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jueves, 3 de febrero de 2011

LA IGLESIA APOSTATA: LOS NICOLAITAS

Por. JAIME Y NELLY Venezuela

"Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco" Apocalipsis 2: 6 -15
Al leer estos pasajes del Apocalipsis, la pregunta que surge es: ¿Cuál es la obra de los nicolaítas que tanto aborrece Dios?
Hay algunos tratados que intentan sugerir que los nicolaítas eran una secta que estaba invadiendo a las iglesias cristianas con costumbres antinomianas y que profesaban el libertinaje. No obstante, muchos tratados históricos y responsables que han abordado este tema, descartan tal aseveración. Para entender la obra de los nicolaítas, es necesario en primer lugar definir el origen de la palabra.
Nicolaíta proviene del griego NICO que significa dominio o conquista sobre otros y LAOS que significa pueblo, gente común, seglar o laico. De ahí podemos analizar la composición NICOLAOS que viene a ser algo así como DOMINIO SOBRE EL PUEBLO.
En segundo lugar, es importante considerar el mensaje a las siete iglesia de Asia menor detallado en Apocalipsis capítulos 2 y 3.
Históricamente se ha interpretado que el mensaje a las siete iglesias, denota el estado espiritual que ha vivido la iglesia a través de la historia, desde los apóstoles hasta la venida del Señor. La mención de los nicolaítas, Dios la hace en dos iglesias, Éfeso y Pérgamo. En el caso de Éfeso, es un reconocimiento al rechazo de la obra de los nicolaítas, pero en Pérgamo es una dura reprensión a acoger la doctrina de los nicolaítas. Esto nos permite inferir que en esa iglesia, se había consolidado aquella corriente de pensamiento.
¿Cuál es la obra o doctrina de los nicolaítas?
La carta a Éfeso representa el inicio de la iglesia desde el día de Pentecostés, mientras que la carta a Pérgamo nos muestra la decadencia espiritual de la iglesia. Éfeso significa "Deseada", pero Pérgamo significa "Casamiento" La deseada iglesia de Cristo había decaído hasta llegar al punto de olvidar su compromiso con su Señor y definitivamente "contraer matrimonio" con otro. La pregunta que brota inevitablemente es ¿Con quien se casó la iglesia de Pérgamo?
Para responder esta pregunta, es imprescindible considerar lo que El Señor le dice a esta iglesia:
"Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás" (Apocalipsis 2:13)
La Biblia es sumamente clara en precisarnos que el trono de satanás no esta en el cielo ni en el infierno, sino que esta en el mundo. El Señor Jesucristo lo dijo con plena claridad:
"No hablaré ya mucho con vosotros; porque viene el príncipe de este mundo, y él nada tiene en mí" Juan 14:30
Considerando esto, ya podemos saber con quien se casó la iglesia de Pérgamo. Ella no considera que deba estar alejada del mundo y a salir de él. Ella mora en el mundo y mora donde esta el trono del mismo diablo.
Pérgamo tipifica al compromiso que la iglesia asumió con el estado y con el mundo. Las convicciones se habían echado por tierra a fin de agradar al mundo por sobre los mandatos del Señor.
Muchos ubican el período de esta iglesia aproximadamente por el año 320 DC en pleno gobierno de Constantino, quien por primera vez institucionaliza el concepto de césaro - papismo, ósea la presencia de un líder político y religioso, que en la actualidad se conoce como papa.
La obra y doctrina de los nicolaítas, consistió en jerarquizar a la iglesia, destruyendo el armazón
horizontal, para levantar uno piramidal. Esa es la obra y doctrina que tanto aborrece El Señor.
Así nace el clero ( Nico ) y el laicado ( Laos ). Una casta clerical con privilegios especiales, fuerte vínculo con el césar y un evidente dominio sobre el resto del pueblo (laicos). Los nicolaítas comenzaron a dividir al pueblo de Dios en dos grupos. Los Clérigos que eran personas "apartadas", doctas, espirituales y con privilegios, y los laicos que correspondían al resto del pueblo.
Desde aquel tiempo comienza esa estructura piramidal dentro de la iglesia, aún no teniendo asidero en las santas escrituras. La sencillez de la iglesia, se vio paulatinamente reemplazada por una institución organizada con jerarquías y con moldes seculares y paganos extraídos del romanismo. En otras palabras, era el nacimiento de la iglesia de Roma.
