muy superiores a las que se dan en países mas desarrollados que el nuestro. Frente a esto y ya desde el gobierno anterior, pero especialmente ahora con las actuales autoridades económicas, hemos asistido a un importante deterioro en la orientación y en la sensibilidad social de las políticas económicas. Se instaló entre nosotros un enfoque de políticas económicas ortodoxas e inflexibles, que han tendido a amarrar o a mantener la acción del Estado en un bajo nivel, mientras se han dado amplias facilidades para desarrollar sus negocios a los grandes grupos económicos, ignorando incluso las responsabilidades de supervisión antimonopólicas y de abusos indiscriminados que se dan en contra de los consumidores, especialmente en el sistema financiero y en el retail. Todo esto se ha acrecentado durante esta administración, que ha dispuesto de unas condiciones externas excepcionalmente favorables (El fisco chileno hacia fines de este año habrá almacenado en el exterior gracias al cobre y otros productos básicos, una cantidad cercana a los US30 mil millones de dólares). Entre tanto, en el manejo de nuestras políticas macro y micro económicas, estamos simultáneamente experimentando una fuerte regresión hacia posturas mas ortodoxas y neoliberales que la mayoría creía ampliamente superadas.
Hasta ahora, en nuestro país se decía que “la macro estaba bien pero la micro era el problema”. Pero ahora, tanto la macro como la microeconomía están con problemas. Enfrentamos una inflación de dos dígitos en alimentos y vivienda. En particular los precios del grupo de alimentos tuvieron un aumento en los últimos doce meses hasta marzo de 2008 en un 18%, lo cual golpea con mucha fuerza a los dos quintiles mas pobres de la población por su alta incidencia en su canasta de consumo cercana a un 38% de sus gastos mensuales. En igual forma la creación de nuevos empleos se ha estancado y el desempleo está rápidamente aumentando. Aunque se dan muy diversas razones para su paralización, en el último tiempo hemos presenciado el cierre de importantes empresas a nivel nacional con un fuerte e impactante despido de trabajadores. Así por ejemplo ha ocurrido con: Paños Bellavista Tomé, Cerámicas Cordillera, una gran fábrica de Porcelanas; la General Motors en Arica; algunas de las principales salmoneras en el sur. Además, la fuerte caída de las exportaciones de madera ha producido importantes despidos en la región de Temuco y el término de la producción de camisas Arrow Chile que se traslada ahora a China. Todo lo anterior es sin considerar la menor contratación de temporeras en el agro y el menor número de trabajadores contratados en la mayor parte de las empresas agro exportadoras.
Hasta ahora, en nuestro país se decía que “la macro estaba bien pero la micro era el problema”. Pero ahora, tanto la macro como la microeconomía están con problemas. Enfrentamos una inflación de dos dígitos en alimentos y vivienda. En particular los precios del grupo de alimentos tuvieron un aumento en los últimos doce meses hasta marzo de 2008 en un 18%, lo cual golpea con mucha fuerza a los dos quintiles mas pobres de la población por su alta incidencia en su canasta de consumo cercana a un 38% de sus gastos mensuales. En igual forma la creación de nuevos empleos se ha estancado y el desempleo está rápidamente aumentando. Aunque se dan muy diversas razones para su paralización, en el último tiempo hemos presenciado el cierre de importantes empresas a nivel nacional con un fuerte e impactante despido de trabajadores. Así por ejemplo ha ocurrido con: Paños Bellavista Tomé, Cerámicas Cordillera, una gran fábrica de Porcelanas; la General Motors en Arica; algunas de las principales salmoneras en el sur. Además, la fuerte caída de las exportaciones de madera ha producido importantes despidos en la región de Temuco y el término de la producción de camisas Arrow Chile que se traslada ahora a China. Todo lo anterior es sin considerar la menor contratación de temporeras en el agro y el menor número de trabajadores contratados en la mayor parte de las empresas agro exportadoras.
