Por. Juan Stam, Costa Rica
La
misionología contemporánea ha redescubierto la importancia central del Espíritu
Santo y del Pentecostés para nuestra comprensión de misión integral.
Teólogos
como Roland Allen, Leslie Newbigen y Harry Boer han estudiado a profundidad la
relación entre Pentecostés y misión. Sin recibir el poder del Espíritu Santo,
mejor los discípulos se hubieran quedado sentados en Jerusalén (Lc 24.49); sólo
revestidos de poder de lo alto podremos ser testigos del Señor (Hch 1.8).
Por
supuesto el movimiento pentecostal nos ha hecho a todos reconocer la
importancia central del significado del Pentecostés.
Es
muy importante recordar que el Espíritu de Pentecostés es el mismo Espíritu de
los profetas de tiempos antiguos. Ni hay otro Espíritu, ni se ha cambiado el
Espíritu de Dios.
Pero
la más ligera lectura de los escritos proféticos nos impresionará
inmediatamente con la gama casi ilimitada de su programa de acción. Se
preocupaban por la adoración de Dios y la fe del pueblo, pero también se
preocupaban por el abandono de las viudas y los huérfanos (Isa 1.23), la
servidumbre humana (Amós 2.6,9), la violencia (Isa 1.15), el robo (Amós 1.11),
la acumulación de latifundios (Isa 5.8) y los abusos de los derechos humanos
(Amós 1.13; 2.1).
En
el Apocalipsis el Vidente de Patmós primero contempla el cielo y escucha cantar
a los ángeles (Ap 4,5), pero en seguida protesta contra los precios
exorbitantes de la canasta básica (6.6). En toda la Biblia, la misión profética
es misión integral.
El
día de Pentecostés nos da el mejor ejemplo de misión integral en el Espíritu. El capítulo dos de los Hechos nos
presenta un modelo insuperable de misión integral. Todos saben que el
Pentecostés comienza con experiencias carismáticas (2.1-13), pero pocos
observan que el capítulo no termina ahí. Sigue un sermón sólidamente bíblico y
teológico (2.14-36), después del cual unas tres mil personas se convirtieron.
(¡Cuán importante y poderosa la predicación expositiva, como este sermón de
Pedro, y cuán necesario que nuestros sermones evangelísticos sean realmente
bíblicos!).
Y
después de tan hermosa "campaña evangelística", por decirlo así,
sigue la formación sólida de una comunidad comprometida: doctrina, comunión y
oración (4.42,46), maravillas y señales (4.43), comunidad de bienes materiales
y un extenso proyecto social de "comedores populares" (4.44s;
4.32-5.11; 6.1).
En
conjunto, constituía "misión integral". ¡Eso sí significa ser
pentecostal, pero en obediencia a todo el capítulo dos de los Hechos!
Fuente:
Protestantedigital, 2016
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