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martes, 22 de octubre de 2013

Encuentros inter-religiosos en el Luna Park. Datos y reflexiones (Parte 2)

Por. Hilario Wynarczyk, Argentina*
 
En estos momentos el tema del diálogo inter-religioso y las aproximaciones entre algunos evangélicos y católicos adquiere cierta relevancia por la asunción de Francisco Primero, Papa, que fuera el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, un auspiciador de esta clase de eventos. En el texto que sigue quiero exponer la crónica que escribí en el año 2009, del Quinto Encuentro Fraterno de Evangélicos y Católicos en el Espíritu, organizado por CRECES (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo). Aquella crónica fue publicada por Prensa Ecuménica y aquí le ofrecemos la segunda parte, el final de dicha nota.
 La religión pública en el Luna Park
En la Argentina en estos momentos el tema del diálogo inter-religioso y las aproximaciones entre algunos evangélicos y católicos adquiere cierta relevancia por la asunción de Francisco Primero, Papa, que fuera el Cardenal Jorge Mario Bergoglio, un auspiciador de esta clase de eventos. En la primera nota expuse la crónica del Quinto Encuentro Fraterno de Evangélicos y Católicos en el Espíritu, organizado por CRECES (Comunión Renovada de Evangélicos y Católicos en el Espíritu Santo), el 1 de mayo de 2009. En esta segunda parte vamos a referirnos al Sexto Encuentro, que tuvo lugar el año 2012, y también hemos de referirnos a varios hechos que siguieron después. Las ediciones anteriores del encuentro de CRECES tuvieron lugar en los años 2004, 2005, 2006 y 2007.
La unidad de los cristianos
La reunión de CRECES del sábado 13 de octubre de 2012, se extendió entre las 10 de la mañana y las 6 de la tarde, con un público estimado en 6000 asistentes y la participación de 100 ministros religiosos católicos y evangélicos, pero no contamos con informaciones para saber cuántos precisamente fueron los evangélicos.
Las alabanzas (canciones de alabanzas a Dios) estuvieron dirigidas por el pastor Sebastián Golluscio. Sacerdotes católicos y pastores evangélicos compartieron el mate, y también tomó mate con ellos el Arzobispo de Buenos Aires, Jorge Mario Bergoglio, exaltado a Sumo Pontífice seis meses después, en marzo del 2013.
Esta reunión llevó hasta sus niveles más altos la pretensión de crear una nueva forma de ecumenismo. El que conocemos como el Movimiento Ecuménico –centrado en la Teología Latinoamericana de la Liberación– reunió a partir del Concilio Vaticano II en la década de 1960 a católicos progresistas con evangélicos de iglesias del protestantismo mejor avenido con las lógicas culturales de la Modernidad y sus impactos teológicos: metodistas, luteranos, calvinistas y otros, considerados por la Iglesia Católica Apostólica Romana como hermanos, pero “hermanos disidentes”.
El movimiento galvanizado en CRECES aparece en cambio como uno de convergencia entre católicos estrechamente alineados con la dirección de su iglesia en la Argentina y en el Vaticano, de una parte,  y algunos evangélicos, de la otra parte, pertenecientes a las corrientes que no habían participado del Movimiento Ecuménico mencionado: pentecostales y bautistas (pero bautistas de la línea de la “renovación carismática”).
Esta convergencia a cincuenta años de aquel otro ecumenismo (el que todos conocemos como “el Ecumenismo”) encuentra su dínamo y razón de ser en el reconocimiento común del Bautismo del Espíritu Santo y la acción del Espíritu Santo, una acción real y actual, sobre la vida de las personas y las iglesias.
Entre los oradores tuvo un lugar destacado el padre Raniero Cantalamessa (capuchino, 78 años a la fecha del VI Encuentro de CRECES). De sus declaraciones en una conferencia de prensa surge también la idea de una convivencia de cristianos destinada (en segundo término, podríamos decir) a aislar a los fundamentalismos, como más adelante notaremos.
