Matanzas, Cuba - jueves, 30 de octubre de 2008 (ALC) - “Una de las cuestiones fundamentales de la educación teológica ecuménica -uso el término de educación teológica y no formación porque pienso que quizás el último pudiese falsamente apuntar sólo a los conocimientos puramente teóricos e intelectuales-, es la necesaria combinación de la teoría y la práctica", afirmó Reinerio Arce Valentín, rector del Seminario Evangélico de Teología (SET) en el devocional de apertura del Encuentro Interseminarios, que se realiza con rectores de seminarios teológicos e instituciones homólogas de América Latina, Canadá y Cuba desde el 27 de octubre. "El objetivo de la educación teológica será la combinación de los ineludibles conocimientos teológicos bíblicos con la práctica pastoral y la acción pastoral de la Iglesia en la comunidad, para que, en medio de la realidad concreta de nuestros pueblos, podamos dar curso a la misión de la Iglesia, es decir, la de ser cada uno de sus miembros, como dice el apóstol Pablo, “colaboradores del Reino, y ella toda, instrumento de Dios para la construcción de su reinado de justicia y paz", continuó.
“La educación teológica ecuménica en nuestro contexto latinoamericano – dijo el rector-, tiene que estar orientada misiológicamente. Hay que conocer la realidad histórica, económica, política y cultural en que nos ha tocado vivir, y responder al llamado de Dios en medio de esta.”
Afirmó también que “no se puede hacer teología en nuestro contexto sin un diálogo abierto y profundo con las otras ciencias. De lo contrario, nos mantendríamos en la mera especulación superficial y ahistórica. Este diálogo ya está teniendo lugar en nuestro quehacer, en especial con las ciencias económicas. Nuestras instituciones deben esforzarse más por incluir en sus currículos como parte de la formación de nuestros estudiantes, ciencias como la economía, la sociología y la psicología, esta última no sólo desde la perspectiva tradicional de la psicología pastoral, sino otros campos que nos ayuden a entender el conjunto de la familia humana en su compleja interacción”, refirió.
“Tenemos que garantizar una educación que logre que aprendamos en la práctica concreta a respetar y tener en cuenta la diversidad social, cultural, de género y religiosa. En un mundo en donde los fundamentalismos de todo tipo nos aplastan e incluso amenazan con su destrucción, debemos enseñar, y más que eso, inculcar a las nuevas generaciones, basado en el amor incondicional de Dios, el respeto a los otros y las otras; la búsqueda del diálogo, cimentado en ese amor y en la práctica de la justicia”, precisó.
“Se hace necesario sacar la educación teológica ecuménica de los muros de nuestras instituciones; proceso que se ha estado haciendo, pero que requiere un esfuerzo mayor. Es necesario educar a nuestro pueblo para que aprenda a diferenciar entre Fe y superstición. La Fe que moviliza a través de la Esperanza en contra de toda esperanza, sabiendo que Dios está de su lado y la superstición que paraliza con la desesperanza aprendida. Quizás este es el mayor reto que tenemos.”
Dijo además, que “frente a la crisis económica de nuestras instituciones, se hace necesaria la creación de redes a través de las cuales podamos ayudarnos mutuamente, con el apoyo de las instituciones eclesiales mundiales como el Consejo Mundial de Iglesias; y regionales, como el Consejo Latinoamericano de Iglesias-CLAI; a través de las organizaciones regionales de educación teológicas -en nuestro caso como CETELA y ALIET- intentar crear pequeñas redes de intercambio y ayuda, para compartir recursos y estrategias para seguir trabajando en medio de la crisis”, concluyó.
Los treinta y cinco participantes estarán reunidos hasta el 30 de octubre con el objetivo de reflexionar sobre la educación teológica, intercambiar experiencias de los últimos años, y a partir de aquí, intentar buscar nuevos caminos para una colaboración más efectiva.- Boletín Acontecer del SET.
“La educación teológica ecuménica en nuestro contexto latinoamericano – dijo el rector-, tiene que estar orientada misiológicamente. Hay que conocer la realidad histórica, económica, política y cultural en que nos ha tocado vivir, y responder al llamado de Dios en medio de esta.”
Afirmó también que “no se puede hacer teología en nuestro contexto sin un diálogo abierto y profundo con las otras ciencias. De lo contrario, nos mantendríamos en la mera especulación superficial y ahistórica. Este diálogo ya está teniendo lugar en nuestro quehacer, en especial con las ciencias económicas. Nuestras instituciones deben esforzarse más por incluir en sus currículos como parte de la formación de nuestros estudiantes, ciencias como la economía, la sociología y la psicología, esta última no sólo desde la perspectiva tradicional de la psicología pastoral, sino otros campos que nos ayuden a entender el conjunto de la familia humana en su compleja interacción”, refirió.
“Tenemos que garantizar una educación que logre que aprendamos en la práctica concreta a respetar y tener en cuenta la diversidad social, cultural, de género y religiosa. En un mundo en donde los fundamentalismos de todo tipo nos aplastan e incluso amenazan con su destrucción, debemos enseñar, y más que eso, inculcar a las nuevas generaciones, basado en el amor incondicional de Dios, el respeto a los otros y las otras; la búsqueda del diálogo, cimentado en ese amor y en la práctica de la justicia”, precisó.
“Se hace necesario sacar la educación teológica ecuménica de los muros de nuestras instituciones; proceso que se ha estado haciendo, pero que requiere un esfuerzo mayor. Es necesario educar a nuestro pueblo para que aprenda a diferenciar entre Fe y superstición. La Fe que moviliza a través de la Esperanza en contra de toda esperanza, sabiendo que Dios está de su lado y la superstición que paraliza con la desesperanza aprendida. Quizás este es el mayor reto que tenemos.”
Dijo además, que “frente a la crisis económica de nuestras instituciones, se hace necesaria la creación de redes a través de las cuales podamos ayudarnos mutuamente, con el apoyo de las instituciones eclesiales mundiales como el Consejo Mundial de Iglesias; y regionales, como el Consejo Latinoamericano de Iglesias-CLAI; a través de las organizaciones regionales de educación teológicas -en nuestro caso como CETELA y ALIET- intentar crear pequeñas redes de intercambio y ayuda, para compartir recursos y estrategias para seguir trabajando en medio de la crisis”, concluyó.
Los treinta y cinco participantes estarán reunidos hasta el 30 de octubre con el objetivo de reflexionar sobre la educación teológica, intercambiar experiencias de los últimos años, y a partir de aquí, intentar buscar nuevos caminos para una colaboración más efectiva.- Boletín Acontecer del SET.
Fuente: ALC/Cristianet.
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