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viernes, 24 de enero de 2014

Vandalismo anti-religioso en la Argentina actual. Ensayo de interpretaciones y consecuencias hacia el futuro



Por. Hilario Wynarczyk, Argentina*
Ponencia presentada en el Encuentro Diálogo Religión y Política Ataques a símbolos religiosos: ¿vandalismo, exhibicionismo, acto político, o qué? FEPAI, Fundación para el Estudio del Pensamiento Argentino e Iberoamericano. Buenos Aires, Argentina, Museo Roca - 30 de noviembre 2013.
1. Actos vandálicos contra sedes religiosas
Recientemente han tenido lugar en la Argentina, principalmente en la ciudad de Buenos Aires, también en la de Córdoba, actos de vandalismo contra templos cristianos, principalmente contra templos de la Iglesia Metodista en la Provincia de Santa Fe y en la ciudad de Buenos Aires. En la Catedral Católica de Buenos Aires hubo una irrupción de personas que actuaban como católicos
tradicionalistas. En momentos en que tenía lugar una celebración conjunta con la presencia de representantes de la comunidad judía comenzaron a rezar el Rosario en voz alta y hacer otras manifestaciones que generaban un clima de disturbio. También antes hubo pintadas en los frentes de algunas sedes de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, mayormente conocida como iglesia de los mormones.
De todos estos eventos el más llamativo fue el que afectó a la Primera Iglesia Metodista, situada en el centro de la Ciudad de Buenos Aires. Los agresores rompieron una cruz del altar y la pusieron en sentido invertido sobre maderas de muebles que rompieron, apiladas como si fuese a convertirse una pira. Debajo de las maderas colocaron ejemplares de la Biblia, de edición protestante (la versión Reina Valera) y libros de John Wesley, fundador del movimiento metodista.
En la sede santafesina de la Iglesia Metodista, los agresores destruyeron documentación de la APDH, Asociación Permanente por los Derechos Humanos, que solía reunirse años atrás en ese lugar. La documentación trataba sobre el genocidio perpetrado por la dictadura 1986-1983.
Esta simbología en parte inquisorial y medioeval, permite pensar que el funcionamiento de la violencia seguía un sistema, y por consiguiente una lógica, una ideología, y un odio específicos.
En el caso de las agresiones a la Primera Iglesia Metodista, sin dudas el más escandaloso de todos, cabe resaltar que el metodismo, junto contra iglesias del protestantismo histórico, expone una notable compromiso desde la década del 60, con el ecumenismo emergente desde el Concilio Vaticano II, con la defensa de los Derechos Humanos y en la actualidad una orientación positiva,sin dejar de ser crítica, hacia los considerados nuevos derechos humanos, que involucran temas de sexualidad y reproducción humanas.
También hubo una profanación de la Iglesia de San Ignacio, conexa al Colegio Nacional Buenos Aires. Pero en este caso todo indica con bastante claridad que esto fue cometido por estudiantes del Colegio en un momento de protesta contra las autoridades del colegio. En este caso emplearonlemas tomados de las viejas tradiciones del anarquismo. No hay datos que permitan saber quiénes hicieron estos ataques y no existe aparentemente en estos momentos ningún proceso de parte del Estado para conseguir aclarar este dato que sería fundamental. Mientras tanto tenemos solamente los hechos y a estos hechos podemos interpelarlos como signos desde los cuales inferir quiénes y por qué hicieron estas agresiones. Y qué podrían significar para el futuro.
Aunque el orden lógico de los problemas coloca el significado potencial para el futuro en segundo término, éste es sin embargo el problema principal. Y parece comprensible tratarlo en primer lugar.
En la Argentina existe una larga experiencia de agresiones anti-religiosas, no contra la religión sino contra determinadas religiones y en determinadas circunstancias. Las acciones son diversas pero en todos los casos se encuentra como un denominador común la creencia en que las religiones son vehículos de políticas. En diversas épocas desde comienzos del siglo XX, hubo en la Argentina ataques simbólicos y físicos a los judíos y sus instituciones, considerados parte de un poder oculto mundial (sinarquía). En 1955 hubo ataques incendiarios a templos de la Iglesia Católica en un momento en que la oposición al presidente Juan Domingo Perón tomó la forma de una coalición en la que participaban miembros de un catolicismo militante en un sentido religioso y a la vez político.
