Continuamos el estudio que iniciamos el domingo pasado, profundizando en las referencias arqueológicas al reino arameo de Damasco, que amplían y confirman las narraciones del texto bíblico. También –como indicábamos-, los arameos podrían ser el trasfondo étnico de los Patriarcas del Antiguo Testamento. Al importante rey Hazael de Damasco, que fue ungido por el profeta Eliseo le sucedió su hijo Ben Hadad-III, como indica 2Reyes 13:24 y del que tenemos información arqueológica en textos asirios y en la estela aramea de Zakur, descubierta en Afis a 45 kms de Alepo. La estela describe la victoria del rey Zakur de Hamat, sobre una coalición de reyes que liderada por Ben Hadad-III le llegaron a sitiar. Esta derrota de Damasco por Hamat, inició un punto de inflexión en la influencia de este reino en la región. Pues a esta derrota se le unió las que le infringió el rey Joás de Israel según 2Reyes 13:25 y sobre todo la incursión asiria de Adad-Nirari III, que lo debilitó y sometió a tributo, según consta en la estela de Tell al-Rimah, que también nombra al rey Joas de Israel.
Texto de la inscripción de Zakur (Jacques Briend): “Estela que levantó Zakur, rey de Hamat y Lassh,... Entonces Bar Hadad, hijo de Hazael, rey de Aram, reunió contra mí (¿dieciséis?) reyes...”. El poder militar de Damasco había disminuido y el hijo de Joás, el rey Jeroboam-II volvió a recuperar los antiguos territorios de Israel como indica 2Reyes 14:25,28. Del periodo de este rey de Israel, disponemos más información sobre Damasco en los registros de la campaña asiria del 773 aC contra Ben-Hadad-III.
El último rey de Aram-Damasco, Resín, aparece en los anales asirios de Tiglat-Pileser-III pagándole tributo junto con el rey de Israel Menahem, coincidiendo con 2Reyes 15:19-20. Texto de la inscripción (Jacques Briend):”A los reyes del país de Hatti, de los arameos... Resín (Ra-qi-a-nu) de Damasco, Menajén de Samaria ...impuse sobre ellos impuesto y tributo: plata, oro, estaño ...” Posteriormente al pago de estos tributos, Resín se unió con el rey Pécah de Israel para formar una coalición antiasiria. Intentaron por la fuerza involucrar al reino de Judá, y llegaron incluso a poner sitio a su capital, Jerusalén. Pero su rey Acaz pidió ayuda al soberano asirio Tiglat-Pileser-III, pagándole con los tesoros del templo como indica 2Reyes 16:5-9. La reacción asiria contra la coalición no se hizo esperar, aprovechó la ocasión para realizar varias campañas militares en la región Siria-Palestina, de la que tenemos referencia en sus anales. Primero infringió a Resín una grave derrota en el 733 aC, dejando reducido su reino a la ciudad de Damasco. Texto de la inscripción (Jacques Briend):”... Él, para salvar su vida, huyó en solitario y entró por el portón de su ciudad... Puse mi campamento entorno a su ciudad durante 45 días; le encerré como un pájaro enjaulado... Destruí 591 ciudades [...] de los 16 distritos de Damasco...”.
Una segunda intervención de Tiglat-Pileser III al año siguiente, hizo desaparecer el reino arameo de Damasco. Dio muerte a su rey Resín y su territorio fue convertido en provincia asiria, gobernada directamente por sus funcionarios. Mientras, en Israel, de acuerdo con 2Reyes 15:27-30, su reino quedaba reducido a los alrededores de su capital, Samaria, perdiendo el resto de las ciudades. Mataron al rey Pécah y pusieron en su lugar a Oseas, y la población sufrió la primera deportación de 13.520 israelitas a las provincias del imperio, como lo atestigua la inscripción (Jacques Briend):”... devolví al territorio de Azur el vasto [país de BitHaza´il]i. Pu[se sobre ellos] (como) gobernadores [a mis altos funcionarios]... El país de Bit-Humria*[...]conduje [a]Asiria al conjunto de sus gentes (?) [con su hacienda]. Derrocaron a Pécaj, su rey, y pusieron sobre ellos [como rey] a A´usi´ (Oseas). Recibí de ellos 10 talentos de o[ro, 1000 (?)]talentos de plata [como tributo anual].
La interrelación del contexto sirio con Israel va más allá de los expresados enfrentamientos territoriales y tributarios. La influencia cultural se aprecia en ciudades conquistadas y específicamente lo observamos en el origen sirio de la arquitectura del templo de Salomón, como indica Jean Claude Margueron. Los descubrimientos realizados en Siria muestran dos tipos de arquitectura templaria. Una de ella, presenta forma alargada, con una portada formada por un vestíbulo y dos columnas. La sala interior es alargada, subdividida en ocasiones en dos partes. En su interior se halla un altar y un podio contra el muro del fondo o un nicho donde está el sanctasanctórum. Hay bancos en el muro del fondo y a veces en lo laterales. Esta distribución se eleva al III milenio aC, como se observa en los templos de Tell Khuera, y posteriormente en el I milenio aC, en Tell Taynat. Este último llamó la atención del arqueólogo Roland de Vaux, por su semejanza con el templo de Salomón.
Más reciente es el hallazgo del templo excavado entre 1980 y 1985 en Ain Dara al norte de Siria. Presenta una gran similitud en tamaño, distribución e incluso la decoración de las paredes interiores evoca la descripción realizada por la Biblia del templo construido por Salomón, formado por tres partes, el Ulam o vestíbulo, Hekal o lugar santo y Debir o lugar santísimo. Para finalizar indicamos la influencia de la lengua aramea extendida por Oriente Próximo, llegando a ser la lengua administrativa del imperio aqueménida. Incorporó el alfabeto fenicio de 22 caracteres y desplazó a la escritura cuneiforme y a la lengua acadia. El propio Jesucristo hablaba arameo y un dialecto, el siríaco, es usado como lengua litúrgica por la iglesia de Siria. Actualmente aún quedan comunidades donde es usada, como en la localidad de Maalula, a cincuenta kilómetros de Damasco.