Con una notable formación académica, Cantalamessa se dedicó a la docencia por espacio de unos veinte años antes de dedicarse a tiempo completo al ministerio de la Palabra. Durante doce años fue miembro de la delegación católica para el diálogo con las Iglesias Pentecostales, y de ahí su fuerte conocimiento de las lógicas culturales de los evangélicos con los que se reune y con los que comparte un sentir acerca del significado existencial de Pentecostés. “Juan Pablo II lo nombró Predicador de la Casa Pontificia en el año 1980 y Benedicto XVI lo confirmó en dicho cargo en 2005. En calidad de predicador dirige cada semana, en Adviento y en Cuaresma, una meditación en presencia del Papa, de los cardenales, obispos, prelados y superiores generales de órdenes religiosos. Se le llama a hablar en muchos países del mundo, a menudo también por hermanos de otras denominaciones cristianas”[1]. Cantalamessa ha escrito además numerosos libros de historia y espiritualidad, traducidos a muchos idiomas.
Las exposiciones en el Encuentro en el Luna Park
La idea del amor y de una renovación “pentecostal” estuvo presente especialmente en el discurso del padre Ranero Cantalamessa: “Si todas las biblias del mundo desaparecieran y quedara solamente una línea para ser leída, ‘Dios es Amor’ es la frase resumidora. Toda la Biblia está ahí. El Espíritu Santo no es una idea de la realidad, es la realidad. Los cristianos queremos experimentar un nuevo Pentecostés. Dios es Amor. Estar llenos del Espíritu Santo es estar llenos de Dios. ¿Por qué nos creó Dios? Porque nos amaba. ¿Y por qué la encarnación? Porque Dios nos ama tanto que nos manda a su hijo por amor. Jesús es Dios, que nos ama de manera humana. En sus ojos, la gente de su tiempo sintió el amor de Dios. No se ama a Dios en abstracto. Jesús es el objeto directo del amor de Dios.”
A su vez el pastor Carlos Mraida (uno de los coordinadores del Consejo de Pastores de la Ciudad de Buenos Aires y pastor de la “Iglesia del Centro”) volvió sobre el tema de la renovación, desde otro ángulo: “Dios quiere hacer algo nuevo en esta ciudad y en esta Nación. Que los cristianos seamos militantes por la vida, la justicia y la equidad. Que seamos la voz de los que no tienen voz ni derecho a la vida. El Evangelio no se avergüenza ante el sistema que dice que la fe ya fue. Que ya no hay lugar para la fe”.
En otro pasaje, Mraida acentuó el enfoque escatológico: “Dios nos dio los ojos de la Promesa. Ojos proféticos. Leemos la historia desde el final para acá. Nosotros conocemos el final de la película. Dios es nuestra última esperanza porque somos su primer amor”.
Jorge Mario Bergolio, por entonces Arzobispo, fue ovacionado cuando se aprestó a hablar y colocó el acento en lo que sería más tarde un eje de sus apariciones públicas después de ser nominado Sumo Pontífice: “Jesús pasó más que nada su tiempo en las calles. El sigue pasando en medio nuestro. La gente no dejaba pasar oportunidad de estar con Jesús. De tocarlo, de apretujarlo, de recibir de él. No le tengo miedo a los que combaten a Jesús, porque ellos ya están vencidos. Le tengo más miedo a los cristianos distraídos, dormidos, que no ven a Cristo pasar. Hemos perdido dos cosas: la capacidad de asombrarnos ante las palabras del Señor. Estamos atiborrados de noticias que van dejando de lado la buena noticia. Hemos perdido la ternura. Jesús se acercaba a la llaga humana y la curaba. Recuperemos esas dos características: no nos acostumbremos a ver al enfermo, al hambriento sin asombro y sin ternura”.
