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miércoles, 31 de marzo de 2010

¿De qué manera vamos a recordar el martirio y la resurrección de Jesús?

Por Amós López Rubio - Cuba
Una vez más ha comenzado la Semana Santa. Las iglesias cristianas hemos enfatizado una comprensión sacrificial de la muerte de Jesús, de modo que cuando recordamos los eventos de la Semana Santa, y cuando predicamos el evangelio en cualquier momento y lugar, afirmamos que Jesús muere para cumplir la voluntad de Dios, que su sacrificio fue necesario para limpiar a la humanidad de sus pecados. Por lo tanto, la celebración de la Semana Santa dependerá mucho de nuestra respuesta a la pregunta, ¿por qué muere Jesús?
Una vez más ha comenzado la Semana Santa. Las iglesias cristianas hemos enfatizado una comprensión sacrificial de la muerte de Jesús, de modo que cuando recordamos los eventos de la Semana Santa, y cuando predicamos el evangelio en cualquier momento y lugar, afirmamos que Jesús muere para cumplir la voluntad de Dios, que su sacrificio fue necesario para limpiar a la humanidad de sus pecados. Por lo tanto, la celebración de la Semana Santa dependerá mucho de nuestra respuesta a la pregunta, ¿por qué muere Jesús?
En la Biblia encontramos diversas maneras de comprender a Dios: para unos, Dios exige sacrificios de animales y seres humanos para aplacar su ira contra la humanidad perversa. Este Dios sanguinario, también se goza en la violencia y el exterminio de pueblos enteros para cumplir sus promesas al pueblo de su preferencia. Es el mismo Dios que hoy sigue enviando enfermedades, terremotos y guerras a distintas regiones del mundo para dar una lección a la humanidad que sigue siendo tan perversa como antes.
Para otros, Dios es amor, misericordia, reconciliación y vida. Este Dios aborrece los sacrificios que se realizan en su nombre, porque este Dios exige del ser humano humildad, misericordia y justicia. Este es el Dios de los profetas y profetisas del Antiguo Testamento; es también el Dios de Jesús, a quien Jesús trata como un padre amoroso. Este Dios no envía calamidades al mundo, sino que está presente en el mundo, sufriendo con el mundo, gritando con el mundo que su voluntad no es la muerte sino la vida; porque este Dios creó el universo precisamente para regocijarse en la vida.
Cuando recordamos la muerte de Jesús podemos creer que estaba cumpliendo la voluntad de un Dios sediento de sangre, al estilo de los antiguos sacrificios en el pueblo de Israel y en las naciones vecinas: un sacrificio de expiación donde la sangre de la víctima opera la liberación del pueblo de algún pecado, castigo o maleficio. Estos sacrificios también abundaban en el mundo grecorromano donde creció la iglesia cristiana. La imagen del mesías como “cordero de Dios” ya estaba presente en escritos proféticos como el de Isaías 53; es asumida en el evangelio de Juan y el apóstol Pablo la desarrolla en sus cartas, sentando las bases de una teología sacrificial que llega hasta nuestros días. Sin embargo, cuando Jesús cuenta la par&aacu te;bola de la viña y los viñadores malvados, nos dice que Dios envió a su hijo a los viñadores no para que lo matasen, sino para que rectificaran su maldad.
Al recordar la muerte de Jesús, podemos entender que su muerte fue el resultado de una conspiración entre los representantes de la autoridad religiosa judía y la autoridad del imperio romano; que la muerte de Jesús fue un acto de injusticia a manos del poder político y religioso que temía las palabras y enseñanzas de aquel profeta nazareno, a quien el pueblo seguía y aclamaba como rey. Podemos creer entonces que el Dios de Jesús también fue crucificado en aquella cruz, que compartió el dolor y el sufrimiento de su hijo, y que, en un acto soberano de amor y justicia, le levantó de entre los muertos y le hizo Señor, Rey y Juez de la historia.
Pero este señorío, este reinado y este juicio que Jesús trae a la humanidad no es similar a la manera como en nuestro mundo los reyes y jueces ejercen la justicia. Jesús lo enseñó así a sus discípulos: no será así entre ustedes, ninguno dominará al otro, ninguno esclavizará al otro, sino que el que quiera ser mayor deberá ser el servidor de los demás. “Nadie tiene mayor amor que este: aquel que entrega su vida por sus amigos”. No creo que Jesús buscara su muerte, es más, creo que quiso vivir intensamente su vocación de profeta, maestro, hermano de sus hermanos y hermanas, judío comprometido con la tradición liberadora de su pueblo, hombre enamorado de la vida que gustaba de celebrar con sus amig os y amigas, sobre todo con los pobres, con los leprosos, con prostitutas y publicanos, con aquellos y aquellas que sufrían el desprecio, la marginación y el abandono social.
Desde esa identificación con las personas sufrientes de su tiempo, debemos entender el sufrimiento y la pasión de Jesús. Su muerte es figura de la muerte de tantos y tantas en su tiempo. Su muerte sigue siendo hoy figura de la pasión de nuestro mundo, de la pasión de la naturaleza que sucumbe ante la depredación humana; de la pasión de pueblos que sufren violencia y muerte en las guerras; de la pasión de personas que son torturadas, encarceladas, exiliadas, desempleadas, ignoradas, despojadas de sus elementales derechos; de la pasión de quienes sufren violencia y discriminación en sus propias familias, en sus centros de estudio y trabajo, en sus iglesias.
Pero la voz y el testimonio de Jesús no fueron apagados con su muerte; sus palabras de vida y esperanza resucitaron en las voces y el testimonio de hombres y mujeres, que aceptaron ser testigos de su resurrección, negaron la muerte, la enfrentaron y continuaron proclamando al mundo la buena noticia de un Dios de amor, misericordia y justicia. Celebrar hoy la Semana Santa no es solamente recordar, es comprometerse con esa memoria de Jesús, una memoria profética y transformadora de la vida, que no se basa en recordar un acto sacrificial divinamente establecido de antemano, sino que señala a los responsables de la muerte y el sufrimiento de los más pequeños para poder así enfrentar las injusticias.
La memoria de Jesús nos compromete a proclamar junto con el Dios de Jesús, que queremos la vida y no el sufrimiento; que queremos la paz y no la violencia; que queremos el perdón y no el resentimiento; que queremos la misericordia y no el castigo. Solo así la iglesia será fiel al legado de Jesús, solo así la Semana Santa dejará de ser una mezcla de sentimientos de tristeza, nostalgia y alegría que después se lleva el viento, para ser una semilla que engendre una humanidad nueva.¿De qué manera vamos a recordar el martirio y la resurrección de Jesús?

Fuente: Copyright © Consejo Latinoamericano de Iglesias - Red de Liturgia del CLAI E-mail: redclai@redclai.com.ar Web: http://clailiturgia.org

martes, 30 de marzo de 2010

Misión y coloniaje

El siguiente documento es un extracto de una charla preparada por René Padilla en el contexto del centenario de la conferencia misionera de Edimburgo, 1910.
La historia de la iglesia abunda en páginas que ilustran la dinámica del Evangelio para la transformación personal y social. Sin embargo, también abunda en páginas que muestran la facilidad con que los cristianos han transformado el Evangelio del Reino de Dios —las buenas nuevas del reinado de Dios de justicia y shalom inaugurado por Jesucristo— en una religión puesta al servicio de los reinos de este mundo dominados por intereses ajenos al propósito de Dios.
Tenemos que admitir que a los evangélicos en general, especialmente a los latinoamericanos, nos resulta fácil condenar la estrecha vinculación entre el imperialismo español y la misión que la Iglesia Católica Romana llevó a cabo en nuestro continente a partir de 1492. Sin embargo, si como evangélicos vamos a cuidarnos de no fijarnos en la astilla que tiene históricamente el ojo católico romano sin darle importancia a la viga que está en el nuestro, es necesario reconocer que el drama de la evangelización vinculada al imperialismo también tiene una versión protestante. En efecto, salvadas las diferencias de actores y circunstancias, la expansión de los Estados Unidos en el siglo XIX repitió la prepotencia de la conquista española del siglo XVI y, como ésta, halló justificación en un supuesto “destino manifiesto”, de origen sobrenatural, que supuestamente acompañaba al conquistador.
Para los defensores del destino manifiesto, su nación había heredado el papel de Israel como pueblo escogido de Dios destinado a ser luz de las naciones paganas; le cabía el honor a la vez que la responsabilidad no sólo de evangelizar sino también de colonizar a las naciones del mundo no cristiano y extender así el Reino de Dios. Especialmente durante la era imperial, después de 1880, la alianza entre misión y colonización era aceptada sin mayores cuestionamientos, y se daba por sentado que la obra misionera era obra del país colonialista –obra estadounidense, británica, francesa, belga o lo que fuese, según el país del que procedieran los misioneros.
La Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo y su legado
La Conferencia Misionera Mundial de Edimburgo se llevó a cabo en junio de 1910, dentro del periodo que el historiador Kenneth Scott Latourette ha denominado “el gran siglo” de las misiones cristianas (1815-1914), en plena época de florecimiento del destino manifiesto y del clímax de la idea del progreso, propia de la modernidad, en el mundo occidental. Desde esa perspectiva, la meta propuesta por la Conferencia de Edimburgo, era “la evangelización del mundo en esta generación”, como rezaba su lema. Para los organizadores esa meta era alcanzable no sólo por los miles de voluntarios dispuestos a sumarse a la tarea de evangelización, sino también porque se contaba con recursos provistos providencialmente por Dios, incluyendo los logros de la ciencia moderna, poder financiero y el apoyo de gobiernos “cristianos”. En palabras de David Bosch, “la misión occidental era un poder indiscutible. La misión cristiana se amparaba bajo el signo de la conquista del mundo”.
Para un gran sector del movimiento protestante, la Conferencia de Edimburgo tuvo como resultado una ratificación indiscutible del acercamiento fundamentalista o tradicional a la misión cristiana—el acercamiento predominante en el movimiento evangélico prácticamente hasta nuestro día. A pesar de sus debilidades, este acercamiento inspiró, y en muchos casos todavía continúa inspirando, a miles de misioneros transculturales a cruzar fronteras geográficas con el propósito de difundir las buenas nuevas de Jesucristo. Así se han escrito algunas de las páginas más conmovedoras de la historia de la iglesia y se ha formado un movimiento cristiano de alcance global, con congregaciones prácticamente en todos los países del mundo. Por otra parte, es necesario reconocer que la identificación de la misión de la iglesia con la misión transcultural —ejemplificada claramente en Edimburgo en 1910— ha tenido como resultado por lo menos cuatro dicotomías que han afectado negativamente a la iglesia y su misión.
1. La dicotomía entre iglesias que envían misioneros (generalmente en naciones de Occidente) e iglesias que reciben misioneros (casi exclusivamente en países del Asía, Africa y América Latina).
2. La dicotomía entre el hogar ubicado en algún país de Occidente y el campo misionero, ubicado en algún país pagano.
3. La dicotomía entre los misioneros llamados por Dios a servirlo, y los cristianos ordinarios, que pueden disfrutar de los beneficios de la salvación pero están exentos de participar en lo que Dios quiere hacer en el mundo.
4. En cuarto lugar, la dicotomía entre la vida de la iglesia (la cual se lleva a cabo en el país de origen) y la misión de la iglesia (la cual se realiza en otro lugar, preferentemente en el exterior).
Todas estas dicotomías en la concepción de la misión fueron proyectadas a nivel mundial por el movimiento misionero con base en Occidente. Consecuentemente, la misión se redujo primordialmente a la tarea salvar almas y plantar iglesias, una tarea que llevan a cabo por misioneros enviados desde los países cristianos a los campos misioneros del mundo, cumpliendo representativamente la responsabilidad de toda la iglesia.
La misión integral como cambio de paradigma
Por la gracia de Dios, actualmente el movimiento evangélico alrededor del mundo, y especialmente en el mundo de las grandes mayorías, está viviendo una nueva etapa, una etapa marcada por un cambio de paradigma. El factor predominante en la misión ya no es la salvación de almas y la multiplicación de iglesias, sino la realización concreta en la historia de uno de los pedidos con que se inicia el Padrenuestro: “Venga tu Reino, hágase tu voluntad así en la tierra como en el cielo.” Es la misión del Reino o misión integral, que incluye tanto la proclamación del Evangelio como la demostración, por medio de la acción, de la voluntad de Dios de transformar la vida en todas sus dimensiones.
Desde este punto de vista, desaparecen las dicotomías implícitas en la identificación de la misión con la misión transcultural. La misión puede o no incluir el cruce de fronteras geográficas, pero en todo caso significa primordialmente un cruce de la frontera entre la fe cristiana y la no-fe cristiana, sea en el país de origen (en el hogar) o en un país extranjero (en el campo misionero), en testimonio de Jesucristo como el Señor de toda la vida y de toda la creación. Cada iglesia local, esté donde esté, ha sido llamada a participar en la misión de Dios en el mundo comenzando en su propia “Jerusalén”. La misión no es tarea exclusiva de un grupo de miembros del pueblo de Dios: todos los miembros del cuerpo de Cristo son misioneros y como tales tienen la responsabilidad y el privilegio de participar en la tarea de transformar la vida humana según el propósito de Dios. El compromiso con la misión es un aspecto esencial del ser de la iglesia, de modo que la iglesia que no está comprometida con la misión de testificar de Jesucristo en su propio contexto local, aunque envíe misioneros a ultramar, no es una iglesia sino simplemente un club religioso, un grupo de amigos o una agencia de bienestar social. No es posible hacer separación entre la vida de la iglesia y su misión.

