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jueves, 29 de enero de 2009

Padre nuestro Palestino

Por. Obed Juan Vizcaíno Nájera. Maracaibo –Venezuela

Padre Nuestro Padre nuestro, que estás en el cielo.
Aunque a veces parecieras estar lejano y ausente,
Porque estamos a merced de los perros de la guerra,
de ejércitos de asesinos sin escrúpulos.


Santificado sea tu Nombre.
Aunque muchos y muchas seamos condenados,
A terribles e injustos holocaustos,
por culpa de nuestros nombres
Y nuestro origen.

Venga a nosotros tú Reino.
Pero no convertido en bombas,
ni en lagrimas,
ni en muerte.
Que no mueran más en tu nombre,
nuestros niños y niñas,
nuestros ancianos y ancianas.


Hágase tu voluntad en la tierra como en el cielo.
Aunque siempre se cumple la voluntad,
de quienes organizan las guerras e invasiones,
para recomponer economías.
Desde todas partes nos han bombardeado,
desde la tierra,
el mar
y el cielo.

El pan nuestro de cada día dánoslo hoy.
Tenemos hambre y sed,
Nos cierran las puertas y caminos,
Para que no entren en nuestra tierra bombardeada,
alimentos ni medicinas,
para que no entre la solidaridad de los pueblos.

Perdona nuestras ofensas, como nosotros y nosotras,
perdonamos a quienes nos ofenden.
Nos pides perdonar a quienes con sus bombas
Masacran a nuestro pueblo,
Destruyendo escuelas y hospitales,
Iglesias y mezquitas,
fábricas y parques,
altares y minaretes,
destrozando cuerpos de niños y niñas inocentes.

No nos dejes caer en la tentación,
De olvidar a nuestra gente masacrada,
de no exigir con fuerza,
Justicia para nuestros hijos e hijas,
hermanos y hermanas,
padres y madres,
asesinados impunemente,
en nuestras casas,
en las aulas de clases,
en parques de juegos,
en esta guerra tan desigual e injusta.

Más líbranos del mal.
Líbranos de asesinos y terroristas de estado,
de ejércitos de vecinos sanguinarios,
sin normas,
sin moral,
Sin respeto a la convivencia
y a la dignidad humana.

Porque tuyo es el Reino, el poder y la gloria,
por los siglos de los siglos.
Cuando se los arrebates a los genocidas,
a invasores y saqueadores,
a imperios y trasnacionales,
a asesinos sin conciencia,
sin ética ni compasión.

Amén.
Ese será nuestro grito de alegría,
cuando sometas bajo tus pies
a la bestia fascista,
Sionista-nazista,
asesinos de nuestro pueblo.

Fuente: Obed Juan Vizcaino

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