Jorge Himitian (pastor de la congregación evangélica “Comunidad Cristiana – Condarco” y uno de los coordinadores del Consejo de Pastores de Buenos Aires) leyó ante la multitud la Declaración Común del Sexto Encuentro Fraterno, un documento difundido en cada edición de las reuniones masivas de CRECES: “El Espíritu Santo abrió nuestros ojos espirituales, y comprendimos cosas muy simples pero grandiosas. Cosas muy conocidas pero a la vez ignoradas. Comprendimos que la iglesia es más que un edificio material donde se rinde culto a Dios. Todos los que somos hijos de Dios, somos por lo tanto, hermanos. Cristo fundó una sola Iglesia, y quiere que su iglesia manifieste en el mundo la unidad y la santidad que caracterizan a Dios”.
Las exposiciones en la Conferencia de Prensa
Posteriormente hubo una Conferencia de Prensa, con forma de preguntas y respuestas, de la que participaron Norberto Saracco (pastor de la “Iglesia Buenas Nuevas”, rector del Instituto Teológico FIET y uno de los coordinadores del Consejo de Pastores de Buenos Aires), el padre Raniero Cantalamessa, predicador de la Casa Pontificia, como hemos dicho antes,  y el padre Fernando Gianetti, Párroco de N.S. de la Misericordia de la Arquidiócesis de Buenos Aires y Responsable de la Comisión Arquidiocesana de Ecumenismo y Diálogo Interreligioso del Arzobispado de Buenos Aires.
El padre Raniero dijo lo que significaba para él este encuentro de CRECES en el Estadio Luna Park de la Ciudad de Buenos Aires y volvió sobre términos-clave de las exposiciones aquí citadas, la renovación espiritual de Pentecostés y la profecía, e incluyó el tema del fundamentalismo, como una especie de frente opositor. Los siguientes son tramos seleccionados de la Conferencia de Prensa: “Yo lo he dicho en presencia del Papa, que lo que he visto en Buenos Aires es algo pionero: son cristianos que expresan su fe en conjunto. Católicos y evangélicos, sin divisiones. Esta expresión es como el Pentecostés. Los cristianos deben vivirlo así: como un nuevo Pentecostés”. “La Iglesia está siguiendo en forma muy atenta lo que está ocurriendo en Buenos Aires. Atentos a este signo, que creo yo, es un signo profético de los nuevos tiempos”.  “Así lo he expresado el viernes último, durante una meditación en presencia del Papa Benedicto XVI. Esta es la forma de alejar el fundamentalismo religioso: cristianos que se abrazan, que se encuentran a compartir su fe”.
En otro pasaje de su intervención en la Conferencia de Prensa volvió sobre el fundamentalismo con estas palabras y un giro más enfático: “Yo he mencionado en una meditación que le di al Papa Benedicto XVI precisamente lo que había vivido la última vez acá en el encuentro acá en Argentina. Hablé de la Nueva Evangelización que hubo en la historia de la Iglesia. Una, la evangelización de América Latina en el siglo XVI. Hablando de la evangelización hablé de los problemas actuales y mencioné este encuentro, de esta conversión que es un signo tremendo, hacia una comunión, una colaboración y dije en esa ocasión que me parece que este es el signo profético del porvenir, y es la manera de aislar los grupos fundamentalistas, polémicos y agresivos, la verdadera forma de dialogar entre los que ponen en el centro a Jesús y no a su Iglesia o denominación o su persona”.
El pastor Norberto Saracco, respondiendo a una pregunta a su vez volvió sobre el aspecto testimonial de la vida del cristiano: “Creo que la mejor manera de transmitir la fe es a través de una vida que refleje la fe. Me parece que todos coincidimos en que estamos cansados -y los jóvenes mucho más cansados- de mensajes huecos, de mensajes con palabras espirituales que, la verdad, no reflejan nada. Cansados de ver nuestras propias contradicciones permanentes, decir que creemos semejantes cosas y después vivimos de otra manera. Yo creo que la mejor manera de predicar en este tiempo y la mejor manera de que se acerquen a la fe, en especial los jóvenes, es que quienes vivimos en la fe tengamos vida coherente con lo que creemos, es una cuestión de coherencia. Esto no es nuevo, esto aparece en el propio evangelio cuando Jesús dice que seamos luz del mundo, la luz no está para esconderse. Entonces son distintas imágenes, que lo que quiere decir en última instancia es que la predicación más fuerte es la de nuestra vida, y creo que el llamado hoy a los cristianos es vivir una vida revitalizada en su fe en buen sentido, no en un fanatismo o cosas por el estilo, una fe coherente que se exprese cada día”.