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Para más recursos sobre misiología, visite la página de Ediciones Kairós o contáctesé con ventas@kairos.org.ar
Fuente: Fundación Kairos

lunes, 29 de marzo de 2010

Se hace camino al andar

Por. J. José Cortés, España*
Inevitablemente las noticias corren como la pólvora en tiempos como este y ya es sabido por todos cuáles han sido mis últimas decisiones, que no cambian ni un ápice de lo que soy ni lo que represento; y por tanto no hay nada más honesto en la vida que ser fiel a tus principios sin renunciar a tus derechos, así que he recobrado las fuerzas o mejor dicho la lucha continúa.
Se hace camino al andar es un viejo dicho muy popular pero con mucha verdad. Cuando comenzamos un camino no sabemos dónde nos puede llevar si no lo conocemos, pero otros muchos arrancaron en otros tiempos convirtiéndose en mártires, incomprendidos e incluso herejes en los tiempos de la antigüedad. Pero a muchos de ellos le debemos lo que hoy tenemos, un manual de inteligencia, de sabiduría y de riqueza humana. Y no sólo eso, sino también el haber escogido acertadamente el camino de la salvación y de la eternidad.
Quizás para muchos cuando las cosas no están claras dudan de sus líderes, y abandonan a su suerte a aquellos que un día fueron su referencia, su icono, o simplemente un hombre ejemplar. Pero sólo el tiempo reconoce a los justos, sólo el tiempo pone el acento donde es necesario. Por eso es importante luchar, porque sólo se hace camino al andar.
Tengo que decirles que nunca antes hubo tanta presencia evangélica en este país que es España, y la extensión del reino de Dios no se puede producir si no se arriesga. Porque así actuaron los héroes de la fe, aún sabiendo que corrían riesgo sus vidas. Hombres como Pedro (que fue crucificado boca abajo), Andrés (que fue crucificado en forma de X), Jacobo el menor (traspasado por una lanza), el apóstol Juan (desterrado y preso en una isla desierta), y el mismo Jesucristo, sufriendo en su cuerpo las heridas de la muerte. Pero fue necesario que estos mártires nos mostraran el camino para que nosotros pudiéramos pasar por él.
Hay uno de ellos que a mí me llama mucho la atención. Lo vemos en el texto bíblico de Hechos en el que Esteban anuncia el Evangelio de Jesucristo cuando es apedreado hasta la muerte, y echando su mirada a lo alto ve cómo los cielos son abiertos, y a Jesús a la diestra del Dios Padre. Y es que los valientes, los que luchan, son recibidos en el cielo con honores por nuestro Padre que está en los cielos.
Hch 7:55-60 Pero Esteban, lleno del Espíritu Santo, puestos los ojos en el cielo, vio la gloria de Dios y a Jesús que estaba a la diestra de Dios, y dijo: "Veo los cielos abiertos, y al Hijo del hombre que está a la diestra de Dios".
Entonces ellos, gritando, se taparon los oídos y arremetieron a una contra él.
Lo echaron fuera de la ciudad y lo apedrearon. Los testigos pusieron sus ropas a los pies de un joven que se llamaba Saulo.
Mientras lo apedreaban, Esteban oraba y decía: "Señor Jesús, recibe mi espíritu".
Y puesto de rodillas, clamó a gran voz: "Señor, no les tomes en cuenta este pecado".
Habiendo dicho esto, durmió.
El pueblo de Dios tiene que seguir luchando por que el reino de los cielos se siga extendiendo. Para que la paz del Señor alcance a toda criatura. Para que toda nación, todo reino y todo pueblo confiese que Jesucristo es el Señor.

PORQUE NO HAY OTRA. SE HACE CAMINO AL ANDAR

Dios les bendiga

*J. José Cortés es pastor evangélico de la Iglesia de Filadelfia

Fuente: © J.J. Cortés, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

domingo, 28 de marzo de 2010

Historia de la Religión en España: Heterodoxia y cristianismo en España (I)

Por. Mario Escobar, España*
La historia de la religión y en especial del cristianismo fue durante mucho tiempo monopolio de la Iglesia Católica. La magna obra de Menéndez y Pelayo parecía acabar con ese monopolio eclesiástico, pero la realidad fue muy distinta. La historiografía científica cerraba filas en torno a una interpretación dogmática de la historia de la religión. Llorente, Castro y Rossi se convertían en voces discordantes dentro de un coro de visiones dogmáticas. ¿Cuál es el estado actual de la cuestión?
Según el historiador Díez de Velasco la historia de la religión se encuentra todavía en un estado liminal, empezando una nueva etapa de adolescencia. A pesar de que en los años cincuenta del pasado siglo se creo la primera cátedra de Historia de las Religiones, su fracaso estrepitoso mantuvo a la institución en un segundo plano, como una especie de isla minúscula en un océano de desconocimiento. Según dicho historiador, la razón del fracaso no fue otra que el fundamentalismo religioso del momento (1). De modo que la inclusión en los planes de estudios de las universidades tuvo que esperar hasta los años 1993, para ser una realidad en la formación de los futuros historiadores, antes de esta fecha el estudio de la religión se centraba en la Historia de la Iglesia Católica.
El déficit de formación a nivel religioso que existe en nuestro país tiene un componente claramente académico, al que hay que unir la desinformación de los medios de comunicación y la actual falta de interés del gran público en los temas religiosos.
Con esta serie de artículos nos aproximaremos a diferentes movimientos religiosos dentro del seno del cristianismo peninsular.
Comenzaremos con el periodo romano y visigodo, pasando a la Edad Media en la que proliferaron todo tipo de movimientos heterodoxos, la Reforma, los movimientos pietistas, la reacción racionalista y el nacimiento de nuevos movimientos religiosos en el siglo XIX y XX, para finalizar con un análisis de la situación actual. Además dedicaremos especial interés a los movimientos heréticos de América.
Profundizaremos en la historia menos conocida del cristianismo, intentando paliar las grandes lagunas que la historiografía ha dejado o ha cubierto, pero con interpretaciones muy maniqueas. Aunque sin duda han surgido estudios serios sobre la Historia de las Religiones y la Historia de la Iglesia, algunos de los ejemplos más claros son: el historiador García Cárcel, García Villoslada o Pérez Villanueva, todavía queda mucho por hacer.
Terminamos citando las tristes y aún actuales palabras de Menéndez y Pelayo en su introducción al libro Historia de los Heterodoxos: Pero otras ramas -del árbol histórico, que fueron las más frondosas en lo antiguo, parecen, durante la mayor parte del siglo XIX, mustias y secas. Ninguna tanto como la historia eclesiástica, cuya postración y abatimiento sería indicio suficiente, si tantos otros no tuviéramos, del triste punto a que ha llegado la conciencia religiosa de nuestro pueblo (2).

