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jueves, 18 de agosto de 2011

Cabral, profeta heroico

Por Andrés Eidelson
"Señor, te pido perdón por mis pecados, ante todo por haber peregrinado a tus muchos santuarios, olvidando que estás presente en todas partes. En segundo lugar, te pido perdón por haber implorado tantas veces tu ayuda, olvidando que mi bienestar te preocupa más a tí que a mí. Y por último te pido perdón por estar aquí pidiéndote que me perdones, cuando mi corazón sabe que mis pecados son perdonados antes que los cometa. ¡Tanta es tú misericordia amado Señor!". (Facundo Cabral, en algún recital)


Los grandes predicadores hacen famosos los púlpitos, los profetas hacen famosas las prisiones. ¡Que el Señor nos envíe profetas, hombres terribles que alcen la voz y no callen, lanzando ungidos ayes sobre naciones corrompidas, hombres demasiado ardientes para ser aceptados, demasiado duros para ser oídos, demasiado justicieros para ser tolerados![i]
Queremos hablar de Facundo Cabral, músico, poeta, cristiano, pero ante todo, PROFETA.
Sabemos que en el mundo evangelical[ii] argentino existen algunos preconceptos arraigados en las mentes: algunos entienden que determinados instrumentos son del diablo, otros le asignan la misma pertenencia a algunos ritmos musicales y mas allá encontraremos a quienes denuncian a determinados artista populares como satánicos.
Desde este conocimiento es que deberemos utilizar gran parte del artículo para hablar de los profetas y luego sí, mínimamente, hacer referencia al recientemente desaparecido Facundo Cabral.
El texto que citamos y da inicio a estas palabras muestra una primera distinción: no todo lo que sale hoy de los púlpitos es profético. Lo profético, históricamente hablando, requiere de una entrega y un enfrentamiento a quien oprime al pueblo, que hoy no abunda.
Los profetas bíblicos, lejos de ser personas con una voz suave y aparentemente equilibrada, eran verdaderos guerreros de la palabra, denunciando aquí y allí la explotación del pobre por sobre cualquier motivo religioso. Actualizando el mensaje, Jeremías o Isaías aparecen más ocupados en la desnutrición infantil que en los Santos Católicos (Apostólico Romanos) y la prueba de eso es que denuncian al opresor muchísimo más que a cualquier estatua de asera o similar. La mirada del profeta esta, siempre, puesta en el sufrimiento del necesitado, allí ve y denuncia la más terrible idolatría. Su esperanza y desesperanza pasan por La Justicia de Dios.
Por otro lado, solo uno de los profetas bíblicos realizan su ministerio dentro del templo; el resto, está a los gritos fuera de él.
Otro dato interesante es que los profetas hablan en el lenguaje del pueblo, utilizando las mismas palabras que la gente de su tiempo utiliza. Las traducciones al español, generalizando, tienden a suavizar las palabras tal como salían de la boca de los profetas.
Podemos ver también que los profetas bíblicos tienen una iluminada capacidad poética. Incluso cuando insultan (sí, lo hacen) mantienen una estructura poética en su lenguaje. Walter Brueggemann, un hermano que escribió mucho y bien en los Estados Unidos, dice en su libro La Imaginación Profética: “el estilo característico del profeta en Israel es el de la poesía y la lirica.”.[iii]
De todo lo que detallamos hasta aquí, podemos resumir algunas características de los verdaderos profetas:
· Lo profético requiere entrega, de ser necesario, hasta la muerte.
· Al profeta lo ocupa más el pobre que las diferencias religiosas. Deja su vida en pos de La Justicia de Dios.
· Los profetas están, generalizando, alejados del templo y sus autoridades.
· Los profetas utilizan un lenguaje popular, incluyendo lo que algunos llaman malas palabras.
· Los profetas son, ante todo, poetas.
Ahora, querido lector, nos queda la tarea de releer este resumen, incompleto no lo dudes, y preguntarnos si nosotros -los creyentes, los predicadores, los cristianos de hoy- estamos más cerca del modelo profético que muchos artistas populares argentinos.
Nuestra cultura evangelical nos ha estimulado, durante mucho tiempo, a ver en cada manifestación cultural generada fuera del templo la mano del diablo y admitir ciegamente la inspiración en Dios en aquello calificado como cristiano (¿por quién?). Así, hemos quemado discografías completas de los que se convirtieron, hemos desechado bibliotecas enteras de los nuevos hermanos. Les hemos desarraigado su pasado de todo lo cultural que no tuviera el sello “cristiano”. Nos hemos cansado de escuchar discos hacia atrás[iv], perdiendo muchas veces el mensaje que Dios nos quería dar al escucharlo en la forma correcta. Claro que existieron y existen mensajes satánicos en algunos grupos, pero se perciben con solo escuchar y discernir sus letras: si invitan a robar, si invitan a delinquir, si invitan a drogarse, son evidentemente satánicos. Pero también es cierto que muchos que no pisaron la iglesia nunca son utilizados por el Señor para buscar Su Justicia, para denunciar abusos contra Su Reino. Es más, tenemos la triste sospecha que esto ocurre solamente cuando la Iglesia de Dios está distraída de los verdaderos problemas que debe tratar, cuando la iglesia se desenfoca. La historia de los últimos 40 años de nuestro País está lleno de artistas populares que cumplieron ese rol profético ante el silencio de muchos sectores cristianos. Duele, sí mucho. Pero es una realidad que debe mirarse de frente y debería generar sincero arrepentimiento.[v] Nosotros, como iglesia, lejos de reconocer su valentía los hemos tildado de satánicos.
Dicho esto, podemos explicar entonces nuestra tristeza por el asesinato del hermano Facundo Cabral.
Facundo, a diferencia de otros profetas artísticos populares, sí manifestó su amor por Jesucristo y su adhesión a su Salvación. Es más, a pocas horas de su muerte, un ex compañero suyo de ruta se quejó públicamente de los mensajes cristianos de Facundo en sus últimas presentaciones y habló de “misticismo”.
Escuchar a Cabral significa, muchas veces, vivenciar el evangelio, la buena nueva o reconocer en su mensaje que no todo está perdido. Facundo voló bajo, y lo ayudaron. No tuvo gran reconocimiento hasta su muerte. Entregó su vida a cambio de la vida de otro. Las balas eran para otro y él (¿involuntariamente?) les puso el pecho. Como todo profeta terminó sus días alejado del éxito. Como buen CRISTIANO entregó su último aliento en muerte de Cruz, en este caso en forma de balas.
Gracias Señor por Facundo, profeta heroico de la Argentina. Ayudanos a reconocer pronto a tus verdaderos profetas. Tu Iglesia en Argentina lo necesita.

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[i] Extraído del libro de Leonard Ravenhill "Por qué no llega el avivamiento"
http://blogeshoradeserreal.blogspot.com/2010/02/que-el-senor-nos-envie-profetas-leonard.html
[ii] Término que le debemos a la inventiva del Pastor y Teólogo Alberto Roldán.
[iii] Brueggemann Walter, La Imaginación Profética, Editorial Sal Terrae, Santander, España, 1986, Pag 52.
[iv] En los años ´70 se difundió la idea que los grupos satánicos grababan sus mensajes “al revés”; al escuchar los discos en sentido inverso, decían, se percibiría la adoración a satán.
[v] También es cierto que muchos hermanos entregaron sus vidas o al menos la arriesgaron en los momentos más difíciles.

Fuente: Editor de Contenidos Cristianet.com.ar

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