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(*) Israel
*Francisco Bernal es Ingeniero, miembro de una iglesia evangélica de Málaga y aficionado a la Arqueología.
Fuente: © F. Bernal, ProtestanteDigital.com.
Texto de la inscripción de Zakur (Jacques Briend): “Estela que levantó Zakur, rey de Hamat y Lassh,... Entonces Bar Hadad, hijo de Hazael, rey de Aram, reunió contra mí (¿dieciséis?) reyes...”. El poder militar de Damasco había disminuido y el hijo de Joás, el rey Jeroboam-II volvió a recuperar los antiguos territorios de Israel como indica 2Reyes 14:25,28. Del periodo de este rey de Israel, disponemos más información sobre Damasco en los registros de la campaña asiria del 773 aC contra Ben-Hadad-III.
El último rey de Aram-Damasco, Resín, aparece en los anales asirios de Tiglat-Pileser-III pagándole tributo junto con el rey de Israel Menahem, coincidiendo con 2Reyes 15:19-20. Texto de la inscripción (Jacques Briend):”A los reyes del país de Hatti, de los arameos... Resín (Ra-qi-a-nu) de Damasco, Menajén de Samaria ...impuse sobre ellos impuesto y tributo: plata, oro, estaño ...” Posteriormente al pago de estos tributos, Resín se unió con el rey Pécah de Israel para formar una coalición antiasiria. Intentaron por la fuerza involucrar al reino de Judá, y llegaron incluso a poner sitio a su capital, Jerusalén. Pero su rey Acaz pidió ayuda al soberano asirio Tiglat-Pileser-III, pagándole con los tesoros del templo como indica 2Reyes 16:5-9. La reacción asiria contra la coalición no se hizo esperar, aprovechó la ocasión para realizar varias campañas militares en la región Siria-Palestina, de la que tenemos referencia en sus anales. Primero infringió a Resín una grave derrota en el 733 aC, dejando reducido su reino a la ciudad de Damasco. Texto de la inscripción (Jacques Briend):”... Él, para salvar su vida, huyó en solitario y entró por el portón de su ciudad... Puse mi campamento entorno a su ciudad durante 45 días; le encerré como un pájaro enjaulado... Destruí 591 ciudades [...] de los 16 distritos de Damasco...”.
Una segunda intervención de Tiglat-Pileser III al año siguiente, hizo desaparecer el reino arameo de Damasco. Dio muerte a su rey Resín y su territorio fue convertido en provincia asiria, gobernada directamente por sus funcionarios. Mientras, en Israel, de acuerdo con 2Reyes 15:27-30, su reino quedaba reducido a los alrededores de su capital, Samaria, perdiendo el resto de las ciudades. Mataron al rey Pécah y pusieron en su lugar a Oseas, y la población sufrió la primera deportación de 13.520 israelitas a las provincias del imperio, como lo atestigua la inscripción (Jacques Briend):”... devolví al territorio de Azur el vasto [país de BitHaza´il]i. Pu[se sobre ellos] (como) gobernadores [a mis altos funcionarios]... El país de Bit-Humria*[...]conduje [a]Asiria al conjunto de sus gentes (?) [con su hacienda]. Derrocaron a Pécaj, su rey, y pusieron sobre ellos [como rey] a A´usi´ (Oseas). Recibí de ellos 10 talentos de o[ro, 1000 (?)]talentos de plata [como tributo anual].
La interrelación del contexto sirio con Israel va más allá de los expresados enfrentamientos territoriales y tributarios. La influencia cultural se aprecia en ciudades conquistadas y específicamente lo observamos en el origen sirio de la arquitectura del templo de Salomón, como indica Jean Claude Margueron. Los descubrimientos realizados en Siria muestran dos tipos de arquitectura templaria. Una de ella, presenta forma alargada, con una portada formada por un vestíbulo y dos columnas. La sala interior es alargada, subdividida en ocasiones en dos partes. En su interior se halla un altar y un podio contra el muro del fondo o un nicho donde está el sanctasanctórum. Hay bancos en el muro del fondo y a veces en lo laterales. Esta distribución se eleva al III milenio aC, como se observa en los templos de Tell Khuera, y posteriormente en el I milenio aC, en Tell Taynat. Este último llamó la atención del arqueólogo Roland de Vaux, por su semejanza con el templo de Salomón.
Más reciente es el hallazgo del templo excavado entre 1980 y 1985 en Ain Dara al norte de Siria. Presenta una gran similitud en tamaño, distribución e incluso la decoración de las paredes interiores evoca la descripción realizada por la Biblia del templo construido por Salomón, formado por tres partes, el Ulam o vestíbulo, Hekal o lugar santo y Debir o lugar santísimo. Para finalizar indicamos la influencia de la lengua aramea extendida por Oriente Próximo, llegando a ser la lengua administrativa del imperio aqueménida. Incorporó el alfabeto fenicio de 22 caracteres y desplazó a la escritura cuneiforme y a la lengua acadia. El propio Jesucristo hablaba arameo y un dialecto, el siríaco, es usado como lengua litúrgica por la iglesia de Siria. Actualmente aún quedan comunidades donde es usada, como en la localidad de Maalula, a cincuenta kilómetros de Damasco.
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(*) Israel
*Francisco Bernal es Ingeniero, miembro de una iglesia evangélica de Málaga y aficionado a la Arqueología.
Fuente: © F. Bernal, ProtestanteDigital.com.
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