En la década de 1960 ataques a los que sostenían la educación laica.
En la década de 1980 ataques periodísticos a las iglesias evangélicas (las pentecostales sobre todo)como “sectas” y supuestas avanzadas del neoconservadurismo estadounidense de Reagan. Estos ataques a las “sectas” iban dirigidos también a una variedad de otras organizaciones de tipo religioso, desprendidas del campo evangélico, del yoga, de la cultura afroamericana (organizaciones que habían protagonizado escándalos notorios y por este motivo resultaban una buena excusa para hablar de “sectas” peligrosas). En los acontecimientos recientes los datos no indican que se trata de enemigos de la fe. En todo caso, parece que se trata de enemigos de la fe de “los otros”. Así aparece como un segundo denominador común el espíritu de exclusión radical de quienes profesan creencias religiosas diferentes a las predominantes en la sociedad, la cultura o el sistema jurídico.
2. ¿Qué debería preocuparnos?
El futuro, y el futuro inmediato, es lo que nos debe preocupar. Las agresiones a templos pueden causar mucho daño social y cultural porque remueven traumas argentinos escondidos en la memoria de las personas –y por consiguiente en la “memoria colectiva”.  Es notorio en estos momentos un resurgimiento de la presencia pública de núcleos nacionalistas ideológicamente basados en el integrismo, lo cual significa, una posición unitarista que asocia la teología católica tradicional con la política. Y que a la política la piensa en claves conspirativas con la presencia oculta de “fuerzas”. Son grupos demográficamente muy pequeños y a su vez radicalmente disidentes dentro de la Iglesia Católica contemporánea, a la que la entienden como que cedió al Modernismo. Estos grupos abiertamente abjuran de la democracia, con un discurso muy elaborado en tal sentido. Hasta cierto punto podrían ser considerados casi cismáticos, o potencialmente al borde de un cisma, dentro de su propio culto. Sin embargo poseen un gran capital educativo y una fuerte orientación hacia la acción, rasgo inherente a su ideología.
En la actualidad es algo llamativa por sus pintadas y afiches en las calles la “Acción Nacional Católica (ANC)”, que promovía para el sábado pasado 23 de noviembre una conferencia sobre la Masonería, con el leiv motiv “si querés entender lo que está pasando a tu alrededor... ¡no te la podés perder!”. En este aviso es evidente la matriz de pensamiento en clave conspirativa.
El paradigma básico de corrientes de esta clase sostiene que el judaísmo internacional considerado como una fuerza oscura manipula tanto al comunismo como al capitalismo liberal y masónico de los Estados Unidos y otras naciones. Sus enemigos emblemáticos suelen ser José Stalin y Franklin
Delano Roosvelt: dos figuras icónicas de los Aliados de la Segunda Guerra Mundial, además de Winston Churchill.
Tal vez, dicho lo siguiente en términos de hipótesis, las causas de esta reverberación de la presencia pública podrían atribuirse mayormente, a partir de la asunción del papa Francisco, más que al rechazo a otros cultos, a las oposiciones al interior del propio catolicismo, en un movimiento versus a una supuesta sumisión de los obispos al Modernismo (y al ecumenismo y al diálogo interreligioso que incluye a los judíos y musulmanes).


*Hilario Wynarczyk. Doctor en Sociología (Universidad Católica Argentina, UCA). Máster en Ciencia Política (Univ. Federal de Minas Gerais, Brasil, UFMG). Licenciado en Sociología (Universidad de Buenos Aires, UBA). Prof. de Metodología y Taller de Tesis (Univ. Nacional de San Martín, UNSAM). Integrante de: Asociación de Cientistas Sociales de la Religión en el Mercosur (ACSRM); Consejo Argentino para la Libertad Religiosa (CALIR, socio fundador); Red Latinoamericana de Estudios Pentecostales; (RELEP).Programa Latinoamericano de Estudios Socio-Religiosos (PROLADES). Consejo de Expertos para una Nueva Ley de Culto, Secretaría de Culto de la Nación (1999-2001). Tratados sobre los evangélicos, sociedad y Estado: Ciudadanos de dos mundos. El movimiento evangélico en la vida pública argentina 1980-2001 (Buenos Aires, UNSAM EDITA, 2009). Sal y luz a las naciones. Evangélicos y  política en la Argentina 1980-2001 (Buenos Aires: Instituto Di Tella y Siglo XXI Iberoamericana, 2010).
Enviado por su autor, 2014. 

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