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sábado, 15 de marzo de 2008

¿Cómo se disuelve la identidad protestante debido a los nuevos movimientos religiosos? ¿Y las iglesias bautistas por dónde van?

Por Luis Eduardo Cantero. Hoy parece que la iglesia cristiana bautista está más preocupada por recuperar una nueva identidad conocida como los baupen, que es una mezcla de doctrina bautista y neopentecostal. Estos grupos por lo general tienden a recuperar la estructura jerárquica, la sanación, la teología de la prosperidad, de la unción, etc. Todos estos agregados han provocado en definitiva, unas divisiones ideológicas y no estructurales que se agregan a nuestras divisiones evangélicas bautistas en Latinoamérica… El objetivo primordial de este artículo es mostrar cómo se disuelve progresivamente la identidad protestante bautista debido a los nuevos movimientos religiosos. Esto nos lleva hablar primero de la iglesia bautista en general.
¿Qué es la iglesia bautista?
La iglesia bautista es una gran familia a nivel mundial, está presente en casi todos los continentes y específicamente, en América Latina su presencia data del siglo XVIII. Sus raíces históricas se encuentran en el movimiento de la reforma religiosa del siglo XVI; en Europa hubo algunos disidentes de la iglesia católica y de la luterana, específicamente en Suiza, quienes enseñaron el bautismo solo de creyentes adultos y por inmersión. (1) John Smith hacia el año 1609 en Inglaterra que fue uno de los fundadores de la iglesia bautista, junto con Roger William, se trasladan a los Estados Unidos en 1938 y establecen la iglesia bautista americana, que con el tiempo se dividió en otras ramificaciones. No es normal que hoy continué dividiéndose, porque ha sido parte de su identidad como grupo religioso. Los bautistas nos definimos como una comunidad numerosa de creyentes cristianos evangélicos, que se han unido voluntariamente en multitud de iglesias locales, reconociendo a Jesús como nuestro Señor y Salvador. Creemos que la Biblia fue escrita por hombres inspirados por Dios, y adherimos al Credo básico de la fe cristiana. Tenemos una fe y una práctica común, que con el tiempo ha ido sufriendo algunas alteraciones lógicas, según iremos viendo.
Nuestras iglesias bautistas guardan una independencia administrativa, práctica y política de acción. Pero que hoy con los nuevos movimientos religiosos han conllevado romper esa independencia, doctrina, fe y práctica. En la actualidad los bautistas estamos de acuerdo en que el bautismo solo debe ser administrado a los niños mayores de 7 o 8 años de edad. Además creemos que los gobiernos civiles han sido establecidos por Dios para el “bienestar y orden de la sociedad”. Esto implica orar por nuestros gobernantes, salvo en aquellas cosas que sean opuestas a la voluntad de Dios. Pero, en la práctica la mayoría de los bautistas estamos de acuerdo con una separación entre iglesia y el estado.
Seria bueno preguntarles a los bautistas españoles qué ha pasado con este principio ¿Por qué han celebrado un concordato con el estado español para sostener la economía de la denominación? Celebrar un acuerdo con el imperio es caer en la estructura de la iglesia imperial (…), y creemos que este no debería ser el objetivo primario de una comunidad bautista; lo que debemos hacer es recuperar como evangélicos las demandas del Reino de Dios y cumplir con nuestro mandato profético: Liberar a los cautivos, etc. (2)
Unidad y diversidad entre los bautistas.
Dentro de nuestro cuerpo hay una diversidad de pensamientos teológicos, allí encontramos a los conservadores, fundamentalistas bíblicos, libres, del séptimo día, liberales, progresistas, ecuménicos, bautistas neopentecostales: los Baupen. Pero hay unidad en la fe bautista y “práctica” con agregados de seducción religiosa como la sanación y expulsión de demonios, se ha ido desvirtuando el objetivo primario. La tendencia ha estado entre los que creen en una interpretación literal, alegórica al pie de la letra de la Biblia, hasta aquellos que muestran preocupación por los excluidos de la sociedad, los marginados, por la igualdad del género humano, igualdad religiosa entre las comunidades cristianas (ecumenismo), bueno ésta solo se ha dado con mayor representatividad en Australia, México, Costa Rica, Brasil, Alemania y ahora en Colombia, pero en algunos personajes que se han vestido de una nueva moda, con el objetivo de ser tenidos en cuenta, nos parece que son oportunistas, que están tratando de aprovechar de un momento especial de la Historia de la Iglesia (…) Aquí encaja la preocupación de Helen Farley Mejía, quien hace un comentario a uno de estos personajes, más preocupada por la esencia ecuménica del movimiento que por otra cosa.