La jerarquía y la Biblia
Desde siempre la organización del hombre ha buscado una estructura piramidal. Recordemos la experiencia de la torre de babel (Génesis 11) o el de la misma solicitud del pueblo en el tiempo de Samuel, cuando se revela un desprecio por la teocracia y un anhelo por la monarquía según el molde mundano.
La Jerarquía es un mal enquistado en el corazón del hombre. Es un molde conforme a la naturaleza pecaminosa. Así lo revela la necia solicitud de la madre de los hijos de Zebedeo (Mateo 20:20-28) ante lo cual nuestro Señor Jesucristo responde:
"Entonces Jesús, llamándolos, dijo: Sabéis que los gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y los que son grandes ejercen sobre ellas potestad. Mas entre vosotros no será así, sino que el que quiera hacerse grande entre vosotros será vuestro servidor, y el que quiera ser el primero entre vosotros será vuestro siervo" Mateo 20:25-27
Tal como lo declara nuestro Señor Jesucristo en el pasaje citado, la jerarquía produce un enseñoramiento y El no quiere eso de su pueblo. Las jerarquías son propias del hombre caído y no de la voluntad de Dios.
A Dios jamás le han agradado las jerarquías, de ahí que su sentir frente a la doctrina de los nicolaítas es considerado como aborrecible. La revelación de la escritura nos muestra que el anhelo de Dios es estar en medio y no sobre su pueblo. Ciertamente el pecado lo arruinó todo; cuando Adán y Eva desobedecieron, se creó una gran brecha que mas tarde vino a eliminar nuestro amado Salvador y Señor Jesucristo.
Cuando observamos la casta sacerdotal en el antiguo pacto, parecería que Dios hubiera instituido una jerarquía eclesiástica. El sumo sacerdote era superior al sacerdote. Uno puede entrar al lugar santísimo, pero el otro solo hasta el altar del incienso. No obstante, debemos considerar que el sacerdocio nunca fue la imagen misma de las cosas conforme al pleno agrado de Dios, sino que sombras, emblemas y símbolos de lo que había de venir.
Cristo terminó con eso, rasgando el velo del templo y abriendo el lugar santísimo para darle acceso directo a Dios, a cualquier pecador que transita por medio del sacrificio de la cruz del Gólgota.
En el nuevo testamento, la instrucción de los ministerios y dones del Espíritu Santo expresados en las cartas de Pablo a los Romanos, Corintios o Efesios, y lo dicho por el apóstol Pedro en su primera epístola, de ninguna manera enseñan la jerarquía en la iglesia, por el contrario, se enfatiza la igualdad de importancia en cada uno de los miembros de la asamblea. Es decir, se deja en claro que tanto el obispo como el que sirve a las mesas, tienen la misma importancia, y nos son parte de un escalafón jerárquico como lo vemos en la actualidad.
Nuestro Señor Jesucristo lo enseñó con tanta precisión, veamos:
"...aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas, y las salutaciones en las plazas, y que los hombres los llamen: Rabí, Rabí. Pero vosotros no queráis que os llame Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos. Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo. El que es el mayor de vosotros, sea vuestro siervo" Mateo 23:6-11
El texto es suficientemente claro. Dios no desea las jerarquías entre los hermanos. Los fariseos eran una casta que se arrogaba el privilegio de servir a Dios y de sentirse mejores o más importantes que los demás. Cristo condenó abiertamente aquella postura hipócrita y que no dista tanto de lo que pasa en la actualidad en la iglesia evangélica. Parece que pasajes tan categóricos como el citado, se han extinguido de los púlpitos así como por encanto.
Hoy, el término "ministro" es como un grado jerárquico, y la feligresía actúa frente a los tales como si fueran algo así como seres angélicos. Esto es el legado del nicolaísmo. El clero por sobre los laicos.
