Por.
Greg Pritchard, Leonardo de Chirico
Una
pregunta directa a los evangélicos en especial, ya que parecen ser objetivo
central del esfuerzo de Francisco para la amistad, reconciliación y unidad; por
eso es vital que sepan quién es Francisco en realidad.
Francisco
es uno de los líderes más admirados en el mundo de hoy. En 2014 la revista Time
lo eligió “Hombre del año”, y su popularidad va en aumento, sobre todo fuera de
la Iglesia Católica. En los círculos seculares, incluyendo a pensadores de
izquierda y movimientos LGBT, muchos parecen conectar con su aparente cercanía
y sencillez. Con su insistencia en la misericordia, el amor y la ternura,
Francisco hace su mensaje simple, incluyente y sin prejuicios.
Los
evangélicos no son inmunes al encanto y la amabilidad de Francisco: muchos se
sienten atraídos por su lenguaje aparentemente bíblico (por ejemplo, la conversión,
la misión, la relación personal con Jesús) y su menor formalidad de la
espiritualidad. Sin embargo esta es sólo una cara de la moneda. Otras
descripciones de Francisco lo pintan como un “jugador de ajedrez”, debido a su
capacidad jesuita de maniobrar de manera impredecible después de establecer una
relación personal con la gente. Otros lo consideran un “liberal” a causa de sus
puntos de vista aparentemente universalistas sobre la salvación de todos los
hombres, sea cual sea su religión o la falta de ella. Otros piensan que es un
“anti-capitalista”, debido a sus duras observaciones sobre la economía de libre
mercado. Por tanto, el panorama general de gran complejidad. Donde quiera que
te sitúes con respecto a Francisco, presentamos cinco rasgos esenciales para la
comprensión del Papa.
1. FRANCISCO, UN POLÍTICO DOTADO
Un
sacerdote no asciende la escalera de la jerarquía católica y se convierte en
Papa sin tener profundas habilidades políticas. Francisco comparte similitudes
curiosas con el presidente Obama, otro político extraordinariamente talentoso.
Tanto Obama como Francisco surgieron en la escena pública con encanto y una
sorprendente capacidad para comunicarse. Ellos entienden sus respectivas
audiencias y aciertan al comunicar su mensaje. Ambos transmiten una energía que
es magnética y atrae a la gente. Hay dos aspectos importantes de su habilidad
política: escucha con empatía y comunicación reflexiva.
Vemos
la capacidad de Obama para escuchar con atención a los de muy diferentes
opiniones cuando fue elegido presidente... de la Harvard Law Review. En unartículo revelador escrito por Jodi Kantor en el New York Times, escrito antes
de convertirse en candidato a la presidencia de Estados Unidos, se describía el
estilo político de Obama en detalle. El contexto es importante: la Escuela de
Derecho de Harvard en ese momento era un foco de conflicto político. Bradford
Berenson, un futuro socio de la Casa Blanca en el consejo de la administración
Bush y compañero de clase de Obama, explicó: “He trabajado en la Corte Suprema
de Justicia y la Casa Blanca y nunca vi una política tan agria como en Harvard
Law Review en los años 90”.
Kantor
habló con docenas de compañeros de clase de Obama y resumió que “no podían
recordar sus puntos de vista específicos” y que incluso sus amigos más cercanos
no “sabían exactamente dónde situarlo”. Lo que todo el mundo podía recordar era
la extraordinaria capacidad de Obama para escucharlos y hacer que se sintieran
comprendidos. “Obama se mostraba como un oyente con ganas, dando a veces la
impresión a sus compañeros de clase de que estaba de acuerdo con todos ellos a
la vez”. Obama tenía una habilidad sorprendente para conectarse con las
facciones beligerantes en la Escuela de Derecho de Harvard y no mostrar sus
cartas: “La gente tenía la forma de escuchar lo que querían en las palabras de
Obama”. En medio de una polvareda política, Obama calmó las aguas y “los
estudiantes de cada lado del debate pensaban que estaba apoyando su lado”.
Recordando el incidente, un compañero de clase comentó: “Todo el mundo estaba
asintiendo: Oh, él está de acuerdo conmigo”.
