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martes, 14 de febrero de 2012

¿PARA QUE SIRVEN LOS TEOLOGOS?

Por. Luis Eduardo Cantero, Argentina*

Esta pregunta no solo se la hecho el teólogo profesional o raso, también se la han hecho los profesionales de otras ciencias. Algunos con interés por conocer esta disciplina; otros en cambio, en son de burlas… pues, es mas fácil encontrar una definición clara e interesante en otras ciencias; por ejemplo, es más interesante saber para que sirven los filósofos, los antropólogos, los sociólogos, los docentes, los abogados, los médicos, los historiadores, etc. Pero, para qué sirven los teólogos, las teólogas, si sabemos que para enseñar alguna área de la divinidad no se necesita dedicar años de estudios, no seria mejor estudiar filosofía y por allí buscar una línea fenomenológica o estudio de las creencias cristianas, creen algunos profesionales de las ciencias prácticas.
Es cierto que no es fácil llegar a un consenso claro de los profesionales de esta ciencia eclesiástica, esa va a hacer nuestra línea de abordaje en este artículo, es llegar a una respuesta clara y convincente ¿para que sirven los teólogos, las teólogas? Pero, antes de llegar a una respuesta con respecto a esta disciplina, comienzo por mi otra profesión de ser filósofo y docente universitario ¿para que servimos los filósofos? Como filósofo creo que servimos para hacer pensar, reflexionar y actuar sobre los problemas que le atañen al género humano. Estamos aquí para ayudar a encontrar soluciones a los problemas existenciales del ser humano, a darle sentido a la existencia, a liberarnos de los dogmas que imprime la moral ortodoxa de las denominaciones cristianas ambiguas (puritanas como bautistas renovadas, wesleyanas, pentecostales, neopentecostales, entre otras) , y a valorar los valores, principios y normas enseñado por la ortodoxia adaptándolo a nuestra época.
Sin caer en el relativismo de las cosas, etc. Pues prima el principio universal sobre el principio particular, por ejemplo: antes de emprender un cambio a la doctrina del matrimonio instituido por la doctrina cristiana, en la historia de la iglesia cristiana, sustentado por un principio sagrado como es la Biblia, como base de enseñanza, norma y fe de conducta. Por satisfacer deseos individuales como pregona las minorías de las comunidades gay. Antes de violar y herir a ambas mayoría vs minorías, debemos pensar, reflexionar y actuar de acuerdo a principios universales como es y ha sido enseñando en toda la existencia del pensamiento cristiano. Y no tratar de dejarnos seducir por ideologías posmodernas instaurada por la teoría de género….
Este seria un ejemplo de lo que para mi es el accionar de un filósofo cristiano, porque soy cristiano. Ahora bien, antes de explicar para que sirven los teólogos, las teólogas, quiero hacer una mirada retrospectiva del quehacer de los teólogos. En el siglo XVIII, en esta época había un dualismo entre la iglesia docente y la iglesia enseñada, se buscaba en quien recaía el poder y el saber, que debían hacer los feligreses, pues había un condicionamiento “solo en el cuerpo pastoral residía el derecho y la autoridad necesaria para promover y dirigir a todos los miembros hacia el fin de la sociedad. La multitud no tiene más derecho que el dejarse conducir y como dócil rebaño, seguir a sus pastores.” (1)
Según el concepto anterior, que todavía persiste en algunos colegas, que ser teólogo es un experto calificado para ayudar a sostener la verdadera doctrina aprendida y enseñada por la tradición de x denominación, sin cuestionar los pros y contra, así deberá ser enseñado a los feligreses. Pues ellos han sido comisionado para anunciar y enseñar la verdadera doctrina aprendida en la historia de su denominación; por lo tanto ningún feligrés podrá cuestionar al experto, se creen dueño absoluto de la verdad, pues justifican su aparato ideológico con posturas impuesta bajo el sometimiento de que son los “elegidos” por Dios para conservar y preservar la doctrina, la pregunta que surge es ¿cuál doctrina? ¿Acaso la academia teológica le da el derecho a someter al pueblo, o es que el pueblo creyente no hace teología, cuando leen, meditan y reflexionan en la palabra?
