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martes, 29 de julio de 2008

Las relaciones entre la Psicología Pastoral y la Evangelización

Por el Dr. Jorge A. León*
La imagen que Dios nos ha dejado del Paraclito; que nos consuela, nos acompaña y nos convence de pecado, es semejante a una paloma. Por eso, yo me animo, a afirmar que la Psicología Pastoral y la Evangelización son semejantes a las dos alas que interactuando armónicamente nos ayudan a ascender, y movernos en la vida espiritual y pastoral. Para lograr la adecuada interacción entre estos dos aspectos de la Teología Pastoral, necesitamos comprender y creer firmemente, en la vigencia y la actualidad de otra imagen que Dios nos ha dejado que, solemos expresar en latín, me refiero a la Imago Dei, que la Biblia conserva en Génesis 1:26-27. Para muchos cristianos Adán y Eva fueron personas históricas; para otros son sencillamente personajes míticos. Pero no vale la pena dedicar tiempo y espacio a reflexionar sobre quien tiene razón; porque para reflexionar teológicamente sobre este relato bíblico nos sirven las dos interpretaciones. Porque el mito no significa falsedad; más bien el mito da cuenta de un origen; porque éste la aprehensión intuitiva de una realidad que la razón no puede explicar. Ciertamente, un ave no puede volar si le cortan las plumas de una de sus alas. Por eso, tenemos que acudir a la Psicología para comprobar lo que acabo de decir en el párrafo anterior. El psicoanálisis tiene un importante fundamento en dos mitos: el de Edipo y el de Narciso. Dudo que haya algún psicoanalista que crea que estos dos señores compartieron con nosotros este mundo. Lo importante es que tenemos la seguridad de que este tema jamás dividirá a los psicoanalistas, porque todos creen en la existencia del complejo de Edipo, descubierto por Sigmund Freud a fines del siglo 19, basándose en sus propios sueños. Esta información la tenemos gracias a que se ha conservado su correspondencia con el Dr. Wilhelm Fliess (1858-1928). En la carta número 71, fechada en Viena el 15 de octubre de 1897, Freud le dice a Fliess lo siguiente: “Un solo pensamiento de validez universal me ha sido dado. También en mi he hallado el enamoramiento de la madre y los celos hacia el padre, y ahora lo considero un suceso universal de la niñez temprana, si bien no siempre ocurre en edad tan temprana como en los niños hechos histéricos”.1. Si Alguien me dijera que el complejo de Edipo no aparece en la Biblia, yo le sugeriría que leyera Levítico 18:7-17; y después de haber leído este texto, le diría que, si existe la prohibición es porque existe el deseo. Es importante recordar que el mito de Edipo existió, en versión oral, mucho antes de que el poeta Sófocles (496-406 a. de C.) lo pusiera por escrito en su tragedia Edipo Rey.2. ¡Qué lástima que muchos líderes cristianos no estén convencidos de la presencia de la Imago Dei, con la certeza que tienen los psicoanalistas de la existencia del complejo de Edipo! Justamente, el hecho de que algunos cristianos le den poca importancia al cuentito de Adán y Eva y que no tomen en cuenta que los mejores sermones son aquellos que se predican fuera del púlpito es la razón por la cual la Iglesia esta fallando en su pastoral y en su evangelización. Creo firmemente que en el contacto interpersonal, en el seno de cada comunidad de fe, poniendo en acto dos relaciones que unen y reúnen a la Psicología Pastoral y a la Evangelización, como las dos alas del ave inspirador de la metanoia, entendida en su significado etimológico de “cambio en el modo de pensar y de sentir” 3. que solemos llamar conversión, revitalizará nuestras comunidades eclesiales, que a la vez, hará sentir su influencia sobre el vecindario. Las dos alas de la simbólica ave son las siguientes:
1- UN FUNDAMENTO TEOLÓGICO BÁSICO