Lo anterior y mucho mas, se ha debido en gran parte a la fuerte pérdida de competitividad de la economía de Chile como resultado de la fuerte alza del precio de la energía por el lado de los costos y a la fuerte caída del valor del dólar en nuestro mercado local, que el Banco Central dejó caer impertérrito, reaccionando ahora en abril de 2008 en forma parcial y tardía. Frente a esta situación que se dificulta cada día, como Concertación y para la DC como partido más grande de la coalición, nuestro presente y futuro no puede ser el de la simple instalación en la administración del poder en forma muda, insensible o indiferente. Nunca como ahora se hace necesario actuar rápido, con medidas para el corto plazo que apremia, así como también para corregir deficiencias profundas que se arrastran desde los años 80.
Afortunadamente ahora, tenemos un conjunto de lineamientos e ideas claras que se derivan del V Congreso de la DC (Octubre de 2007), así como también de varias propuestas interesantes que se anticipan del encuentro del PS que se ha realizado en estos días. En cualquier país civilizado y solidario, cuando se está en una situación de dificultad y se ve: que hay grandes sectores económicos que están en problemas, que hay sectores productivos que están paralizando y que hay un desempleo en crecimiento, nadie se cuestiona si es que hay que actuar o no. Sin embargo y por el contrario, en los países en donde el poder político y económico está concentrado, el poder concentrado es un buscador incansable de excusas para demorar o para postergar las medidas y tareas que buscan, precisamente, distribuir o democratizar el poder. La sociedad y la economía de Chile necesitan urgentemente ser transformadas: tenemos demasiada desigualdad; tenemos demasiada concentración económica; tenemos demasiada concentración en nuestras fuentes informativas y en los medios de comunicación que nos alimentan negativamente todos los días; todavía tenemos demasiado elitismo autoritario y demasiado poca democracia.
La cuestión de fondo es que hasta hoy: el único poder que tiene el 90% de los ciudadanos es su voto cada 4 años. En cambio los que concentran el poder económico, político y social votan todos los días. No debemos olvidar, que los monopolios, la concentración económica, la concentración del poder y la desigualdad, siempre producen efectos negativos. Hoy, más que antes debemos ser capaces de sostener nuestras convicciones con firmeza y hacer que el Gobierno rectifique en donde está cometiendo errores o sobretodo, está inmóvil o cometiendo injustas omisiones. La enorme mayoría del país se ha dado cuenta de que hoy o rectificamos esta ausencia de medidas y estas políticas que no son nuestras, o vamos derecho a enfrentar importantes derrotas electorales y políticas en el tiempo que viene.
Afortunadamente ahora, tenemos un conjunto de lineamientos e ideas claras que se derivan del V Congreso de la DC (Octubre de 2007), así como también de varias propuestas interesantes que se anticipan del encuentro del PS que se ha realizado en estos días. En cualquier país civilizado y solidario, cuando se está en una situación de dificultad y se ve: que hay grandes sectores económicos que están en problemas, que hay sectores productivos que están paralizando y que hay un desempleo en crecimiento, nadie se cuestiona si es que hay que actuar o no. Sin embargo y por el contrario, en los países en donde el poder político y económico está concentrado, el poder concentrado es un buscador incansable de excusas para demorar o para postergar las medidas y tareas que buscan, precisamente, distribuir o democratizar el poder. La sociedad y la economía de Chile necesitan urgentemente ser transformadas: tenemos demasiada desigualdad; tenemos demasiada concentración económica; tenemos demasiada concentración en nuestras fuentes informativas y en los medios de comunicación que nos alimentan negativamente todos los días; todavía tenemos demasiado elitismo autoritario y demasiado poca democracia.
La cuestión de fondo es que hasta hoy: el único poder que tiene el 90% de los ciudadanos es su voto cada 4 años. En cambio los que concentran el poder económico, político y social votan todos los días. No debemos olvidar, que los monopolios, la concentración económica, la concentración del poder y la desigualdad, siempre producen efectos negativos. Hoy, más que antes debemos ser capaces de sostener nuestras convicciones con firmeza y hacer que el Gobierno rectifique en donde está cometiendo errores o sobretodo, está inmóvil o cometiendo injustas omisiones. La enorme mayoría del país se ha dado cuenta de que hoy o rectificamos esta ausencia de medidas y estas políticas que no son nuestras, o vamos derecho a enfrentar importantes derrotas electorales y políticas en el tiempo que viene.
