Alfonso Ropero, España*
Con ella llegó el escándalo. Hipatia fue una de las últimas representantes del saber grecorromano. Su muerte violenta, gratuita, es el acto más lamentable del todavía naciente cristianismo. Lo que fue la revuelta de los campesinos para Lutero y la quema de Servet para Calvino, fue Hipatia para el cristianismo constantiniano. Ilustrados, anticlericales y librepensadores por igual de todo tiempo citan su caso como un ejemplo más de la intolerancia y criminalidad del cristianismoi. Hipatia fue elevada al altar de los mártires de la libertad y la ciencia muertos a manos de los fanáticos del oscurantismo religioso y de la fe.
Los que gustan de pensar que la Iglesia teme cualquier iniciativa que cuestione su autoridad, dicen que la película de Alejandro Amenábar, donde recrea la vida y muerte de Hipatia, ha encontrado la oposición del Vaticano, al que se acusa de un complot para que la película no se proyecte en Italia. El Vaticano se ha defendido asegurando que la película del director español no ha encontrado distribuidor en Italia por motivos comerciales, no por motivos de conspiración curial.
La historia es siempre más compleja de lo que se puede pensar y, respetando la opinión de cada cual, creo que mejor que tener un opinión propia, es tener una opinión propia fundamentada. Lleva un poco más de tiempo y exige algo más de reflexión, pero vale la pena. Los músculos pensantes de nuestro cerebro ganarán en flexibilidad y la capacidad dialéctica de nuestra mente disfrutará reuniendo piezas y encajándolas en un puzzle con sentido.
Hay que agradecer a Amenábar, o a cualquier otro artista, que con su obra estimule la lectura y la investigación histórica. Es un gran favor que hace a la cultura. Estudiar por estudiar tiene poco sentido; no es interesante porque no sirve a ningún interés que nos interese personalmente. Pero una vez despertado el gusto por el saber de algo, son muchos los que adquieren el gusto por reunir piezas y restos que les ayuden a formarse un cuadro aceptable de lo que podemos saber sobre lo que realmente pudo pasar.
¿QUIÉN FUE HIPATIA?
Hipatia, vivió entre el siglo IV y el siglo V d.C., era matemática y filósofa platónica. Trabajaba como docente e investigadora científica en el Museo adjunto a la Biblioteca de Alejandría. Parece que fue autora de tres tratados sobre geometría y álgebra y uno de astronomía; inventó varios instrumentos, uno para destilar agua, un instrumento de medida de la gravedad específica del agua, un astrolabio y un planisferio. Era admirada por su elegancia, según algunas fuentes por su belleza, pero especialmente por su sabiduría y ecuanimidad. “Todos los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su mente” (Sócrates Escolástico). No era anticristiana, su filosofía tenía conexiones y simpatías con el cristianismo, de hecho contaba con cristianos entre sus alumnos. Su labor filosófica tenía por meta alcanzar la experiencia religiosa, propia del neoplatonismo. Conforme a una convicción muy clasicista, Hipatia consideraba que la filosofía tenía que cultivarse en círculos cerrados selectos. La verdad divina debe permanecer escondida y en manos únicamente de los nobles. Hipatia no fue una pensadora original, pero sí respetada en Alejandría y en muchos lugares de Oriente Medio como una de las mujeres más sabias y de mayor categoria de su tiempo. Leer artículo...
Con ella llegó el escándalo. Hipatia fue una de las últimas representantes del saber grecorromano. Su muerte violenta, gratuita, es el acto más lamentable del todavía naciente cristianismo. Lo que fue la revuelta de los campesinos para Lutero y la quema de Servet para Calvino, fue Hipatia para el cristianismo constantiniano. Ilustrados, anticlericales y librepensadores por igual de todo tiempo citan su caso como un ejemplo más de la intolerancia y criminalidad del cristianismoi. Hipatia fue elevada al altar de los mártires de la libertad y la ciencia muertos a manos de los fanáticos del oscurantismo religioso y de la fe.
Los que gustan de pensar que la Iglesia teme cualquier iniciativa que cuestione su autoridad, dicen que la película de Alejandro Amenábar, donde recrea la vida y muerte de Hipatia, ha encontrado la oposición del Vaticano, al que se acusa de un complot para que la película no se proyecte en Italia. El Vaticano se ha defendido asegurando que la película del director español no ha encontrado distribuidor en Italia por motivos comerciales, no por motivos de conspiración curial.
La historia es siempre más compleja de lo que se puede pensar y, respetando la opinión de cada cual, creo que mejor que tener un opinión propia, es tener una opinión propia fundamentada. Lleva un poco más de tiempo y exige algo más de reflexión, pero vale la pena. Los músculos pensantes de nuestro cerebro ganarán en flexibilidad y la capacidad dialéctica de nuestra mente disfrutará reuniendo piezas y encajándolas en un puzzle con sentido.
Hay que agradecer a Amenábar, o a cualquier otro artista, que con su obra estimule la lectura y la investigación histórica. Es un gran favor que hace a la cultura. Estudiar por estudiar tiene poco sentido; no es interesante porque no sirve a ningún interés que nos interese personalmente. Pero una vez despertado el gusto por el saber de algo, son muchos los que adquieren el gusto por reunir piezas y restos que les ayuden a formarse un cuadro aceptable de lo que podemos saber sobre lo que realmente pudo pasar.
¿QUIÉN FUE HIPATIA?
Hipatia, vivió entre el siglo IV y el siglo V d.C., era matemática y filósofa platónica. Trabajaba como docente e investigadora científica en el Museo adjunto a la Biblioteca de Alejandría. Parece que fue autora de tres tratados sobre geometría y álgebra y uno de astronomía; inventó varios instrumentos, uno para destilar agua, un instrumento de medida de la gravedad específica del agua, un astrolabio y un planisferio. Era admirada por su elegancia, según algunas fuentes por su belleza, pero especialmente por su sabiduría y ecuanimidad. “Todos los hombres la reverenciaban y admiraban por la singular modestia de su mente” (Sócrates Escolástico). No era anticristiana, su filosofía tenía conexiones y simpatías con el cristianismo, de hecho contaba con cristianos entre sus alumnos. Su labor filosófica tenía por meta alcanzar la experiencia religiosa, propia del neoplatonismo. Conforme a una convicción muy clasicista, Hipatia consideraba que la filosofía tenía que cultivarse en círculos cerrados selectos. La verdad divina debe permanecer escondida y en manos únicamente de los nobles. Hipatia no fue una pensadora original, pero sí respetada en Alejandría y en muchos lugares de Oriente Medio como una de las mujeres más sabias y de mayor categoria de su tiempo. Leer artículo...
*Dr. Alfonso Ropero, es Doctor en Filosofía por St. Alcuin House Theological Seminary. Máster en Teología por el Instituto Superior Teológico y Ciencias Bíblicas & CEIBI. Graduado de Welwyn School of Evangelism, Herts (Inglaterra)
Fuente:
Alfonso Ropero, “Hipatia en el ágora”: http://www.nihilita.com/2009/10/hipatia-en-el-agora.html
Lupaprotestante.
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