“Admirado Señor X, estoy en el arduo camino de la búsqueda del ecumenismo, me considero abierta y respetuosa a las infinitas formas de manifestación del amor del Dios y hacia Dios, pero Dios me libre de decir que soy ecuménica y no serlo realmente. Es un término de moda, que pierde real significado ¿o significante? cuando se utiliza sin teoría-acción, y se busca otras cosas...”(3)
En que creemos los bautistas.
Ante esta diversidad de bautistas, ¿dónde se confunden los principios y la doctrina bautista? En el pasado hemos tenido un legado dejado por nuestros fundadores, por los que supuestamente debemos regirnos ya que son principios de fe y doctrina bautista obtenida de la Palabra de Dios. Compartimos algunas de ellas. Los bautistas creemos en un solo Dios, la Biblia como norma de fe y no aceptamos otros escritos como ingredientes de la fe. La salvación es por fe y no por obras, por lo tanto no se pierde. Jesucristo es el único mediador entre Dios y los hombres, Cristo es el salvador.
Los Bautistas y los derechos humanos.
Los bautistas en la historia de los Estados Unidos han tenido un papel importante en la lucha por los derechos políticos, sociales y religiosos en la población indígena, negra y latinos de los Estados Unidos. Una de las figuras que sobresalen en esta historia de las luchas por los marginados y excluidos de la sociedad: es Martín Luther King, pastor bautista y abogado, por sus accionar se le llamó el apóstol de la no violencia, perteneció a una iglesia bautista negra. A su lado se formó un equipo de líderes que continuó con su proyecto liberador a favor de la igualdad política, social y religiosa del género humano. De ese grupo se destacó el excandidato presidencial y conocido como hombre público Jesse Jackson.
Los Bautista en Colombia.
Los bautistas iniciaron su trabajo de evangelización en las islas de San Andrés y Providencia en 1844 bajo la guía del cónsul estadounidense y el pastor bautista Jaime Livingstone organizó una iglesia bautista en las islas. En la actualidad los bautistas son el grupo más numeroso y representativo de esta isla colombiana. En cambio, la obra Evangelística en el continente comenzó en 1942, bajo la iniciativa de un misionero Schwinsberg que fundó la Iglesia Bautista Central en Barranquilla. En ese momento sus convicciones eran más bien conservadoras, pero debido a las mutaciones religiosas, hoy es baupen. En 1946 se fundó la Primera Iglesia Bautista en Cali y un año después en Bogotá. En los años siguientes la obra bautista se extendió rápidamente por todo el territorio colombiano. En ese momento había una identidad bautista muy conservadora, pero con el tiempo fue mutando, debido a los nuevos movimientos religiosos que surgían, y algunos pastores para no perder sus fieles o por convicción, terminaron adsorbidos por estas ideologías, como veremos a continuación:
A partir de los años 60 y 70 del siglo pasado, debido al gran auge de la teología de la liberación en América Latina, se notaron cambios también en nuestro país, en especial Medellín. Las iglesias evangélicas fueron desafiadas a plantearse nuevos modelos junto al proyecto de liberación propuesto: una identidad teológica latinoamericana. Esto trajo como consecuencias divisiones internas en varias denominaciones históricas entre ellas la presbiteriana e interamericanas. Hoy las divisiones son entre comunidades de características neopentecostales, que pueden ser de modalidades diversas como con tendencia a la expulsión de demonios, cultos de sanación, apostolado y teología de la prosperidad en las iglesias con tradición conservadora. Un ejemplo a citar: las iglesias bautistas, interamericanas, bautistas independientes, presbiterianas cumberland, entre otras. El resultado de esta batalla campal e ideológica fue la creación de dos bloques. Un bloque liberal, que optaba por el proyecto liberador; y un segundo bloque conservador, que optaba por el dogma (hoy deberíamos continuar estos bloques con un tercero: los de la teología de la prosperidad) Los sectores fundamentalistas conservadores se replegaron y se encerraron en sí mismos – todavía se mantienen en esa posición – el otro sector, mas abierto, formado por las iglesias históricas presbiterianas e interamericanas de Laureles en Medellín han sobrevivido en medio de la exclusión de los sectores fundamentalistas conservadoras.
