"Ante declaraciones como las de Evo Morales, ríamos para no llorar. O exijamos mejores dirigentes", dice la autora G. WARKENTIN
Por. Isabel Pavón, España*
¡Uh! Evo sabe de aves (o sea, de pollos).
Lo diga o no Evo Morales, tenemos que estar en armonía con la Naturaleza, pues nos la estamos cargando. Ahora, en la Conferencia Mundial de los Pueblos sobre el Cambio Climático y la Madre Tierra celebrada en su país, queriendo hacerse pasar por un investigador nato de la raza humana y sus problemas, se ha lanzado contra el pollo, las patatas holandesas, las fiambreras de plástico y la Coca-cola.
Según su información, nuestros varones son calvos por culpa de las porquerías que comen. El alimento más perjudicial para el hombre es el pollo. Bueno, el pollo propiamente dicho no, pero sí las hormonas femeninas que les meten a las aves (siempre lo femenino causando problemas). Y además los transmuta en homosexuales. De ahí deducimos que los indígenas, sólo comen ternera, pollos criollos y tienen una alimentación de ensueño (no se entiende como tenemos tantos inmigrantes en Europa si todo está tan rico en sus países, y que conste que no tengo nada en contra de ellos sino todo lo contrario). Las dos características, alopecia y desviación sexual, van unidas entre sí al conjugarse en seres tan débiles, frágiles y dispares como son el varón y el pollo.
Por las conclusiones que dejó Evo en su conferencia pensamos, sin temor a equivocarnos lo siguiente: Si vamos paseando por la calle y nos cruzamos con un calvo, lo menos que podemos pensar, y con todo el derecho del mundo, es “este es homosexual de arriba abajo y acaba de meterse, entre pecho y espalda, un pollo de dos kilos y medio con doble guarnición de patatas holandesas que tenía guardados en el tupperware que lleva en la mochila”. Y continuamos nuestro camino con la cabeza en alto, sin ningún remordimiento de conciencia. ¡Ala!, el que quiera honra que eche valor y mate al pollo.
Está claro que a las mujeres la cosa no nos afecta tan negativamente como a ellos ya que, por tratarse de hormonas tan femeninas como nuestro ser intrínseco, no se nos cambian ni las maneras, ni se nos cae el pelo, ¡a Dios gracias! Pero, por favor, que alguien entendido, a ser posible asesor de Evo, me diga si a las gallinas, por ser hembras, también les ponen algo. Algo así como hormonas masculinas. A ver si ese caldito del sábado va a resultar que...
¡Lo que no sepa Evo...!
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Evo Morales vincula la homosexualidad y la calvicie con el consumo de transgénicos
*Isabel Pavón es escritora y miembro de una Iglesia evangélica en Málaga
Fuente: © I. Pavón, ProtestanteDigital.com
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