El apóstol Pedro, tan manipulado por la iglesia de Roma, jamás actuó como los "ministros" de la actualidad, menos como el papa del Vaticano. Recordemos como corrigió aquella recepción dada en la casa de Cornelio:
"Cuando Pedro entró, salió Cornelio a recibirle, y postrándose a sus pies, adoró. Mas Pedro le levantó, diciendo: Levántate, pues yo mismo también soy hombre" Hechos 10:25-26
La actitud de Cornelio, es propia al de todo ser humano que no tiene conocimiento de Dios. Es la clásica actitud religiosa que pretende hacer "dioses" de los hombres. Desde tiempos remotos, el hombre ha elevado a los altares a individuos que han demostrado rasgos de piedad y de espiritualidad, y no me refiero exclusivamente a la iglesia de Roma, sino que a antiguas religiones y culturas paganas como el budismo, el zoroastrismo, el Islam, etc. etc. Lo triste e increíble, es ver que la iglesia evangélica también muestras aristas muy similares a esta costumbre humana y que Dios aborrece.
Jerarquía dentro de la iglesia evangélica
Muchos de los "ministros" de la iglesia actual no conforme con la herencia del nicolaítismo al dividir la membresía entre clero y laicos, han subdividido los ministerios en rangos jerárquicos. Por ejemplo, ahora el obispo (Apóstol) es superior al pastor. Esto, no solamente es un insulto a la enseñanza bíblica, sino que un atentado al intelecto. En la Biblia, los términos anciano, pastor u obispo indican absolutamente el mismo oficio, y nunca expresan un rango jerárquico. Es una presunción anti bíblica enseñar que entre los ministerios existe un escalafón jerárquico. Esto revela la búsqueda de algunas personas vanidosas que desean estar sobre los demás. Es muy frecuente encontrar a conocidos pastores, y que ahora se proclaman obispos, como si aquello los elevara de rango.
Veamos los que enseña Pedro al respecto:
"Ruego a los ancianos que están entre vosotros... Apacentad la grey de Dios que está entre vosotros" 1 Pedro 5:1-2
Las palabras de Pedro son exageradamente claras. Los ancianos u obispos (es exactamente lo mismo) no están sobre la grey como lo reclama el nicolaismo, sino que "ENTRE" ellos. La función del pastor no es establecer una dictadura hegemónica e infalible, sino que servir entre los hermanos. Si aún no es suficiente este argumento, sigamos leyendo a Pedro:
"no como teniendo señorío sobre los que están a vuestro cuidado, sino siendo ejemplos de la grey" 1 Pedro 5: 3
La palabra señorío ya había sido advertida por el Señor Jesucristo en Mateo 20:25-27, y es una característica propia del mundo y no de la que debiera existir entre los hermanos.
Recordemos la instrucción dada por Dios a Moisés respecto a la construcción del altar:
"No subirás por gradas a mi altar, para que tu desnudez no se descubra junto a él" Exodo 20:26
La palabra jerarquía denota una estructura escalonada y ascendente, que sitúa a personas u otras cosas en un orden según su importancia. El texto de Éxodo, nos revela que Dios prohíbe al hombre subir por gradas en su altar y elevarse por sobre los demás, porque lo único que quedará al descubierto es su desnudez.
Es eso lo que justamente pasa cuando un individuo se pone por sobre sus semejantes; las deficiencias y bajezas quedan al descubierto. Cuando la lupa es fijada en los hombres, solo podremos observar imperfecciones, pero si la fijamos en la persona de Cristo, solo descubriremos impecable perfección. El nicolaismo pretende eclipsar al único que debe estar sobre nosotros: a nuestro Señor Jesucristo.
Las gradas son la clásica estructura de los templos evangélicos de la actualidad. Muy semejantes a las capillas
y catedrales romanistas, exhiben imponentes altares y ostentosos sitiales (Luís XV) para el clero por sobre la altura de los laicos. ¿Por qué ocurre esto? La respuesta es simple; es el legado del nicolaismo dentro de la iglesia.
El clero y sus distintivos especiales
No conforme con la organización dividida entre el clero y los laicos, los seguidores del pensamiento nicolaíta, también incorporaron a sus formas, el uso de atuendos que los distinguían de lo seglar.
Se instituye el uso de sotanas, pectorales y de cuello clerical al más puro ejemplo de la iglesia de Roma. Ellos dicen que aquellas vestimentas los distinguen como "siervos de Cristo", pero en el fondo no es más que una cómoda conservación de costumbres religiosas y a veces, una vanidosa satisfacción de sentirse distintos a los demás. Los fariseos ya tenían esta costumbre de distinguirse de los demás utilizando atuendos extravagantes, y justificaban aquella forma de vestir, interpretando literalmente pasajes de la torá.