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(1) DEVELASCO, FRANCISCO, Historia de las Religiones en España: Avatares de una disciplina, Revista Ciencia de las Religiones, Nº o, Universidad Complutense de Madrid 1995. Pag 4.
(2) MENENDEZ Y PELAYO, Historia de los Heterodoxos españoles, BAC, Madrid, 1987. Pag. 4

*Mario Escobar es licenciado en Historia, diplomado en Estudios Avanzados por la Universidad Complutense de Madrid y director de la revista «Nueva Historia para el Debate»


Fuente: © M. Escobar, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

sábado, 27 de marzo de 2010

Miguel de Unamuno -Biografía

Por. J. A. Monroy, España*

Por muy increíble que pueda parecer, hace 45 años que no se publica una biografía de Miguel de Unamuno (Bilbao 1864- Salamanca 1936)(1), el pensador más prolífico de la generación del 98, a la que nunca reconoció pertenecer, el escritor que dejó una honda huella en la Historia de España. Ha sido un matrimonio francés, Jean-Claude Rabaté y su esposa Colette, quienes han escrito la primera biografía de Unamuno desde 1964.
Colette es profesora titular de Lengua, Literatura y Civilización Española en la Universidad “François Rabelais” de Tours, importante ciudad de Francia situada en la orilla derecha del Loira.
Su esposo, Jean-Claude, es catedrático de Civilización española en la Universidad de parís III –Sorbona. Es autor de numerosos estudios sobre Miguel de Unamuno en los que destaca las luchas políticas y sociales del gran vasco en sus tiempos. Entre sus obras sobresalen GUERRAS DE IDEAS EN EL JOVEN UNAMUNO y una edición crítica de los ensayos del genial escritor.
Los autores de esta biografía afirman que se han “dedicado a darle la palabra a Unamuno, a dejar que se explique a través de sus textos y de su epistolario”, al que han accedido por primera vez. Desde la publicación en 1964 de una breve biografía de Unamuno escrita por el periodista Emilio Salcedo han tenido que pasar más de cuatro décadas para que el matrimonio francés se haya atrevido con esta monumental obra de casi 800 páginas, basada en los propios escritos autobiográficos de Unamuno, en su correspondencia parcialmente inédita y en los más de 4.000 artículos en los que este titán de las letras analizaba a diario la actualidad política y social española.
En opinión de los editores, “gracias a nuevas fuentes como sus cuadernillos autobiográficos de juventud y vejez, su abundante epistolario –en parte inédito- centenares de colaboraciones periodísticas en España y América Latina e innumerables discursos rescatados a la prensa”, en la biografía que escriben a dúo Colette y Jean- Claude “se destaca la figura pública y privada de una personalidad polifacética”.
La biografía del matrimonio francés coincide con la aparición en España del décimo y último volumen de las obras completas del rector de Salamanca. El riguroso trabajo de selección y edición ha sido realizado por dos grandes especialistas en Miguel de Unamuno: José Antonio de Castro y Ricardo Senabre.
Las muchas páginas de MIGUEL DE UNAMUNO. BIOGRAFÍA, se reparten en nueve capítulos que llevan estos títulos: Ensueños de niñez y soledad. Madrid, un nuevo mundo. Los años bilbaínos. Las batallas de Salamanca. Crónica de una destitución anunciada. Desde la gran guerra. Los años del destierro. Tiempo de República. La guerra incivil.
Los autores de esta biografía saben que es imposible contar la vida de Unamuno sin dar cabida a temas que siempre le preocuparon: La religión. El cristianismo. Dios. La muerte. La inmortalidad. Tanto en EL SENTIMIENTO TRÁGICO DE LA VIDA como en LA AGONÍA DEL CRISTIANISMO y en otros libros y artículos, el escritor vasco pone de manifiesto la inquietud que le causaba el hecho religioso.
Los autores de la biografía recuerdan los “fulminantes anatemas” que Unamuno lanzaba “contra esas mujeres que propician la permanencia de un clima religioso asfixiante, de “Inquisición interna”. Aseguraba Unamuno que “en un país que se dice cristiano, apenas sirve el Evangelio –que casi nadie lee- más que para cortarlo en cachitos, plegarlos dentro de una bolsita y colgárselos del cuello a los niños como amuleto”. Añadía Unamuno que “bajo el catolicismo romano hay que buscar el cristianismo español”.
Los Rabaté aluden en la biografía a la influencia que pudo tener el protestantismo en la vida de Unamuno. Afirman que “Unamuno estaba obsesionado por descatolizar España. Pero por otra parte, se sentía muy cristiano. Él, en realidad, tendía al pensamiento de un liberal protestante alemán”. El mismo argumento ha sido expuesto en varios libros publicados en España. De 1982 es la obra de José María Martínez Barrera MIGUEL DE UNAMUNO Y EL PROTESTANTISMO ALEMÁN. Tres años después aparece en las librerías UNAMUNO Y LOS PROTESTANTES ALEMANES, de Nelson R. Oninger. En 1993 Patrocinio Ríos da a la imprenta su libro EL REFORMADOR UNAMUNO Y LOS PROTESTANTES ESPAÑOLES. Alfredo Pérez Alencart, actualmente profesor del Derecho del Trabajo en la Universidad de Salamanca, ha escrito recientemente un extraordinario ensayo sobre la correspondencia que mantuvo Unamuno con personalidades protestantes de la América hispana.
En 2007 la revista por internet PROTESTANTE DIGITAL dio el nombre de Miguel de Unamuno a un premio que concede anualmente a entidades o individuos que hayan destacado en promover un acercamiento de la realidad histórica del protestantismo español a la sociedad de habla hispana. De hecho, el premio 2010 fue concedido a la revista RELIGIÓN DIGITAL.COM, que dirigen los periodistas Manuel Vidal y Jesús Bastante.
Resta añadir que la excelente biografía de Unamuno escrita por Colette y Jean-Claude Rabaté incluye un álbum de 28 páginas con fotografías que retratan la vida del rector de Salamanca desde su venida al mundo en 1864 hasta su entierro en 1936.

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(1) Colette y Jean-Claude Rabaté, Miguel de Unamuno. Biografía, Santillana Ediciones. 790 páginas.

* J. A. Monroy es escritor y conferenciante internacional.


© J.A. Monroy, ProtestanteDigital.com (España, 2010

viernes, 26 de marzo de 2010

Falacias sobre el aborto: Gregorio de Nisa y el aborto

Por. Wenceslao Calvo, España*
Quién dijo que la condenación, por parte cristiana, del aborto es cosa de hace veinticuatro horas? Más bien lo que venimos viendo es que ya desde los primeros siglos hay abundantes testimonios que prueban, de sobra, la inequívoca posición cristiana sobre esa cuestión.
Es importante constatar que lo que era una costumbre netamente pagana terminó por infiltrarse entre algunos cristianos, tal como reflejan ciertas referencias directas e indirectas, que ya hemos visto, de algunos autores, como Hipólito, Crisóstomo, Jerónimo o Basilio. Pero de ese hecho se desprenden dos evidencias: (1) Que el empleo de tal práctica por parte de algunos cristianos no significó un cambio en la valoración del hecho por parte de los teólogos y escritores cristianos, que condenan el acto independientemente de quién lo realice, sea pagano o cristiano; (2) que la difusión del cristianismo en el mundo antiguo, especialmente tras el cese de las persecuciones y sobre todo tras su ascensión a creencia oficial, trajo como consecuencia la entrada a la Iglesia de muchos paganos que simplemente se adaptaron a las nuevas circunstancias, sin que su mente y corazón hubieran cambiado realmente. Seguían siendo paganos en el fondo de su ser, aunque nominal y externamente se habían cristianizado. No es extraño que su anterior mentalidad estuviera intacta y con ella la práctica del aborto.
Uno de los pensadores cristianos más importantes del siglo IV fue Gregorio de Nisa (c. 335 - c. 394), hermano de Basilio el Grande y amigo de Gregorio de Nacianzo. Los tres forman esa terna que se ha denominado ´Padres Capadocios´, por ser Capadocia su lugar de origen. Pues bien, en una de sus obras Gregorio razona de esta manera:
´Dios es la causa de nuestra vida, tanto en cuerpo como en alma. Pero, ¿cuándo y cómo el alma vienen a la existencia? El cómo nunca podremos saberlo... El cuándo se puede determinar. Las objeciones a la existencia del alma antes del cuerpo ya se han dado antes. Pero el alma es necesaria para la vida y el embrión vive. Por lo tanto, el alma no nace después del cuerpo, sino que ambos nacen juntos.´(1)
Es notoria la mención que Gregorio hace del embrión humano asociándolo, indisolublemente, a un alma humana. Aunque confiesa no saber cómo el alma viene a la existencia, una duda que el mismo Agustín de Hipona también tuvo al vacilar entre creacionismo y traducianismo, sin embargo, no le queda la menor duda de cuándo hace su aparición, siendo simultánea con la concepción. Por lo tanto, según Gregorio, es inconcebible un embrión humano sin alma humana. La consecuencia que se puede desprender de esa premisa es clara: quitarle la vida al embrión es lo mismo que quitársela a un nacido.
Hay un texto en el que Gregorio parece contradecirse a sí mismo, cuando dice:
´Del mismo modo que no es posible denominar al informe embrión ser humano sino solo potencial, asumiendo que está completo al nacer y que al estar en estado informe es algo distinto a un ser humano, así nuestra razón no puede reconocer como cristiano a quien no ha recibido, con respecto al misterio completo, la forma genuina de nuestra religión.´(2)
La primera impresión que se recibe al considerar este texto es que Gregorio niega la humanidad del embrión. Pero antes de llegar a conclusiones apresuradas hay que tener en cuenta dos cosas: (1) que está poniendo una ilustración, para la cual parte de la hipótesis de que el ser humano está completo al nacer, lo cual supone que la humanidad del embrión está incompleta, en cuanto a su forma. De manera que la frase ´…al estar en estado informe es algo distinto a un ser humano…´ habría que entenderla así: ´…al estar en estado informe es algo distinto a un ser humano (completo)…´; (2) que usa esa ilustración para comparar el estado rudimentario de aquellos que reconocen al mismo Dios que los cristianos, como son los judíos, pero que sin embargo al no creer en Jesús les falta la plenitud cristiana.
El concilio de Ancira, celebrado en el año 314, es decir, poco después del cese de las persecuciones, reguló ciertas normas disciplinarias, especialmente las que tenían que ver con aquellos cristianos que habían apostatado de la fe durante la persecución, pero que tras el cese de la misma querían ser readmitidos de nuevo en la Iglesia.
Una de esas normas de disciplina iba dirigida hacia quienes practicaran el aborto:
´Sobre las mujeres que cometen fornicación y destruyen lo que han concebido, o quienes se dedican a fabricar drogas para abortar, un antiguo decreto las excluía hasta la hora de la muerte, habiendo asentido algunos a eso. Sin embargo, deseosos de ejercer mayor clemencia, hemos ordenado que cumplan diez años, según los grados prescritos.´(3)
Aquí tenemos una referencia a la excomunión eclesiástica a quienes hubieran abortado, rebajándose la pena más antigua, que era vitalicia, a la de diez años. Ignoro a qué antiguo decreto se refiere el canon (¿tal vez sínodos anteriores en Roma, Antioquía o Alejandría? Sea como sea, lo cierto es que la gravedad de tal acto no fue pasada por alto por los responsables eclesiásticos de aquel tiempo, siendo la rebaja de la pena una demostración de consideración pastoral hacia los culpables de abortar.
De nuevo es esclarecedora la relación causa-efecto entre desorden sexual y aborto, que el mencionado canon revela. Por cierto, este mismo concilio condena a los hombres que hayan adulterado a una pena de excomunión eclesiástica de siete años(4), lo cual es importante reseñarlo, porque hay quien piensa que detrás de todos estos pronunciamientos contra las mujeres que abortan solo hay machismo puro y duro …

MÁS INFORMACIÓN
Esta serie es una respuesta al contenido de un artículo de Máximo García Ruiz sobre el aborto.

