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lunes, 29 de marzo de 2010

Se hace camino al andar

Por. J. José Cortés, España*
Inevitablemente las noticias corren como la pólvora en tiempos como este y ya es sabido por todos cuáles han sido mis últimas decisiones, que no cambian ni un ápice de lo que soy ni lo que represento; y por tanto no hay nada más honesto en la vida que ser fiel a tus principios sin renunciar a tus derechos, así que he recobrado las fuerzas o mejor dicho la lucha continúa.
Se hace camino al andar es un viejo dicho muy popular pero con mucha verdad. Cuando comenzamos un camino no sabemos dónde nos puede llevar si no lo conocemos, pero otros muchos arrancaron en otros tiempos convirtiéndose en mártires, incomprendidos e incluso herejes en los tiempos de la antigüedad. Pero a muchos de ellos le debemos lo que hoy tenemos, un manual de inteligencia, de sabiduría y de riqueza humana. Y no sólo eso, sino también el haber escogido acertadamente el camino de la salvación y de la eternidad.
Quizás para muchos cuando las cosas no están claras dudan de sus líderes, y abandonan a su suerte a aquellos que un día fueron su referencia, su icono, o simplemente un hombre ejemplar. Pero sólo el tiempo reconoce a los justos, sólo el tiempo pone el acento donde es necesario. Por eso es importante luchar, porque sólo se hace camino al andar.
Tengo que decirles que nunca antes hubo tanta presencia evangélica en este país que es España, y la extensión del reino de Dios no se puede producir si no se arriesga. Porque así actuaron los héroes de la fe, aún sabiendo que corrían riesgo sus vidas. Hombres como Pedro (que fue crucificado boca abajo), Andrés (que fue crucificado en forma de X), Jacobo el menor (traspasado por una lanza), el apóstol Juan (desterrado y preso en una isla desierta), y el mismo Jesucristo, sufriendo en su cuerpo las heridas de la muerte. Pero fue necesario que estos mártires nos mostraran el camino para que nosotros pudiéramos pasar por él.
Hay uno de ellos que a mí me llama mucho la atención. Lo vemos en el texto bíblico de Hechos en el que Esteban anuncia el Evangelio de Jesucristo cuando es apedreado hasta la muerte, y echando su mirada a lo alto ve cómo los cielos son abiertos, y a Jesús a la diestra del Dios Padre. Y es que los valientes, los que luchan, son recibidos en el cielo con honores por nuestro Padre que está en los cielos.
Hch 7:55-60 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: "Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios".
Entonces ellos, gritando, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él.
Lo echaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado".
Habiendo dicho esto, durmió.
El pueblo de Dios tiene que seguir luchando por que el reino de los cielos se siga extendiendo. Para que la paz del Señor alcance a toda criatura. Para que toda nación, todo reino y todo pueblo confiese que Jesucristo es el Señor.

PORQUE NO HAY OTRA. SE HACE CAMINO AL ANDAR

Dios les bendiga

*J. José Cortés es pastor evangélico de la Iglesia de Filadelfia

Fuente: © J.J. Cortés, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

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