La Psicología Pastoral y la Evangelización, en mi opinión, tienen el mismo punto de partida y el mismo objetivo. El ser humano que conocemos hoy no es el mismo que fue creado originalmente por Dios. El Salmo 8 se refiere a ese hombre ideal, sin pecado, parecería ser un salmo profético referido al Mesías. El relato del Génesis nos dice que la imagen original (Génesis 1:26-27), fue dañada por el pecado La convicción de que Jesucristo es la imagen de Dios, (Imago Dei), el Segundo Adán; condujo a la Iglesia Primitiva a creer que era posible la restauración del hombre a su condición original, ese es el testimonio que encontramos en el Nuevo Testamento. Todo parece indicar que el ser humano del siglo 21 tiene la tendencia a continuar degradándose cada vez más, pero hay un remanente en la Iglesia que reconoce que Jesucristo es el Señor y que a través de Él, es posible la restauración de la imagen de Dios. Todo evangelista, y todo agente de la pastoral debe tener, como presupuesto básico, la convicción de que el ser humano no puede ser neutral ante Dios. ¿Por qué? Porque dentro de cada ser humano hay dos realidades en pugna: La imagen de Dios y el pecado. Esta situación motiva la ambivalencia que el ser humano experimenta frente a Dios: Amor-odio, culpabilidad-justificación, temor-deseo, fe-incredulidad, atracción-rechazo. En algunos seres humanos predomina la atracción hacia Dios y entonces procuran adorarle en espíritu y en verdad. En otros predomina el rechazo y entonces procuran satisfacer su imagen de Dios, (imago Dei) a través de un sustituto para Dios, de un ídolo de su creación o de importación. Toda persona, aún aquella que nos parece la más depravada, tiene la imago Dei. Esta afirmación bíblica es una motivación y una esperanza para la tarea de los agentes de la Pastoral, sean clérigos o laicos; y también para los predicadores y para todos los miembros de la comunidad de fe que sientan vocación de realizar un ministerio de Evangelización. Se trata de un gran desafío para toda la comunidad eclesial. Por lo tanto, es necesario que se realicen estudios lo más profundos que sea posible, sobre esto concepto antropológico fundamental para la Teología Práctica, en las bases de las congregaciones cristianas. Ya he señalado que el Salmo 8 nos muestra al hombre creado a imagen y semejanza de Dios pero sin pecado. En Hebreos 2:6-10 se nos dice que el hombre al cual se hace referencia en este Salmo no es otro que Jesucristo. El Nuevo Testamento nos dice en forma explícita que Jesucristo es la imagen de Dios. Por eso, la definición de la imagen de Dios en el hombre, la encontramos en la persona de Jesucristo, quien es el arquetipo al cual debemos conformarnos para lograr la plena restauración de la imago Dei. El segundo Adán es tentado en el desierto, pero resiste la tentación (Mt. 4:1-5; Mc. 1:12-13; Lc. 4:1-13), devolviendo al hombre la posibilidad de lograr su plena humanización en Jesucristo. Pablo presenta a Jesús como el segundo Adán (Rom. 5:12:21; 1 Cor. 15:21-22). Este segundo hombre era necesario porque el primero fue tentado en el Edén y cayó en pecado, afectándose la imagen de Dios. Pablo presenta a Jesús como imagen de Dios en 2 Cor. 4:4 y en Col. 1:15-19; 3:9-10. En estos textos paulinos se utiliza la palabra eicón que en la Biblia se utiliza para referirse a la imagen impresa en una moneda. 4. Por eso, San Agustín afirma que la imagen de Dios en el ser humano, es semejante a la imagen grabada en una moneda que, aunque no se la vea por haberse gastado por el uso, forma parte de dicha moneda, desde su origen. Otro texto donde explícitamente se presenta a Jesús como imagen de Dios es Hebreos 1:3. En este caso, el autor bíblico, no utiliza la palabra eicón, sino charactér, que significa: "marca, sello, impresión, reproducción exacta". Esta palabra aparece solo una vez en el Nuevo Testamento.