Algunas Consideraciones Finales
En los últimos 10 años el crecimiento y el desarrollo de la economía nacional dejaron de estar en los altos niveles que mantuvieron entre los años 1988-1997. A partir de 1998, pareció instalarse en el país la idea de que ya era poco mas lo que debíamos hacer, que el desarrollo estaba al alcance de la mano y que no era necesario avanzar en profundas reformas que aún se encontraban pendientes. Más de alguna de nuestras mas altas autoridades políticas y empresariales, anunció que el desarrollo se alcanzaría para el Bicentenario el 2010, aún cuando mas recientemente ya se ha aplazado para alrededor del 2020. Sin embargo, al ritmo que vamos y con los enfoques que aplicamos, no vamos a llegar a ser desarrollados en varias décadas más.
Peor aún, estamos entrando en un período “bastante difícil” como final y tardíamente lo ha reconocido el propio Ministro de Hacienda recientemente. En la realidad, ya hace algún tiempo el país ha venido enfrentando un bajo crecimiento, con un desempleo creciente, con una inflación importada que no se reconoce, mientras en paralelo dada las políticas imperantes, aumenta la concentración y la desigualdad se profundiza. Según un estudio reciente del Banco Mundial, en el escenario internacional se pone una atención creciente en los países que se denominan del segundo mundo, los que se asocian con su condición de ingresos medios, y anuncia que en los próximos años podría producirse “un nuevo grupo que ascienda al primer mundo”. Entre estos últimos, entre otros, incluye a Malasia, Tailandia y Chile. Destaca sin embargo, que en las circunstancias actuales, “el principal riesgo en estos países es la desaceleración en su crecimiento”, lo que origina inevitablemente: presiones sociales, disputas distributivas, crispación y tensión política, que va instalando la típica “profecía auto-cumplida” de la oportunidad histórica pérdida. Estos son países que han abierto sus economías al mundo - aunque entre ellas Chile es el que lo ha hecho en mayor grado - y que dependen críticamente de su éxito exportador, que la experiencia de los países Asiáticos enseña que pasan por algunas fases o etapas de desarrollo progresivo.
En una primera fase, este desarrollo exportador consiste sólo en acceder oportunamente a los mercados tradicionales ahora más abiertos. En el caso de Chile, según el estudio del Banco Mundial todavía estamos en la fase en que un 85% del aumento de nuestras exportaciones corresponde a empresas que producen “más de lo mismo”, es decir, productos básicos o materias primas sin mayor elaboración y que en los últimos años se han visto muy favorecidas por las alzas en sus precios y el aumento de sus mercados. Un 10% adicional de este aumento exportador, aparece por los nuevos mercados abiertos por los TLCs. Y sólo apenas un 5% del aumento de nuestras exportaciones, consiste en nuevos productos, con nuevas tecnologías, que diversifican la canasta exportadora. Ciertamente el estudio del Banco Mundial califica este grado de diversificación exportadora de Chile, como un resultado bastante pobre y considera que, “el hacer más de lo mismo no conduce al desarrollo en un plazo razonable”. Además, con la ausencia de una política de desarrollo del sector exportador – en donde es fundamental y prioritario mantener un tipo de cambio alto y sostenido a lo largo de un período prolongado, según el propio Banco Mundial - no conseguiremos en el futuro previsible dar el salto que falta. Así, las posibilidades de acceder a niveles superiores de desarrollo se esfumarán irremediablemente, si seguimos las mismas políticas que venimos practicando en estos últimos 10 años.
Nunca como ahora de acuerdo a nuestra experiencia reciente, queda tan claro que inclinarse por lo financiero en desmedro de lo productivo no conduce al desarrollo; que restringir al sector público en sus posibilidades de inversión, coordinación y desarrollo en sectores básicos como la energía, la infraestructura, el transporte y otros, a favor de un sector privado que sólo invierte en lo que le proporciona altas y seguras utilidades, tampoco logrará hacerlos despegar de este nivel mediocre que hemos alcanzado, en que nos auto-engañamos pensando que estamos al borde del desarrollo ya que estamos repletos de bienes importados gracias a los altos precios del cobre y a que las casas comerciales y los bancos han repletado el mercado de tarjetas de crédito de todo tipo. Si observamos los “sectores líderes” de la economía Chilena, en donde se producen las más altas utilidades y se concentran los grandes grupos económicos, veremos que se trata de: los sectores de menor densidad tecnológica, en donde se alcanzan las mayores utilidades y el menor valor agregado, en donde el trabajo requiere menos preparación y puede ser mediocremente remunerado. Nos referimos principalmente al sector bancario y financiero, a las grandes empresas de retail, al sector inmobiliario y de la construcción y a otros servicios similares.
