Por. Carmelo Alvarez, EE.UU*
“La alegría de vivir me hace encontrar a Dios paseando por el jardín con el viento fresco de la tarde” (Rubem Alves)
Regresando de una semana intensa donde he compartido un curso de
introducción a la teología de la liberación en San Luis Potosí, México,
recibo consternado la noticia que dice: “Rubem Alves ha fallecido”. Y no
es verdad. Rubem sólo ha partido hacia un abrazo eterno con el Misterio
y la Alegría de su vida, Dios. Quise llorar y no pude. Deberé hacerlo
en algún momento. Probablemente Rubem no me lo permita. Creo que le
sonaría irreverente. Sí, estoy triste. Un ser humano extraordinario como
Rubem…un genio, nos deja huérfanos. Pero nos ha legado este cúmulo de
pensamientos, dudas, búsquedas y afirmaciones.
Esa sonrisa única, y aquellos ojos vivaces, expresivos y
conspiradores no se pueden olvidar. Dotado de una imaginación fecunda,
Rubem fue portador de sueños y utopías a granel. Era un buceador de
aventuras inéditas plasmadas en cuentos y poesías. Con su locuacidad e
intensa conversación nos llevaba de la mano al mundo de las maravillas.
Un día dijo que era necesario dejarse sorprender por el espanto, el
asombro…la sorpresa. Y presentó en Buenos Aires las conferencias en la
Cátedra Carnahan en ISEDET, septiembre de 1981, bajo el título, Teología como juego
(Buenos Aires, La Aurora, 1982). Las provocaciones, en su mejor
sentido, fueron muchas. Se comentó por toda Latinoamérica esta
innovadora perspectiva teológica. Rubem ya no quiso hacer más “teología
académica”: “He sido poseído por un espíritu extraño que ha echado a
perder mi reputación académica”.
En estas breves líneas, que son un tributo a este brasileño portador
de la “saudade” y la “brincadeira”, deseo subrayar algunos perfiles de
su personalidad y su obra como teólogo, poeta y filósofo. Lo haré
relatando algunas anécdotas, fruto de experiencias compartidas.
Rubem ha sido un “protestante obstinado”, como él mismo lo afirmara.
Esa afirmación está cimentada en una profunda convicción de que ser
protestante es una forma de vivir, de buscar, cantar, afirmarse en la
“libertad de Dios”, para de esa manera liberar la conciencia con el
espíritu que también libera toda la creación. Ser protestante significa
vivir entre la nostalgia y la esperanza (Dogmatismo y tolerancia, Sao Paulo: Ediciones Paulinas, 1982, 9-20).
Ese artículo es la versión portuguesa de una ponencia que Rubem
compartió en el VIII Encuentro Latinoamericano de CEHILA, Lima, 1980. El
título, muy sugestivo, de la ponencia es: “Las ideas teológicas y sus
caminos por los surcos institucionales del protestantismo brasileño”.
Apareció en el tomo editado por Pablo Richard, Materiales para una historia de la teología en América Latina.
San José: DEI, 1981, 343-366. En ese simposio se incluyó una sección
sobre historia de la teología protestante en América Latina con una
ponencia de Jean-Pierre Bastián sobre el protestantismo en México y otra
sobre el protestantismo en Puerto Rico por este servidor. El debate fue
intenso y provechoso. Leopoldo Cervantes-Ortíz considera este período
(1975-1982) en la trayectoria intelectual de Rubem como uno de
búsquedas. El libro de Leopoldo es una síntesis bien lograda del
pensamiento de Rubem, publicado bajo el sugestivo título: La teología ludo-erótico-poética de Rubem Alves.
Quito: CLAI, 2003. Rubem escribe una reflexión en ese libro, llena de
gratitud a Leopoldo, por la valiosa contribución del mismo, con el
título poético, “La belleza de los pájaros al volar…”
Cuando leí por primera vez estos ensayos en versión portuguesa, que
Rubem llamó autobiográficos, recordé los lugares en que Rubem los había
compartido previamente. Las oportunidades se dieron en aquel simposio de
1980 y posteriormente en 1982 en Manaus, durante una reunión del equipo
protestante de CEHILA. Yo fungía como coordinador protestante de CEHILA
e invité a Rubem para que nos ayudara a reflexionar sobre el
protestantismo latinoamericano y caribeño. Tuvimos la oportunidad de
compartir extensamente durante aquella semana. Uno de los momentos más
luminosos fue cuando un sacerdote salesiano, amigo de Rubem, nos llevó a
una comunidad de base en Manaus. Para nuestra sorpresa el presidente de
la comunidad, el “Tío Bernardino”, nos recibió con mucho entusiasmo y
expresó: “Si Uds. como pastores protestantes, protestan contra las
injusticias que se le infligen a los pobres, entonces son verdaderamente
protestantes y bienvenidos a esta comunidad”. Esa tarde hubo alegría,
cántico y al final una gran cena. Rubem y yo compartimos unas palabras, y
culminamos en un gran círculo de amistad.
Entonces, en 1988, durante la Asamblea General del Consejo
Latinoamericano de Iglesias (CLAI) en Indaiatuba, Brasil, se presentó un
número especial de la revista del ISER, 32, 1988, Río de Janeiro, bajo
el título,”Sobre deuses e caquis. Teología, política e poesía en Rubem
Alves.” Un grupo de teólogos y teólogas le rendían un merecido
reconocimiento a Rubem. Curiosamente, en una reunión del comité
ejecutivo y secretariado del CLAI en Sao Paulo, Brasil, en 1985, Rubem
había hablado de los caquis, esa fruta gustosa, como él decía, que
trajeron los japoneses a Brasil. Con ese humor y sentido poético de la
vida, Rubem inició su charla, con un caqui en la mano y elaborando su
reflexión alrededor de aquella fruta.
Esa noche en Indaiatuba Rubem magistralmente, y lleno de alegría,
provocó la risa…y la seria reflexión a las personas que nos congregamos
con devoción a escucharle. Aquí tengo en mis manos la copia de esa
revista de ISER, con una dedicatoria de Rubem: “Para o Carmelo, em
memoria de días de prazer em Manaus”.
Rubem Alves, poeta de Dios, hermano en la angustia y la esperanza,
maestro de la vida. Te vamos a extrañar. Te vamos a recordar. Esa
sonrisa y esos ojos llenos de nostalgia y asombro, nos ayudarán a
emularte. Intentaremos “saber” más y “vivir mejor”. Tu sabiduría nos
acompañará. Ciertamente en el festín mesiánico con Dios estás. Esa
convicción hace más llevadera tu ausencia.
* Carmelo Álvarez, misionero y profesor de la historia del cristianismo.
Es conferencista y asesor teológico como consultor en educación
teológica en Latinoamérica y el Caribe, nombrado por la Junta de
Ministerios Globales de la Iglesia Cristian (Discipulos de Cristo) y la
Iglesia Unida de Cristo en Estados Unidos.
Fuente: Lupaprotestante, 2014.
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