El padre Gianetti, respondiendo a otra pregunta sobre la cual intervino primero el padre Raniero Cantalamessa, enfatizó la cuestión de la comunidad espiritual inter-religiosa, referida a católicos y evangélicos: “Si me permiten continuar lo del padre, compartimos en común la fe en Jesucristo que nos revela Dios como padre e hijo del Espíritu Santo. Creemos en el hijo de Dios nacido por la gracia del Espíritu Santo y la Virgen María, creemos en la misma Biblia, usamos la misma Biblia excepto por algunos libros del Antiguo Testamento. Compartimos el Bautismo, los siete primeros Concilios y tenemos mártires comunes”.
Aunque Gianetti no habló del fundamentalismo, seguidamente hizo una mención implícita a los perseguidores de los cristianos, que podrían incluir a los fundamentalistas, frente a los cuales los cristianos (en mi libre interpretación y sin usar las palabras de Gianetti) podrían conformar una especie de frente común: “Los cristianos son matados porque son cristianos, no por la denominación. En este momento los cristianos son las personas más perseguidas en el mundo. Quise decir esto para que se hable más de lo que nos une que lo que separa, estos son los núcleos fuertes de la unión”.
El encuentro de CRECES reflejado en un libro
La periodista Evangelina Himitián (hija del pastor Jorge Himitián, al que nos hemos referido aquí por su intervención en el VI Encuentro), publicó un libro titulado “Francisco, el Papa de la gente” (Buenos Aires, Aguilar). En el capítulo X, titulado “Un hombre de todas las religiones”, le dedicó un considerable espacio a las relaciones entre evangélicos y católicos auspiciadas por Jorge Mario Bergoglio y se refirió especialmente a la experiencia de los encuentros de CRECES (páginas 241-244). Allí resaltó el rol de Bergoglio: “En octubre de 2012, unas seis mil personas participaron del Sexto Encuentro Fraterno de Comunión Renovada de Católicos y Evangélicos en el Espíritu Santo (CRECES), del que Bergoglio fue mentor y garante. Sin que existiera diferencia entre pastores y sacerdotes, entre evangélicos o católicos, sino simplemente como hermanos, participaron del evento que tuvo por orador principal al padre Raniero Cantalamessa, el predicador de la Casa Pontificia, que viajó exclusivamente desde el Vaticano, para sumarse a esta experiencia. Bergoglio estuvo entre la multitud como un fiel más. Tomó mate, comió empanadas y cuando le llegó el turno de transmitir su mensaje, recibió una larga ovación”.
Un pasaje del libro (p. 244) deja entrever lo que parecería una suerte de “desclasificación de los evangélicos de la zona del estigma” o de los suburbios del cristianismo donde solían ser clasificados también como “sectas” –e inclusive sectas del imperialismo–[2]:
Al día siguiente  de ser nombrado papa, Francisco llamó a una colaboradora cercana, que ha sido una de las promotoras de los encuentros entre católicos y evangélicos. “Le quiero agradecer lo que está haciendo por la Iglesia con sus hermanos ‘los herejes’”, le dijo con toda ironía.