La Psicología Pastoral, y La Evangelización tienen como objetivo el logro de la salud integral ---salvación, liberación o redención, (en griego bíblico sotería y apolítrosis--- de todo el ser humano y de todos los seres humanos; que se logra mediante el anuncio, verbal y paraverbal del Evangelio. La Psicología Pastoral y la Evangelización deben ser, a la vez, causa y efecto, meta y realización. El anuncio del Evangelio que hace Pablo, tiene como objetivo: "presentar perfecto (teleíos) en Cristo Jesús a todo hombre". (Col. 1:28). Todo parece indicar que el Apóstol fundamenta su concepto de Evangelización en la dialéctica de Jesús, expresada a través del cambio de modos del verbo ser, en forma dialógica, en el Sermón del Monte, que Pablo recibió por tradición oral. Veamos este interesante tema: Jesús dice: “Vosotros sois la sal de la tierra …. Vosotros sois la luz del mundo….” (presente de indicativo) (Mateo 5:13-14). Es decir “ya lo sois”, la redención está consumada en forma absoluta y total, “ya está”, esta es una tesis, pero al final de capítulo 5 aparece la antítesis expresada con el mismo verbo pero en el modo imperativo: “Sed pues vosotros perfectos como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto” (téleiós estin). Esta dialéctica también aparece en el concepto paulino de salvación en la epístola a los Romanos. Después de haberse referido ampliamente al “ya” de la salvación por la fe en Jesucristo, presenta el “todavía no” al final de la epístola al decir: “… porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación (sotería) que cuando creímos”, (Rom. 13:11). Lo mismo ocurre con el concepto de liberación o de redención (apolítrosis) en la epístola a los Efesios, el “ya está” aparece en Efe 1:7, el “todavía no, en Ef. 4:30. La síntesis podríamos encontrarla a través de un símbolo matemático, el signo de más, (+) que es la Cruz. El ya es la salvación en el sentido vertical, que se refiere a nuestro destino más allá de la vida; la línea horizontal expresa nuestra vida en este mundo. Por lo tanto, mientras tengamos problemas humanos, tales como hambre, enfermedad, injusticia, falta de afecto, de posibilidades de estudio y capacitación, etc., la redención cristiana a nivel horizontal todavía no se ha consumado. Aquí hay un trabajo para ser realizado a través del testimonio y el ministerio integral de la Iglesia Cristiana. Llamo Iglesia Cristiana a aquella que tenga una proclamación kerigmática, que exprese cabalmente la koinonía y la diaconía. Esa Iglesia, es la única en este mundo, que verdaderamente reconoce a Jesús como el Señor. Tanto la Evangelización como la Psicología Pastoral no pueden hacer todo lo que necesita la sufriente humanidad, pero se puede hacer algo, y lo que se puede, se debe hacer como parte del ministerio de la Iglesia. Es importante aclarar que sería absurdo concebir la Evangelización y la Psicología Pastoral como soluciones instantáneas o mágicas. Las soluciones mágicas no existen, tenemos por delante un proceso muy largo y trabajoso, a favor de un mundo mejor. Debemos asumir la responsabilidad que a cada uno nos toca, con entusiasmo y compromiso.
En un libro que aparecerá a principios de Septiembre de este año, digo: “La evangelización es el proceso mediante el cual, paulatinamente, la palabra de Cristo se va encarnando en el creyente. Tiene dos fases: una que va dirigida al logro del inicio de un proceso; la otra, que se encamina hacia la continuación de este proceso, hasta la culminación. Esta definición implica que la evangelización debe ser dirigida tanto a los incrédulos como a los creyentes. De los primeros, se espera que acepten a Jesucristo como su Señor y salvador, reconociendo la realidad de que son pecadores, convirtiéndose así en creyentes. De los segundos, se espera que acepten a Jesucristo como imagen de Dios, como arquetipo y modelo de vida y que tomen conciencia de la distancia que existe entre lo que son y lo que deberían ser a la luz de Jesucristo. El creyente es aquel que está creciendo en Cristo y ayudando a crecer a los demás” 5. La Psicología Pastoral tiene objetivos semejantes a los de la Evangelización pero; utiliza una metodología diferente. Ésta aprovecha los aportes y recursos de las ciencias humanas, especialmente los de la Psicología, en un cristiano esfuerzo por lograr la humanización del ser humano. Porque la restauración de la imagen de Dios, en cada ser humano, es posible. Si Pablo pudo lograrlo, nosotros también podemos.
