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miércoles, 16 de abril de 2014

¿Hay nicolaítas evangélicos hoy?

Por. Juan Stam, Costa Rica*
Es importante entender en qué consistía el "nicolaitismo" tan ofensivo para Jesús, el Señor de la iglesia, en Apocalipsis. 
Juan de Patmos menciona dos veces a un misterioso pero muy peligroso grupo herético que él llama "los nicolaítas" (Apoc 2:6,15). Los cristianos de Éfeso, que tenían mucho discernimiento doctrinal, aborrecían las obras de los nicolaítas. Cristo les felicita, porque él también las aborrece (Apoc 2:6). Pero en Pérgamo esta falsa enseñanza, con su repudiable conducta, había comenzado a infiltrar la congregación (2:15).
Cualquier cosa que Cristo aborrece debe tomarse muy en serio. Es curioso, y parece contradictorio, que el mismo Jesús que critica a los efesios por haber perdido su primer amor, les felicita por tener este odio, que, de hecho, es un odio que él comparte con ellos. Por eso es importante entender en qué consistía este "nicolaitismo" tan ofensivo al Señor de la iglesia.
Juan no nos explica la doctrina de los nicolaítas, ni sus obras que deben ser odiadas, ni tampoco por qué se llaman "nicolaítas". ¿Será un apodo que Juan mismo inventó? ¿Algún "Nicolás" fue su fundador?
Los primeros lectores lo entendían, pero hoy no sabemos. De todos modos, lo importante no es explicar el nombre sino descubrir cuál era su enseñanza tan reprobable.
La mejor clave para descifrar la falsa enseñanza de este secta herética, y casi la única clave que disponemos, es su correlación con dos errores más: la "doctrina de Balaam" (2:14) y las "profecías de Jezabel" (2:20).
Todo indica que los tres -nicolaítas, balaamitas, y jezabelitas- eran una y la misma herejía. Y de Balaam y Jezabel, Juan señala el mismo error grave: enseñan al pueblo de Dios a comer viandas sacrificadas a ídolos y a cometer fornicación.
Aquí surgen algunas preguntas: ¿Qué tiene de malo comer carne sacrificada a los ídolos, si uno no cree en ellos? Pablo lo permitía, porque los ídolos no son nada (1 Cor 8:1-10). Entonces, ¿por qué lo prohibe Juan?
Otra pregunta: ¿de qué tipo de fornicación se trata aquí? ¿Sería posible maestros cristianos enseñaran el "amor libre" en las iglesias y que un grupo de cristianos y cristianas lo practicaran? También: ¿Qué tiene que ver Balaam con todo esto?
El Antiguo Testamento habla de Balaam pero en ninguna parte menciona lo de comidas sacrificadas a ídolos ni fornicación. Pero inmediatamente después del episodio de Balaam, la Biblia cuenta que los israelitas comenzaron a fornicar con las hijas de Moab, a asistir a sacrificios y a comer lo sacrificado.
Por eso, Dios ordenó una gran masacre en Baal-peor (Num 25:1-3,9).
Los rabinos explican el papel de Balaam en esa tragedia. Cuando no pudo profetizar contra Israel, y temía que iba a perder el pago prometido por Balac, Balaam concibió otra estrategia para cobrar su sueldo: Después del fracaso de su misión profética, Balaam propuso a Balak levantar tiendas con una mujer vieja afuera que invitaba a los israelitas a entrar a comprar lino. Adentro una jovencita bonita les ofrecía vino amonita, y al quedarse borrachos les seducía sexualmente para hacerles adorar a ídolos y renegar a Dios. Parece que Juan cita esa historia antigua para asociar la doctrina de los nicolaítas con uno de los personajes más repugnantes del Antiguo Testamento.
La situación en Tiatira era aún más peligrosa, por tres razones: (1) esta nueva teología de acomodo al mundo ya venía promulgada por una dizque profetisa; (2) en Tiatira toda la vida económica estaba organizada en gremios; para prosperar, o aún sobrevivir, era necesario afiliarse al gremio correspondiente, pero las reuniones y fiestas de los gremios siempre incluían actos de adoración al emperador y a los dioses. "Jezabel" les daba el mensaje acomodaticio: no hay ningún problema en compartir esos actos de idolatría. Por eso, (3) en Tiatira el grupo nicolaíta era mucho más grande que en Pérgamo. Parece que en Sardis eran aún más, de modo que los que no cayeron en esa idolatría eran "unos pocos" (3:4).
Era muy atractiva esa doctrina. Con sólo ir al templo del emperador, quemar incienso y decir "César es señor", uno quedaba bien con Dios y con el diablo. La vida era mucho más cómoda, con posibilidades de prosperidad y tranquilidad, sin problemas.

Los nicolaítas "no eran ni chicha ni limonada". ¿Habrá nicolaítas en nuestras iglesias hoy?

Autores: Juan Stam

©Protestante Digital 2014

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