Por. Óscar Margenet
El teólogo norteamericano Juan Stam, residente en
Costa Rica desde hace décadas, nos decía en su artículo sobre ‘La derecha
evangélica’ publicado en P+D:
En el discurso político de nuestro tiempo,
‘evangélico’ y ‘derechista’ se tratan como sinónimos intercambiables.
En este contexto semántico, ser evangélico
significa apoyar al gobierno golpista de Honduras y la oposición derechista de
Venezuela y Brasil. En los Estados Unidos, significa pertenecer al Partido
Republicano, a lo mejor en sus sectores más reaccionarios.
Encontrar un ‘evangélico demócrata’ es más
difícil que encontrar una aguja en un pajar.
En esta situación, el término ‘evangélico’ no
tiene absolutamente nada que ver con su raíz: el evangelio, las buenas nuevas
del reino de Dios. De hecho, en su uso actual es un membrete que carece
totalmente de significado teológico.
Donald Trump puede jactarse, ‘I'm evangelical,
and proud of it’ (Soy evangélico, con mucho orgullo), sin la menor sospecha del
significado del término. Alzó una Biblia y la declaró el libro más grande de
todos los siglos, pero no pudo citar ningún versículo favorito, ni aún Juan
3:16. (Sólo ha dicho recientemente que ‘ojo por ojo’ le parece un texto muy
apropiado para nuestro tiempo, sin darse cuenta que esa frase no justifica la
venganza sino que la limita). Él no acostumbra arrepentirse, dijo, porque no
comete actos malos de qué arrepentirse. Así es el evangelicalismo de Donald
Trump y muchos otros ‘evangélicos’.
De hecho, muy pocas de las personas e iglesias
‘evangélicas’ lo son realmente. La gran mayoría son fundamentalistas, que es
esencialmente lo contrario.” 01
Algunos expertos en la Reforma (‘protestantólogos’
fundamentalistas) acusan de izquierdista a Juan Stam. Lo hacen mezclando
religión con política, porque en EE.UU. equivale a llamarlo ‘comunista’; o,
como explicamos en nuestro anterior artículo: ‘enemigo de la nación’ (02).
Igual que en el reino católico apostólico romano de España, se usa ‘protestante’
para descalificar.
Por todo ello puede afirmarse que Juan Stam, por
sus enseñanzas y por su ejemplo de vida, es uno de los protestantes evangélicos
genuinos que aún podemos conocer.
Desde otra perspectiva totalmente distinta, leo al
Profesor de la UAB Carlos Cañeque Solá (03) de quien rescato su
sesudo análisis sobre el uso que hace el fundamentalismo norteamericano de los
medios de comunicación.
“Durante muchos años, los evangelistas
protestantes americanos se mantuvieron al margen de la política. Para poetas
como Emerson, la práctica de la política era un mal del alma. Pero los
movimientos de liberación de los años sesenta, junto con la pornografía, la
homosexualidad, el feminismo, las drogas y ‘el amor libre’, fueron motivos
suficientes para que algunos grupos religiosos asumieran posiciones políticas.”
(04)
En 1975, durante la primera campaña de Ronald
Reagan, aparecieron grupos religiosos contrarios a los movimientos de
liberación de los años 60. Ya como ‘Nueva Derecha Cristiana’ esos grupos de
poder formaron una gigantesca estructura mediática que incluye cadenas de
televisión, radios, periódicos y revistas. También cuentan con universidades,
iglesias, hospitales y otras instituciones benéficas o culturales.
Tal como ocurre con los partidos políticos de las
democracias actuales, la competitividad obligó a la homogeneización del
discurso para conseguir audiencias masivas. Pretenden captar votos de cualquier
ciudadano a costa de traicionar elementos ideológicos originarios.
“De forma similar, los líderes de la Nueva
Derecha Cristiana, a lo largo de los ochenta (dejaron) a un lado los
temas puramente teológicos que les (separaban) para hablar de asuntos
sociopolíticos que (afectan) a esa entidad común que pronto (llamaron)
‘nuestra nación cristiana’ - dice el citado autor (05).
Las asociaciones
Moral Majority (MM), The Religious Roundtable (TRR) o The Christian Voice
(TCV) tienen posiciones casi idénticas al hablar de temas conflictivos. El
evangelista Jerry Falwell (06), en vida líder de Moral Majority,
comenzó hablando por TV casi exclusivamente de Dios.