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1) Gregorio de Nisa, Sobre el alma y la resurrección
2) Gregorio de Nisa, Sobre el Espíritu Santo contra Macedonio
3) Concilio de Ancira, canon XXI
4) Concilio de Ancira, canon XX

Artículos anteriores de esta serie:

1 Falacias sobre el aborto
2 Aborto y cristianismo del siglo III
3 Aborto y cristianismo en el siglo IV

*Wenceslao Calvo es conferenciante, predicador y pastor en una iglesia de Madrid

Fuente: © W. Calvo, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

jueves, 25 de marzo de 2010

Fecundación `post mortem´

Por. Antonio Cruz, España*

El primer caso en el que, según parece, una mujer quedó embarazada mediante inseminación artificial con semen de su marido recién fallecido en accidente de tráfico, ocurrió durante el año 1994 (ABC, 09.06.94). La joven viuda norteamericana se llamaba Pamela Maresca y la muerte de su esposo se produjo tan sólo 16 días después de haber contraído matrimonio. Otro caso similar había pasado diez años antes en Francia, el de Corynne Parpaleix, quien perdió a su marido Alain de 26 años de edad, a causa de un cáncer en los testículos. Pocos meses después del fallecimiento se hizo inseminar con esperma congelado de su difunto esposo que se hallaba depositado en un banco de semen en París. Todo ello lo consiguió después de una ardua batalla legal, pero sin resultado feliz, ya que los espermatozoides de Alain eran de baja calidad y no consiguieron dejarla embarazada (El País, 02.08.84).
Más recientemente Diane Blood, del Reino Unido consiguió dar a luz a su pequeño Liam Stephen que nació cuatro años después de morir su padre. En 1995 una meningitis aguda le había provocado a éste un paro cardíaco que lo dejó en coma profundo y sujeto a un respirador artificial. Diane, la abatida esposa, decidió aprovechar el último recurso que le quedaba para tener un hijo de su marido. Antes de que le desconectaran los aparatos que lo mantenían vivo, consiguió que los médicos le extrajeran una muestra de su semen. Para ello hubo que aplicarle un par de descargas eléctricas en la zona genital y provocarle una eyaculación. El semen así obtenido se congeló a la espera de que Diane resolviera el problema legal que todo esto le planteaba. Después de dos años de batalla legal consiguió la autorización necesaria y una clínica belga le practicó la IAC post-mortem (El País, 15.12.98).
En el año 1994 se daban cifras acerca de los resultados positivos de esta técnica de IAC post-mortem que alcanzaban sólo el 30% de éxitos. La ley española, que se centra sobre todo en el derecho del adulto a procrear, admite este tipo de fecundación durante los seis meses posteriores a la muerte del varón y sólo en el caso en que éste lo haya dejado indicado en el testamento o escritura pública. Pero, aparte de lo que permitan las leyes de los diferentes países, ¿qué valoración puede hacerse desde la ética cristiana del respeto a la dignidad de la persona humana?
Es fácil comprender la situación emocional de una esposa joven en esta situación. Hay un aspecto positivo en el deseo de tener un hijo del hombre que se ama y de prolongar ese amor incluso después de la muerte mediante el nacimiento de un nueva criatura engendrada por él. No obstante, en ocasiones los sentimientos més nobles pueden también traicionar los juicios lúcidos y sensatos, convirtiéndose en guías ciegos que nos hagan errar el blanco. ¿Es justo y razonable traer un niño al mundo que será, de antemano, huérfano de padre? ¿Es el deseo maternal de tener un bebé lo suficientemente poderoso como para llamar a la vida a un criatura que nacerá con el inconveniente de un padre ausente? ¿Responde esta actitud a los verdaderos intereses del niño o la niña? ¿Serán suficientes el cariño y las palabras evocadoras de la madre para crear la necesaria imagen del padre en el corazón del hijo y ayudarle así a formarse, a que madure su personalidad y sepa situarse en la vida?
No nos parece que sea justo utilizar al hijo como medio para satisfacer los anhelos de la madre o como recuerdo vivo del marido ausente. Un bebé no debe tratarse como si fuera cualquier calmante para el dolor o la soledad materna. Por otro lado, frente a este tipo de maternidad ¿no sería demasiado fácil caer en la sobreprotección del hijo o en el exceso de mimo? ¿No podría cometerse el error de educarlo a la imagen del difunto padre, coartando así de alguna manera su libertad personal? Son riesgos educativos que conviene tener en cuenta.
El amor de una mujer hacia el posible hijo engendrado post-mortem, debieran ser tan grande que la llevara a reflexionar y a preferir el bien de ese hijo que puede nacer, antes que la satisfacción de sus intereses personales. El hecho de que existan muchas familias monoparentales, de hijos que viven sólo con su madre o padre, de criaturas que por accidente han quedado huérfanas de alguno de sus progenitores, o que por divorcio o separación se ven obligadas a vivir con un padre o con los abuelos, no puede justificar nunca la formación premeditada de una situación que no es la más adecuada para el crecimiento personal equilibrado de un niño. A pesar de lo que digan las leyes, no parece ético condenar a una criatura inocente a la orfandad paterna desde el mismo vientre de su madre.

*Antonio Cruz es biólogo, profesor y escritor.

Fuente: © A. C. Suárez, ProtestanteDigital.com (España, 2010)

miércoles, 24 de marzo de 2010

Cruzar fronteras: una reflexión sobre el legado de Oscar Romero

Por Salvador Leavitt-Alcántara, EE.UU.*

Cada año, el 24 de Marzo, millones de estadounidenses de todas las razas, credos, colores y estratos sociales conmemoran la vida y el martirio del Arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, quien fue asesinado en 1980 por la dictadura militar Salvadoreña. En esta celebración, estudiantes, sindicatos, iglesias de todas denominaciones, grupos de derechos humanos, escuelas, organizaciones no-gubernamentales, alcaldías y otras instituciones de carácter gubernamental organizan marchas y días de servicio a la comunidad en su honor; se reúnen para discutir y ver la película “Romero”; hacen vigilias; organizan grupos de oraciones por la paz; protestan en contra de la violencia; la injusticia y la desigualdad y reflejan de muchas y diversas formas la vida de este Obispo y pastor.
Escuelas públicas, cátedras, becas, agencias de servicio comunitario, centros de apoyo al inmigrante y otras instituciones llevan el título de Romero. “Romero Center”, “Romero School”, “Romero Scholarship”, “Romero Agency”, etc. abundan en muchas partes de los Estados Unidos; algunas influenciadas por el alto índice de inmigrantes Latinoamericanos, pero otras influenciadas por la visión y las ideas del Arzobispo.
En cada celebración a la cual he asistido en los últimos 30 años, me he dado cuenta que Romero no es una figura exclusivamente Católica ni salvadoreña… ¡ni siquiera Latinoamericana! La memoria de Romero trasciende credos religiosos, identidades culturales, nacionalidades, lenguaje y razas. He celebrado a Romero en comunidades 100 por ciento salvadoreñas, al igual que en comunidades blancas, negras y Asiáticas. Estas celebraciones me han demostrado que la figura de Romero transciende muchas de las barreras con las que diariamente uno se enfrenta en los Estados Unidos y en el mundo en general.
¿Qué esta detrás de las formas tan diversas con las que se celebra a Romero? ¿Por qué puede este obispo mártir trascender sus orígenes Católicos, su nacionalidad salvadoreña, y su identidad cultural latinoamericana?
Algunos sugerirían que la forma tan brutal en la que el Arzobispo fue asesinado mientras servía la Santa Cena es parte de la respuesta. Sin duda, la brutalidad de su asesinato ha contribuido a la proyección de Romero como figura popular e ícono religioso. Sin embargo, como muchos sabemos, Romero no es el primer ni el último mártir del siglo pasado. La época de los 80’s y 90’s en Latinoamérica se distingue por una general persecución y sanguinaria masacre de muchos religiosos, y de cantidades mucho más altas de civiles. Romero no fue la excepción en países con dictaduras militares como El Salvador y Guatemala; sino, trágicamente, la norma.
Otros sugerirían que la alta inmigración salvadoreña a los Estados Unidos en los últimos 30 años ha contribuido al culto a Romero. De hecho, muchas instituciones de servicio a la comunidad salvadoreña-estadounidense llevan el nombre de Romero y son muchas de ellas las que organizan las festividades alrededor de su martirio. Sin embargo, mi experiencia me ha enseñado que Romero no es una propiedad exclusiva de los salvadoreños, sino que poco a poco se ha convertido en una figura religiosa y no religiosa que construye puentes con otras comunidades no-salvadoreñas. Como he dicho anteriormente, iglesias católicas, evangélicas, protestantes, al igual que comunidades fuera de la comunidad Hispana celebran la memoria del Obispo.
Entonces, ¿por qué es la figura de Romero tan celebrada en los Estados Unidos y en el resto de Latinoamérica? Parte de la respuesta obedece a muchos valores universales que su figura conlleva para este mundo globalizado y postmoderno. En esta ocasión apuntaré a un valor muy importante para esta generación milenaria: el valor de la conversión.
De todos es sabido que una de las principales razones por las que el Padre Oscar Romero fue nombrado arzobispo de San Salvador, era su afinidad a la doctrina más conservadora de la Iglesia Católica; es decir, aquella que creía en mantener el status quo en el aspecto social, político y militar en El Salvador. Romero no era un pastor “controversial,” que se metía en cuestiones sociales ni mucho menos políticas. Antes de su nombramiento como arzobispo, asumió posiciones muy ambiguas que hacían a la iglesia “inmune” a los vaivenes de los conflictos sociales, culturales y políticos de aquel tiempo.
Sin embargo, en 1977, cuando Romero tenía ya 60 años, es asesinado su amigo, el sacerdote Rutilio Grande. Este asesinato hace que Romero tome un giro de 180 grados del cual no daría marcha atrás. De un líder acomodado a la situación del país, pasa a ser el profeta que denuncia, ofrece, y re-crea completamente la historia de la iglesia Salvadoreña. Con Romero emerge una iglesia entregada a la justicia social, a la defensa de los derechos humanos, a la paz, y la igualdad desde la perspectiva del más necesitado. La historia de la conversión de Romero enseña algo muy importante a las generaciones milenarias de nuestros tiempos; y estoy convencido de que dicha conversión es uno de los factores que nos hace celebrar su memoria cada año.
Es cierto que la generación del milenio nace en un mundo globalizado, que facilita la comunicación entre ellos y diferentes localidades geográficas, sociales y culturales. Blogs, Facebook, teléfonos celulares, Internet y otros tantos vehículos de información, permiten a esta generación acceder a mundos diferentes y foráneos, estableciendo enlaces, oportunidades de solidaridad, diálogo y apertura hacia otros.
Sin embargo, también es cierto que esta apertura hacia otros y la oportunidad de establecer relaciones de solidaridad y dialogo con otros, se ve cada vez mas mermada por el aumento de las mentalidades tribales que dicen defender la ortodoxia y que hacen del miedo a lo desconocido y foráneo, su arma principal. La economía es dominada por una ortodoxia del mercado, la cual pone todas sus energías en vendernos el libre acceso a productos y servicios como la única solución a problemas tan complejos como la pobreza, el subdesarrollo, la crisis financiera, y la destrucción al medio ambiente. Las relaciones sociales en los Estados Unidos en particular, y en el mundo en general, están dominadas por una ortodoxias tribales y nacionalistas, que hace de otras culturas y religiones caricaturas llenas de estereotipos. Nuestras visiones familiares en las iglesias están dominadas por una mentalidad no muy abierta hacia otras formas de ser familia y sociedad. Finalmente, nuestras relaciones culturales, especialmente nuestras relaciones con el mundo Musulmán después de los ataques del 11 de Septiembre, están siendo dominadas por un racismo recalcitrante, el cual es fomentado por pensadores como Samuel Huntington, quienes presentan la diversidad cultural como una amenaza a valores pre-concebidos como indispensables para una nación. En este racismo ortodoxo, la inmigración y el crecimiento de comunidades no-anglas en Europa y en algunas partes de Norteamérica es vista como una amenaza para la identidad de las nuevas generaciones.
Quizás en la figura de Romero los muchos estudiantes, activistas sociales y políticos, al igual que las iglesias y comunidades religiosas que celebran su martirio, encuentran una luz de esperanza y solidaridad con los desconocidos y marginados. Es cierto que Romero vivió en los tiempos de las ortodoxias políticas y militares de los años 70 y 80 y que nació bajo una visión doctrinal de la iglesia que apadrinaba y hasta bendecía la pobreza y la desigualdad en nuestro país. También cierto que, como muchos de nosotros, le fue difícil salir de su cerrado y cómodo círculo para llegar a ser el profeta en defensa de los desconocidos y marginados de su tiempo. Pero, como muchos otros antes que él, también se dio cuenta que sólo saliendo de su estrechez doctrinal y eclesial, pudo conocer el valor real de ser humano y gozar de los frutos de la solidaridad con otros. Gracias al valor que tuvo de cortar con siglos de encubrimiento eclesial de las injusticias contra los mas necesitados, Romero pudo cambiar no solamente la historia de su iglesia, sino la historia de su país y, en alguna forma, del mundo. Hacia los desconocidos y los marginados caminó Romero, y por ellos se dejo convencer. Esperamos que nuestras generaciones milenarias celebren con él tan importante valor para nuestra sobrevivencia mundial.