Ahora bien, el saber teológico visto de esta forma, hace que el experto termine siendo dueño del conocimiento, como acontece hoy en día en los grupos renovados bautistas, que hacen de su figura pastoral una cúpula privilegiada, que contiene “el poder” de Dios en sus manos, pues ellos terminan siendo los showman del culto cristiano, que solo el “apóstol”, el pastor tiene la autoridad de sanar, liberar y profetizar al pueblo creyente, que pasó con el sacerdocio universal, que pasó que todo creyente es justificado por la fe. ¿Qué evangelio han aprendido estos estúpidos que engañan al rebaño del Señor? Lo triste es que el creyente se ha olvidado el principio de leer la Palabra de Dios como fuente de aprendizaje, no dejar que el poder de aquellos que se hacen llamar “apóstoles” se conviertan en un instrumento para someter a las mentes a sus estupideces. El impacto de estas estupideces se compensa con la debilidad de la penetración de esa falsa ideología y que afecta o cambia el verdadero sentido de la fe; ésta por desgracia pierde su horizonte en Jesús y termina esclava en la autoridad del apóstol o pastor iluminado. El motivo original de la fe ya no es la comunión con Dios y Su Palabra, sino en la obediencia a siega a la ideología impuesta por su pastor o apóstol.
Por lo anterior, el teólogo apóstol o renovado (si se puede llamar teólogo, creo que no saben que es ser teólogo) se convierte en un guardián y controlador de una caja de recetario o caja de herramienta. De esta manera, ellos se convierten en los dueños de todo el imperio de la iglesia, pues tratan de sostener el orden establecido que hacen que todos participen en encuentros, retiros y cursos para diferenciar lo profano de lo sagrado: no amar las cosas del mundo, sino pensar en las cosas espirituales, mientras dejan sus riquezas y demás al servicio del experto: apóstol o pastor. En fin este concepto no aclara para que sirve el teólogo, si nos quedamos con estas acciones creemos que ser teólogo es enseñar estupideces, es un ser que trata de imponer una ideología al servicio de sus intereses y de su señor: el dios mamón.
Pasamos ahora aquellos que creen que ser teólogo es renovar la iglesia. Con esta idea estúpida la iglesia bautista en Argentina, como otras iglesias de América latina han visto como se ha ido perdiendo la identidad, los principios y la doctrina de la teología bautista, es normal hoy ver a pastores bautistas autodenominándose pentecostales, pues si fueran pentecostales serían un poquito más coherente con sus acciones, pues al observar el show que ofrecen cada domingo, se convierten en domingueros, que entretienen a una feligresía analfabeta, que han perdido el norte de ser fieles a Dios y a Su Palabra: de no ser idólatras ni seguir otro evangelio, el cual han aprendido de los verdaderos hombres y mujeres de la fe, que encontramos en Hebreos 11, en los verdaderos apóstoles, profetas y la historia cristiana hasta ayer… creo como bautista me siento indignado por escuchar tantas estupideces en los pulpitos (me refiero en el caso argentino del clero bautista renovado y las iglesias renovadas), donde se profana la Palabra de Dios y lo triste que el analfabetismo bíblico teológico de los feligreses ayudan a sostener estas estupideces.
Ellos creen que ser teólogos es renovar toda la iglesia, sus funciones se extienden a otro campo. Sin duda conservan su función de expertos calificados, pues han sido formados de seminarios, que también han sido cambiado para perpetuar estas estupideces, lo que ha acontecido en uno de nuestros seminarios latinoamericanos, que en el pasado, se reconocía por su ortodoxia, docentes prolijos, serios en sus discursos, que eran invitados en otros países, muchos lideres y pastores de América latina venían a estudiar a ese seminario, yo era uno de esos que tenia un deseo de ingresar a esa institución teológica. Cuando llegué a la Argentina a estudiar en otra Universidad, paralelamente quise aprovechar el momento de seguir formándome en esa institución, pero fue una perdida de tiempo y de dinero, pues lo que era el seminario del pasado no quedó ni la sombra, la ola renovada había vaciado de todo, los grandes “pensadores” no quedó nada, lo académico fue reemplazado por la espiritualidad a siega.