“Pero pronto fue cambiando sus mensajes al ver
que sus audiencias crecían al tratar temas como el aborto, la criminalidad
urbana, la progresiva amenaza contra la familia nuclear que suponen los
homosexuales o las madres solteras, la pornografía, las drogas y, en general,
lo que todos ellos llaman ‘el humanismo secular’” - afirma Cañeque (07).
Muy diferente fue el enfoque de uno de los pioneros
televangelistas: Oral Roberts (08),
quien llegó a fundar uno de los imperios religiosos basados en la teología de
la prosperidad – primero – y en la sanidad del individuo, después.
Amasó fortunas, fundó una universidad; antes de
morir recibió una distinción del senado de su estado natal (Oklahoma). Su
ministerio ha sido comparado al mismo nivel que el de Billy Graham en los
EE.UU., tanto por admiradores como por detractores.
Otros televangelistas imitaron las diferentes
maneras de evangelizar de Fallwell y Roberts “exagerando incluso sus
tendencias hacia la profecía milenarista, los milagros retransmitidos en
directo, los ruidosos trances, las donaciones telefónicas a través de bancos
propios como el famoso ‘Banco de Dios’, en fin, toda una suerte de prácticas
rituales que a cualquier ciudadano europeo le podrían resultar realmente
exóticas” - enumera Cañeque Solá (09).
Más de un televangelista norteamericano ha
terminado en la cárcel por defraudación. Jim
Bakker (10) es uno de ellos. Llegó a recaudar un millón de
dólares por semana, fortuna que derivó a satisfacer sus caprichos, a fundar un
parque temático y cometer adulterio con su secretaria, quien luego sería una
famosa chica ‘Playboy’. Condenado a 45 años de prisión, salió por buena
conducta en cinco. Lloró públicamente; tiene un show por TV y escribe libros.
Otro en este grupo es Jimmy Swaggart (11), quien predicaba sobre la santidad y
fue denunciado en dos oportunidades por ir con prostitutas. Este es otro
televangelista que, en el momento menos pensado, dejaba de hablar y rompía en
llanto. Recaudaba millones que invertía en obras que llevaban su nombre.
¿Cómo es que religiosos convictos por
transgredir leyes, regresen luego y pretendan seguir como si nada hubiese
pasado en sus vidas? No parecen entrar en el estilo de vida americano que
sintetiza Cañeque Solá:
“En términos generales, la Nueva Derecha
Cristiana quiere implantar una sociedad en la que predomine la familia nuclear,
en la que los roles sexuales fueran claros y en donde un gobierno fuerte
asegurase la soberanía de Dios. Consecuentemente, tal sociedad ejercería un
papel paternalista que influiría en otros países para que se extendieran las
cruzadas en defensa de la cristiandad. En tal sociedad también sobresaldría la
coherencia interna y el bienestar social.” (12)
El mismo autor cita que en 1980, la asociación TCV
emitió el siguiente comunicado:
‘Hemos dejado que las fuerzas de Satán gobiernen
nuestra nación y controlen nuestro destino. Estos son ataques morales que nos
afectan, el bien contra el mal, Cristo contra el Anticristo. Ronald Reagan es
el único candidato que ha mantenido firmemente los principios cristianos. La
comunidad cristiana debe apoyar a Ronald Reagan para que sea presidente de los
Estados Unidos’. Y el Republicano Reagan fue electo en 1981 (y re-electo, hasta
el año 1989).
La Nueva Derecha Cristiana y el partido republicano
congeniaron un ataque contra el demócrata Jimmy Carter (13) desde
mediados de los setenta. Carter había declarado que él no apoyaría
discriminación de nadie en base a su ‘orientación sexual’. En sus anuncios
televisivos, TCV respondía a Carter repitiendo el estribillo: ‘Carter propugna
la aceptación de la homosexualidad, Reagan propugna la familia cristiana’.
Esta lucha política-religiosa que desafía todos los
límites de la sensibilidad humana, es justificada por los fundamentalistas en
su interpretación personal del Texto Sagrado. Los líderes fundamentalistas se
caracterizan por no tener autocrítica (es un signo de debilidad para ellos). En
los rallyes electorales azuzan a las audiencias sin ninguna supervisión
superior.
En la jerarquía Católica Romana esto no está
permitido. No se ha escuchado a ningún prelado de esa confesión decir que el
apoyo de EE.UU. a Israel es una doctrina de la Biblia. Si lo hiciera sería
sancionado por un obispo, un cardenal o por el Sumo Pontífice. No existe un
‘Magisterio’ protestante, similar al de la ICAR. Por esa causa, blandiendo sus
Biblias muchos televangelistas dicen lo que se les antoja. Lo peor: se lo
atribuyen a la guía del Espíritu de Dios.