*Salvador Leavitt-Alcántara es teólogo salvadoreño. Emigró a los Estados Unidos al terminar la guerra civil en El Salvador. Su investigación a nivel doctoral se centró en el pensamiento de Ignacio Ellacuría

Fuente: Fundación Kairos, 2010.

martes, 23 de marzo de 2010

Experiencias de diálogo cristiano-musulmán

Una respuesta de David Shenk al artículo de Chawkat Moucarry “Un llamado al diálogo entre cristianos y musulmanes” como parte del debate global de CT2010 (Capetown, Movimiento Lausana).
Alabar a Jesucristo es todo mi anhelo en las muchas oportunidades que he tenido para el diálogo entre cristianos y musulmanes. “Un viaje de toda la vida con el Islam” es precisamente esta clase de entusiasta defensa para un compromiso de diálogo con los musulmanes que alaban a Cristo. Esta es mi convicción. Así, más que insistir en los temas que Moucarry ha desarrollado, esta respuesta será una reflexión acerca de cuatro décadas de compromiso de diálogo con los musulmanes. Mi compromiso vivo con los musulmanes empezó en los primeros años de la década de 1960 cuando nuestra familia se unió a un equipo de misión en Somalia, que constaba del cien por cien de musulmanes sunis. Nos dimos cuenta entonces que el llamado de llevar el testimonio a los musulmanes implicaría la inmersión por un largo período en la sociedad musulmana con un compromiso de diálogo centrado en el Cristo vivo.
PRESENCIA Y DIÁLOGO: CONTEXTO RESTRICTIVO -SOMALIA
Nuestra misión estaba en Somalia desde hacía diez años. Las excelentes escuelas y los programas médicos que la misión había desarrollado le valieron confianza y gratitud. Entonces los primeros somalíes se convirtieron en creyentes. Sus exuberantes pero insensibles esfuerzos para compartir el tesoro del evangelio trajeron fuertes repercusiones. Una persona del equipo de la misión fue asesinada por un “autonombrado” jiyadista, la misión fue cerrada por tres meses y la libertad religiosa que la constitución de una recién independiente Somalia garantizaba, fue cambiada para hacer que fuera ilegal propagar cualquier religión, excepto la “religión verdadera del Islam”. El departamento de educación asignó facultades para enseñar el Islam en cada una de nuestras escuelas. Al mismo tiempo que nos consideraban huéspedes honorables, estábamos enormemente limitados. De cualquier modo, el Espíritu Santo no estaba obligado, y personas “Nicodemo” nos buscaban para indagar acerca del evangelio. Aunque el diálogo público era imposible, nuestro sirviente ministro “era una carta de Cristo” (2 Corintios 3:3), leída por muchos somalíes. Eramos una presencia dialogante. Dios era muy importante para los musulmanes somalíes; de vez en cuando nos sentábamos en los salones de té, al atardecer, con algunos amigos; inevitablemente la conversación se convertía en un diálogo informal. Nunca olvidaré algunos de aquellos compromisos, ¡especialmente los sondeos sobre la naturaleza de la paz del Islam en comparación con la paz del evangelio! Nuestros colegas musulmanes no habían tenido nunca la oportunidad de entablar conversación con cristianos acerca de su fe. Sorprendentemente, el Espíritu Santo nos llamó desde entonces a mantener una asociación discreta de creyentes en las localidades donde nosotros y también una misión hermana protestante servíamos. Entonces, un golpe de estado marxista derrocó el gobierno de Somalia democráticamente elegido. En poco tiempo todos los occidentales tuvieron que irse. Fueron los marxistas, no las autoridades musulmanas, quienes solicitaron a nuestra misión que se marchara.
PRESENCIA Y DIÁLOGO: CONTEXTO PLURALISTA ABIERTO -KENIA
Nuestra familia se trasladó a Kenia, que limita con Somalia por el Sur. Kenia es fundamentalmente cristiana, así que nos instalamos en el área somalí-musulmana de la ciudad de Nairobi. Alquilamos un piso y nos mudamos a él en un complejo de cinco apartamentos enfrente de la calle donde estaba la mezquita musulmana sufí. Los apartamentos se convirtieron en el hogar de los miembros de una comunidad multi-étnica cristiana. Algunos de ellos cultivaban intensos compromisos de diálogo con los musulmanes sufí de la congregación de nuestro bloque. El diálogo afectó a la comunidad entera. Arreglamos una habitación de lectura y los sábados por la noche celebrábamos a menudo tertulias con los jóvenes, en las que se enfatizaba hacia áreas de interés general, como por ejemplo una sexualidad sana. Los líderes de la mezquita se reunían de vez en cuando con nosotros para cenar y en la conversación se indagaba acerca de los temas primordiales de afinidad y discrepancia entre el Islam y el evangelio. Estos encuentros eran extremadamente sinceros. Y el Espíritu Santo llamó a la fe a una asociación de creyentes de origen musulmán, una asociación que ha experimentado enormes cambios a través de los años, pero que todavía continúa después de tres décadas. El diálogo respetuoso y el compañerismo entre la mezquita y nuestro centro fueron vitales para proporcionar espacio para el surgimiento de una asociación de creyentes. Pasado un tiempo compramos un terreno que limitaba con el complejo de apartamentos, para expandirnos y convertirnos en un centro comunitario multi-ministerial que conmoviera a miles de personas. Conocido como “The Eastleigh Fellowship Centre” (Centro asociado Eastleigh), es otra de aquellas “cartas de Cristo”, que es reconocido con gratitud. Debido a las costumbres nómadas de los somalíes los participantes en los programas del centro son, con frecuencia, viajeros de paso, pero el resultado es que miles de somalíes a través de todo el Cuerno de Africa han encontrado servicio, de una forma u otra, gracias a la presencia de este centro. Es una oportunidad de diálogo dentro de una encrucijada significativa para los musulmanes del Noreste de Africa. ¡Hay un espacio en el centro diseñado solamente para el diálogo!
UN ESTUDIO BÍBLICO CON DIÁLOGO
En convergencia con este ministerio de presencia testifical desarrollamos un curso de estudio bíblico para musulmanes, que es conocido como “El Pueblo de Dios”. Trabajando con un equipo de creyentes de cultura musulmana de Somalia, habíamos empezado este curso antes de que nos trasladásemos a Kenia. Ahora en Nairobi hay un excelente equipo de ocho personas para llevar a cabo un curso de diálogo auténticamente bíblico y verdaderamente adaptado a la cosmovisión musulmana. Hemos invertido cuatro años en este esfuerzo. Dimos las lecciones en comunidades musulmanas y les pedimos sus respuestas para ir corrigiendo a medida que oíamos sus dudas. A fin de cuentas tenemos la convicción de que el evangelio es “buenas noticias” para los musulmanes y que el Espíritu Santo ha estado trabajando entre ellos durante mucho tiempo, preparándoles para oír y creer estas “buenas noticias”. Esto incluye algunas declaraciones del Corán que son señales del evangelio. Fue todo un reto, ya que, como dice Moucarry, no debemos tergiversar el Corán haciéndole decir cosas que no intenta decir. Por ejemplo, Jesús como el Mesías, en el Corán puede abrir la puerta para el diálogo. No obstante, el significado de Mesías en el Corán es del todo diferente al significado bíblico de Mesías. Así pues, nuestra postura no es tergiversar el Corán, sino usar estas insinuaciones que se encuentran dentro del Corán, tales como que Jesús siendo el Mesías es una puerta abierta a los musulmanes para invitarles a buscar el evangelio a fin de comprender el significado bíblico de Jesús el Mesías. Nosotros, incluso solicitamos el consejo de un polémico teólogo musulmán que predicaba en nuestra misma calle. El y sus discípulos participaron algunas veces en diálogos con nosotros, a menudo después de una comida. Quedó desalentado por el capítulo que narra la Caída de Adán y Eva y convino en ayudarme a escribir esta lección de una forma que los mahometanos pudieran entender lo que les estábamos comunicando. Concluyó diciendo: “Aunque estoy en total desacuerdo con la teología, ahora puedo oír lo que estáis diciendo”. Buscar el consejo de este potencial antagonista fue importante para obtener la confianza de la comunidad musulmana. No hicimos nada en secreto. Este enfoque resultó fructífero más allá de nuestras expectativas. Las series de cuatro cursos se realizan ahora en 45 idiomas y, por lo que sabemos, en todos los lugares donde se han impartido han sido bien recibidas por los musulmanes. Recibimos informes, de todo el mundo, de mucha gente que ha alcanzado la fe en Cristo. Este es un diálogo contextual que ha captado la atención agradecida de miles de personas.
DIÁLOGO DE PAZ
En un planteamiento bastante diferente, un profesor musulmán, colega mío en el Kenyatta University College de Nairobi, colaboró conmigo para escribir “A Muslim and a Christian in Dialogue” (Un musulmán y un cristiano dialogando). Se trata del profesor Badru Kateregga, musulmán suní de Uganda. En los primeros doce capítulos comparte su fe de forma encantadora conmigo, un cristiano. Yo respondo en cada capítulo. En la segunda parte presento la fe cristiana y el responde en todos los capítulos. El libro es confesional más que apologético que busca obtener puntos. Los dos quedamos asombrados ante la receptividad de este libro, tanto por parte de los musulmanes como de los cristianos. En algunos sitios, como por ejemplo Indonesia, los musulmanes y los cristianos han colaborado en la publicación y distribución de este libro conjuntamente a fin de establecer puentes de comprensión. No quiero decir que estemos de acuerdo pero sí que existe un entendimiento respetuoso. Estuve en Indonesia para el lanzamiento oficial de este libro, que incluía a Hizbullah. Este movimiento históricamente se ha opuesto militantemente a los discípulos del Mesías. Así que un pequeño equipo de líderes cristianos con visión de futuro ha estado trabajando para tender puentes, y con este espíritu fuimos invitados a presentar el Diálogo a los oficiales de Hizbullah. Estábamos sentados en un círculo mientras Hizbullah hacía su misión, o sea, luchar para defender el Islam. Después el pastor entregó al comandante una copia de este Diálogo. Cuando pasaba las páginas del libro empezó a llorar y dijo: “Estoy llorando porque este libro muestra otro camino. En vez de luchar para defender la fe, revela la fe respetuosamente. Este acercamiento puede transformar Indonesia”. Después de este acto encargó 50 copias del libro para sus oficiales.
CONVERSACIÓN GLOBAL DE LAUSANA En www.lausanne.org/conversation, puede encontrarse ahora en diversos idiomas la Conversación Global de Lausana. Por medio de traducciones hechas por voluntarios y tecnología automatizada, usted podrá conversar con cristianos de todo el mundo sobre temas claves de la evangelización mundial. Aunque las herramientas de traducción automatizada no son perfectas, esto significa que la Conversación Global de Lausana es realmente una conversación global, y creemos que es la primera de esta clase. Este es un momento que Dios nos ha dado. Su voz debe ser oída. Esta conversación preparatoria ayudará a dar forma a las presentaciones de los oradores de Ciudad del Cabo 2010. Hierro con hierro se aguza, y hay sabiduría en el consejo de muchos. Confiamos en que el Señor utilizará la discusión mundial de su pueblo para impulsarnos, no solo a continuar el diálogo, sino, por medio de ese diálogo, a la estrategia y a la acción, para que todo el mundo escuche el glorioso evangelio de Jesucristo. Responda a estos artículos, participando con hermanos y hermanas de todo el mundo, en www.lausanne.org/conversation

