Por. Juan
Fonseca, Perú
Recuerdo que de niño en una clase de la Escuela
Dominical uno de mis maestros nos contó sobre la maldición de Canaán (Gén.
9:20-27). En el pasaje, Cam, uno de los hijos de Noé, encoleriza a su padre por
haber “visto su desnudez” mientras estaba borracho. Entonces Noé maldice a
Canaán, hijo de Cam, y lo condena a ser esclavo de sus hermanos. Mi maestro
agregó que Cam era negro. Era el “padre” de toda la “raza africana” y que, por
causa de la maldición de Noé, esa raza había sido esclavizada a lo largo de la
historia. No creo que mi maestro lo haya dicho de mala fe; seguro repetía lo
que había oído antes de algún pastor o misionero norteamericano del Deep South.
El problema es que con esa afirmación estaba naturalizando en nuestras mentes
infantiles la idea de que la esclavitud era una especie de castigo divino a la
raza africana y que denigrar a las personas afro era consentido por Dios.
Seguro pensaba que no estaba transmitiendo ideas racistas. Pero sí lo estaba
haciendo. Era un racista que, tal vez inconscientemente, estaba inculcando
mensajes racistas y creando mentes racistas en los niños de la iglesia.
Ahora ya no se habla de la maldición de Canaán (eso
espero), pero sí del castigo a Sodoma. De la misma manera que mi maestro, miles
de maestros y pastores en las miles de iglesias cristianas del país deben estar
naturalizando en la conciencia de los niños la idea de que Dios castigó a
Sodoma y Gomorra por el pecado de la homosexualidad y que, por ello, los
homosexuales están malditos o, en el mejor de los casos, están enfermos. Tal
como con el caso de Canaán, esta conclusión parte de una lectura pobre y/o
ideologizada de la Biblia. Ni siquiera utilizan la intertextualidad y revisan,
por ejemplo, Ezequiel 16 para darse cuenta que para el propio texto bíblico el
pecado de Sodoma fue el orgullo y el maltrato al otro y no tuvo nada que ver
con la homosexualidad[1]. Claro, dicen que no son homofóbicos y
que los que creemos en la equidad los discriminamos por sus ideas religiosas.
Bueno, pues sí son homofóbicos, porque la homofobia no se expresa solo
golpeando a un homosexual, sino a través de muchas maneras, a veces sutiles, de
reforzar la idea de que el homosexual es un anormal, un pervertido, un pecador
y que no merece derechos. Y lo más triste es que estos pastores y maestros
están creando toda una generación de chicos y chicas que están naturalizando la
homofobia como un componente intrínseco de su identidad religiosa.
Así como mi maestro de Escuela Dominical fue un
racista inconsciente, ahora hay muchos cristianos que son homofóbicos
inconscientes. Antes el racismo y ahora la homofobia encuentran “bases
bíblicas”. Y bueno, también están los que son homofóbicos voluntarios y entusiastas,
como esos que ahora en Perú vociferan contra el Ministro de Educación
acusándolo de promover la “ideología de género” y poner en peligro a la
familia. Por ello, es tan importante que la educación escolar pública asuma
como tarea urgente el contrarrestar esta naturalización religiosa de la
homofobia. Las iglesias no lo van a hacer, lamentablemente. Por ello, es que en
Perú los integristas ahora se desesperan por convertir al Currículo Nacional en
una especie de catecismo homofóbico pues saben que incidir en la mente de las
nuevas generaciones de peruanos es crucial para construir el futuro del país.
Situaciones similares deben estar ocurriendo en otros países latinoamericanos.
Si algo está poniendo en peligro la familia, a la
democracia y finalmente a la humanidad, son los prejuicios y la intolerancia al
otro, no los valores relacionados con la equidad de género, la diversidad
sexual o los derechos reproductivos. Y la única manera de cultivar estos
valores es a través del estudio serio y la convivencia con el otro. Hay que
defender una educación que abra las mentes y que no las cierre. Y a mis amigos
cristianos, intenten reencontrar en el Evangelio esa fe que abre los corazones
y no que los cierra.
[1] Al respecto, revisar el artículo de Daniel
Helminiak: http://www.jornada.unam.mx/2007/08/02/ls-sodomia.html
Nota
de la Editora: Tres congresistas han exigido al ministro
de Educación de Perú, Jaime Saavedra, que retire del currículo nacional
“la ideología de género, pues va contra los derechos de los niños y la
familia”. El Currículo
Nacional de la Educación Básica, entrará en vigencia en 2017. El
documento señala los estándares de aprendizaje nacional de la educación básica
y profundiza en la construcción de la identidad del estudiante, lo cual implica
valorarse a sí mismo, autorregular sus emociones, reflexionar y argumentar
éticamente y vivir su sexualidad de manera plena y responsable.
Fuente: ALNOTICIAS, 2016.
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