Esto lleva a Cañeque Solá decir que ‘el fenómeno
televangelista de la Nueva Derecha Cristiana es casi exclusivamente
protestante’. (14)En conclusión, resulta muy doloroso ver cómo
se pone en el mismo saco a creyentes genuinos y creyentes nominales, a
seguidores de Jesucristo y engañadores, a ovejas y lobos rapaces disfrazados de
ovejas. Por esta causa, el Apóstol Pedro advierte:
“… habrá entre vosotros falsos maestros, que
introducirán encubiertamente herejías destructoras, y aun negarán al Señor que
los rescató, atrayendo sobre sí mismos destrucción repentina. Y muchos seguirán
sus disoluciones, por causa de los cuales el camino de la verdad será
blasfemado, y por avaricia harán mercadería de vosotros con palabras fingidas.
Sobre los tales ya de largo tiempo la condenación no se tarda, y su perdición
no se duerme.” (15)
Y el Apóstol Juan nos aconseja:
“Amados, no creáis a todo espíritu, sino
probad los espíritus si son de Dios; porque muchos falsos profetas han salido
por el mundo.” (16)
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En nuestro próximo artículo concluiremos esta
miniserie, DM, analizando algunas de las reacciones que la Nueva Derecha
fundamentalista genera en el mundo Iberoamericano
Notas
Ilustraciones: Juan Stam, de su Blog: http://juanstam.com/dnn/Fotos.aspx;
las demás, de wikipedia.
01. Leer más: http://protestantedigital.com/magacin/39369/La_derecha_evangelica Negritas son énfasis de este autor.
03. Rafael Cañeque Solá es profesor universitario en política y
ciencias de la comunicación. Su artículo de nueve páginas se titula: ‘El
fundamentalismo norteamericano’, Revista de Debate Político, Fundació Rafael
Campalans.
04. Op. Cit. Ralph Waldo Emerson (1803-1882), fue un filósofo, escritor
y poeta norteamericano, creador del movimiento ‘Nuevo Pensamiento’, que tuvo
gran influencia en la sociedad.
05. Op. Cit.
06. Lamon Jerry Falwell (1933-2007), pastor evangélico y
tele-evangelista estadounidense. Fue fundador de la Iglesia Bautista Thomas
Road en Lynchburg, Virginia. Fundó la Liberty University en 1971 y fue el
cofundador de la influyente asociación Moral Majority en 1979. Uno se pregunta
¿qué autoridad invoca MM para calificar de ‘minorías inmorales’ a los que no
comulgan sus prácticas?
07. Op. Cit.
08. Granville Oral Roberts (1918-2009), descendiente de nativos
‘Cherokee’, fue pastor metodista-pentecostal, carismático, fundador de la
Asociación Evangelística Oral Roberts y de la Universidad Oral Roberts. Su fama
se extendió como evangelista sanador. Entre sus seguidores se destacan Benny
Hinn, Cash Luna y César Castellanos.
09. Op. Cit.
10. Jim Bakker (1940), televangelista de las Asambleas de Dios, con su
esposa Tammy Faye (de quien se divorció) fundaron el famoso PTL Club (Praise
the Lord = Alabado sea el Señor). Los seguían millones de televidentes /
donantes.
11. Jimmy Swaggart (1935), otro pionero televangelista pentecostal cuya
célebre frase ‘El mayor problema de América (EE.UU.) es el pecado’ se convirtió
en su propio boomerang.
12. Op. Cit.
13. James Earl Carter jr. alias Jimmy, es evangélico bautista; fue
electo presidente de EE. UU. (1977-1981) por el Partido Demócrata. Recibió el Premio
Nobel de la Paz en 2002 por su lucha por los derechos humanos, el fin de
conflictos internacionales y el desarme. Desde Theodore Roosevelt (1909), tres
presidentes y un vicepresidente norteamericanos electos por el partido
demócrata fueron galardonados con ese premio por su enfoque pacifista; ningún
republicano puede jactarse de lo mismo. Sin embargo, estos acusan a los
demócratas de violentos.
14. Op. Cit.
15. 2ª Pedro 2:1-3.
16. 1ª Juan 4:1.
Fuente: Protestantedigital, 2016
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