Algo significativo en este caso es el hecho de que el libro de Evangelina Himitian, publicado por Aguilar, un sello editorial de prestigio, se sitúa entre los varios que ya para el mes de julio del 2013, a cuatro meses de la asunción de Francisco Bergoglio como Papa, aparecieron en el mercado editorial de Buenos Aires. De Sergio Rubín y Francesca Ambrogetti, “El Papa Francisco: conversaciones con el cardenal Jorge Bergoglio” (Ediciones B). De Mariano de Vedia, “Francisco, el Papa del pueblo” (Planeta). De Mario Escobar, “Francisco: el primer Papa Latinoamericano (Océano). Del mismo Jorge Mario Bergoglio, “Nuestra fe es revolucionaria” (selección de textos de Bergoglio siendo Arzobispo y luego papa, por Claudia Carbajal; introducción y compilación integral Virginia Bonard, editorial Planeta). De Jorge Bergoglio y el rabino Abraham Skorka, “Sobre el Cielo y la Tiera” (Sudamericana).  Luego en agosto surgieron otros libros en Buenos Aires. De Jesús María Silveyra, “Francisco, un signo de esperanza” (Lumen). Del filósofo Alberto Methol Ferré y Alver Metelli, “Francisco. El Papa & el filósofo”(Biblos), un trabajo mayormente teórico de contextualización histórica y filosófica.
La visita al papa
El 29 de mayo de 2013 los seis pastores evangélicos más involucrados en este acercamiento al catolicismo en sus formas carismáticas, visitaron al papa Francisco en la residencia de Santa Marta en el Vaticano.
Pero el fenómeno de aproximación constituido por los encuentros de CRECES no alcanza una difusión predominante en el ámbito de las iglesias evangélicas. Y fuera de ellas no alcanza una magnitud significativa como para  modificar el estatus asimétrico de la Iglesia Católica y las Iglesias Evangélicas en el sistema jurídico argentino, que le brinda un sitio especial a la primera. Se trata de asimetrías por otra parte reforzadas desde lo no-jurídico por el capital simbólico de la Iglesia Católica que surge de su intenso involucramiento con la sociedad, la cultura y las instituciones, y con los problemas de injusticia socioeconómica que victimizan a los más pobres.
Por otra parte, si buscamos un acercamiento lo más objetivo posible al tema, es necesario tener en cuenta asimismo, que la visita de los pastores en el Vaticano (e implícitamente la participación en el encuentro de CRECES en el Luna Park) fue criticada por dirigentes del sector pentecostal, muy numeroso en el campo evangélico. El VI Encuentro también fue señalado desde algunos católicos, aunque con muy pocas pero incisivas palabras, como una forma de apostasía: “una apostasía con creces”.
Querría describir estas críticas pero no hay espacio ya en este artículo. Por este motivo, le dedicaremos un siguiente texto.

[1] Ésta y todas las citas textuales que veremos a continuación proceden todas de Consejo CRECES,  http://www.infocreces.com.ar
[2] Para poner en contraste estos datos el lector puede encontrar amplia información acerca de la clasificación de las iglesias evangélicas, sobre todo las de tipo pentecostal, en el paquete de las sectas del imperialismo de la “Revolución Neoconservadora de Reagan” en mi libro “Ciudadanos de dos mundos. El movimiento evangélico en la vida pública argentina 1980-2001”, publicado por la UNSAM EDITA, sello editorial de la Universidad Nacional de San Martín, a fines del año 2009. En ese libro analizo la construcción del estigma.


*Hilario Wynarczyk, es doctor en sociología y profesor de la Universidad Nacional de San Martín, UNSAM, en la ciudad de Buenos Aires, República Argentina. Reconocido como el sociólogo que más exhaustivamente ha estudiado a los evangélicos y en particular a los pentecostales en la Argentina, escribió dos libros que condensan los principales resultados de sus investigaciones sobre los temas de esta nota: “Ciudadanos de dos mundos. El movimiento evangélico en la vida pública argentina, 1980-2001” (UNSAM Edita, sello editorial de la Universidad Nacional de San Martín, 391 páginas) y “Sal y luz a las naciones. Evangélicos y política, 1980-2001” (Instituto Di Tella y Siglo XXI Iberoamericana, 222 páginas).
 
Fuente: Lupaprotestante, 2013.

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