El Señor Jesucristo habló categóricamente al respecto:
"Antes, hacen todas sus obras para ser vistos por los hombres. Pues ensanchan sus filacterias, y extienden los flecos de sus mantos; y aman los primeros asientos en las cenas, y las primeras sillas en las sinagogas..." Mateo 23:5- 6
Recuerdo una inauguración de un templo evangélico cuyos asientos estaban divididos entre el clero y los laicos.
Obispos y pastores en los primeros asientos, diáconos y "el resto" en la galería....¿no es eso justamente lo que El Señor objeta en el texto citado anteriormente?
Un conocido hermano español, dijo una vez: "No existe mas grande título para alguien, que el de hermano"
No obstante, hoy el título de solo "hermano" no satisface, y los nombres deben ir precedidos por prefijos tales como reverendo, obispo, doctor u otro término que lo diferencie de los laicos.
Lo curioso de todo esto, es que a las mismas membresías o "laicos", pareciera que les fascinara esta forma de organización, pues de ellos mismos salen expresiones tales como: "mi obispo", "mi pastor", "ministro", etc., etc., y sus comportamientos no distan mucho de lo que ocurre en el mundo católico.
Por favor no mal interpretar
Esta observación que es comprobada y avalada por la historia de la iglesia y también por hombres sencillos y fieles al Señor, no persigue el restar importancia a los ministros ni a los diversos ministerios. Por el contrario, nuestra convicción es que el cuerpo de Cristo que es la iglesia, se compone de miembros con diversas funciones, todas con el mismo valor y todas sometidas entre sí. Nadie es mas importante ni nadie es inferior a otro (1 Corintios 12:1-31)
Los pastores cuidan el rebaño, los maestros enseñan, los evangelistas predican la buena nueva, los diáconos sirven, y todos se someten recíprocamente sin necesidad de que exista una jerarquía nicolaíta.
El llamado es a reivindicar el sentir de la iglesia de Éfeso; aborrecer la obra de los nicolaítas y desaprobar el enseñoramiento de algunos que piensan que porque ejercen tal o cual oficio en la iglesia, son mayores que los demás.
Esta reprobación y advertencia, ya estaba analizada en detalle por el apóstol Juan en su tercera epístola, veamos:
"Yo he escrito a la iglesia; pero Diótrefes, al cual le gusta tener el primer lugar entre ellos, no nos recibe. Por esta causa, si yo fuere, recordaré las obras que hace parloteando con palabras malignas contra nosotros; y no contento con estas cosas, no recibe a los hermanos, y a los que quieren recibirlos se lo prohíbe, y los expulsa de la iglesia" 3 Juan 9-10
Juan acusa categóricamente a este Diótrefes, revelando su altanería y soberbia osadía al pretender ponerse por sobre los demás. La iglesia de Cristo, siempre ha tenido que ver el surgimiento de hombres que luego de un tiempo se ensoberbecen e implantan una hegemonía destructiva y totalmente alejada de la voluntad de Dios. Esa es la repudiable actitud del nicolaítismo que tanto mal ha traído al pueblo de Dios.
A manera de conclusión de la primera parte
Hoy existen muchos hermanos sinceros que derraman lágrimas por el trato arrogante de aquellos que se auto proclaman "los ungidos" en cuyas corporaciones existen estas jerarquías eclesiásticas tan aborrecidas por El Señor según lo ya tratado en este estudio. El deber del creyente que desea agradar a Cristo, es obedecer a los hermanos que nos presiden, a los pastores y líderes, pero aquello no tiene ninguna relación con defender la existencia de jerarquías dentro de la iglesia, aceptando castas clericales y grupo laicos en la membresía.
El sistema de "un solo pastor"
La mayoría de las iglesias hoy son organizadas según el modelo del "pastor principal", donde un solo hombre hace la mayor parte del ministerio y es considerado y admirado como "el hombre de Dios". Pocos pueden negar que los pastores sean realmente los que ponen en marcha la iglesia de hoy. (¡Aunque se podría argumentar que en algunos lugares las iglesias son dominadas por aquellos que diezman más, porque controlan al pastor!)
