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sábado, 2 de marzo de 2013

¿CREES QUE HAY UN MUNDO CAIDO Y CELESTIAL?

Por.  Luis Eduardo Cantero, Argentina*

El mundo en que vivimos es un espacio para recrear nuestros deseos, nuestros sueños, anhelos, propósitos… Es un espacio para vivir y disfrutar sin tapujos, sin negarnos a vivir esos deseos, esos sueños,…  Además, es un espacio para el aprendizaje del ser,  consigo mismo, con los otros y con el ser  divino.  Pero, en esa convivencia surge una infinidad de dificultades que hacen que esta experiencia de vida en el mundo se vuelva problemático.
Frente a ese mundo problemático el ser humano no sabe qué hacer, no comprende porque los infortunios de la vida, como la maldad le arrebata a sus congéneres esos deseos, anhelos, etc. Han tratado de justificar esta economía del mundo material e inmaterial con argumentos lógicos e ilógicos sobre el bien y el mal. Para algunos teólogos fundamentalistas, el infortunio es parte del pecado humano, la única solución  para ellos es entregar su vida a Cristo, y todo cambiara incluyendo la sociedad.
En cambio, para otros pensadores (me incluyo), los infortunios y males de este mundo son parte del mundo caído. Pues, los infortunios, la maldad son herramientas que Dios usa para equilibrar el mundo de los seres caídos, como la afirmaba Hegel: “La maldad del ser humano seria empleada por Dios para realizar su plan histórico. Los deseos desenfrenados, la codicia, los atropellos,  las mezquindades, son herramientas que permite al ser avanzar hacia la libertad absoluta…”
Esa libertad que no surge del refugio a una religión o ideología, es una libertad que es comprendida desde el seguimiento a Cristo, que cuando lo golpeaban, lo torturaban solo decía “perdónales porque no saben lo que hacen”. Cristo como un ser humano había alcanzado la libertad desde su caminar con Su Padre, sabía que este mundo es un mundo para los otros, un mundo donde aprendemos a vivir y dar nuestra vida por los otros.
Un mundo por mas que se inunde de mensajes religiosos, y se conviertan por el mensaje salvífico, es un mundo construido por seres humanos, seres que están impregnados de la mancha de sus deseos, anhelos, propósitos, buenos que al sentirse amenazado por el otro, tiende a generar conflictos, como sucede hoy en día en muchos grupos evangélicos, que han creado fisura en el corazón de su doctrina, que los ha llevado a crear binomios:  Tradicional vs renovados, neopentecostales, puros vs impuros, iglesias vs el  mundo malo.
Esos binomios siempre han existido en este mundo, grupos que nacieron con sus deseos, propósitos, según ellos sanos,  para cuidar esos deseos, etc. Los ha llevado a alejarse de la realidad del mundo en que comparten con los otros.  Si un ser humano desea ser parte de ellos, debe aceptar  sus deseos, de lo contrario se convierte en un enemigo. Otros grupos se han hecho parte del mundo para vivir al ritmo de los tiempos, haciendo de los deseos de los otros, sus deseos, sin discusión alguna. Porque  ha comprendido que el mundo en que vivimos es un mundo que necesita ser comprendido desde el plan divino, un espacio que nos ayuda a empezar a vivir los deberes y derechos que urden sus raíces en la Palabra de Dios…
Es increíble como existe siempre esta dualidad, mientras algunos evangélicos están haciendo posible el mundo caído un lugar mejor, lindo y hermoso. Otros pintan escenarios catastróficos, llenándolos de fabulas y relatos ilusorios, e impidiendo que sus congéneres gocen, disfruten sus deseos, sus anhelos, y sueños.  Mi pregunta es por qué la diferencia, si todos y todas bebemos a diario de la fuente de toda fuente: La Palabra de Dios ¿Cuál es la diferencia? Es difícil encontrar la diferencia, porque depende  de la forma de cómo ves las cosas, lee o interpreta la Palabra de Dios.
Cada uno es interprete de sus propios signos, cada uno decide lo que quiere ser y Dios te ayudará a llegar al destino que vos deseas llegar.  No existe guía puro, no existe un plan divino ideado, pensado y argumentado por los teólogos fundamentalistas, ellos han interpretado su mundo; su interpretación esta mediada por su propio contexto. Eso marca la diferencia.
Concluyo que cada uno deberá ir construyendo su propio destino, plan hacia el mundo inmaterial o mundo material, pero mientras algunos se desgastan pensando y creyendo en estas interpretaciones, yo seguiré disfrutando este mundo caído, que muchos han satanizado. Disfruto en mis deseos, sueños hasta lograr llegar al destino potenciado que yo mismo me he proyectado. Solo sé que eso es lo que único que uno se lleva cuando nos llegue el tiempo de la partida a la eternidad. Disfruta y goza mi hermano que eso es lo único que te llevará… ¡Piénsalo!
*Luis Eduardo Cantero, pastor, Teólogo, filósofo y Docente universitario. Doctorando en Historia de América Latina por la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, España.
 

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