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lunes, 20 de junio de 2011

John Stott: un retrato por sus amigos

Por. Samuel Escobar, España
Entre los varios actos celebratorios ha estado el lanzamiento de un libro al cual tuve el privilegio de contribuir un capítulo. Es un volumen de 217 páginas titulado John Stott: un retrato por sus amigos , [1] en el cual treinta y cinco amigos de todo el mundo escriben acerca de su encuentro con Stott, o de episodios que en su conjunto ofrecen algo así como un retrato de cuerpo entero del maestro.
El libro ha sido editado por Chris Wright, pastor anglicano igual que Stott, y biblista especializado en Antiguo Testamento, que fue misionero en la India y que ha sucedido a Stott al frente de la Fundación Langham. Wright es apreciado en el mundo de habla hispana por libros como Conociendo a Jesús a través del Antiguo Testamento (1996) y más recientemente su monumental obra La misión de Dios (2009), publicados por la Editorial Andamio de Barcelona. Muchos de los autores de este retrato hacen referencias diversas y esclarecedoras a los numerosos libros de Stott que han sido traducidos a más de veinticinco lenguas.
Tuve el privilegio de conocer a John Stott en 1959, durante un curso de formación organizado por los GBU de Gran Bretaña para obreros de la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos. Él fue nuestro guía en una visita a la Universidad de Cambridge, y guardo el recuerdo de su elegante figura y su perfecto inglés mientras nos hablaba de Isaac Newton y de los estudiantes evangélicos que salieron de Cambridge como misioneros a diferentes partes del mundo.
En el libro que comento los primeros ocho capítulos se refieren a la familia y los años formativos . Su sobrina Caroline Bowerman cuenta anécdotas sobre el “tío Johnnie”, su paciencia con los niños y su cuidado por la familia extendida, aunque él mismo permaneció soltero. Michael Gree n recuerda que Stott lo casó y pronunció el sermón de la boda, y Oliver Barclay recuerda sus años en la Universidad de Cambridge donde fue desarrollando su habilidad como apologista, defensor articulado y convincente de la fe cristiana.
Los capítulos 8 a 13 del libro se ocupan del ministerio de Stott como pastor anglicano y de su servicio en el marco del Anglicanismo. Frances Whitehead , su secretaria desde 1956 hasta 2011, lo recuerda como el pastor de la Iglesia All Souls en el centro de Londres, pero también como el jefe exigente consigo mismo y con quienes trabajaban con él. John Smith , miembro de All Souls desde su niñez y luego tesorero de la iglesia y vecino de Stott durante cinco años, cuenta de sus hábitos : no necesitaba más de seis horas diarias de sueño, aunque después de llegar a los cuarenta acostumbraba tomar una siesta de media hora. Michael Boughen , quien sucedió a Stott como pastor de All Souls, recuerda sus serias dudas de aceptar el cargo, el proceso complicado de su nombramiento y la inquebrantable voluntad de Stott. Describe también la creciente influencia que fue teniendo en el sector evangélico del Anglicanismo.
La tercera sección del libro cuenta con 11 capítulos dedicados a la influencia internacional de Stott . Los autores provienen de Australia, Estados Unidos, Sri Lanka, Perú, Ecuador, Kenya, Pakistán, y la ex–Yugoeslavia, además de Gran Bretaña. Ajith Fernando de Sri Lanka lo presenta como mentor y modelo para líderes jóvenes, René Padilla del Ecuador recuerda como durante un viaje por la Argentina Stott le limpió los zapatos recordando que Jesús enseñó que había que lavar los pies los unos a los otros. David Gitari , arzobispo de Kenya ya jubilado recuerda sus años de estudiante en Bristol y los desayunos con Stott. Michael Nazir Ali de Pakistán recuerda sus días de estudiante en Oxford y Cambridge y la ayuda recibida de Stott, y luego los comienzos de su obispado en Pakistán y la correspondencia y visitas de Stott que le ayudaron a sortear las dificultades.
