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miércoles, 10 de noviembre de 2010

Argentina: la única cárcel evangélica del mundo podría tener los días contados

Argentina*
La cárcel «Cristo la única esperanza» retenía entre sus muros a condenados que manifestasen su fe evangélica, que junto a los guardias, convivían en un ambiente poco común en un centro penitenciario. Sin embargo, una reestructuración del sistema penitenciario de Buenos Aires podría acabar con este sistema, ya que destinaría a este centro penitenciario a presos mayores de 60 y 70 años, llevando a los reclusos actuales a otras cárceles de la provincia.
La reestructuración del Servicio Penitenciario Bonaerense que impulsa el ministro de Justicia, Ricardo Casal, prevé que los presos procesados y los penados sean alojados en distintas cárceles. La resolución 1938 del Ministerio de Justicia del 26 de octubre pasado establece en su artículo cuatro que la Unidad 25 de Olmos albergue a presos mayores de 60 y de 70 años, lo que implica que los actuales 250 internos –en su gran mayoría hombres que llegaron a la fe en Cristo- deberán ser trasladados a otros destinos, desarticulándose un penal único en el mundo.
«La idea es muy buena y no creo que esté pensada en contra de los evangélicos», admitió a Pulso Cristiano el pastor y suboficial mayor del Servicio Penitenciario provincial, Juan Zuccarelli. Pero en la práctica pondrá fin a un centro carcelario reconocido legalmente como «unidad cristiana evangélica» en tiempos del ex ministro Juan Pablo Cafiero, en 2003.
Zuccarelli lamentó que «hagan una reestructuración y no nos tengan en cuenta», al destacar que de los 20.000 internos que hay en las cárceles de la provincia de Buenos Aires, 9.500 se reconocen como cristianos evangélicos y son destinados a pabellones especiales. «Rogamos a los hermanos que nos acompañen en oración», pidió. El artículo 4 del Anexo 1 dice textualmente: «Mayores de 60 años y valetudinarios. Las unidades carcelarias Nº 25 y 26 de Lisandro Olmos serán destinadas al alojamiento de mayores de 60 años y mayores de 70 años y valetudinarios respectivamente, provenientes preferentemente de los Departamentos Judiciales mencionados en el artículo 1º».
COMPORTAMIENTO EJEMPLAR
¿Qué es lo que hace tan particular la Unidad Penitenciaria 25? En ese lugar, 250 presos y 30 guardias comparten el fervor de la palabra de Dios. A diferencia de las cárceles comunes, en esta no hay asesinatos ni violaciones sino que, al contrario, se respira un clima de paz y tranquilidad. Los presos no son nada inocentes, y responden a delitos que en su mayoría son graves: condenas por robo, violación, abuso de menores y hasta asesinato. Unos 180 guardias también evangélicos custodian a sus compañeros de fe trabajando en tres turnos. El 25% de la población de esta cárcel cumple condena por haber cometido abusos sexuales. En general, los que cometen este tipo de delitos y son encarcelados sufren todo tipo de represalias o son asesinados en las prisiones. Pero no ocurre en esta prisión, porque el ambiente es otro.
Todos los presos de la unidad cumplen con todos los actos de comunión cristiana: cantan, aplauden y oran muchas veces al día. La mayoría de los internos que llegan aquí son seleccionados de los pabellones religiosos de otras cárceles, pero algunos pocos llegan sin saber nada de religión. Las autoridades afirman que, gracias a los valores que el carácter espiritual o religioso que la fe cristiana evangélica ha otorgado a esta prisión, la convivencia entre los reclusos entre si, y entre los presos y los guardias, es netamente mejor que en otras prisiones. Este estilo de vida dio origen a «Unidad 25», la película del director argentino Alejo Hoijman, estrenada en octubre de 2009. Es la historia de Simón Pedro, 18 años, quien está preso y es trasladado a la Unidad 25, la única cárcel-iglesia en América latina. Este largometraje documental de creación observacional ya obtuvo varios premios, entre ellos el del festival Bafici 2008.

Fuente: *Pulso Cristiano, ProtestanteDigital.com. Edición: ProtestanteDigital.com

1 comentario:

Anónimo dijo...

cuando los cristianos fueron expulsados de Roma, se cumplió la orden de Cristo: "Id y haced dicípulos a las naciones"; ahora que diceminaran a los hermanos en las otras cárceles, serán enviados a transformar TODO el sistema penintenciario. Hasta los presos "saldrán" a difundir la Palabra de Dios.