CT2010 es Ciudad del Cabo 2010 (Cope Town 2010) es parte del movimiento evangélico internacional Lausana
Fuente: © CT2020, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

lunes, 22 de marzo de 2010

Un llamado al diálogo entre cristianos y musulmanes

Diálogo y misión en un artículo de Chawkat Moucarry, cristiano árabe y Director de Relaciones Interconfesionales de World Vision International; como parte del debate global de CT2010 (Capetown, Movimiento Lausana).
Chawkat Moucarry trabaja para World Vision International como Director de Relaciones Interconfesionales. Es un cristiano árabe proveniente de Siria y vive en Gran Bretaña. Ha escrito varios libros y artículos, entre los que se encuentran The Prophet & the Messiah. An Arab Christian´s Perspective on Islam & Christianity (IVP, 2001) [El Profeta y el Mesías. Una perspectiva cristiana árabe sobre el islam & el cristianismo]; The Search for Forgiveness. Pardon and Punishment in Islam and Christianity (IVP, 2004) [La búsqueda del perdón. El indulto y el castigo en el islam y el cristianismo]; y Two Prayers for Today. The Lord´s Prayer and The Fatiha (CSS Books, 2007) [Dos oraciones para hoy. El Padrenuestro y la Fatiha].
En realidad, nunca pude entender por qué algunas personas consideran al “diálogo” y a la “misión” como términos que se excluyen mutuamente. En particular, los cristianos evangélicos (cuya teología comparto), han demostrado tener sospechas injustificadas para con el diálogo, simplemente porque hay quienes lo han utilizado como un sustituto para la misión. No solo estoy convencido de que ambas palabras son compatibles sino que también la una debe influir sobre la otra.
UN VIAJE DE TODA LA VIDA
Debido a que me crié en una sociedad de mayoría musulmana como un creyente en Dios y en Jesucristo, sabía que yo era diferente. Paulatinamente, comprendí que tengo algo muy precioso para compartir con mis amigos musulmanes. En un principio tuve la oportunidad de hablar de religión con mis pares musulmanes en la escuela. Estaba sorprendido de que a muchos de mis compañeros musulmanes les interesara mucho conocer más acerca de la fe cristiana y los cristianos. Yo, por mi parte, también deseaba conocer mejor el islam. Una oportunidad extraordinaria se presentó cuando el maestro de educación religiosa islámica aceptó mi solicitud para asistir a su clase. Me pedía regularmente que diera mi punto de vista como cristiano sobre ciertos temas, y a menudo las charlas continuaban fuera del salón de clases.
Mientras me encontraba en Paris después de graduarme en teología cristiana, como cristiano árabe sentí la imperiosa necesidad de dar a conocer mi fe a los musulmanes. Esta necesidad se vio reforzada cuando trabajé para la IFES (International Fellowship of Evangelical Students, la Comunidad Internacional de Estudiantes Evangélicos) entre estudiantes árabes y musulmanes, quienes me formulaban preguntas difíciles que yo no había analizado seriamente cuando estudiaba teología. Por lo tanto, no me resultó difícil hallar temas de investigación para mis disertaciones sobre estudios islámicos en la Universidad de la Sorbona. Estudiar el islam me hizo volver a considerar mis principales creencias cristianas, las cuales a menudo había dado por sentadas.
Durante doce años trabajé en el All Nations Christian College, en Inglaterra, una institución orientada a las misiones. Estaba a cargo de su curso de fe islámica, al cual cada año se invitaba a un orador islámico. Sus exposiciones proporcionaban claras oportunidades para una genuina y animada interacción entre los estudiantes, el orador y yo. Desde hace tres años trabajo para World Vision (Visión Mundial) cuya declaración de misión recuerda las palabras de Jesús en la sinagoga de Nazaret (vea Lucas 4:17-19).(1) Esta organización cristiana de socorro opera en veinte países de mayoría musulmana, y la mayor parte de su equipo de colaboradores está compuesta por musulmanes en países como Afganistán, Mauritania y Somalia. El proporcionar orientación sobre la fe cristiana y el islam a nuestro equipo de colaboradores ha sido una experiencia fascinante, mientras abordamos temas relacionados con la fe y aprendemos los unos de los otros acerca de nuestras respectivas creencias, ¡y a menudo sobre las propias! Sin ignorar las creencias distintivas de cada tradición, el terreno que tenemos en común potencia nuestra tarea para el beneficio de las comunidades a las cuales servimos.
¿QUÉ ES EL DIÁLOGO?
Para mí, el diálogo es el esfuerzo deliberado para conversar genuina y respetuosamente con otros; la voluntad para escuchar y entender; la disposición para aprender y sentirse desafiado; el deseo de relacionarse con otro y de comunicarse y ser comprendido por él. Los elementos centrales del diálogo cristiano-musulmán son la fe cristiana y la fe musulmana, y sus implicaciones para las personas y las comunidades en esta vida y en la venidera.
Durante muchos siglos, los cristianos occidentales han ignorado o enfrentado al mundo musulmán. Ignorar a los musulmanes ya no es una opción en nuestra “aldea global”, donde musulmanes y cristianos viven unos junto a otros. Algunos cristianos pretenden alcanzar a los musulmanes por medio de la confrontación, atacando al islam verbalmente. Esta actitud resulta contraproducente, ya que por lo general inspira a los musulmanes a volverse más radicales en sus creencias, y a menudo provoca también una reacción ofensiva (que los musulmanes ataquen a los cristianos con más vehemencia). Polemizar con el islam también es incompatible con el “evangelio de la paz” (Efesios 6:15), que tiene que ver con el amor, el perdón y la reconciliación.
El diálogo cristiano-musulmán a menudo adquiere una forma apologética, y esto por al menos dos razones. La primera es que tanto la fe cristiana como el islam afirman verdades acerca de la revelación de Dios que están en conflicto, revelación que para los cristianos alcanzó su clímax en Jesucristo y para los musulmanes en el Corán. La segunda es que el islam reconoce al cristianismo como una religión que proviene de Dios; sin embargo, al mismo tiempo rechaza el aspecto central del evangelio: la divinidad de Cristo, su crucifixión y resurrección. La apologética cristiana consiste en presentar una “defensa” de la fe cristiana frente a quienes la atacan (vea 1 Pedro 3:15). Sin embargo, debe llevarse a cabo “con mansedumbre y reverencia”. Aun en un encendido debate, el apologista cristiano debe excluir la polémica, los ataques personales y los comentarios burlones sobre los musulmanes y su religión.
ALCANCE Y RESULTADOS DEL DIÁLOGO
El diálogo debe entenderse como mucho más que una contienda verbal. Se trata de una forma de vida: una actitud abierta hacia otros que trata de alcanzar y hacer sentir bien a quienes son diferentes o aun antagonistas. Entendido de esta manera, el diálogo cristiano-musulmán es un encuentro en tres niveles, como el encuentro de Jesús con la mujer samaritana (vea Juan 4:1-26). En primer lugar, el encuentro entre cristianos y musulmanes es uno entre seres humanos, con necesidades y aspiraciones, alegrías y tristezas, esperanzas y luchas, que son comunes a ambos.
Segundo, como creyentes monoteístas, los cristianos y los musulmanes comparten muchas creencias y valores éticos, a pesar de que los entienden de maneras distintas. Finalmente, los cristianos y los musulmanes afirman ser testigos de Dios. Un aspecto esencial del diálogo es eliminar los enormes malentendidos que tenemos respecto de la fe de unos y otros. Un diálogo fructífero se mide por sus resultados: una mejor comprensión de la fe del otro y de la propia. Es de esperar que el diálogo también conduzca a mejores relaciones entre las dos comunidades, fortaleciendo su compromiso social. El diálogo es también una excelente escuela para la tolerancia. Nos ayuda a vencer nuestra ignorancia, nuestros prejuicios, nuestro egocentrismo, nuestro fanatismo y nuestro orgullo espiritual.
¿Es la conversión un resultado legítimo del diálogo? Para los creyentes, quienes toman seriamente la afirmación de exclusividad de su religión, es perfectamente legítimo intentar persuadir a otros. No hay nada de malo en desear, y hasta en esperar concretamente, que una persona, luego de examinar cuidadosamente esas afirmaciones, tome una decisión transformadora de la vida como resultado de un diálogo libre y transparente. Si no aceptamos la conversión como un posible resultado del diálogo, nuestra afirmación de ser tolerantes necesita aún ser demostrada.
RELACIÓN CON MUSULMANES A LA MANERA DE CRISTO
Los musulmanes encuentran en sus escrituras sagradas mucho acerca de la fe cristiana y los cristianos, mientras que no hay nada en la Biblia acerca del islam. Sin embargo, en las enseñanzas de Jesús encontramos un claro y práctico mandato respecto de la manera en que debemos relacionarnos con las personas en general: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas” (Mateo 7:12). ¿De qué manera deseamos que los musulmanes se relacionen con nosotros y con nuestra fe? Quisiera subrayar aquí algunas implicaciones para los cristianos que deseamos relacionarnos misionológicamente con el islam y los musulmanes.
Ante todo, como expresión de amor por nuestro prójimo, debemos mostrar respeto por los musulmanes y por lo que constituye la base de su identidad, es decir, su Profeta, su religión y sus Escrituras. Tal actitud requiere evitar las preguntas capciosas, los comentarios despectivos y un vocabulario que caldee los ánimos. Es cierto que algunos musulmanes no cumplen con la recomendación coránica de debatir con judíos y cristianos “de la mejor manera posible” (Corán 29:46). Esto no es excusa para que los cristianos se tomen la libertad de criticar despiadadamente al islam.
Lo dicho no significa abstenerse de cualquier crítica al islam, pero podemos efectuar nuestras críticas con el lenguaje menos ofensivo posible y proporcionar las pruebas que las respalden. Jesús recomienda a sus discípulos que sean críticos de los profetas autoproclamados (vea Mateo 7:15-20); a renglón seguido, les ordenó que se examinaran a sí mismos largamente y en forma crítica (vea Mateo 7:1-5, 21-23).
En segundo lugar, debemos hacer todo lo posible por ser imparciales. Esto significa, por ejemplo, que al comparar la fe cristina con el islam, establezcamos un correcto balance entre las similitudes resaltadas y las diferencias señaladas, de modo de nuestra apreciación no resulte distorsionada. La imparcialidad también requiere comparar instancias similares: no comparar a cristianos moderados con musulmanes extremistas, al cristianismo ideal con el islam popular, maravillosos textos bíblicos con pasajes problemáticos del Corán, y viceversa. Al respecto, los cristianos no deben ignorar el Antiguo Testamento al analizar temas como la guerra santa, la poligamia, el código penal y la teocracia.
Finalmente, debemos estudiar el islam y hacer amistad con los musulmanes. En la interacción con el islam es de vital importancia que utilicemos el material islámico de la manera apropiada. Debemos adoptar una actitud humilde y deseosa de aprender. Debemos reconocer que la comunidad musulmana es la custodia de su propia tradición: ellos son los intérpretes autoritativos de sus Escrituras. Algunos puntos de de vista apuntan a cristianizar al islam, otros a demonizarlo; ninguno de los dos hace justicia a la enseñanza islámica, la cual debe considerarse por sus propios méritos.
Una perspectiva cristiana del islam debe ser encarnacional, comprensiva y crítica. Debería preocuparse más por la gente musulmana que por el islam. Como discípulos de Jesucristo, tenemos la doble obligación de amar a nuestros prójimos musulmanes como a nosotros mismos y de transmitirles las buenas nuevas. Los dos mandatos van de la mano, pero el segundo se lleva a cabo mejor si es una expresión del primero. El diálogo es, por cierto, la forma más elevada de “vivir la verdad con amor” (Efesios 4:15, NVI), tanto para con los musulmanes como para con otras comunidades religiosas.
NOVEDAD DE ÚLTIMA HORA
La Conversación Global de Lausana, en www.lausanne.org/conversation, puede encontrarse ahora en diversos idiomas. Por medio de traducciones hechas por voluntarios y tecnología automatizada, usted podrá conversar con cristianos de todo el mundo sobre temas claves de la evangelización mundial. Aunque las herramientas de traducción automatizada no son perfectas, esto significa que la Conversación Global de Lausana es realmente una conversación global, y creemos que es la primera de esta clase. Este es un momento que Dios nos ha dado.
Su voz debe ser oída. Esta conversación preparatoria ayudará a dar forma a las presentaciones de los oradores de Ciudad del Cabo 2010. Hierro con hierro se aguza, y hay sabiduría en el consejo de muchos. Confiamos en que el Señor utilizará la discusión mundial de su pueblo para impulsarnos, no solo a continuar el diálogo, sino, por medio de ese diálogo, a la estrategia y a la acción, para que todo el mundo escuche el glorioso evangelio de Jesucristo.
Responda a estos artículos, participando con hermanos y hermanas de todo el mundo, en www.lausanne.org/conversation