Personalmente me llevo bien con muchos de los pastores. Reconozco que es un trabajo muy estresante. Y también apoyo mucho que la iglesia necesita un liderazgo piadoso. Pero supongo que al escribir sobre este tema, la gente cuestionará mi motivación y me acusarán de ser "rebelde" y de "tener problemas con la autoridad", etc. Pero sinceramente, este no es el caso. Simplemente creo que es tiempo para examinar los hechos, y familiarizarnos con lo que la Biblia dice realmente.
Sorprendentemente, en el libro de Hechos, que es la historia de los primeros 30 AÑOS de la iglesia temprana, la palabra "pastor" NO SE MENCIONA NI UNA SOLA VEZ. Esto es realmente asombroso, al comparar con cuánta frecuencia usamos esta palabra hoy. De hecho, aun en todo el Nuevo Testamento esta palabra se usa muy pocas veces - especialmente al referirse a "oficios" del ministerio. Y donde aparece, se encuentra cerca del final de una lista de diferentes ministerios en la iglesia: "Y él mismo dio a unos, apóstoles, a otros, profetas; a otros, evangelistas; a otros, pastores y maestros..." (Efesios 4:11)
Había ancianos y "supervisores" (estos términos son intercambiables) en la iglesia del Nuevo Testamento. Pero esto es muy diferente de la posición del "único pastor" que tenemos hoy.
¿Entonces cómo llegaron los pastores a manejar todo? ¿Y qué efecto tiene esto sobre la iglesia?
Al estudiar la historia, se hace obvio que recibimos este concepto mayormente de Roma, no de la Biblia. Como dijo Beckham: "El emperador Constantino desarrolló una estructura eclesiástica que duró diecisiete siglos... La gente va a un edificio (catedral) en un día especial de la semana (el domingo), y alguien (un sacerdote, o un pastor) hace algo por ellos (enseñar, predicar, la absolución, sanidad) o para ellos (un ritual o una diversión) por un precio (las ofrendas)."
En la mayoría de los casos, lo que vemos hoy es la continuación del sistema de "clérigos y laicos" que dominaba la iglesia durante la Edad Media. Realmente hay muy poca diferencia. Los títulos han cambiado, pero aparte de esto es básicamente el viejo sistema católico romano de "sacerdotes" profesionales que manejan todo. Los llamamos "pastores", pero su posición es básicamente la misma.
Estas son personas que obtuvieron un grado de un Instituto Bíblico, y ahora los pagamos para que sean nuestros "ministros". ¡Sin tomar en cuenta el hecho de que TODOS deberíamos ser ministros! Lo que resulta son dos diferentes "clases" en la iglesia; la clase que "ministra" y la clase que "asiste" (laicos). Esto es algo que Dios aborrece extremamente. El no puede soportar que se divida a Su pueblo en "clases" de esta manera. Esta es la doctrina de los nicolaitas (Apocalipsis 2).
¿Pero es esto tan malo? ¿Qué daño nos hace?
Aquí están algunas maneras específicas como este modelo del "pastor único" realmente hace daño a la iglesia:
1) Pone a un hombre sobre un pedestal por encima de todos los demás. En muchas iglesias, esta veneración del pastor ya parece idolatría. La palabra del pastor es ley, y toda la iglesia gira alrededor de este único hombre.
2) Esto lleva directamente al ORGULLO. La posición en la cual colocamos a estos hombres, es terriblemente peligrosa para ellos y para la iglesia entera. Es muy difícil NO desarrollar orgullo, cuando uno es tratado de esta manera. El orgullo es la enfermedad más sutil, y espiritualmente fatal. Lleva al fracaso donde quiera que encuentre entrada.
3) Convierte a la iglesia en un montón de "espectadores". En otras palabras, todo el mundo se queda sentado y mira mientras los "profesionales" hacen casi todo el trabajo. Este es un desastre absoluto, porque TODOS tenemos dones, un llamado y una unción de Dios.
4) El control, la manipulación y el abuso espiritual se vuelven más comunes donde el poder se concentra en las manos de una figura "venerada". El poder corrompe. La lisonja corrompe. La veneración corrompe. Y antes que UD. se dé cuenta, la gente sale terriblemente dañada y herida por el control y las "técnicas de gerencia" que se ejercen desde la punta. Entonces se desarrollan nuevas enseñanzas acerca de "cobertura" y "sumisión" para prestar una apariencia de legitimidad a la opresión con que se trata a la gente. A todos se les dice que se "sometan" y que no cuestionen nada. En algunas denominaciones e iglesias en particular, el sistema de "un solo líder" encaja en este escenario como la mano en el guante. Muy triste.