El libro está ilustrado con muy buenas fotografías. En una foto Stott aparece con tres jóvenes teólogos en 1985: Henri Blocher de Francia, Andrés Kirk de Inglaterra y Peter Kuzmic de lo que entonces era Yugoeslavia. Kuzmic recuerda con gratitud los esfuerzos especiales de Stott para ayudar a los pastores y teólogos de Europa Oriental en los años duros de la guerra fría, y la beca que él mismo recibió para poder estudiar durante un semestre en Cambridge. En mi capitulo hago referencia a los Congresos de Evangelización de Berlín en 1966, el de Lausana en 1974 y al papel clave que jugó Stott en aquella toma de conciencia crítica del Evangelicalismo mundial. Valoro especialmente su esfuerzo por convencer a evangélicos de Estados Unidos y Europa que tenían que prestar atención a las voces evangélicas jóvenes de Asia, África y América Latina.
En los capítulos restantes hay anécdotas acerca del interés que Stott ha tenido en los pájaros y que ha cultivado por todo el mundo, aprovechando sus viajes de ministerio. Fotógrafo experto y buen caminante y atleta, Stott también prestó atención al mundo de los medios de comunicación masiva y a la renovación de la música en la vida de las iglesias. Acostumbraba tener estudiantes de teología como asistentes , y cuatro de ellos comparten historias de su capacidad como maestro y mentor. John Wyatt , respetado médico y estudioso de cuestiones relativas a la fe cristiana y la ética médica da cuenta de cómo Stott le ayudó cuando fue hospitalizado debido a un episodio de fatiga mental aguda. Luego cuenta que tuvo el privilegio de devolver el favor a Stott cuando éste sufrió una caída y una fractura de cadera en el año 2006. Después de la cirugía por la que pasó Stott, muy frágil y debilitado, pasó también por una experiencia de confusión mental y alucinaciones. Esto le causó gran preocupación y se le aconsejó que escribiera un documento sobre sus deseos respecto a su salud en caso de llegar a estar incapacitado o inconsciente. Esto es en parte lo que escribió:
Aprecio grandemente la habilidad de pensar con claridad y de poder escribir, para ser físicamente independiente y poder proveer apoyo pastoral a amigos y contactos. Si sufro de una condición que pueda ser tratada en la cual dentro de un período relativamente corto de tratamiento médico seré restaurado a mi salud presente y al funcionamiento de mi mente, entonces me gustaría recibir ese tratamiento. Sin embargo, no quisiera que mi vida sea prolongada artificialmente si me quedo en estado terminal o vegetativo… La razón por la que no quiero aferrarme a esta vida es que tengo una esperanza viviente de una vida más gloriosa más allá de la muerte, y no quiero que me impidan heredarla innecesariamente . [2]
Wyatt describe lo difícil que le resultó a Stott ir aceptando las secuelas de su operación y aceptar que su ministerio de predicación pública y de producción literaria estaba llegando a su fin. Desde el año 2007 Stott ha vivido en el College de St. Barnabas en Linfield donde es atendido de manera profesional en un ambiente cristiano. Allí es donde un pequeño grupo de amigos celebró con él sus 90 años.
Chris Wright termina el libro relatando su visita a John Stott en enero de este año 2011 y las reflexiones que han venido a su mente tras la preparación y edición de esta colección de 35 testimonios de personas de todo el mundo:
Así pues, John Stott ha sido un hombre que se pasó la vida llevando a otras personas a confiar en la cruz de Cristo, y exhortando con sentido de urgencia a los que habían confiado para que obedeciesen las palabras de Cristo. En la medida en que este Retrato dice la verdad sobre el hombre al cual retrata, que retrate también la verdad transformadora del Evangelio de nuestro Señor Jesucristo en la vida de uno de sus más dedicados seguidores. Y por esa vida le damos toda la gloria, las gracias y la alabanza a Dios nuestro Señor . [3]

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[1] Chris Wright, Ed. John Stott: a Portrait by his Friends Leicester: Inter Varsity Press,2011.
[2] Id., p. 211
[3] Id., p. 217

Autores: Samuel Escobar

Fuente: © Protestante Digital 2011

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