Hoy es triste ver que de la historia solo queda el edificio, que al recorrer sus pasillos, no queda nada de la memoria histórica… Sin duda conservan su función de institución de renombre, se creen los dueños del poder del saber “renovados”, “iluminados” en su discernimiento de las verdades de la fe, en la lectura, la enseñanza y la interpretación de las fuentes de la que dimanan en su formulación tanto formativa como especulativa, en su aplicación moral y pastoral. Todo esto recae en sus estudiantes, docentes y se revierte en las iglesias. Esto hace que el aparato ideológico estúpido se mantenga en toda la estructura de la renovación eclesial.
Para evitar que estas ideologías sigan generando mas locura al pueblo creyente, debemos pensar en la teología bautista cristiana, es bueno que demos a la teología nuestra toda su densidad no solo a vivir la espiritualidad, sino también a la participación del conocimiento racional que Dios tiene de si mismo y que nos comunica por su hijo hecho carne y por la presencia del Espíritu Santo. Es triste que estos estúpidos “teólogos renovados” nos hagan creer a los no renovados que estamos equivocados y que no tenemos vida, porque no saltamos como locos, atando y desatando demonios cada domingo y en cada acto litúrgico, lo que no saben ellos, es que su accionar y forma de hacer teología cada vez más la empobrecen, como aconteció con la escolástica que había encajonado la teología en una enseñanza académica, sin penetración sensible de la Palabra de Dios oída y vitalizada. (2)
Hoy es lo contrario, hacen creer en los creyentes que no vale la pena hacer uso de la razón ni de la preparación intelectual. Hoy se enseñan desde los pulpitos que se puede hacer teología sin tener que usar la razón, solo desde la experiencia, pues estas personas que enseñan estas cosas se olvidan que los extremos son dañinos, dejan de lado las reglas de análisis y de la deducción para caer en una especulación… hacer teología sin hacer uso de las herramientas que Dios ha dejado en el ser humano es caer en la línea de la locura.
Si dejamos que todo sea vivido por la experiencia sin hacer uso de las herramientas que sirven para regular nuestras experiencias… es caer en la línea de la locura, por eso es necesario que el teólogo en su inteligencia misma, y no en un fervor sobreañadido, se mantenga en comunión con Dios y con el pueblo, solo así podrá mantenerse firme y fiel en lo que ha aprendido en los claustros de teología. Ha sido llamado y capacitado para ser un facilitador del mensaje de Cristo al pueblo, su compromiso le compete no solo para actuar, sino también luz para comprender los designios de los tiempos: en los últimos días vendrán falsos profetas, evangelistas y engañadores que tratarán de desviar al pueblo de Dios a creer en fabulas y falsas filosofías para engañar aun a los escogidos. Por eso, el teólogo deberá ser fiel al que lo llamó y al evangelio en que fue instruido, pues es la fuente inmediata de la verdad teológica.
Finalmente, el teólogo tiene como misión discernir lo que esta haciendo daño a la grey de Dios. Su trabajo en sus múltiples tareas esta constituido por un discernimiento original, al servicio de la iglesia, de los hermanos los cuales viven su fe individualmente y colectivamente, es analizada en el contexto donde viven. El teólogo tiene como incumbencia detectar las rectitudes mentales, doctrinales, morales y místicas de las obras evangélicas, diferenciar entre ortopraxis y ortodoxia (3). Su lugar de intervención y de construcción es la vida de la iglesia comprometida en el mundo, siguiendo el ejemplo de Jesús, estar al lado de los pobres, de los marginados por la sociedad, construyendo un mundo posible donde todos podamos vivir (….).

*Luís Eduardo Cantero, es Teólogo y Filósofo, pastor, docente universitario. Actualmente es Doctorando en el Departamento de Historia de la Iglesia del Instituto Universitario ISEDET, Bs. As. Argentina. www.luiseduardocantero.visitame.es

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Referencias bibliográficas:
(1) ENCICLICA VEHEMENTER, 1906, citado por Evangelista Vilanova, Para comprender la teología, Estela (Navarra): Verbo Divino, 1995, p. 12
(2) Vilanova, p. 14.
(3) Ibíd., p. 16.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Patético y lastimoso su comentario.

Anónimo dijo...

Me gusto el comentario fue muy completo le saluda licenciada en teología pastoral

Anónimo dijo...

Participo en la renovación carismática. Honestamente estoy muy de acuerdo con usted. Y su nota me incentivo a estudiar teología. El discernimiento racional es de suma importancia para el pueblo de Dios.