Hoy
en día muchos evangélicos están viviendo algo similar con Francisco: “Oh, está
de acuerdo conmigo”. Cientos de líderes evangélicos están llegando a Roma en
peregrinación para conocer a este Papa altamente relacional. Ellos se
encuentran a un Papa que los está escuchando y que suena como ellos. Un
evangelista pentecostal “chocó las cinco” con el Papa. El presidente de una
organización evangélica describió sus dos visitas a Roma con un pequeño grupo
de directores generales evangélicos: “Nuestra visión del mundo tiene que
cambiar. Tenemos que cambiar rápidamente nuestra visión del mundo. Este Papa se
disculpó en una iglesia protestante. Ningún Papa ha salido fuera del Vaticano para
ir a una iglesia protestante. Él está diciendo que unamos esfuerzos”. Después
de hablar con Francisco, una gran teólogo evangélico fue tan ingenuo como para
preguntarse si Francisco siquiera creía en la categoría de un Papa Católico
Romano. Los líderes evangélicos están experimentando la presencia magnética y
el oído abierto de un político relacional cálido, pero talentoso y astuto, que
les está dando “la impresión de que estaba de acuerdo con todos ellos a la
vez”.
Vemos
el segundo elemento de la habilidad política de Obama y Francisco en su estilo
común de comunicación; se identifican con su público y con ello provocan que el
público se identifique con ellos. Obama, en el prólogo de su autobiografía,
explica el resultado de este estilo “Sirvo como una pantalla en blanco en el
que las personas de muy diferentes colores políticos proyectan sus propios
puntos de vista”. Cuando Obama se perfilaba como líder nacional, esta habilidad
le fue muy útil. Cuando estaba considerando convertirse en candidato a la presidencia,
sus asesores más cercanos le recomendaron que se presentara antes de tener undetallado historial de votación del Senado, para aprovechar de forma más
rentable su magnetismo. En este momento se puede decir de Francisco lo mismo:
es encantador, desecha las viejas formas de pensar, y al igual que el más
dotado de los políticos, ha creado “una pantalla en blanco en el que personas
de muy diferentes colores políticos proyectan sus propios puntos de vista”.
2. FRANCISCO, JESUITA DE INCLINACIÓN
ANTIPROTESTANTE
Francisco
es el primer Papa jesuita de la historia. Es una especie de ironía pensar que
un Papa que parece estar cerca de los evangélicos en realidad pertenece a la
orden religiosa que fue fundada para combatir el protestantismo. El ex soldado
Ignacio de Loyola (1491-1566) reunió a un grupo de amigos que se llamaban La
Compañía de Jesús (Societas Jesu) y, finalmente, fueron comisionados por el
Papa para detener la propagación del protestantismo. Su tarea consistía en
imitar a los puntos fuertes del protestantismo, es decir, la profundidad
espiritual y el brillo intelectual, para usarlos como armas católicas contra el
protestantismo. La orden de los jesuitas proveyó una “alternativa” católica a
la fe protestante. No es de extrañar entonces que el primer santo que Francisco
proclamó en 2013 fue Pierre Favre (1.506-1.546), un jesuita francés de primera
generación con una “cara sonriente”, que más que otros trataba de parecerse a
un protestante con el fin de conducir a la gente de regreso a la Iglesia de
Roma.
Por
otra parte, el lado jesuita de Francisco es suficientemente claro en su
conocida opinión (de la que nunca se retractó) acerca de Lutero y Calvino, que
según Francisco destruyeron hombres, envenenaron la sociedad, y arruinaron la
iglesia. En una conferencia sobre la historia de la Compañía de Jesús dictada
en 1985, opinó negativamente de Lutero (un “hereje”), y sobre todo de Calvino
(un “hereje” y “cismático”), acusándolo de provocar la “miseria calvinista” en
la sociedad, la iglesia, y el corazón del hombre. De acuerdo con esa
conferencia, el protestantismo está en la raíz de todos los males en el
Occidente moderno. El hecho de que esta conferencia fuese publicada nuevamente
sin cambios en 2013 en español y traducido en 2014 al italiano con su permiso,
y sin decir una palabra, indica que esta evaluación aún perdura en el corazón y
la mente del Papa. Recientemente ha añadido un comentario duro contra los
puritanos, al asociarlos falsamente con una forma intolerante y despiadada del
cristianismo. Este Papa amigo de los evangélicos es un jesuita cuya misión es
la defensa de la Iglesia de Roma contra el protestantismo. Ciertamente
Francisco es un jesuita sonriendo, pero el anti-protestante aún late en su
corazón.
