Por. Juan Stam, Costa Rica
Teología de la ortodoxia protestante
El segundo momento en nuestro resumen histórico, que
afloró después de la muerte de los Reformadores, es la Ortodoxia protestante, o
"el escolasticismo protestante" (aprox. 1580-1700).[6]
Se caracterizó por "la cerrazón al diálogo con
otras iglesias, el gusto por las sutilezas teológicas, el dogmatismo
epistemológico y el individualismo a ultranza" (Diccionario ilustrado de
intérpretes de la fe, Justo L. González ed., p.477).
A diferencia del pensamiento dinámico y fluido de los
Reformadores, ahora se tendía a reducir la fe a un sistema cerrado y estático.
- Prevalecían las sospechas: algunos luteranos acusaban a los calvinistas de ser "cripto-católicos", algunos calvinistas hacían lo mismo contra los luteranos, y hasta algunos luteranos acusaban a otros luteranos de ser "cripto-calvinistas".
- En esta época se formuló el dogma de la inerrancia de las escrituras, que no fue tema para los Reformadores, y ahora se extendió dicha infalibilidad hasta las copias y la vocalización del texto hebreo.
- Pero esa Biblia infalible se empleaba mayormente para textos de prueba y la exégesis bíblica solía ser pobre.
- De las enseñanzas del NT y del calvinismo moderado de Calvino mismo, los ortodoxos protestantes sacaron inferencias para definir los "cinco puntos" del calvinismo oficial: la depravación total del ser humano, la gracia incondicional de Dios, la expiación limitada (Cristo murió sólo por los elegidos), la gracia irresistible y la perseverancia de los santos (Sínodo de Dort 1618-19).
Una de las razones de la actitud defensiva de la
ortodoxia era el crecimiento de una ola de escepticismo racionalista inspirada
por el Renacimiento humanista del siglo XV.[7]
Muy importante eran los Ensayos de Miguel de Montaigne
(dos tomos, 1580) y el pensamiento de Pierre Bayle (1647-1706), a quien
Voltaire apodó "el maestro de la duda".
Después, en el siglo XVIII ("el siglo de las
luces"), la llamada "Ilustración" profundizó mucho más las dudas
y el escepticismo, inculcando un rechazo de toda autoridad y tradición,
buscando la verdad más bien por el raciocinio, la observación y la
experimentación.[8]
En el siglo XIX "los maestros de la
sospecha" (Kierkegaard, Marx, Darwin, Freud, Nietzsche) terminaron de
revolucionar la filosofía occidental.
La teología respondió a estos desafíos de tres
maneras. La primera fue la ortodoxia dogmática, apelando
precisamente a la autoridad que rechazaban sus contrincantes.
Esto llegó a su reductio ad absurdum con una larga y
sensacional polémica periodística entre G. E. Lessing y un pastor ortodoxo
luterano, el PfarrerGoeze. Al quedar claro que la teología ortodoxa del pastor
Goeze no tenía respuestas, éste terminó el debate amenazando a Lessing con el
castigo eterno.
Las segunda y tercera respuesta fueron el pietismo y
la teología liberal de Schleiermacher, que anlizaremos aparte.
Fuente: Protestantedigital, 2016
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