5) La posición del pastor se presta para "lino fino y títulos" - ¡o quizás para ternos caros de tres piezas! Jesús dijo a sus discípulos: "Pero vosotros no queráis que os llamen: Rabí; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo, y todos vosotros sois hermanos, Y no llaméis padre vuestro a nadie en la tierra; porque uno es vuestro Padre, el que está en los cielos. Ni seáis llamados maestros; porque uno es vuestro Maestro, el Cristo." (Vea Mateo 23:5-12)
Nada de esto parece impedir a los hombres que asuman "títulos" hoy, ¡y esto no está limitado a pastores!
6) Puesto que la posición del pastor es usualmente el "único trabajo reconocido" en la iglesia, muchos de los que efectivamente son evangelistas o profetas se ven obligados a pastorear, solamente para poder ministrar. A menudo están muy mal ubicados, y muchas veces esto lleva al desastre.
7) Todo esto crea una tal carga sobre los hombros del hombre que es nombrado pastor principal, que este trabajo tiene una de las cuotas más altas de agotamiento (burnout) en el mundo occidental.
Algunos dicen que tener una "junta de ancianos" que puede contratar o despedir al pastor, mantiene todo esto en su equilibrio. Pero no es así. Esto puede disminuir el asunto del control; pero el mero hecho de que ellos sienten la necesidad de "nombrar a un pastor", demuestra cuán entregados al sistema son en verdad. Lo único que hacemos es perpetuar este sistema.
¿Entonces cómo hacían las cosas en el Nuevo Testamento?
Primero tenemos que notar que los apóstoles no eran "profesionales" entrenados. Aparte de Pablo, ellos nunca habían estado en un Instituto Bíblico (donde enseñaban los sumos sacerdotes y los fariseos). La mayoría de los apóstoles fueron sencillos pescadores y cobradores de impuestos. Pero ellos habían pasado MUCHO TIEMPO CON JESÚS. Esta fue su calificación. Y es claro que los pastores nunca estaban a cargo de la iglesia. Los APÓSTOLES tenían esta responsabilidad.
Pero ellos nunca "se enseñoreaban" de la gente. Y dondequiera que iban, nombraban a ancianos o supervisores (plural) para cuidar de la iglesia en su ausencia. Estos "ancianos" tenían la responsabilidad de "pastorear".
Desafortunadamente, algunas traducciones de la Biblia llaman a estos ancianos "obispos", lo que da la impresión de una "jerarquía". Pero esto no está en el original.
Como explica el erudito del griego, W.E.Vine: "‘Presbíteros', anciano, es otro término para la misma persona como obispo o supervisor. Compare Hechos 20:17 con el verso 28." Entonces ellos eran simplemente "ancianos" - esto es todo. Solo cuando la iglesia cayó en una decadencia seria y después en el romanismo, las "jerarquías" complicadas empezaron. Antes de esto, todo fue muy sencillo. ¿Quizás algún día volverá a ser así?
Estoy convencido de que en el movimiento venidero de Dios, el papel del "pastoreo" volverá a los ancianos, como en la iglesia temprana, y la posición del "pastor principal" que tenemos hoy, será abandonada como un concepto totalmente en contra de las Escrituras. La división entre clérigos y laicos simplemente tiene que desaparecer.
Cuando el apóstol Pedro dice: " ruego a los ancianos, el también se pone como anciano, pero también dice y cuando aparezca el príncipe de los pastores".
Esta palabra era para toda la iglesia en Jerusalén, aquí no dice y cuando aparezca el príncipe de los ancianos, acá el apóstol quiere decir que todos estamos llamados a ser pastores y cumplir todas la funciones y esto no solo es para elegidos o estudiosos sino para la iglesia.
MÁS VERSICULOS DE APOYO
Efesios 2:19-21, 4:11, 1Corintios 12:27-31, Hechos 20:17.28, 14:23, Tito 1:5-9, 1 Pedro 5:1-4, Mateo 23:5-12, 1 Timoteo 3:1-9, 5:17, Hechos 6:1-6, 1 Timoteo 3:10-13, Hechos 2:42, 13:1-3, 15:1-2, 16:4, Romanos 16:7, 2 Corintios 11:13, Apocalipsis 2:2

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