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jueves, 23 de diciembre de 2010

Un paseo acompañado por palmas y palmeras

Carta del Dr. René Krüger, Profesor titular del I.U.ISEDET, Argentina.


Amigas y amigos:
Les envío un cordial saludo en esta Navidad, acompañado por una breve reflexión sobre una planta de difusión original en todas las regiones tropicales y subtropicales de la tierra y hasta en las islas oceánicas más solitarias. Como planta de adorno, se ha extendido por todo el mundo. No me refiero al clásico “arbolito de Navidad”, sino a las palmas y palmeras.
La gran familia de las palmas y palmeras posee varios récords del reino vegetal. La hoja más larga del mundo es la de las palmeras del género Raphia, llegando a medir hasta 25 metros. La semilla de mayor peso pertenece al Coco de mar o de las Seicheles, con un peso de hasta 22 kilos. La inflorescencia mayor es la del género Corypha con la increíble cantidad de hasta diez millones de flores.
Todo lo que tiene esta planta es aprovechable. Ella brinda agua, leche, aceite, harina, vino, vinagre, miel (tipo melaza), dátiles, coco rallado, palmito, medicamentos, techos; sus fibras se emplean para tejidos, cestería, cordelería; las hojas son alimento para animales; el tronco suministra material de construcción, combustible, carbón; la planta entera es una decoración viviente.
Hay un amplio uso metafórico de esta planta y sus singulares hojas en la mitología, la religión y la cultura en general. La vinculan con la divinidad y ceremonias de iniciación, en el Cantar de los Cantares hay una asociación erótica por la esbeltez de esa planta; según el Evangelio de Juan, saludaron con ramas de palmera a Jesucristo en su entrada a Jerusalén; ciertas culturas la consideran el árbol de la vida o un árbol sagrado por el enorme valor para la subsistencia de las personas y los animales. Es símbolo de fertilidad y de riqueza e incluso decora escudos y monedas. Es símbolo de fecundidad, vida, fortaleza, justicia, victoria, martirio y paz.
Dice el Salmo 92,12: El justo florecerá como la palma, crecerá como cedro en el Líbano.
En este constante intercambio de significados, símbolos, metáforas y comparaciones, ¿qué impide que adoptemos la palmera como un símbolo que remite al Mesías, Señor y Salvador nuestro, cuyo nacimiento celebramos una vez más en esta Navidad?
No hace falta asimilar este empleo a récord alguno. Quizá sea mucho más significativo pensar en la extensión universal del Evangelio de este Señor, tal como la difusión mundial de la magnífica planta.
Les invito a pasear y ver algunas palmas y palmeras. Las fotos tomadas en Argentina, Paraguay, Cuba y Perú son un pequeñísimo muestreo de la riqueza visual de esta planta.















Les deseo unas tranquilas y pacíficas fiestas.

Prof. Dr. René Krüger
Instituto Universitario ISEDET
(Aut. Prov. Decr. PEN Nº 1340/2001)
Camacuá 282
C1406DOF Buenos Aires
ARGENTINA
www.isedet.edu.ar

1 comentario:

Noemi dijo...

bendiciones, les dejo un afectuoso saludo desde mi blog
www.creeenjesusyserassalvo.blogspot.com