3. FRANCISCO, UN RADICAL MUY
“SELECTIVO”
El
tercer rasgo distintivo de Francisco es su radicalismo. En un libro reciente
“La Revolución de Francisco de Ternura y Amor” (Mahwah, NJ: Prensa Paulista,
2015) El Cardenal Walter Kasper sostiene que Francisco no es un liberal, sino
un radical en el sentido etimológico de la palabra latina “raíz”, es decir la
raíz o principio de origen. Según Kasper, el Papa reta a la Iglesia a ser
radical en el sentido de volver a descubrir las raíces del Evangelio, que son
la alegría, la misión, la frugalidad, la solidaridad con los pobres, la
libertad del legalismo, y la colegialidad. [El libro de Kasper.] El libro de
Kasper. La lectura de Kasper de Francisco es inteligente y perspicaz. Nos anima
a ir más allá de las polarizaciones habituales entre “liberales” y
“conservadores” dentro de la Iglesia mediante la introducción de una tercera
categoría, la de “radicales”.
Francisco
parece ser radical en ciertos temas, pero mucho menos en otros. Es radical en
la pobreza, pero guarda silencio sobre el poder financiero masivo de su
Iglesia. Parece ser radical en la misericordia, pero nunca menciona el pecado
original y el juicio divino sobre todos los pecadores fuera de Cristo. Él es
radical en la defensa de la simplicidad, pero mantiene el aparato expansivo de
un imperio del cual él es el jefe. Él es radical en la denuncia de las
tragedias del capitalismo inmoral, pero parece ser mucho menos duro hacia las
desviaciones inmorales de la vida sexual personal de uno. En otras palabras, su
radicalismo es algo selectivo. Radical en un área, mucho menos en otra.
En
cierto sentido, los “liberales” son radicales en temas sociales, mientras que
los “conservadores” son radicales en cuestiones doctrinales. Todo el mundo es
radical en algún sentido. Hay diferentes tonos de radicalismo. El radicalismo
de Francisco es mucho más cerca de la versión liberal que el conservador. Por
lo tanto, jugando un poco con las palabras, la pregunta es si su radicalismo es
radicalmente diferente o no de una tendencia más liberal. Históricamente
hablando, la raíz del liberalismo teológico se encuentra en la preferencia dada
a los sentimientos religiosos más allá de las expresiones doctrinales. Y esto
es exactamente lo que el Papa parece también aficionado a hacer. Si la misericordia
y la ternura describen el mensaje general de Francisco, suenan más como
consignas liberales que tradicionales.
4. FRANCISCO, LATINOAMERICANO
Francisco
proviene de América Latina, donde, en el transcurso del siglo XX, el
catolicismo romano perdió su monopolio religioso, y ahora un 19% del continente
es protestante. La respuesta tradicional de la iglesia católica para explicar
el crecimiento numérico de los evangélicos ha sido etiquetarlos como “sectas”,
pero este enfoque despectivo no impidió que millones de personas salgan de la
Iglesia católica para unirse a varias iglesias evangélicas. El riesgo de perder
el continente ha llevado a la Iglesia católica a hacer algo que nunca ha hecho
antes, elegir un no europeo como Papa, elegir un latinoamericano como Papa.
Ahora el Papa está directamente involucrado en el rescate del continente, el
fortalecimiento de la Iglesia Católica Romana y alcanzar a los evangélicos
desde el Vaticano. Sus visitas a Brasil, Ecuador, Bolivia y Paraguay en los dos
primeros años de su papado son una indicación de la importancia de esta tarea
en su agenda.
En
segundo lugar la influencia de América Latina sobre Francisco es visible en su
enfoque en los pobres. América Latina fue la casa de Teología de la Liberación,
con sus categorías marxistas y la condena del capitalismo. Sin embargo, incluso
los líderes cristianos latinoamericanos que rechazaron el análisis marxista a
menudo han dado prioridad a los pobres en su pensamiento teológico y destacan
los pasajes de las Escrituras que reflejan esta preocupación. La denuncia de
los males del capitalismo hecha por Francisco ha sorprendido a muchos en
Occidente, pero no debería, si se entienden las raíces culturales de Francisco.
Continuar leyendo mañana….
Fuente: Protestantedigital, 2015.
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