Por. Ignacio Simal, España
“Si eres un disidente, normalmente te
ignoran.
Si no pueden ignorarte y no pueden
responderte,
te desacreditan.”
Noam Chomsky
Triste, lamentable la falta de apertura al diálogo
teológico que recorre instituciones e iglesias tanto en España como allende los
mares. Todos nos parapetamos en la trinchera de la verdad que creemos poseer, y
desde ella disparamos a todo lo que se mueve fuera de los ámbitos de nuestras
certezas. Triste y lamentable.
Muchos nombres podría citar que han sufrido los
ataques inmisericordes de los “profetas” y “profetisas” de una pretendida
ortodoxia que no siempre ha sido en la historia del pueblo de Dios. En los
últimos tiempos hemos visto como personas queridas y respetadas han sido
vilipendiadas públicamente por supuestas herejías. Triste y lamentable.
Hoy recibo un carta de un buen amigo, Ángel
Manzo, ya exrector del Seminario Bíblico Alianza (Ecuador),
en la que explica que le acaban de comunicar su despido del puesto desde el que
ha servido a la Iglesia, como él mismo expresa, “con fuerza, entrega, pasión
y energía”, y un servidor añade, y lo ha hecho ¡con alegría! Esa alegría de
la que ha hecho partícipe a todos los que le conocemos. Triste y lamentable.
Un virus recorre las iglesias evangélicas aquí y
allá, en España y en América Latina, y parece que no encontramos un antídoto lo
suficientemente eficaz para eliminar la belicosidad del fundamentalismo
evangélico. Un virus de creación humana, no divina, a la que se añade un
potenciador de malignidad a través de medios de comunicación que lo propagan entre
hombres y mujeres de buena fe. Triste y lamentable.
Cuando fundé Lupa Protestante tenía
la intención de dar voz a aquellas ideas y reflexiones a las que se niega su
difusión en otros medios. Siempre desde una línea progresista que no condena al
“infierno” a nadie, sea conservador o progresista. Eso sí, guardando un
escrupuloso respeto a los Derechos Humanos en todo lo que se publica, hemos
alentado, y lo seguimos haciendo, la diversidad de pensamiento, la tolerancia y
el respeto. Decimos, remedando a John Wesley, aunque su frase la
descontextualicemos, que “pensamos y dejamos pensar” ¡faltaría más!
Nuestra pasión, como la de todas aquellas personas
defenestradas por pensar diferente y atreverse a expresarlo y vivirlo, es el
Evangelio de la asombrosa gracia de Dios que a todos y a todas nos abraza. Mi
deseo para el año que vamos a iniciar en pocos días es que descubramos una
vacuna eficaz para el malvado virus que recorre las iglesias evangélicas aquí y
allá.
Mi abrazo más que solidario a mi amigo y hermano Ángel
Manzo, y para todas las personas que en los últimos tiempos han sufrido los
zarpazos del virus de los partidarios y partidarias del pensamiento único y la
intolerancia hacia los que piensan y hacen diferente.
Soli Deo Gloria
Fuente: Lupaprotestante
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