El diálogo con Emilio Castro a continuación, forma parte de una serie de entrevistas realizadas en los 90´s por Víctor Rey, actual Coordinador de Compromiso Cristiano de World Vision Internacional Chile y actual Presidente de la Fraternidad Teológica Latinoamericana
Emilio Castro es uruguayo y pastor de la Iglesia Metodista muy conocido en América Latina. Fue Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, con sede en Ginebra, Suiza.
¿Nos podría contar brevemente algo de su vida?
Bueno, es la vida de un pecador normal que vive o trata de vivir de la gracia de Dios y de la amistad de los hermanos después de haber trabajado en los movimientos ecuménicos, en la formación de CLAI, la conferencia de Iglesias de América Latina y luego de haber dado algunos años al trabajo del Consejo Mundial de Iglesias a partir de Ginebra. Ahora estamos de vuelta en Montevideo donde a Dios gracias podemos servir en una pequeña congregación muy viva y muy activa, con mucho espíritu de cariño entre hermanos y abiertos a las necesidades imperantes de nuestra situación latinoamericana, buscando junto con la comunidad participar el evangelio y los frutos del evangelio con la sociedad más grande que nos rodea y desde allí desde Montevideo, viajando un poco tratando de aprender y de compartir experiencias vívidas y las bendiciones que dios nos ha dado a lo largo de la vida.
¿Cómo ve usted al movimiento evangélico en América Latina en este tiempo?
Es una pregunta muy general porque puede contestarse en forma diferente en cada país, pero en términos generales el movimiento evangélico vive el gran problema de su crecimiento numérico, lo que hace que dediquemos mucho mas atención a la formación de la comunidad cristiana. Un líder pentecostal brasileño afirma que nuestro problema no es la evangelización porque las iglesias se llenan casi solas. Nuestro problema es la formación de ciudadanos cristianos, de que significa participar de una iglesia.
Lo pondría de esta manera. Si se puede calcular que los evangélicos en América Latina somos quizá un 20% habría un 20% menos de violencia, de miseria de injusticia, de desempleo de inmoralidad en América Latina. O no ha cambiado nada substancialmente en las condiciones totales del continente. Si nuestro problema es redescubrir la vocación de ser la manada pequeña que es llamada a ser sal de la tierra y luz del mundo y preguntarnos con seriedad y humildad porque Dios esta levantando un pueblo evangélico entre las camadas de pobres de América Latina o no ha cambiado nada substancialmente en las condiciones totales del continente. Si nuestro problema es redescubrir la vocación de ser la manada pequeña que es llamada a ser sal de la tierra y luz del mundo y preguntarnos con seriedad y humildad porque Dios esta levantando un pueblo evangélico entre las camadas pobres de América Latina.
Para que misión, para que bendición, para que tipo de presencia servicial nos está llamando? Este es el gran desafío, el crecimiento es notable, y aquí mismo puede estar la tentación de querer ser nosotros también la Iglesia del poder con privilegios y demás. Pero también hay la gran oportunidad de querer ser nosotros también la Iglesia del poder con privilegios y demás oportunidad que Dios nos da de ayudar a la redención de todo el Continente y afrontar señales del reino que viene en medio de nuestra comunidad humana...
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Emilio Castro es uruguayo y pastor de la Iglesia Metodista muy conocido en América Latina. Fue Secretario General del Consejo Mundial de Iglesias, con sede en Ginebra, Suiza.
¿Nos podría contar brevemente algo de su vida?
Bueno, es la vida de un pecador normal que vive o trata de vivir de la gracia de Dios y de la amistad de los hermanos después de haber trabajado en los movimientos ecuménicos, en la formación de CLAI, la conferencia de Iglesias de América Latina y luego de haber dado algunos años al trabajo del Consejo Mundial de Iglesias a partir de Ginebra. Ahora estamos de vuelta en Montevideo donde a Dios gracias podemos servir en una pequeña congregación muy viva y muy activa, con mucho espíritu de cariño entre hermanos y abiertos a las necesidades imperantes de nuestra situación latinoamericana, buscando junto con la comunidad participar el evangelio y los frutos del evangelio con la sociedad más grande que nos rodea y desde allí desde Montevideo, viajando un poco tratando de aprender y de compartir experiencias vívidas y las bendiciones que dios nos ha dado a lo largo de la vida.
¿Cómo ve usted al movimiento evangélico en América Latina en este tiempo?
Es una pregunta muy general porque puede contestarse en forma diferente en cada país, pero en términos generales el movimiento evangélico vive el gran problema de su crecimiento numérico, lo que hace que dediquemos mucho mas atención a la formación de la comunidad cristiana. Un líder pentecostal brasileño afirma que nuestro problema no es la evangelización porque las iglesias se llenan casi solas. Nuestro problema es la formación de ciudadanos cristianos, de que significa participar de una iglesia.
Lo pondría de esta manera. Si se puede calcular que los evangélicos en América Latina somos quizá un 20% habría un 20% menos de violencia, de miseria de injusticia, de desempleo de inmoralidad en América Latina. O no ha cambiado nada substancialmente en las condiciones totales del continente. Si nuestro problema es redescubrir la vocación de ser la manada pequeña que es llamada a ser sal de la tierra y luz del mundo y preguntarnos con seriedad y humildad porque Dios esta levantando un pueblo evangélico entre las camadas de pobres de América Latina o no ha cambiado nada substancialmente en las condiciones totales del continente. Si nuestro problema es redescubrir la vocación de ser la manada pequeña que es llamada a ser sal de la tierra y luz del mundo y preguntarnos con seriedad y humildad porque Dios esta levantando un pueblo evangélico entre las camadas pobres de América Latina.
Para que misión, para que bendición, para que tipo de presencia servicial nos está llamando? Este es el gran desafío, el crecimiento es notable, y aquí mismo puede estar la tentación de querer ser nosotros también la Iglesia del poder con privilegios y demás. Pero también hay la gran oportunidad de querer ser nosotros también la Iglesia del poder con privilegios y demás oportunidad que Dios nos da de ayudar a la redención de todo el Continente y afrontar señales del reino que viene en medio de nuestra comunidad humana...
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Fuente: CREE
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