Por.
Juan Stam, Costa Rica
La
exégesis es una ciencia histórica, con sus propios métodos y reglas, en busca
de la interpretación más probable de un texto escrito. Creo que la iglesia está
en una crisis exegética en que tanto simples creyentes como también importantes
líderes carecen de métodos y criterios para evaluar con discernimiento las
diversas ofertas exegéticas. Sobra mencionar la jungla de interpretaciones
especulativas y tendenciosas del Apocalipsis, pero el fenómeno se va
generalizando en los púlpitos y en las cátedras académicas.
A
continuación propongo resumir algunos problemas exegéticos que ilustran estos
principios en algunos de los muchos campos de interpretación:
(1) El creacionismo: a primera vista parece
que este movimiento está defendiendo la verdad bíblica de la creación, pero de
hecho defiende una interpretación específica de Génesis 1: la literal, a
espaldas del contexto pre-científico de todas las referencias bíblicas al tema.
Tratar a Génesis 1 como una refutación anticipada a Darwin es un anacronismo
anti-exegético. Si los creacionistas se preocuparan por la exégesis del texto
bíblico, en su contexto original, harían una relectura muy distinta de su
significado para hoy.[1]
(2) Apocalipsis: el Apocalipsis ha sido el
manicomio exegético de la interpretación bíblica. "Todo ojo lo verá"
(Ap 1:7) se interpreta como una profecía de la televisión; ¡los camarógrafos
estarán esperando para convertir la venida de Cristo en noticia mundial
instantánea! El "666" por su parte será un tatuaje enviado desde una
computadora por medio de una máquina laser. Todo eso y más, aunque el texto no
da el más mínimo indicio de tales aparatos modernos, y ni Juan ni sus lectores
conocían la energía eléctrica.
Me
contaron que una vez un predicador demostró matemáticamente que las letras de
"Adolfo Hitler" sumaban 666 y que entonces el Führer alemán era el
Anticristo. Un amigo nuestro, presente en el público, calculó rápidamente que
por los mismos métodos el nombre del predicador daba también 666.[2]
(3) Exégesis ideológicamente tendenciosa:
Por más de un siglo los dispensacionalistas han interpretado "Gog y
Magog" (Apoc 20:8) como una referencia a Rusia. Sin razones exegéticas
convincentes, y a pesar de fuertes evidencias en contra, eruditos ingleses los
interpretaban en términos del conflicto entre el imperio británico y el imperio
zarista de Rusia. Era inevitable que durante la guerra fría del siglo XX la
misma interpretación falsa de Gog y Magog alimentara el anti-comunismo en los
EUA y en amplios sectores conservadores de América Latina.
Esta
mala exégesis creó problemas para Nicaragua después del triunfo Sandinista. Si
Rusia es el Anticristo, y los Sandinistas son amigos de la Unión Soviética,
¿cómo puede un cristiano ser amigo de ellos? Los Estados Unidos, en cambio, son
amigos de Israel, el pueblo escogido de Dios que gobernará el mundo durante mil
años. ¡Nicaragua estaba con un serio problema apocalíptico! Ante este desafío
exegético, el CEPAD (una ONG cristiana nicaragüense) programó siete talleres en
ciudades claves del país para cambiar radicalmente la interpretación del
Apocalipsis, con muchas "conversiones" que eran como nacer de nuevo.
Bajo Somoza el texto lema de la derecha evangélica fue Romanos 13: sométanse a
las autoridades porque las ha puesto Dios. Con el triunfo Sandinista ese
mandamiento perdió su vigencia, reemplazado por Hechos 5:29: hemos de obedecer
a Dios antes que a los hombres. La manipulación ideológica del texto era
evidente.
(4) Doctrinas novedosas: Muchos
predicadores hoy pretenden haber descubierto verdades nuevas, como la teología
de la prosperidad, los neo-apóstoles, las maldiciones generacionales y mucho
más. Proclaman sus doctrinas con textos de prueba, sin análisis exegético y sin
tomar en cuenta las evidencias en contra. Insisten en que Efesios 4:11 señala
cinco ministerios cuando el texto griego (reflejado en la puntuación en las
versiones castellanas) prueba claramente que "pastor-maestro" es un
solo ministerio. Inventan unas distinciones entre dos palabras griegas
("logos" y "rhema") que en el griego son sinónimos
intercambiables, para fundamentar unas doctrinas realmente aberrantes.
En
general, estos predicadores y sus seguidores menosprecian, o hasta rechazan, el
análisis racional del significado original del texto. Un texto favorito es
"no se preocupen por lo que han de decir o cómo han de decirlo, porque
cuando les llegue el momento de hablar, Dios les dará las palabras" por el
Espíritu (Mateo 10:16-20). El argumento no toma en cuenta que todo el pasaje
tiene que ver con la crisis de ser arrestado, no con la interpretación bíblica
ni la preparación de sermones. La ir-racionalidad no es lo mismo que la
espiritualidad. La iglesia necesita una mejor orientación hermenéutica. Un
profesor de un seminario suramericano me dijo, "Yo no interpreto, yo solo
leo", sin darse cuenta de que leer es interpretar. A un artículo en mi
blog, en agosto de 2014, una lectora terminó su comentario con "El
anticristo es el papa, católicos no sean más ciegos, por favor lean la
biblia."[3]
(5) Homosexualidad: Este tema excita
fuertes pasiones, en pro y en contra, que dificulta tremendamente la buena
exégesis de los textos pertinentes. En la exégesis anti-homosexual, con sólo
emplear el término moderno "homosexualidad", como fenómeno que
conocemos hoy, a menudo interpreta los textos bíblicos en el contexto moderno y
no el del texto original.[4] A menudo interpretan con mucha parcialidad el
relato de Sodoma, hasta emplear el término "sodomita", que en toda la
Biblia significa solo "habitante de Sodoma" sin ningún sentido
sexual. Algunos Daniel 11:37, "no hará caso del amor de las mujeres"
(RVR) como una denuncia, hasta una profecía, de la homosexualidad. Pero el
contexto no es el sexo sino el culto y el sujeto es un rey (¿Antíoco Epífanes?)
que "no tomará en cuenta...al dios que adoran las mujeres" (NVI; BP).
Al
otro lado del debate, distinguidos biblistas también han hecho propuestas
exegéticamente dudosas. El esfuerzo básico consiste en limitar la denuncia
bíblica solo a casos de incesto, pederastia, esclavitud o injusticia y opresión
(adikía).[5] Su mayor desafío ahora es proponer una relectura fiel y
convincente para nuestro tiempo.[6]
Conclusión:
con este breve resumen intento realizar un "análisis exegético" de
los escritos analizados, para ver si sus interpretaciones representan la
explicación más probable y mejor fundamentada de los textos bíblicos en su
original contexto histórico. En ningún momento se trataba de la homosexualidad
como tal sino de la mejor interpretación de los textos bíblicos, de cómo esos
autores antiguos entendían el tema en su propio contexto histórico y social.
Referencias
bibliográficas
[1]
Puede consultarse Stam, Las buenas nuevas de la creación (Kairós 2003).
[2]
Ver también juanstam.com 9.1.07 "¡Sorpresa! El 666 no es 666".
[3]
Los centenares de respuestas a juanstam.com podrían servir como una radiografía
de la mentalidad protestante y para marcar estrategias para la transformación
de la iglesia hispano- y portugués hablante.
Fuente:
Protestantedigital, 2015.
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