2- LA PRESENCIA Y LA POSTURA PASTORAL EN LA EVANGELIZACIÓN Y EN EL ASESORAMIENTO
El Dr. J. H. Van der Berg ha llamado a la Psicología Pastoral: “Una ciencia híbrida. porque, por un lado, es la ciencia que ayuda al pastor en lo que hace, y por otro lado, es la ciencia que le muestra dónde debe y puede abandonar la Psicología. Es una ciencia híbrida porque es al mismo tiempo ciencia secular y ciencia teológica. Es Psicología y es Pastoral”. 6. El peligro está en que el pastor pretenda ser psicólogo, o el psicólogo pastor. De ahí el título de esta segunda parte de mis reflexiones que apuntan a inquietar a los participantes de este taller con el deseo de que podamos enriquecernos los unos a los otros. Para mostrar que es indispensable una presencia y una postura, tanto del pastor en su trabajo como la del psicoterapeuta en el suyo. Me pregunto, ¿por qué hacer la comparación? Es porque existen razones importantes para relacionar la Psicología con la Pastoral, por ejemplo, hay afirmaciones de Jacques Lacan que le vienen bien al pastor y quiero compartir algo de lo que él dice. El padre de la Escuela Francesa de Psicoanálisis, en uno de sus Seminarios, en su clase titulada: La presencia del analista 7, dictada el día 15 de abril de 1964, nos presenta algunos elementos que quizás puedan servir, también, para los agentes de la pastoral, sean clérigos o laicos. Me limitaré a presentar una cita muy interesante de esta clase, dice Lacan: “Por esta razón, entonces la presencia del psicoanalista aun en la vertiente misma en que aparece la vanidad de su discurso, debe incluirse en el concepto de inconsciente. Los psicoanalistas de hoy tenemos que tomar en cuenta esta escoria en nuestras operaciones…..”. 8.
La pastoral y el psicoanálisis se encuentran en el concepto de transferencia, término que Freud aplica a la relación afectiva entre analista y analizante cuando se ha instalado este dispositivo analítico. La transferencia puede ser positiva o negativa donde se puede expresar el amor, el odio o el amor-odio. Lo que si tuvo muy claro Freud es el hecho de que el odio no es lo opuesto al amor, sino la indiferencia. Esta relación de afecto, admiración, casi devoción, que es la transferencia positiva, se suele dar entre el pastor y su congregación o entre el maestro y sus alumnos, fuera del dispositivo analítico. Habrán notado que no he copiado el título de Lacan, porque he añadido otro significante, el de postura, que creo también en válido para el profesional de la salud mental. Lo que me interesa presentar, en esta Consulta, es la presencia y la postura pastoral en la Evangelización y en la Psicología Pastoral. Deseo subrayar los conceptos de presencia y de postura como significantes muy importantes para nuestra tarea en el campo de la psicología y el asesoramiento pastoral. Presencia se acerca más al significado psicológico referido a la influencia que se produce, en la vida inconsciente, entre los creyentes y los agentes pastorales; por el contrario, postura estaría más cerca de lo teológico y lo pastoral, porque apunta hacia la vida de fe y el compromiso con Jesucristo-hombre, como modelo a imitar. Estos dos conceptos son fáciles de interpretar cuando ponemos la atención en sus opuestos: Ausencia e impostura. Un ministro de una institución eclesiástica puede estar presente y hasta tener muchos cargos en la comunidad eclesial local y nacional, pero el pastor puede estar ausente. Lo mismo puede ocurrir con laicos que pretenden ser agentes de la pastoral; hasta pueden ser muy populares, tener mucho carisma, puede ocurrir que la gente los siga y que, también, dispongan de mucho dinero para distribuir; pero el pastor laico puede estar ausente. Lo que quiere resaltar Lacan es que el analista forma parte del inconsciente del analizante. En uno de mis libros yo me refiero a la necesidad de convertir el mundo de nuestro propio inconsciente. 9. Este es un real desafío para todos los que deseamos vivir plenamente la vida cristiana. Aquí debemos recordar otro aspecto de la cita de Lacan de que es válida también para los agentes de la pastoral, sean clérigos o laicos: “…..tenemos que tomar en cuenta esta escoria de nuestras operaciones”. El concepto de “escoria” es ambiguo, puede aplicarse tanto al analista como al anilizante; y al laico tanto como al más encumbrado “reverendo” de cualquier institución eclesiástica.