Las iglesias que se insertaron en el proceso liberador, fundaron centros de educación teológica, con nuevos paradigmas de reflexión e iluminado por la teología de la liberación, tales como la solidaridad cotidiana expresada en el compartir el dolor, la esperanza y la lucha de clase de una vida digna y un salario digno (4). En cambio, el bloque conservador comenzó a fortalecer sus centros de formación teológica con el objetivo de contrarrestar el movimiento liberador, y el tema de la teología de la liberación empezó a debatirse “(…) pues lo que siempre se vio como hijos de Dios, ahora se veía como desertores de la ‘Verdadera doctrina cristiana’, herejes, hijos del Diablo” (5).
A pesar de la riqueza temática liberadora que se generaba en ese momento, muchas comunidades no lograron producir cambios en los sectores conservadores. Ellas siguieron adoctrinando a pastores, líderes y creyentes según el esquema tradicional del caudillo dirigente. La critica al poder eclesial centralizado y a otros temas, quedó como tema archivado. El resultado es que hoy no podemos hablar de democracia participativa en los diferentes sectores de la sociedad, si no logramos que en nuestras iglesias e instituciones educativas no la haya también.
Muchas de estas instituciones eclesiales y paraeclesiales han desarrollado un nueva identidad: una fe puritana -con tendencia a la New Age y hacia la mentalidad positiva que se refleja en los sermones del éxito y lucro-, una misión espiritualista de la vida que procura conservar el nombre de “Bautistas” (6), dejando a un lado la historia de los bautistas, sus doctrinas y principios prácticos. No solo eso, sino que se han alejado básicamente de los principios de la reforma.
Ante la preocupación por la salvaguarda de la memoria histórica deberíamos preguntarnos que valor tiene la historia de los Bautistas, los Reformadores, la historia cristiana de los primeros siglos, la misma Biblia. ¿Qué modelo de iglesia debemos construir hoy? ¿Qué importancia tiene la historia a la hora de enfrentar los nuevos desafíos? Y cómo podemos comprender y contestar el desafío que enfrentamos como iglesia en este mundo globalizado. La globalización representa una manera de pensar acerca del mundo y una manera de ver el mundo. Es una manera de organizar prioridades estableciendo por lo tanto un sistema de valores para determinar su importancia. (7) Hoy se dice que vivimos en un mundo globalizado, es decir que somos parte de un contexto que a través de la información y las comunicaciones ya no reconocen barreras geopolíticas. ¿Qué pasa con la Iglesia en este nuevo contexto socioeconómico que se nos impone?
Esta globalización ha provocado un despliegue de la libre competencia de la oferta y la demanda, por eso, la competitividad se constituye como característica de esta nueva identidad religiosa: La competitividad dentro de la economía es solo una modalidad del comportamiento de los actores económicos en el contexto de los mercados competidores, en la religión del mercado deviene objetivo principal de la sociedad entera, como de las empresas y del Estado. Todo en nuestra sociedad se orienta hacia formar para la competitividad: la escuela, las universidades, etc. El objetivo de la educación no es ya la formación integral del ser humano, sino crear personas competitivas, cuantas más mejor. La competitividad se torna el único evangelio que se predica en la nueva identidad religiosa (Baupen). Este evangelio cuenta con evangelistas, teólogos, teólogas, pastores, sacerdotes, etc. como subraya Ricaccardo Petrella: “Los evangelistas son los economistas y expertos que han codificado la economía de mercado basándose en pensadores y científicos como Hobbes, Darwin, Spener, Nietzsche, a quien se manipula sin recato siempre que es necesario.(8)
Esta nueva identidad religiosa tiene su código de ética, que no se caracteriza por la defensa del bien común. Y los frutos de esta ética se resumen así:

- Libertad individual como valor absoluto sin referencia comunitaria, que se desemboca en un individualismo beligerante. Los valores están en los seres individuales, nunca en las instituciones.
- Libre iniciativa como despliegue de la libertad individual, que se desemboca en el libre mercado y sobre todo en el mercado único y pensamiento único.
- Competitividad feroz y agresiva, orientada a la superación y al éxito individual.
- Culto a dios Mamón, al que se le rinde culto y se le ofrece sacrificios de vidas humanas, las de los pobres…
- Darwinismo social, que implica la eliminación de quienes no se atienen a la lógica del mercado.(9)
Por otro lado, esta nueva identidad religiosa tiene su propia teología: La teología de la prosperidad. Esta enseña que todos los cristianos llegarán a ser ricos, según sea su fidelidad a los nuevos credos. Que aquellos que no son adinerados no lo son es causa de su poca fe, desconocen la voluntad de Dios y por su falta de confianza en Él no prosperan. De acuerdo a este mensaje los creyentes pobres son unos ignorantes dignos de lástima. Parece que estos predicadores no han leído algunos pasajes bíblicos que nos informa de cómo San Pablo tuvo que trabajar con sus propias manos para financiar sus propios viajes misioneros, tampoco han leído de lo pobre que era la iglesia en Jerusalén, al punto de necesitar ofrendas de otras congregaciones. El apóstol Pablo nos habla de los tiempos de hambre y necesidad que él pasó en su ministerio. Sus palabras a los corintios al respecto, debieran abrirle los ojos a cualquiera que desea conocer la verdad. Y Jesús mismo no muestra signos de riqueza, ni le interesan, en su propia encarnación. Es más, dice cuanto mucho…” ¡Ay de los ricos…!”
