Por. Juan Stam, Costa Rica
Martín Lutero hablaba de la "evangelische
Kirche", a diferencia de la Iglesia Católica Romana, y afirmaba la
centralidad inviolable de la justificación por la fe, lo que le ganó el epíteto
de "evangélico".[1]
Pero este adjetivo aparece por primera vez en
1531 cuando William Tyndale escribió, "los exhortó a continuar en la
verdad evangélica" y el año siguiente Tomás Moro habló de "Tyndale y
su hermano evangélico Barns".
Después siguieron diversos movimientos y hasta
denominaciones eclesiásticas que se llamaban evangélicos, que no estaban de
acuerdo ni con los ortodoxos ni con los liberales.[2]
En esta corriente figuraban grandes predicadores
(Charles Simeon, Charles Spurgeon) e importantes pensadores, especialmente en
las ciencias bíblicas de la época (Thomas Chalmers; A. B. Bruce; E Schürer;
Adolf Schlatter: Karl Heim, H. Wheeler Robinson, H.R. Mackintosh y muchos
más).[3]
Hicieron valiosos aportes a las ciencias bíblicas y
a la iglesia.
De estos movimientos evangélicos el más importante
fue el wesleyano.[4]
De 1830 en adelante la prédica de Charles G.
Finney comenzó a ser levadura de transformación en la iglesia y en la
nación del norte. En esas décadas, mucho antes del nacimiento del
fundamentalismo, los evangélicos (que así se llamaban) ejercieron un liderazgo
valiente y decisivo para la emancipación de esclavos y esclavas, así como para
el sufragio de la mujer.
En esas luchas fue importante la recién fundada
Universidad Oberlin (Oberlin College), de la que Finney fue Rector.[5]
En realidad, este "proto-evangelicalismo",
antes de las controversias en torno al modernismo, practicaba la misión
integral de la que hablamos mucho los evangélicos de hoy.
Realizadas las metas sociales del movimiento, se
debilitó mucho, casi hasta desaparecer.
En las décadas después de la guerra civil
estadounidense crecía la teología liberal y aparecieron nuevos desafíos,
especialmente los debates sobre la evolución y sobre la "alta
crítica" de los textos bíblicos.
Un sector amplio de la iglesia respondió muy a la
defensiva, al estilo de la ortodoxia del siglo XVII, y comenzó la guerra
teológica entre los fundamentalistas y los modernistas (o
"liberales").
NOTAS
[1] George
Marsden, UnderstandingFundamentalism and Evangelicalism (Eerdmans, 1991),
citado en en.wikipedia.org/wiki Evangelicalism.
[2] Aunque
algunos de estos movimientos evangélicos apreciaban ciertos aportes del
pietismo, no compartían su desprecio de la reflexión teológica y los credos.
Estos "evangélicos antes de los evangélicos" insistían en la
fidelidad a las escrituras, la deidad de Cristo y su obra redentora, la
necesidad de una conversión personal y de la santidad. Se oponían a la
ortodoxia muerta y el ritualismo como también a la corriente liberal.
[3] Charles
Simeon, que tuvo un gran impacto en Cambridge, dijo que su tema central era
"Jesucristo y éste crucificado". Con espíritu evangélico, Heim dijo
que la meta de todo su trabajo era "confrontar a las personas con el
Cristo viviente".
[4] Ver Mark Noll, The Rise of Evangelicalism: The Age
of Edwards, Whitefield, and the Wesleys (IVP 2003).
[5] Es
especialmente valioso el libro de Donald W. Dayton, Discoveringan Evangelical
Heritage (Descubriendo una herencia evangélica), Hendrickson 1976 (revisión y
quinta impresión 2005).
Fuente: Protestantedigital, 2016.
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