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1) Visión Mundial se autodefine como “una confraternidad internacional de cristianos cuya misión es seguir a nuestro Señor Jesucristo al trabajar con los pobres y oprimidos, para promover la transformación humana, buscar la justicia y dar a conocer las buenas nuevas del reino de Dios”.


CT2010 es Ciudad del Cabo 2010 (Cope Town 2010) es parte del movimiento evangélico internacional Lausana

Fuente: © CT2020, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

domingo, 21 de marzo de 2010

Hijos de la vergüenza

Por. Verónica Rossato*

La expulsión de Marruecos de numerosos cristianos y el cierre de un hogar de niños en Ain Leuh, montañas del Atlas, saca a la luz el drama de las madres solteras y sus bebés. Estas mujeres, repudiadas por sus familias y rechazadas por sus vecinos, muchas veces se ven prácticamente obligadas a abandonar a sus hijos recién nacidos, después de haber pasado insospechadas penurias. Ese es el origen de “les abandonnes” o niños abandonados que viven en los mal llamados “orfanatorios”.
El mes de marzo estuvo marcado por la expulsión de 70 extranjeros del Reino de Marruecos. El nuevo Ministro del Interior, Taieb Cherkaoui, dio un giro a la política que venía sosteniendo el gobierno alauita y, sin previo aviso, autorizó detenciones y expulsiones. Esto sucedía al tiempo que en la ciudad de Granada, España, culminaba una reunión entre Marruecos y la Unión Europea, para tratar asuntos referentes al Estatuto Avanzado. Los marroquíes cosechaban privilegios en una orilla del Mediterráneo, mientras en la otra arremetían contra cooperantes cristianos, residentes legales, algunos de ellos desde hacía más de quince años.
Una de las primeras noticias difundidas fue que todo el personal extranjero de Vilage of Hope, o Aldea de la Esperanza, había recibido orden de abandonar el país en pocas horas. Apenas tuvieron tiempo de despedirse de los treinta y tres niños que quedaron huérfanos por segunda vez, que perdieron a sus padres amorosos, el bienestar de un hogar, el privilegio de una educación bilingüe, la esperanza de un futuro. Estos pequeños pasaron a engrosar las filas de los cientos y cientos de niños hacinados en instituciones del estado o a cargo de asociaciones. Niños que, en realidad, no son huérfanos sino abandonados.
AMAL
Hace un par de años tuve oportunidad de frecuentar una casa contigua al nuevo hospital público en la ciudad de Fez. La asociación islámica a cargo de este lugar se llama “Amal”, que en árabe significa “esperanza”. Allí había unos 180 niños, de 0 y 4 años, la mayoría nacidos en la Maternidad de dicho hospital.
A partir de los siete u ocho meses los pequeños permanecían casi todo el tiempo atados a los barrotes de sus cunas, con una cuerda a veces tan ajustada que les lastimaba el cuerpecito. No tenían con qué jugar, no eran estimulados para un normal desarrollo psicomotor y, a medida que pasaban los meses y los años, se iban convirtiendo en pequeños tristes, desesperanzados, incluso deficientes. Al cumplir los cuatro años, si no habían sido adoptados, su destino era ser trasladados a alguno de los orfanatorios del estado.
Recuerdo la tarde de febrero en que desde el interior de este centro miraba hacia el jardín, observando cómo caían diminutos copos de nieve sobre los columpios solitarios, casi sin uso, donados por un grupo de cristianos de España. Me encontraba en el cuarto de los bebés de uno a dos años, abrazándolos, mientras ellos agitaban sus manitas diciendo: “Mama, mama…”, reclamando para sí una muestra de cariño.
Estos pequeños se alborotaban sobremanera cuando nos escuchaban llegar porque sabían que era su “hora de libertad”. Mientras duraba nuestra visita, les estaba permitido salir de las cunas-prisión y moverse dentro de la misma habitación, entre la treintena de cunitas. El director del centro nunca nos autorizó sacarlos al jardín, y ellos mismos sentían temor de alejarse de esas cuatro paredes, único mundo conocido.
HIJOS DE LA VERGÜENZA
Quedar embarazada sin estar casada, es lo peor que le puede suceder a una joven en Marruecos. La ley prohíbe las relaciones sexuales fuera del matrimonio y una mujer soltera que ha perdido la virginidad es considerada legalmente “prostituta” y merece ser encarcelada. Pero, aunque esto no sucediera, la mujer soltera embarazada recibe el rechazo de su familia, la expulsión del hogar, castigos físicos y a veces la exigencia de abortar.
En la sociedad musulmana es fundamental preservar el honor de la familia por medio de las mujeres. “Una mujer que ha tenido un hijo sin estar casada ya no sirve”, me explicó en una ocasión el profesor de árabe. En relación al niño, dijo que “el hijo de una mujer soltera siempre será un paria”. Sin dudar, justificó la interrupción del embarazo: “El pecado ya ha sido cometido; abortar evita el escándalo y le evita sufrimientos futuros a un niño que siempre sería un paria”.
Para este buen musulmán, la vergüenza era inadmisible.
En caso de que una víctima de violación decidiera denunciar al hombre, el juez podría condenarla a una pena de entre tres y seis meses de cárcel “por ejercicio de la prostitución”. Aún si no hiciera la denuncia pero de la violación resultara un embarazo que llegara a término, igualmente podría acabar ante la justicia, ya que los médicos están obligados a declarar los casos de madres solteras. Se estima que un millón de mujeres marroquíes se encuentran en esta circunstancia.
ABANDONADOS
Como consecuencia de tal legislación y de la presión familiar para salvaguardar el honor, la mayoría de las madres solteras se ven prácticamente obligadas a abandonar a sus bebés. ¿A dónde iría una mujer sola, con un niño en brazos? Repudiada, pobre, analfabeta, sin posibilidades de casarse alguna vez… Sólo le resta liberarse del “bebé vergüenza” e intentar continuar su vida.
Esta práctica en muy corriente en Marruecos, como atestigua la existencia de centros para niños abandonados en cada ciudad medianamente importante. Cientos y cientos de pequeños en todo el territorio están a cargo del estado o de asociaciones, tutelados por un juez, esperando ser adoptados… cosa muy poco probable, sobre todo en el caso de los varoncitos ya que los musulmanes rechazan la idea de la adopción y en caso de llegar a hacer este proceso se interesan por las niñas, generalmente para convertirlas en sirvientas. Por otra parte, existen muchas trabas para la adopción internacional, comenzando por la exigencia de una declaración de fe musulmana.
MUJERES SOLIDARIAS
El gobierno no ofrece a las madres solteras la posibilidad de restauración y reinserción social. Eso sería ir en contra de las propias leyes y la moral musulmana. El Estado y la sociedad prefieren esconder los bebés, llamarlos “huérfanos”, hacinarlos en tristes instituciones.
Algunas valientes mujeres han tomado la iniciativa de desarrollar proyectos solidarios en auxilio de estas jóvenes mamás, muchas de las cuales han sido violadas por familiares o empleadores (la servidumbre doméstica es una práctica corriente en el país y niñas de 12 o 14 años deben satisfacer todas las demandas de sus “amos”, incluso las sexuales).
La pionera en la visión de devolver la dignidad a esas mujeres, enseñarles un oficio y permitirles reinsertarse en la sociedad como personas útiles, ha sido Aicha Ech Chana.
Esta mujer voluntariosa, que en varias oportunidades ha recibido amenaza de los islamistas radicales, deplora el modo en que la sociedad marroquí trata a las madres solteras. En 1985 fundó en Casablanca la Asociación Solidaridad Femenina, una ONG laica y apolítica.
La entidad cuenta con residencias donde las jóvenes mamás pueden vivir con sus hijos durante los dos primeros años, mientras aprenden un oficio y trabajan en alguno de los micro emprendimientos de la asociación: restaurantes, lavanderías, hamman (baño tradicional, estilo romano, con sala de masajes).
En Tánger, Claire Trichot, una joven abogada de origen francés, dirige desde hace 10 años la ONG Cien por Cien Mamá. "En Marruecos ser madre soltera es un delito penado. Tener un hijo o hija fuera del matrimonio supone de tres a seis meses de cárcel", denuncia.
La asociación que preside ayuda actualmente a unas 70 mujeres "excluidas por sus familias y por la sociedad marroquí en general" por haber sido madres al margen del matrimonio, un hecho que además afecta, sobre todo, a quienes tienen altísimas tasas de analfabetismo. Trichot remarca que mientras las cifras apuntan que el 60% de la población de este país del Magreb no sabe leer ni escribir, en el caso de las madres solteras el porcentaje alcanza el 80%.
Como primera medida para paliar la situación, la organización no gubernamental acoge en una vivienda a la mujer que acaba o va a dar a luz. Y, después, empieza a trabajar con ella en espacios polivalentes.