Esta teología ha penetrado algunas denominaciones tradicionales, entre ellas, bautistas, presbiterianas, metodistas, etc. Desde la década de los sesenta del siglo pasado, esta “teología falsa” ha ido ganando seguidores, principalmente en los Estados Unidos, pero, ha tenido gran acogida en los países tercer mundistas: América Latina, África, Asia y en algunos países de Europa, donde justamente más necesidades crea el progreso y la prosperidad de los países ricos. El contenido de ésta teología es repetitiva, hasta que se logra formar una actitud mental al respecto. Los seguidores de la teología de la prosperidad predican con una autoridad que no es del Dios de los pobres, marginales y desposeídos. (10)
Finalmente esta nueva identidad ha provocado un mercado religioso donde los llamados inversores y especuladores, que anuncian el evangelio de la felicidad, predican en realidad el pacto de bienes económicos como norma para romper las ataduras y salir de la pobreza; además defienden la fe como esperanza de que el pacto económico solucionara todos los problemas. Los sacramentos de la nueva religión son los productos comerciales que se venden en la iglesia o a través de los medios de comunicación. Imágenes atractivas, cargada de mensajes subliminales orientados a crear necesidades que los ciudadanos no pueden satisfacer y a motivar el consumo de manera compulsiva. Ante esta realidad. ¿LAS IGLESIAS BAUTISTAS LATINOAMERICANAS QUÉ ACTITUD ASUMEN? Esa es la pregunta que entre todos deberemos responder.
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1. Adolfo, Robleto, Conozca quienes son, El paso, C.B.P, 1986
2. Luís Eduardo, Cantero, “Desafíos teológicos para una eclesiología bautista contextual. Elementos fundamentales para hacer misión.” Revista signos de vida, CLAI, Quito, Ecuador, # 39 marzo (2006), p. 7 ss.
3. Helem Farley Mejía, publicado en lupaprotestante, 9 de agosto de 2007.
4. Ejemplo a citar PROMESA, hoy recinto universitario de la Universidad Bíblica Latinoamericana en Medellín y el Seminario Teológico Presbiteriano y Reformado de la Gran Colombia, hoy Universidad Reformada de Colombia, Barranquilla, ha firmado un convenio con otras universidades para ofrecer títulos de grado y postgrado: Especialización y Maestría. Estos centros, el tema de pobreza, marginación y exclusión empezó a debatirse pues lo que siempre se vio como un don divino era confrontado como fruto de la injusticia social. Amilkar Ulloa Entrevista Medellín: Promesa, marzo 20 de 1999.
5. Joaquín, Espinosa Diálogos ecuménicos. Medellín, Iglesia Evangélica Interamericana, 6 de junio de 1999.
6. Pablo, Moreno Una relectura de nuestros principios y creencias bautista a la luz de tiempos nuevos. Medellín: Ponencia presentada en la XLVII Asamblea anual de la Convención Bautista colombiana, enero 5 – 9, 1997.
7. ARAUJO, Alex. Globalization and Word evangelism. Grand Rapids, Baker House Company, 2000: 58. citado por CANTERO, Luis Eduardo. ibíd., p: 34.
8. R. Petrella. El evangelio de la competitividad: Le Monde Diplomatique, diciembre 2003 – enero 2004.
9. Luis Eduardo, Cantero, “Bonhoeffer en defensa de la justicia y la paz. Su vida, pensamiento e influencia en la teología latinoamericana” Revista Signos de Vida, CLAI, Quito, Septiembre # 41 (2006), p. 19
10. Luis Eduardo Cantero, publicado por el editor de obrero fiel http://www.obrerofiel.com/content.php?a=TVE9PQ==&c=TWpNPQ==&st=WXc9PQ==&cnt=TWprM09BPT0
* Luís Eduardo Cantero, es pastor bautista, docentes universitario, colombiano, residente en Buenos Aires., Argentina.

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