El significante lacaniano “escoria” está emparentado con el que yo llamo impostura, que según el diccionario significa: “Engaño o simulación con apariencia de verdad”. A la persona que haga de la impostura una práctica cotidiana se le suele llamar: IMPOSTOR. Esta es una palabra muy dura. Pero con palabras duras se refirió Jesús a los dirigentes religiosos del siglo 1. ¿Cómo nos trataría a nosotros si viniera hoy? En mi opinión, el desafío más grande que tiene la Iglesia de hoy, es que en el entrenamiento, teórico-práctico, en Psicología y Asesoramiento Pastoral, se comparta con la Evangelización una antropología cristiana fundamentada en la imago Dei; y que en las Instituciones Teológicas se haga mayor énfasis en capacitar líderes cristianos capaces de mostrar una presencia y una postura pastoral en este mundo desgarrado y desorientado en que nos ha tocado vivir. La Iglesia de nuestro tiempo sufre una creciente atomización y confusión, por lo tanto, espero que, para el buen desarrollo de la vida y de la misión de la Iglesia, sean útiles los dos principios que presento como material de trabajo a este taller. La evangelización y la Pastoral se dan la mano en la vida y la misión de la Iglesia. Reitero, se necesita dar mayor difusión a una antropología cristiana básica, que fundamente y enfatice que todo ser humano, creyente o incrédulo, tiene dentro de sí mismo la imago Dei, la cual necesita ser restaurada y; que los dirigentes eclesiásticos deben poner mayor cuidado para que el ministerio cristiano sea ejercido por pastores y laicos dispuestos a asumir una presencia y una postura pastoral como la que realizó el pastor que me evangelizó, y facilitó mi conversión, cuando tenía 16 años, el 2 de Octubre de 1946. Su nombre: Razziel Vázquez Viera, quien vive en Miami y hoy, 16 de Mayo de 2008, cumple 86 años. Ahora Les invito a dialogar, sobre las ideas que les he traído para inquietarles y estimularles a la creación, en cada uno de nosotros, una mejor calidad de pastores y evangelistas, y que podamos ayudar a otros para que también lo sean. Un taller en un lugar de trabajo, trabajemos pues.
Referencias bibliográficas
1.- S. Freud, Obras Completas, Vol. 1, Fragmentos de la correspondencia con Fliess, Carta número 71, Amorrortu editores, Buenos Aires., 2ª. edic. 1986, p.307. 2.- Sófocles, Edipo Rey, Antífona, Barcelona-Buenos Aires, Ediciones La Espiga, y Ediciones Ciordia, S. R. L., 1971, p. 7-54. 3.- The Analytical Greek Lexicon, Samuel Bagster and Sons Limited. Londres, p. 266. Cf. J. H. Thayers, A Greek-English Lexicon of the New Testament, Zonderman Publishing House, Grand Rapids, Michigan, 1963, p. 405. 4.- Gálatas 4:19; Efesios 4:13-14; Colosenses 3:9-10. 5.- J. A. León. Evangelización dialógica, Restaurándonos a la imagen de Dios, Buenos Aires, Sagepe Editores, 2008, Capítulo 2. 6.- J. H. Van der Berg, Psicología y fe, Carlos Lohlé, Buenos Aires, 1963, p., 83. 7.- J. Lacan, Seminario 11: Los Cuatro Conceptos Fundamentales del Psicoanálisis, 1964, Ediciones Paidós, Buenos Aires, Barcelona, México, pp.129-141, Seminario dictado el día 15 de Abril de 1964. 8.- Ibid., p. 1338.- 9.- J. A. León, Psicología Pastoral para todos los cristianos, 12ª edic., Buenos Aires, Ediciones Kairós, 2000., pp. 56-59.
© Psicopastoral - 2008
*Disertación que brindó el Dr. Jorge A. León en el marco de un taller de la Consulta de Psicología y Asesoramiento Pastoral -Desafíos contemporáneos a la psicología y al asesoramiento pastoral- En el Instituto Universitario ISEDET , Camacuá 282, Buenos Aires, Argentina - Mayo 16 de 2008

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