Como hemos señalado, en los últimos años hemos permitido la lenta pero progresiva disminución de la influencia del Estado sobre la economía y ya desde hace varios años, la economía empieza a predominar claramente sobre la política. Inexorablemente hemos pasado de una economía de mercado, a una sociedad de mercado en donde se comercializa la educación, la salud, la previsión y los bienes públicos. El retroceso en que nos encontramos, hace aparecer que el orden económico predominante ya no va a cambiar en el tiempo que viene. Sin embargo, la profunda crisis internacional en que estamos entrando, nos abre nuevas oportunidades para rectificar y retomar el camino de la construcción de un Estado Social de Derecho, con un buen nivel de crecimiento pero con verdadera equidad. Como lo están señalando los mas diversos estudios relativos al medio internacional que empezamos a enfrentar, el futuro estará dominado por tres poderes luchando por la hegemonía internacional, esto es: por EEUU, China y la Unión Europea. Al día de hoy, ya es claro que el modelo anglo norteamericano no solo está en grandes problemas, sino también no puede seguir siendo el modelo orientador de nuestras decisiones estratégicas. A la vez, más allá de los grandes aumentos en nuestro intercambio comercial con China, las diferentes orientaciones culturales, políticas, económicas y sociales nos indican claramente que no es un modelo a seguir en nuestra organización social y política interna. Las circunstancias objetivas internacionales, nos están indicando claramente en cambio que nuestro futuro como sociedad y como nación debe ser el camino seguido por la Unión Europea , en donde predomine una verdadera economía social de participación, con mayores niveles de democracia, equidad, integración e inclusión social.
En los últimos 10 años el crecimiento y el desarrollo de la economía nacional dejaron de estar en los altos niveles que mantuvieron entre los años 1988-1997. A partir de 1998, pareció instalarse en el país la idea de que ya era poco mas lo que debíamos hacer, que el desarrollo estaba al alcance de la mano y que no era necesario avanzar en profundas reformas que aún se encontraban pendientes. Más de alguna de nuestras mas altas autoridades políticas y empresariales, anunció que el desarrollo se alcanzaría para el Bicentenario el 2010, aún cuando mas recientemente ya se ha aplazado para alrededor del 2020. Sin embargo, al ritmo que vamos y con los enfoques que aplicamos, no vamos a llegar a ser desarrollados en varias décadas más.
Peor aún, estamos entrando en un período “bastante difícil” como final y tardíamente lo ha reconocido el propio Ministro de Hacienda recientemente. En la realidad, ya hace algún tiempo el país ha venido enfrentando un bajo crecimiento, con un desempleo creciente, con una inflación importada que no se reconoce, mientras en paralelo dada las políticas imperantes, aumenta la concentración y la desigualdad se profundiza. Según un estudio reciente del Banco Mundial, en el escenario internacional se pone una atención creciente en los países que se denominan del segundo mundo, los que se asocian con su condición de ingresos medios, y anuncia que en los próximos años podría producirse “un nuevo grupo que ascienda al primer mundo”. Entre estos últimos, entre otros, incluye a Malasia, Tailandia y Chile. Destaca sin embargo, que en las circunstancias actuales, “el principal riesgo en estos países es la desaceleración en su crecimiento”, lo que origina inevitablemente: presiones sociales, disputas distributivas, crispación y tensión política, que va instalando la típica “profecía auto-cumplida” de la oportunidad histórica pérdida. Estos son países que han abierto sus economías al mundo - aunque entre ellas Chile es el que lo ha hecho en mayor grado - y que dependen críticamente de su éxito exportador, que la experiencia de los países Asiáticos enseña que pasan por algunas fases o etapas de desarrollo progresivo.
