3. La cuestión: métodos naturales y artificiales
3.1. Los métodos anticonceptivos Otra de las cuestiones que se relacionan con este tema, es la que se denomina “métodos naturales y métodos artificiales”. El contraste que quiere establecerse entre ambos no es tal. Uno se cuestionaría: al fin y al cabo, ¿qué es lo natural: dejar que la mujer conciba un hijo que la pareja no determinado tener o dejar de tener relaciones sexuales aunque el apetito sexual natural esté pidiendo la relación? Por otra parte, permanentemente los cristianos estamos “alterando” lo que seria la ley natural. Utilizamos lentes de contactos, prótesis, anteojos, dientes postizos, ingerimos comprimidos para enfermedades diversas, como la epilepsia entre otras. Y hacemos todo eso sin dudas ni conciencia culpable. Para decirlo en palabras de Alberto Roldán, “la intención de no procrear es la misma en todas las aplicaciones, y ella es lo que importa desde el punto de vista de la culpabilidad, si se decide que la hay” (Op. Cit: 280).
3.2. ¿El aborto como método? En forma determinante debemos descartar el aborto como método de control de natalidad. Por las siguientes razones que nos conducen a su rechazo como metodología legítima para un cristiano. La primera razón, es de orden bíblica, podemos mencionar algunos pasajes: No matarás (Ex. 20: 13). Porque tú formaste mis entrañas; tú me hiciste en el vientre de mi madre... mi embrión vieron tus ojos (Salmo 139: 13 – 16). Antes que te formase en el vientre, te conocí, y antes que naciese te santifiqué, te di por profeta a las naciones (Jer. 1: 5; Gá. 1: 15). Los textos anteriormente citados nos muestran una gran verdad: “una criatura concebida y en formación en el vientre de su madre no es un mero conjunto de tejidos corporales. Es una persona” (Roldán, ibíd: 282). La segunda razón, es de orden teológica. Esta parte quiero citar al famoso teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, que nos dice: “El matar el fruto del vientre materno es lesionar el derecho a la vida concedido por Dios a la vida en germen. La discusión de la cuestión de si en este caso se trata de una persona o no, sólo confunde el sencillo hecho de que aquí Dios quiere crear un ser y que a este ser en formación se le ha quitado intencionalmente la vida. Dicho en un lenguaje judicial asesinato premeditado” (Op. Cit: 85).
Finalmente, “todos los métodos anticonceptivos tienen una finalidad: evitar la fecundación. La variación de los mismos radica en el costo, las consecuencias que provocan y el porcentaje de eficacia. Por lo tanto, el método que cada pareja elija es un asunto que compete a ella, según mutua determinación, posibilidades económicas y asesoría profesional” (Roldán, Op, cit: 282). “Se trata de un hecho que pone a prueba tanto la libertad cristiana como el dominio que debemos ejercer en la naturaleza por mandato divino. Paternidad responsable es, determinar el número de hijos que una pareja puede alimentar, vestir y educar para la honra y gloria de Dios” (Ibíd: 282).
(1) “Un papiro egipcio que tiene una antigüedad de 4.000 años y fue debate de los filósofos griegos hace unos 2400 año” (Roldán, Ibíd.: 270).
(2) No entraremos en demasiados detalles de orden biológico, no es éste el lugar apropiado, pero si es necesario tener bien definida su valoración moral y ascética. Su solicitud fue aclarada por el Papa Pio XII cuando afirmó que los esposos pueden quedar dispensados de la obligación de colaborar con Dios en el despertar de nuevas vidas, cuando existen “motivos importantes, y esto por un tiempo prolongado y hasta durante toda la vida, motivos que pocas veces tienen su fundamento en criterios médicos, eugenésicos, económicos y sociales. De lo cual se deduce que la observancia de los periodos infecundos puede ser lícitas y lo es dentro de las condiciones indicadas” (Pío XII, Alocución a las Comadronas de Italia, 29 – IX – 1951, citado por Gómez y Fenoy, Op. Cit: 134). Los organismos eclesiásticos entre ellos tenemos: la Iglesia Reformada de Holanda, la Iglesia Anglicana, entre otras, que apoyan el control de natalidad en sus países de origen. (Roldán, op. Cit: 273). Para aquellos que desean conocer y saber más sobre la paternidad responsable, les invito a consultar el capitulo V, del libro: Amor y matrimonio (Gómez y Fenoy, Op cit: 77 – 97).
*Es Pastor bautista, colombiano, docente universitario y miembro de la Iglesia Evangélica Bautista de Flores. Profesor y Decano Ad - honorem del Seminario Teológico Misionero Tiranno, San Justo, Bs. As, Argentina (www.misiontiranno.visitame.es). Este artículo surge de su trabajo de investigación sobre el matrimonio y familia titulado: PROYECTO DE EDUCACIÓN BÁSICA PARA EL MATRIMONIO LO QUE DEBEN SABER LOS NOVIOS ANTES DE CASARSE. Fue el tema de su tesis de Maestría en Teología pastoral: Especialidad orientación familiar presentada al CENTRO DE INVESTIGACION BIBLICA, INSTITUTO SUPERIOR DE TEOLOGIA Y CIENCIAS BIBLICAS. Tenerife, España.
Publicado por Editor de Contenidos, el Jueves, 10 de Julio 2008 (www.cristianet.com.ar)
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