Cien por Cien Mamá trabaja para "reinsertar" socialmente a este colectivo y busca prevenir además el "abandono" de los bebés recién nacidos.
En Errachidia, a las puertas del desierto, la religiosa española Josefa Benavent Murillo atiende a bebés abandonados por sus madres, en la mayoría de los casos "por el temor de que las maten por haberlos tenido siendo solteras, algo que aquí, generalmente, no está bien aceptado", explicó a un periodista español en 2009 esta valenciana de 73 años.
Según informaron fuentes eclesiásticas, Benavent, perteneciente a la orden religiosa de las Franciscanas Misioneras de María, "alimenta, lava y viste a los bebés en el hospital de Errachidia, donde permanecen hasta que son adoptados".
La religiosa destacó que "en la transmisión del cristianismo en estos lugares es particularmente importante el testimonio de vida". Cuando "ven que les ayudamos de una manera gratuita eso les extraña en un primer momento y hace surgir un gran respeto por nosotras", manifestó.
LOS DERECHOS DE LA INFANCIA
Si nos concentramos sobre la situación de la infancia, podemos decir que en Marruecos las condiciones de este sector de la población están muy lejos de lo que dicta la Convención de los Derechos de la Infancia y los discursos del gobierno.
El informe titulado “El sistema de protección de la infancia en Marruecos: debilidades y consecuencias”, elaborado por Hafsa Afailal, Càtedra UNESCO del Diàleg Intercultural a la Mediterrània, Universitat Rovira i Virgili, puntualiza que “en Marruecos, los discursos oficiales del gobierno transmiten una imagen sobre la situación de la infancia totalmente opuesta de la imagen presentada por la sociedad civil, que denuncia el estado de vulnerabilidad y riesgo en las que se encuentran muchos niños y niñas”.
Asegura la investigadora que la precariedad de la situación de la infancia en Marruecos es muy inquietante. “Dentro de un cuadro general, las distintas situaciones de exclusión social provocadas por la pobreza, el paro, el analfabetismo de los padres, la desintegración familiar, la poligamia, el abandono escolar, el éxodo rural incontrolado — que provoca bolsas de pobreza en la periferia de las grandes ciudades— implica un acceso limitado a los recursos sociales básicos para los niños y las familias en general”.
Por otra parte, “la ausencia de unas políticas sociales claras coherentes y eficaces, no solamente políticas relativas a la infancia sino en todo el ámbito del desarrollo humano, hacen aumentar el riesgo entre estos menores, pudiendo aquí hablar de niños drogodependientes, niños abandonados, niños inmigrantes no acompañados retornados sin garantías… y niños explotados –sobre todo- en el trabajo. Todo ello ha sido un asunto muy tolerado por parte del gobierno y de las mismas familias, ya que se sigue considerando esto como una fuente importante de ingresos en el mundo rural. Muchas niñas trabajan en condiciones precarias y en muchos casos sufren violencia, explotación sexual y maltrato por parte de las familias que las contratan. Estas prácticas no se denuncian lo suficiente por miedo y, en muchos casos, por la ignorancia de los padres”, expresa.
El informe destaca que las niñas del campo tienen también muchos problemas sobre todo por lo que se refiere a la escolarización en la escuela primaria y la inexistente educación preescolar, empiezan a trabajar en el campo muy pronto o están explotadas en las ciudades como “petites-bonnes”. Estas niñas están invisibilizadas y viven una situación de semiesclavitud.
“Podemos hablar aquí también de los recién nacidos de madres solteras, ya que sólo se reconocen a los hijos nacidos durante el noviazgo (después del compromiso), pero no a los nacidos de una violación o un incesto”, asegura Afailal.
Es en este contexto que volvemos a considerar el cierre de "Aldea de Esperanza" en el pueblo de Ain Leuh y la expulsión del personal extranjero, y lamentamos profundamente la situación de esos niños abandonados cuyos únicos padres y familias ahora les han sido arrebatados.
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Nota: la información sobre las ONGs que trabajan con madres solteras en Marruecos ha sido tomada de diferentes medios de prensa y se halla disponibles en Internet.

*Verónica Rossato es periodista y escritora


Fuente: © V. Rossato, ProtestanteDigital.com (España, 2010).

sábado, 20 de marzo de 2010

Hijo de Pablo Escobar pide perdón

"Mientras haya pobreza en el mundo habrá narcotráfico. Mientras siga siendo ilegal y los estados abandonen a las clases sociales marginadas este negocio seguirá existiendo”. Conozca la propuesta de Juan Pablo Escobar, quien ahora se llama Sebastián Marroquín, para salvar a los excluidos, los marginados, etc, de nuestros paises latinoamericano.

Durante el Festival de Cine de Guadalajara, en México, a donde acudió para participar de la presentación del documental “Los pecados de mi padre", del argentino Nicolás Entel, el hijo del ex zar de las drogas, Pablo Escobar, se presentó públicamente y pidió perdón a las víctimas de la violencia del narcotráfico.
Juan Pablo Escobar, quien cambio su nombre al de Sebastián Marroquín, también habló con la agencia francesa de noticias, donde recordó su infancia como hijo del narcotraficante más poderoso del mundo. Sin embargo, Marroquín no duda en señalar que el narcotraficante colombiano Pablo Escobar, era también un "padre como otros", que le leía cuentos y le transmitía valores.
Desde hace 16 años, tras la muerte de Pablo Escobar en la ciudad colombiana de Medellín el 2 de diciembre de 1993, cuando fue abatido por las fuerzas de seguridad en un enfrentamiento, su hijo ahora llamado Sebastián Marroquín escapó del país junto a su madre y su hermana, y se fue a vivir a Argentina, donde reside con su esposa y trabaja como arquitecto.
Marroquín recuerda haber recibido muchas ofertas para participar en documentales sobre su padre, pero había las había rechazado porque entendía que “de alguna manera querían glorificar el estilo gángster, aprovecharse de la historia para hacer un gran negocio”.
Sin embargo la idea del documentalista argentino Nicolás Entel, según reconoce Marroquín, “era distinta”, aún así, “tardó seis meses en convencerme" dijo durante la entrevista con la agencia francesa de noticias.
En el documental el hijo de Pablo Escobar habla de sus vivencias como hijo del "Zar de la cocaína". Pero también la cinta muestra momentos altamente emotivos, como es su encuentro con hijos de políticos colombianos que su padre ordenó asesinar en la década de los ‘80, como Rodrigo Lara Bonilla y Luis Carlos Galán.
"Los dos encuentros fueron muy intensos. Yo no podía creer que hubieran aceptado verme. La verdad que la sensación que nos quedó a las dos partes fue de alivio, de liberación. Nos dimos cuenta que el perdón es la única manera para que se llegue a la paz en Colombia, lo que no implica renunciar a la justicia", afirmó Marroquín.
También el hijo de Pablo Escobar recuerda que "cuando tuve la posibilidad de hablar con mi padre sobre su proceder se daban discusiones muy airadas, aunque respetuosas. Él me daba muchas excusas, que yo nunca validé pero que intentaba comprender. Me sentía entre la espada y la pared porque yo no iba a entregar a mi padre. Siempre viví en una dualidad, era como convivir con dos personas diferentes", confesó.
También Marroquín recuerda los intensos momentos que vivió tras la muerte de su padre, y su reacción amenazando públicamente con matar a todos los responsables de su muerte y como se retractó diez minutos después.
"Esos diez minutos para mí fueron un punto de inflexión. Diez minutos muy intensos que me esclarecieron sobre qué iba a pasar si yo seguía por la vía de la violencia. El panorama era tan tenebroso que ahí me dije que no iba a repetir la historia", afirmó
A los 32 años, Juan Pablo Escobar, quien ahora se llama Sebastián Marroquín es un arquitecto que se considera "pacifista" y que tiene una opinión muy clara sobre la situación del narcotráfico: "Mientras haya pobreza en el mundo habrá narcotráfico. Mientras siga siendo ilegal y los estados abandonen a las clases sociales marginadas este negocio seguirá existiendo. La única vía para hacerlo desaparecer es mediante la educación. Yo no sé qué hubiera pasado con mi padre si hubiera tenido la posibilidad de entrar a la universidad y ser un profesional", opinó.
Marroquín sabe que luego de "Los pecados de mi padre" nada será igual en su vida y espera que el documental sirva como una vía hacia la reconciliación en Colombia.
"La verdad que después de esta película me siento más delgado. Pero es una gran responsabilidad también. Creo que el documental no se termina cuando acaban los créditos sino que empieza ahí, en la vida real. El primer paso lo tiene que dar el ser humano, luego vendrán las soluciones desde la política", concluyó.
Fuente: voanoticias.com