En una primera fase, este desarrollo exportador consiste sólo en acceder oportunamente a los mercados tradicionales ahora más abiertos. En el caso de Chile, según el estudio del Banco Mundial todavía estamos en la fase en que un 85% del aumento de nuestras exportaciones corresponde a empresas que producen “más de lo mismo”, es decir, productos básicos o materias primas sin mayor elaboración y que en los últimos años se han visto muy favorecidas por las alzas en sus precios y el aumento de sus mercados. Un 10% adicional de este aumento exportador, aparece por los nuevos mercados abiertos por los TLCs. Y sólo apenas un 5% del aumento de nuestras exportaciones, consiste en nuevos productos, con nuevas tecnologías, que diversifican la canasta exportadora. Ciertamente el estudio del Banco Mundial califica este grado de diversificación exportadora de Chile, como un resultado bastante pobre y considera que, “el hacer más de lo mismo no conduce al desarrollo en un plazo razonable”. Además, con la ausencia de una política de desarrollo del sector exportador – en donde es fundamental y prioritario mantener un tipo de cambio alto y sostenido a lo largo de un período prolongado, según el propio Banco Mundial - no conseguiremos en el futuro previsible dar el salto que falta. Así, las posibilidades de acceder a niveles superiores de desarrollo se esfumarán irremediablemente, si seguimos las mismas políticas que venimos practicando en estos últimos 10 años.
Nunca como ahora de acuerdo a nuestra experiencia reciente, queda tan claro que inclinarse por lo financiero en desmedro de lo productivo no conduce al desarrollo; que restringir al sector público en sus posibilidades de inversión, coordinación y desarrollo en sectores básicos como la energía, la infraestructura, el transporte y otros, a favor de un sector privado que sólo invierte en lo que le proporciona altas y seguras utilidades, tampoco logrará hacerlos despegar de este nivel mediocre que hemos alcanzado, en que nos auto-engañamos pensando que estamos al borde del desarrollo ya que estamos repletos de bienes importados gracias a los altos precios del cobre y a que las casas comerciales y los bancos han repletado el mercado de tarjetas de crédito de todo tipo. Si observamos los “sectores líderes” de la economía Chilena, en donde se producen las más altas utilidades y se concentran los grandes grupos económicos, veremos que se trata de: los sectores de menor densidad tecnológica, en donde se alcanzan las mayores utilidades y el menor valor agregado, en donde el trabajo requiere menos preparación y puede ser mediocremente remunerado. Nos referimos principalmente al sector bancario y financiero, a las grandes empresas de retail, al sector inmobiliario y de la construcción y a otros servicios similares.
Como hemos señalado, en los últimos años hemos permitido la lenta pero progresiva disminución de la influencia del Estado sobre la economía y ya desde hace varios años, la economía empieza a predominar claramente sobre la política. Inexorablemente hemos pasado de una economía de mercado, a una sociedad de mercado en donde se comercializa la educación, la salud, la previsión y los bienes públicos. El retroceso en que nos encontramos, hace aparecer que el orden económico predominante ya no va a cambiar en el tiempo que viene. Sin embargo, la profunda crisis internacional en que estamos entrando, nos abre nuevas oportunidades para rectificar y retomar el camino de la construcción de un Estado Social de Derecho, con un buen nivel de crecimiento pero con verdadera equidad. Como lo están señalando los mas diversos estudios relativos al medio internacional que empezamos a enfrentar, el futuro estará dominado por tres poderes luchando por la hegemonía internacional, esto es: por EEUU, China y la Unión Europea. Al día de hoy, ya es claro que el modelo anglo norteamericano no solo está en grandes problemas, sino también no puede seguir siendo el modelo orientador de nuestras decisiones estratégicas. A la vez, más allá de los grandes aumentos en nuestro intercambio comercial con China, las diferentes orientaciones culturales, políticas, económicas y sociales nos indican claramente que no es un modelo a seguir en nuestra organización social y política interna. Las circunstancias objetivas internacionales, nos están indicando claramente en cambio que nuestro futuro como sociedad y como nación debe ser el camino seguido por la Unión Europea , en donde predomine una verdadera economía social de participación, con mayores niveles de democracia, equidad, integración e inclusión social.
Fuente: Presentación realizada en la Universidad Tecnológica Metropolitana (UTEM), el martes 22 de Abril de 2008. Blog de guillermo es www.elmostrador.cl Es un articulo para reflexionar y comparar con nuestros procesos a nivel Latinoamericano. ¿Vos que decis?
No hay comentarios:
Publicar un comentario